ENFOQUE EDUCATIVO| Gualeguaychú. (E.R.)
Belgrano, visionario y precursor - Última parte -30 DE JUNIO DE 2010 -
En esta tercera y última parte, el Prof. Gercek habla de las escuelas de Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Tarija. Su reglamento y el destino de los fondos donados por Belgrano.
Mario Gercek.- Especial para Enfoque Educativo.-
Después de abordarse los orígenes familiares de Belgrano, su formación en España y su obra como secretario del Consulado de Buenos Aires (primera y segunda parte), se limitará este trabajo a su voluntad de fundar cuatro escuelas públicas de primeras letras para las cuales redactó el reglamento pertinente. Con motivo del triunfo en la batalla de Salta (20-02-1813) la Asamblea del Año XIII decidió premiar a los oficiales, suboficiales y soldados que intervinieron en esta trascendente acción. Además dispuso para el general victorioso las entrega “(…) de un sable de guarnición de oro, grabándose en la hoja la siguiente inscripción: ‘La Asamblea Constituyente al Benemérito general Belgrano’, y que a más se le haga la donación de la cantidad de 40.000 pesos señalados en valor de fincas pertenecientes al estado” (1). Estas fincas eran parte de las Temporalidades o bienes confiscados a los jesuitas a partir de su expulsión de los dominios de España en 1767. Es oportuno señalar que Belgrano recibió esta donación –en bienes, se insiste- no sólo por el triunfo militar mencionado sino “en premio de sus servicios”. Desde Jujuy, mediante nota del 31-03-13 al Triunvirato, don Manuel comunicó su decisión de destinar “(…) los expresados cuarenta mil pesos para la dotación de escuelas públicas de primeras letras en que se enseñe a leer y escribir, la aritmética, la doctrina cristiana y los primeros rudimentos de los derechos y obligaciones en sociedad hacia ésta y el gobierno que la rige, (…)” en aquella ciudad, Tarija, Santiago del Estero y Tucumán (2). Tomó esta decisión porque estaba persuadido de que “(…) nada hay más despreciable para un hombre de bien, para el verdadero patriota que merece la confianza de sus ciudadanos en el manejo de los negocios públicos, que el dinero o las riquezas (…)” (3) La magnitud de su generosidad se torna más comprensible a la luz de estas cifras: En 1813 los 40.000 pesos en fincas del Estado equivalían a 80 kilos de oro. Si se toma la cotización del oro en 1994, las temporalidades donadas tenían un valor de 4 millones de pesos en ese último año (4).
El reglamento escrito por el prócer es, en varios de sus 22 artículos, un documento precursor que aun hoy despierta admiración por sus alcances visionarios. Tiene su antecedente en el reglamento que elaboró para la delineación de los pueblos de Curuzú Cuatiá y Mandisoví (16-11-10), cuando marchaba al frente de la expedición al Paraguay. En ese cuerpo legal incluyó instrucciones precisas para la creación de escuelas de primeras letras. Otro antecedente es la escuela para los soldados que fundó en la ciudadela de Tucumán antes de la batalla homónima. En esa institución 500 combatientes aprendieron a leer y escribir (5). El reglamento, fechado en Jujuy el 25 de mayo de 1813, atiende todos los aspectos inherentes a la organización institucional de un establecimiento de enseñanza primaria. Sin duda Belgrano plasmó en su contenido aquellas propuestas y aspiraciones que no pudo concretar en tiempos del Consulado de Buenos Aires. En el artículo primero el creador de la bandera asigna a cada una de las cuatro escuelas un capital de 10 mil pesos, con un rédito anual de 500 (6). Dispone que de ese monto se destinen 400 pesos de sueldo para el maestro a pagarse por mitades cada 6 meses. Los 100 restantes debían emplearse “(…) para papel, pluma, tinta, libros y catecismo para los niños que no tengan como costearlo”. Si hubiera algún sobrante se destinaría premios para estimular “el adelantamiento de los jóvenes”. Mandelli destaca la preocupación del Belgrano por dignificar la función docente a partir de una adecuada retribución. Señala que en la época un secretario del Triunvirato percibía un sueldo de 1.000 pesos y un juez de primera instancia en Tucumán 250 pesos (7). Las escuelas debían funcionar bajo la protección, vigilancia e inspección de los cabildos. Estos cuerpos municipales fueron facultados para enviar a algunos de sus miembros en calidad de inspectores (art. 21). El fundador se reservaba el derecho de comisionar “(…) quando lo tenga por conveniente un sujeto qe haga una visita extraordinaria de estas escuelas. (…) (art. 22).La provisión del cargo de maestro debía hacerse por oposición y antecedentes, previa publicación del aviso correspondiente a cargo del ayuntamiento. (art. 3). Si se tiene en cuenta que en nuestro territorio aún no existían las escuelas normales, la selección del docente debía fundamentarse en requisitos ajenos al título específico: conocimientos adecuados, buena conducta y sólida moral. Los concursos de oposición debían sustanciarse cada tres años, debiendo preferirse al maestro “(…) Qe ha servido o desempeñado la Escuela en igualdad de mérito y circunstancias (…). (art.4). En otros artículos Don Manuel se ocupa del plan de estudios, los exámenes públicos, las obligaciones religiosas de los alumnos, período de funcionamiento de las escuelas, horarios de clases, libros de uso obligatorio, disciplina, asuetos y conmemoraciones (8), premios y castigos (9) yvestimenta. En el art. 18 propone al maestro como modelo y en el 8 demanda que se lo considere “ (…) Pr. Padre de la Patria.” , debiendo dársele asiento junto a los miembros del cabildo.
¿Qué destino tuvieron estos 4 establecimientos? En general funcionaron de manera precaria, costeados por las autoridades locales, durante los primeros años y sin edificio propio. Las guerras de la independencia en el caso de Tarija y las civiles en lo que hoy es nuestro territorio, provocaron su desaparición.. El dinero de la renta anual se remitió desde Buenos Aires en escasas ocasiones. Durante mucho tiempo los gobiernos provinciales reclamaron sin éxito su entrega. Los fondos acumulados a lo largo de casi 200 años se perdieron. Pero el objetivo de construir las 4 escuelas y dotarlas con el equipamiento necesario no se perdió. En 1947 El presidente Perón y su esposa pusieron la piedra fundamental para la de Tarija, que se inauguró en agosto de 1974 (10). Las de Santiago del Estero y Tucumán se construyeron en la década de 1990. La de Jujuy se inauguró en un barrio de la capital, en julio de 2004, con el nombre de Legado belgraniano (11).
Con relación al valor actual de la donación, Felipe Pigna opina que “(…) sumando el capital y los intereses (…)” desde 1813 hasta 2004 se arriba a una suma varias veces billonaria (12).
El hombre que echó las bases de la educación primaria y pública, que perdió, como Bolívar, su fortuna al servicio de la patria en formación, murió pobre, casi en soledad. Sólo un periódico, el del padre Castañeda dio a conocer la infausta noticia. Una mujer del pueblo, bajo el seudónimo “una gaucha de Morón”, expresó su pena en versos por el “(…) triste funeral, pobre y sombrío/ que se hizo en una iglesia junto al río (…)” (13).
El ciudadano Belgrano y primer estadista argentino –según la opinión de Pedro Navarro Floria- tuvo un reconocimiento tardío de la posteridad. El mausoleo que guarda sus restos, construido por iniciativa de un grupo de estudiantes secundarios de Buenos Aires, se inauguró el 20 de junio de 1903. El día de la Bandera, en recordación de su muerte, fue incorporado al calendario cívico escolar e instituido como feriado nacional por una ley de 1938. Aunque resulte contradictorio, hay que reconocer que, en este caso, la tendencia de los argentinos a la necrofilia histórica sirvió para rescatar de la indiferencia, aunque no olvido, a un protagonista fundamental de nuestro pasado.
Citas y notas
1- BELGRANO, Mario, Historia de Belgrano, Bs.As., Instituto Nacional Belgraniano, 1994, p. 226.
2- Ob.cit., p.226.
3- Ob.cit, p. 226.
4- PIGNA, Felipe. Los mitos de la historia argentina. Del “descubrimiento” de América a la “independencia”, Bs.As., Norma, 1994, p.369.
5- MANDELLI, Humberto A., Las escuelas donadas por Belgrano y su reglamento, Bs. As., Instituto Belgraniano Central de la Rca. Argentina , cuaderno 2, p. 12.
6- El gobierno de Bs.As. fijó un interés del 5% que debía producir una renta anual de $2.000 sobre los $ 40.000 en fincas del Estado. Esto equivalía a $500 por año para cada escuela.
7- MANDELLI, Humberto A., ob,cit., p. 22.
8- En los asuetos incluyó el Día del Maestro.
9- Curiosamente Belgrano propuso castigos corporales, aunque leves y fuera de la vista de los condiscípulos.
10- PIGNA, Felipe, ob.cit., pp.365 a 369.
11- RODRÍGUEZ, Carlos, La escuela que Belgrano nos legó. Bs.As., diario Página 12, 7 de julio de 2004.
12- PIGNA, Felipe, ob.cit., pp-369-370.
13- ARRIETA, Rafael Alberto, Exequias del general Belgrano, en INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO, Manuel Belgrano. Los ideales de la Patria., Bs.As ., Manrique Zago Ediciones, 1995, p.96.
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