Manuel Belgrano: mucho más que el creador de la bandera
El día 20 de junio, se conmemora en Argentina el paso a la inmortalidad del General Belgrano. “Militar a la fuerza, por amor a la Patria", decía en su Autobiografía; fue además abogado, economista, políglota, traductor, Secretario del Real Consulado de Buenos Aires, creador de Escuelas, periodista, político, diplomático; fue Vocal de la Primera Junta de 1810 ,integrante de una actuación destacada. Fue una figura pública a lo largo de toda la década que siguió al 25 de mayo de 1810. Murió en la extrema pobreza, pasando su deceso casi inadvertido para la sociedad porteña.
Su nombre completo fue Manuel, José, Joaquín, del Corazón de Jesús Belgrano. Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, ciudad donde falleció el 20 de junio de 1820. Su padre Francisco Belgrano Peri, inmigrante italiano,nació en Costa D ´Oneglia, región de la Liguria,-Italia- pariente de los Castelli. Su madre hija de inmigrantes españoles, María Zalazar Casero González Isla,proveniente de Santiago del Estero, localidad de Loreto. Tuvieron 12 hijos, tres fallecieron pequeños.
Manuel Belgrano cursó sus estudios en el Colegio de San Carlos, de Buenos Aires, obtuvo su grado en Filosofía. Marchó luego a España, para estudiar en las universidades de Salamanca y Valladolid, cursó y logró su diploma de abogado, el año 1787; cultivó su intelecto con el aprendizaje del idioma italiano, francés e inglés y lecturas sobre economía y política. En 1794 el rey Carlos III de España creó el Consulado de Buenos Aires y nombró a Belgrano como su secretario, recomendado por el Ministro de Economía Gardoqui; este cargó lo ejerció hasta 1810. Desde este lugar, y con fundamento en las ideas de la Fisiocracia del francés Francois Quenay y de las Riquezas de las Naciones del inglés Adam Smith -de las que vino imbuido de Europa-,el prócer fue un activo promotor de la agricultura, la ganadería, la industria, el comercio y la educación.
En las invasiones inglesas, (Primera 1806- Segunda 1807) tuvo su primer contacto con las armas, en defensa de Buenos Aires; fue designado Jefe del Regimiento de Patricios. La crisis de la monarquía española lo llevó a fogonear, junto a otros contemporáneos, la idea “carlotista”, que implicaba la designación como Regente en América de Carlota Joaquina, hermana del rey español, que era a su vez esposa del príncipe portugués y tenía residencia en el Brasil. Pero la caída del poder central y la sucesión precipitada de acontecimientos en mayo de 1810 vio el camino de la Libertad y la Independencia en las ideas de la Revolución de Mayo, en la que participó y fue electo vocal de la Primera Junta. Tuvo también una faceta de periodista, participó con escritos en distintas publicaciones de la época. Se destacó por ser un buen redactor en sus Memorias del Consulado donde deja sus ideas y propuestas. Por iniciativa de Belgrano, el 1 de abril de 1801 apareció el "Telégrafo Mercantil,Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata", dirigido por Francisco Cabello y Mesa y creó en 1811 el "Correo de Comercio", difusor de las nuevas ideas económicas.
La guerra fue el telón de fondo del nuevo escenario, y allí Belgrano se convirtió en “militar a la fuerza”, como refirió a San Martín en una de sus cartas. Participó en los tres escenarios militares en que se jugaba el destino de la Revolución: el Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental. Las penurias de los ejércitos, las animosidades intestinas entre los patriotas y las derrotas que sufrió no lo amedrentaron en su abnegación ni en su convicción de servir a la Patria.
En febrero de 1812, designado jefe de las Baterías de Rosario, hizo izar por primera vez nuestra bandera nacional. Buenos Aires lo desautorizó y le ordenó ocultarla, pero para cuando llegó la orden ya la había izado nuevamente en Jujuy. Ese mismo año fue con destino al Ejército del Norte, dirigió el “Éxodo Jujeño”, venció en la batalla de Tucumán,(24 de Septiembre de 1812) y un año después en la Batalla de Salta (el 20 de Febrero de 1813).
Sufrió las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma (1813), fue relevado por San Martín, a quien recibió en Yatasto. Entre 1814 y 1815 cumplió funciones diplomáticas en Europa, junto con Rivadavia, en un difícil contexto marcado por el retorno de Fernando VII al trono español. Retornó solo a Buenos Aires, pues notó que Rivadavia era pro inglés.
Sufrió las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma (1813), fue relevado por San Martín, a quien recibió en Yatasto. Entre 1814 y 1815 cumplió funciones diplomáticas en Europa, junto con Rivadavia, en un difícil contexto marcado por el retorno de Fernando VII al trono español. Retornó solo a Buenos Aires, pues notó que Rivadavia era pro inglés.
El Congreso de Tucumán(1816) lo vio como ferviente promotor de la idea monárquica, "con un descendiente de los Incas a la cabeza, pues sería obedecido por la mayoría de los aborígenes del Norte y además tienen tres Mandamientos:"No mentir, no robar, no holgazanear" y dentro de 200 años veremos un país esplendoroso", dijo llorando.
Volvió a hacerse cargo del Ejercito del Norte, teniendo a Martín Miguel de Güemes como un eficaz colaborador.En 1819 se dirigió al Sur de Santa Fe, para calmar a los caudillos levantiscos López, Ramírez y Artigas, pero se enfermó en el viaje y volvió a Tucumán.
En 1820, ya enfermo, decidió su retorno a Buenos Aires. Su muerte tuvo lugar el 20 de junio de ese año, y fue producto de tres enfermedades: sífilis, cirrosis y cáncer hepático. El hecho pasó casi inadvertido para la sociedad porteña, que ese día se hallaba en una crisis política y veían en pugna a tres gobernadores. Se dice que sus últimas palabras fueron “¡Ay, patria mía!".
La pobreza que vivió en sus últimos años y días se reflejó en el pago que le hizo a su médico entregándole su reloj de oro. A su muerte fue amortajado con el hábito blanco dominicos y enterrado en el piso de la iglesia de Santo Domingo, en presencia solo de los hermanos y amigos; también el mármol para su lápida, que extrajo su hermana Juana de una cómoda que había pertenecido a su familia, y en la que hizo colocar la leyenda: “Aquí yace el general Belgrano“.
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