María Remedios del Valle.
(Militar afro argentina) 1800- 1847, murió pobre en Buenos Aires.
Homenaje en el Bicentenario de la Independencia, 1816 - 2016. (Ficha para docentes y alumnos).
Homenaje en el Bicentenario de la Independencia, 1816 - 2016. (Ficha para docentes y alumnos).
1.- Los historiadores
la llaman: “LA MADRE DE LA PATRIA”.
"Se
llamaba María Remedios del Valle y era parda"
Era mujer, en la época en que ser mujer era una condena. Era negra, cuando ser
negra significaba ser esclava. Era pobre, cuando
ser pobre era la moneda más frecuente entre los que no tenían una sola moneda
ni para comer.
Fue soldado cuando ser soldado significaba dejar
el cuerpo en el campo de batalla, aún cuando sobreviviera.
Fue sepultada por el olvido cuando en el panteón
del los héroes no entraban las mujeres, ni los negros, ni los pobres, ni los
soldados. Y ella fue todo eso junto. Y a pesar de todo, Belgrano la declaró la
madre de la Patria. Pero por la visto, esta patria todavía no puede aceptar que
su madre sea negra y pobre.
Todos sabemos quién es el Padre de Patria; ni
hace falta mencionarlo. ¿Pero es posible que la mayoría de este pueblo
desconozca quién es la madre?
Se llamaba María Remedios del Valle y era parda.
Parda, sí, aquella categoría aún vigente entre los que creen, insisto, todavía
hoy, en que el color de la piel es una cuestión de casta. Algunos dicen que era
afroargentina. Yo prefiero decir que era negra.
2.-Su personalidad.
Tenía una mirada compasiva que podía
volverse fiera como la de las hembras cuando ven peligrar la cría; los ojos
tan, negros que no se distinguía la pupila del iris, siempre estaban alerta.
Tenía la frente alta, orgullosa, rematada en un pelo mota que formaba un halo
como el de las santas, pero no dorado al hoja, sino dibujado con carbonilla.
María Remedios nació en Santa María de los Buenos Aires un día incierto de
1766, ya que la historia ni siquiera tuvo el decoro de preservar la fecha
exacta. Falleció en Buenos Aires, el año 1847. Se propuso defender este suelo acaso para soñar con una patria que
nunca tuvo. Combatió junto al Tercio de Andaluces, uno de los varios grupos de
milicianos que expulsó a los ingleses durante las segundas invasiones.
Luego de la Revolución de Mayo, marchó al Alto Perú con el Ejército del Norte.
Con su marido y sus dos hijos, uno de ellos adoptado, se incorporó al
Regimiento de Artillería de la Patria. Volvió sola. En el campo de batalla
quedó toda su familia. No sobrevivieron su esposo ni sus hijos. Ni siquiera los
nombres para recordarlos como corresponde.
Lejos de rendirse ante el rigor de la existencia, ahora tenía tres motivos más
para seguir luchando. Le suplicó a Manuel Belgrano que le permitiera participar
en la batalla de Tucumán. Atado a la disciplina y a los reglamentos militares,
Belgrano al principio se negó. Pero esa voz firme y esa mirada aguerrida se
impuso y finalmente, desde la retaguardia, llegó al frente de batalla codo a
codo con los soldados.
Fue un triunfo decisivo en la lucha por la Independencia. Belgrano pasa revista
de la tropa en formación y al llegar a ella, se detiene, le tiende la mano y la
nombra capitana de su ejército y Madre de la Patria.
La Negra Remedios Acompañó a Belgrano en la victoria pero, sobre todo, en la
derrota.
3.- En el combate.
Cuando fue derrotado en Vilcapugio, María
de los Remedios del Valle combatió, recibió una bala y, herida, fue tomada
prisionera. Apresada, ayudó a escapar a los jefes patriotas. No le salió
gratis: durante nueve días recibió el azote público: la piel negra se tiñó con
la sangre roja y le quedó ese estigma para siempre como un trofeo de guerra.
Consiguió escapar y se unió a las tropas de Güemes.
4.-Anciana, enferma y pobre.
Una anciana indigente, busca cobijo en la recova del Cabildo, un lugar de paseo
terminada la guerra por la Independencia, ya en tiempos menos convulsionados.
La anciana extiende su palma blanca para recibir la limosna de los viandantes.
Una palma blanca y vacía que contrasta con los ojos negros en los que no se
distingue la pupila del iris.
Alguien se detiene y cree ver en esa vieja negra, pobre de toda pobreza a una
antigua conocida. El hombre es el general Viamonte.:
«¡Usted es la Capitana, la que nos
acompañó al Alto Perú, es una heroína!», exclama emocionado.
La negra Remedios Del Valle, que mal podía esconder las cicatrices en el brazo,
le cuenta cuántas veces había llamado a la puerta de su casa para saludarlo,
pero el personal doméstico la había echado como a una pordiosera.
5.- Tenemos ejemplos.
En estos días en los que tenemos que escuchar muchas voces, que se dicen perseguidas y no saben cómo justificar sus cuentas
en dólares y en pesos, sus plazos fijos y sus cajas de seguridad, queremos recordar que esta patria ya tiene una madre.
Una madre que enterró a su amor y a sus
hijos en el campo de batalla, una madre que no tenía nada, que era negra, que
era pobre y que tenía las palmas de las manos blancas como lo son las palmas de
los negros: claras.
Y sobre todo......vacías!
Bibliografía:
1 Diego Rojas, “La Madre de la Patria”, Revista 23, 16 de octubre de 2008.
2 Citado en los fundamentos del proyecto presentado el 1 de octubre de 2010 en la Cámara de Diputados por las legisladoras Paula Merchan y Victoria Donda pidiendo la construcción de un monumentos a María Remedios de Valle, la Madre de la Patria, aquí.
3 Citado por Luzuriaga y Benencia, pág. 123-124.
4 Cynthia Ottaviano, “María Remedios del Valle”, El Argentino, 30 de agosto de 2011
5..Fuente: www.elhistoriador.com.ar. Prof. Felipe Pigna. Bs. As. 2015. |
Luchemos, mediante leyes para que sea reconocida para que esto se enseñe en las escuelas, porque negamos nuestra patriota y primer enfermera empírica, de nuestro país.
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