martes, 22 de noviembre de 2022

La Batalla de la Vuelta de Obligado. - 22- 11- 2022.-

BATALLA DE LA VUELTA DE OBLIGADO. Estimados. Hoy 20 de Noviembre, conmemoramos el día De la Soberanía Nacional. El año 1845, en esta fecha por decisión del Gobierno de Don Juan Manuel de Rosas, la Marina y el Ejército Argentino enfrentó a la Escuadra Anglo Francesa en la Vuelta de Obligado, sobre el Río Paraná, (hoy localidad de San Pedro), para detener el avance de los intereses extranjeros. Numerosos soldados y civiles que lucharon, perecieron allí, para salvar la integridad territorial, sin pedir nada a cambio. No olvidemos a las viudas y a los huérfanos. Gloria y honor a ellos que lucharon, pensando también en nosotros.

Consecuencias de la Batalla de Obligado.- 22 - 11 - 2022.-

Luis Angel Maggi pdstoorSneh 0 8 r e t16679 b 4 d l e 0t 2 8g n uta 1 013f m d m e 10h o i v 2 2 u7 e 2 · Compartido con: Tus amigos CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE OBLIGADO. (Revisionismo Histórico). En noviembre de 1845 Mitre se paseaba con uniforme de cipayo por Montevideo a la espera de la victoria anglofrancesa. El imperialismo forzó el paso en La Vuelta de Obligado obteniendo una victoria pírrica, el 20 de Noviembre de 1845. Lo que vino después fue omitido por la versión mitrista de la historia. Los invasores imperialistas volvían desde el norte navegando hacia el Río de la Plata después de haber sido su campaña un fracaso absoluto desde el punto de vista económico y militar. Habían pasado 8 meses de la Vuelta de Obligado y no se imaginaron el infierno que les esperaba. El 4/6/1846 el General Lucio Norberto Mancilla, "el resucitado de la Vuelta de Obligado" (un cañonazo impactó cerca de su posición, se lo dió por muerto y despertó a las horas en su tienda de campaña) los estaba esperando en las costas del Paraná santafecino. La batalla comenzó y fue un verdadero infierno de 3 horas para los invasores que perdieron 6 mercantes y dos de sus vapores de guerra fueron seriamente dañados. Solo atinaron a huir como ratas de un incendio. Mancilla y el Coronel Martín de Santa Coloma se convirtieron en héroes Rosas se los concedió a cambio de la finalización del bloqueo naval a los puertos argentinos, la devolución de la flota capturada además de la Isla Martín García y el reconocimiento de la soberanía argentina y sus derechos exclusivos sobre la navegación de los ríos interiores. Pero faltaba la frutilla del postre. Rosas también les pidió que al retirarse hicieran sonar 21 cañonazos como forma de desagravio a nuestra bandera. Se tuvieron que meter la soberbia imperialista entre las nalgas e hicieron tronar sus cañones a la hora de la partida. La mentirosa pluma del cobarde cipayo llamado Bartolomé Mitre nos robó una de las victorias más gloriosas de nuestra historia para ocultar que él fue uno de los derrotados de aquel día. Solo les quiero agregar un dato que no es menor para finalizar. El Coronel Martín de Santa Coloma, uno de los héroes de aquella gloriosa jornada, fue tomado prisionero y degollado luego de la Batalla de Caseros. Los cobardes cipayos unitarios no le perdonaron al coronel la humillación que sufrieron en Punta Quebracho. ¡Viva la Patria!

jueves, 17 de noviembre de 2022

La Historia de la Casa de la familia Belgrano, en Bs. As. -14 - 11- 2022.

CRÓNICA DE LA PRESENTACIÓN EN ROSARIO del Libro LA CASA DE BELGRANO. por Federico Dunger. El pasado Lunes 14 de noviembre, se realizó en el auditorio del Colegio de Abogados, la presentación del libro “Manuel Belgrano. La verdadera historia de su casa familiar en Buenos Aires” del historiador y miembro del Instituto Nacional Belgraniano Roberto Colimodio y del arquitecto Alejandro Maddonni. El libro aborda la temática de las idas y vueltas que se generó durante décadas de como era la casa donde nació y vivió Manuel Belgrano junto a sus padres y hermanos en la actual Av. Belgrano entre las calles Defensa y Bolivar de la ciudad de Buenos Aires. A través de documentos y escrituras de venta, pudieron reconstruir digitalmente la casa que fue demolida en la década de 1870 resolviendo las dudas y corrigiendo errores que se generaron en estos siglos. El libro incluye historias de los integrantes de la casa y sus allegados de las cuales hay un par de momentos indirectamente relacionados con el futuro no solo de esta ciudad sino del país. Una de ellas es de la madre de Belgrano, María Josefa Gonzáles Casero. En los últimos años del s.XVIII su esposo y padre de Manuel, Domingo Belgrano, tuvo que cumplir una condena de prisión domiciliaria y María Josefa buscó por cielo, mar y tierra ser escuchada de la injusticia que sufría su marido llegando hasta los sordos oídos del virrey. Al no tener respuestas, envió misivas hasta al mismo rey en España por intermedio de su hijo, Manuel que se encontraba estudiando en este país europeo. Más allá de la resolución, lo que nos compete es el carácter de esta mujer que sin duda influyó en el futuro general y todo lo que ya conocemos hizo por la patria al no darse por vencido en ninguna de sus batallas, tanto contra enemigos externos como los internos. La otra es respecto a su padre. El 31 de enero de 1753, el buque que lo traía joven desde España, naufraga en las costas uruguayas en Cabo Polonio, nombre que quedó plasmado por el capitán de este navío, José Polloni. Domingo arriba a Buenos Aires sin problemas junto a los demás pasajeros en que se encontraba un hombre llamado Ángelo Castelli. El destino uniría a estos dos jóvenes porque se casan con mujeres primas entre ellas y son los padres de Manuel Belgrano y Juan José Castelli, nombres más que influyentes en la historia argentina. De aquí el milagro del naufragio donde Domingo pudo salvarse que, de no ser así, el creador de nuestra enseña patria no hubiera nacido. Son dos historias indirectamente relacionadas con el pasado rosarino pero no solo eso. Con respecto a esta última del naufragio hay un par de cosas que llaman la atención. El buque fue conocido como Polloni por su capitán pero el nombre real era “Nuestra Señora del Rosario” y había partido de Cáliz, puerto desde donde partió veinte años después de este accidente, la estatuilla de la Virgen del Rosario que hoy se encuentra en la cripta de nuestra catedral. La historia gira y vuelve a encontrarse de forma muy extraña. Debo agradecer a Roberto por la conferencia donde expuso en forma muy didáctica estas historias y sus conclusiones. Quienes quieran conocer más detalles y muchas historias más además de conocer la historia de la casa, no duden en contactarse con el autor del libro que se estaba agotando. ...................................................

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Los millenials y los centenials.Desafío laboral y cambiante.-16- 11- 2022.-

Desde una perspectiva educativa, y pensando en el ámbito universitario como ciclo formativo final previo a la inserción plena en el mundo del trabajo, los jóvenes poseen actualmente algunas características comunes que es necesario clarificar. Al hablar de jóvenes de entre 18 y 25 años de edad, estamos haciendo referencia a quienes nacieron entre los años 1996 y 2001. El grupo entero corresponde a la categoría de los nativo-digitales, principalmente porque nacieron en el momento en el que el mundo se estaba poniendo el línea a partir de la convergencia de las tecnologías de la información y las comunicaciones (internet se creó en 1992, Amazon en 1994, Yahoo en 1995, Netflix en 1997, Google en 1998, Napster en 1999, Wikipedia en 2001). Sin embargo, a pesar de esta clasificación genérica, es importante señalar que estamos hablando de dos generaciones diferentes, los millennials y los centennials, y que, si bien ambos grupos poseen características comunes, también muestran algunas diferencias marcadas. Los millennials, también conocidos como generación Y, son quienes han nacido entre los años 1980 y 1999. Nacieron junto con las primeras computadores personales (primera PC de IBM en 1984) y las intranets, luego con la www y los mercados de subasta en línea, y finalmente con el problema tecnológico asociado al cambio del siglo o Y2K (por year two thousand), el colapso de la burbuja puntocom y el ataque a las Torres Gemelas de 2001. Se beneficiaron del envión de las revolución de los microchips de los 70’, asimilando con facilidad la idea de la globalización mientras las noticias y los datos comenzaban a circular en grandes caudales, gracias a grandes tendidos de fibra óptima. Es la primera generación que tiene conciencia del todo, que ve al planeta como una única plataforma para la raza humana, y que desarrolla una mente ávida de comprensión de fenómenos globales, mientras instrumenta un sistema de toma de decisiones más inmediato, más espontáneo, menos respetuoso de las tradiciones, dogma y herencias. Desde la mirada de la generación anterior, los X (nacidos entre 1965 y 1979, y caracterizados como inmigrantes digitales), los millennials son caracterizados como más perezosos, menos comprometidos, más propensos hacia el disfrute y la utilización del tiempo libre para la sociabilización, y menos apegados hacia la formalidad. Ya adultos, esta generación se comunica a través de correos electrónicos y redes sociales básicas y son usuarios mixtos de aparatos (laptops, tablets y smartphones). Los centennials, también conocidos como generación Z, son quienes han nacido entre el año 2000 y la actual década, y por esta razón son quizás la generación más importante de comprender de cara al repensamiento o reconceptualización del sistema universitario. Son el 25% de la población mundial, pero el 40% de la población de la región. Son una generación marcada a fuego por la conciencia del cambio climático y el calentamiento global, coincidente con la candidatura de Al Gore para presidente de Estados Unidos en el año 2000, y quien fuera luego Premio Nobel de la Paz en 2007 ‘por sus esfuerzos para construir y diseminar un mayor conocimiento sobre el cambio climático causado por el hombre, y por poner las bases para la toma de las medidas que sean necesarias para contrarrestar ese cambio’. Los Z son una generación activista, participativa, móvil, fluida (al decir del sociólogo Bauman), con un dinamismo extraordinario, que usa la tecnología sin poseerla, que producen en forma colaborativa, que consumen con conciencia, que desean estar donde las cosas ocurren. Así como los millennials estuvieron atravesados por la caída del muro, los centennials tuvieron lo propio a partir de la primavera Árabe, una protesta social que viralizó en todo el mundo entre los años 2010 y 2011, y que derribó casi 10 gobiernos, algunos de los cuales eran férreos regímenes autoritarios con varias décadas en el poder. Son una generación con un empowerment notable, y con una gran capacidad de organización a partir del eficaz uso que realizan de las plataformas y sistemas tecnológicos. Los Z no solo son grandes activistas del mundo en red (25% producen y suben videos semanalmente, 20% redactan y comparten ensayos semanalmente, 52% se conectan con sus estrellas favoritas, 31% buscan trabajos pagos en línea, 45% elijen marcas eco amigables), sino que además accionan sobre otros (91% influencia las decisiones de compra de sus padres y de adultos). Si bien los primeros centennials ya están dando sus primeros pasos en el sistema universitario, el gran impacto de esta generación aún no está del todo plasmado en el ingreso a las universidades, lo cual permite suponer equivocadamente a algunos que las universidades, así como están diseñadas, aún resultan diseños y propuestas atractivas para los Z. Sin embargo, cuando uno ve la forma en la cual los Z comienzan a organizarse para producir, participar en política, compartir contenido, alentar movimientos y resolver problemas, todo hace suponer que darán la espalda al sistema educativo actual (datos recientes indican que en Colombia ya se verifican mermas en la matriculación universitaria del -40%), de la misma manera que no adhieren a los sistemas de representación política vigentes, mostrando bajísima participación en procesos electorales. Así como el pez no sabe lo que es el agua, y vive en ella, de la misma manera se podría describir a la generación Z en su vínculo con la tecnología. Ellos no saben que existió (y que potencialmente existe) un momento de la historia en donde esas tecnologías que enlazan a todos con todos y todo, todo el tiempo, no existían. Y que eso era hasta hace relativamente poco tiempo, en términos históricos. Los Z viven conectados no por decisión, sino porque así es su mundo, en red, en vivo, en beta, en debate, en producción, en experimentación. Para ellos la tecnología no es un elemento, ni un conjunto de equipos y plataformas, sino una matriz, y esta es inescindible de su condición de ciudadanos de este mundo. Dentro de este mundo-matriz, adoptar y adaptarse son dos acciones que se viven con naturalidad y sin estrés en los Z. Adoptar nuevos aparatos tecnológicos, nuevas plataformas de interacción, nuevos mecanismos de producción de contenido para el propósito que sea, es un acto cotidiano y natural. Pasar la información de un aparato a la nube, arrobar una actividad y vivir su viralización mientras se va desarrollando, y ocuparse de manera colaborativa de problemas educativos, sociales o amoroso es parte de sus rutinas. Naturalizada la acción de adoptar (tecnologías, afectos, mascotas, gustos musicales o hobbies), la adaptabilidad aparece como un gen inherente a su ADN. Se adaptan y acomodan con facilidad a los cambios cotidianos que les facilita su vínculo con la tecnología. Así como desplazan a Facebook (solo el 9% de los Z la utilizan) y Twitter para pasar más tiempo en Instagram, Snapchat y YouTube (90% de los usuarios son Z, y lo acceden diariamente), pueden hacer lo mismo con otras tecnologías, plataformas y usos sociales y colaborativos que se creen en el corto plazo. A diferencia de los millennials, ‘dialogan’ principalmente a través de su smartphone (92% lo poseen), pasan conectados en promedio unas 7 horas por día, y un 72% espera crear su propio emprendimiento para un mundo intensivo en TICs. El vínculo de los Z con la tecnología también se da desde un dominio novedoso que poseen de dos lenguajes, el computacional (creado en los 70’), y el del chat e internet (creado al principio del siglo 21). Estos son el quinto y sexto lenguaje creados por el ser humano, de acuerdo con el trabajo del investigador del MIT Robert Logan, y son posteriores a la masificación de los sistemas educativos escolares y universitarios. Por lo tanto, son lenguajes hablados con versatilidad y fluidez solo por las generaciones de los nativo digitales, principalmente los Z, mientras hacen y deshacen en un mundo en red. El lenguaje no solo nos comunica e informa, sino que, principalmente, nos pone en diálogo con el entorno de problemas, conflictos, convenciones, herencias, desafíos y oportunidades. Los dos lenguajes señalados, y los cuatro anteriores (oral, escrito, matemático y científico), han permitido dar forma y transformar el pensamiento del hombre. El lenguaje (no el idioma) habilita la conceptualización, la abstracción y la reflexión, y lo hace de una manera particular, dependiendo de la combinación de lenguajes que finalmente se utilicen. Los Z son usuarios intensivos del lenguaje computacional (que recién está ingresando al proceso de escolarización en forma de programación) y del del chat, así que sus formas de crear significados están altamente formateadas por el entorno de herramientas que utilizan y de espacios en donde interactúan. Alfabetizarse en el dominio de estos dos lenguajes también es un materia obligatoria para quienes desean diseñar espacios y servicios que capturen la atención de estos jóvenes. La matriz como entorno (de cosas y seres), la red como flujo (de datos y significados), la adopción como acción cotidiana (de creación de rutinas y vínculos), la adaptabilidad como ADN y los dos lenguajes nuevos como formas espontáneas de alfabetización digital, ubican a los Z en una posición única frente a las TICs de cara al mundo de la robotización. La inteligencia artificial, la realidad virtual, la realidad aumentada, el machine learning, la impresión 3D, el big data y el internet de las cosas son aristas filosas de una revolución de organización de la producción que la humanidad nunca antes vivió, y que los Z están dispuestos a llevar adelante. Díganme qué lenguajes dominan, y les diré en que conversaciones participarán. La configuración generacional y cultural así realizada para los centennials, ubica a este grupo de jóvenes en un lugar novedoso frente a la idea del aprendizaje, sea institucionalmente a través de una propuesta formal y concebida como tal, o a través de procesos más espontáneos y desprogramados. Para los Z, la experiencia de aprender es algo posible de encontrar en cualquier momento del día, en cualquier lugar físico, desde cualquier plataforma o repositorio de contenidos. Reconocen que la nube posee igual calidad de contenidos que el que pueda ofrecer la mejor oferta educativa disponible, solo que en mucha mayor cantidad, en múltiples formatos y accesible en cualquier momento con mínimo esfuerzo. Esta creencia y actitud de los centennials los hace aplomados y decididos. Están habituados a seleccionar, clasificar y optar. Decidir y elegir entre incontables recursos disponibles que ofrece el mundo en red los muestra empoderados, en control de sus trayectorias, autopropulsados. Un aplomo que los presenta tan independientes y originales, como desafiantes y poco convencionales, sea frente a la moda, la cultura, la tradición o la misma idea de la sofisticación. Los Z también son hábiles y creativos diseñadores. Diseñan sistemas e interfases para crear encuentro entre territorios y recursos antes inconexos, y con ello crean nuevos significados. Generando interfases y encuentros transdisciplinarios, desarrollan sistemas innovadores que cambian los patrones establecidos y reconocibles. Esta característica hace que sean más pragmáticos y menos idealistas, aunque a veces sean interpretados como menos respetuosos y más desafiantes. Adicionalmente, los centennials prueban, viven en primera persona procesos de experimentación. Reconocen que el mundo está en debate, que muchas convenciones no producen el resultado esperado, que existe una crisis de significado de muchas de las instituciones y rutinas que colonizan el quehacer cotidiano, y que los guías habituales (editores, curadores, enciclopedistas, diseñadores curriculares, sacerdotes, líderes formales de las organizaciones, jefes, ‘expertos’, docentes) deambulan con sus brújulas dañadas dando órdenes y directrices sin mucha convicción. Frente a este escenario, experimentar es una forma de ‘ir a la caldera de los problemas’ y entrar en diálogo con lo nuevo e inclasificable, a la vez que ponerse en comunidad con pares experimentadores, reemplazantes naturales de los guías. El concepto de la folksonomía, la clasificación social colaborativa por medio de etiquetas simples sin jerarquías ni relaciones de parentesco predeterminadas, que aparece como una práctica contrapuesta a la tradicional clasificación taxonómica más enciclopedista, deriva justamente de la actividad de experimentar con pares (folks) y encontrar un lenguaje simple y común que describa esa experiencia. Habituados a decidir, seleccionar, diseñar y experimentar en nuevas comunidades y con nuevas formas de clasificación, también los Z no tienen problemas en recalcular y reinterpretar lo hecho y experimentado, a la luz de lo vivido y de los nuevos datos emergidos. Al vivir en beta, en formato de prototipo, están permanentemente en diálogo con otros miembros de sus comunidades de aprendizaje y experimentación o grupos de pertenencia, echando nueva luz sobre la trayectoria y su interacción con otros sucesos, datos y áreas o disciplinas. El proceso de recalcular e incorporar nuevos insumos es abierto, honesto, sin filtros y ocurre en vivo. Pragmatismo en acción, dinámico y alejado de todo dogma. Y si las vivencias y la acción de recalcular demandan modificar los diseños, las trayectorias, modificando la ruta como lo propondría el GPS del Waze, se hace sin dolor, sin ofensa, sin siquiera ponderar la inversión de tiempo, esfuerzo o dinero ya realizada. Estas características de los Z los hace particularmente incompatibles con la organización tradicional de las instituciones universitarias, que ofrecen rutas de aprendizaje pre pensadas, rígidas, excesivamente largas y sin canales de diálogo con los problemas de entorno. Por el contrario, los centennials desean construir trayectos de aprendizaje propios, únicos, que resulten significativos en cada acción y vivencia, preferentemente cortos, y que siempre dejen abierta la posibilidad de recalcular y modificar el rumbo. Las titulaciones de las universidades como macro recorridos rígidos pensados por otros bajo un esquema ‘si-te-bajas-antes-no-te-llevas-nada’ (en referencia a la falta de titulación que la acción de interrumpir los estudios supondría), lejos está de capturar el interés que muestran los Z por estar más en control, más en diálogo, más abiertos a los emergentes. Diseñar instituciones educativas para los jóvenes supone comprender y aceptar estas particularidades, y también comprender el contexto de época en el que estos jóvenes viven y experimentan. Los millennials hoy, los centennials mañana y pronto los alpha, son una encrucijada desafiante para los diseñadores y administradores del sistema de educación superior de cualquier país del mundo. ¿Acaso es una opción correrle el cuerpo a este debate? ................................................. EXPERTOS ANALIZAN AL NUEVO CAPITAL HUMANO: ¿Cómo son los Millennials y centennials en el contexto laboral? Son multitasking y disfrutan de la sana competencia, y se proyecta que en 2025 estas generaciones integrarán más del 75% de la población activa global. ¿Cómo son los Millennials y centennials en el contexto laboral? TENDENCIAS.- Por Redacción Terra lunes, 14 de noviembre de 2O22 · Un estudio realizado por la firma internacional Sintec Consulting, sobre necesidades y preferencias de las cuatro generaciones más relevantes en el contexto laboral, reveló que para el año 2025 los millennials integrarán más del 75% de la población activa global; un momento de salida para las generaciones más grandes y de entrada para los centennials. ¿Cómo será ese eventual escenario? Para los expertos, los millennials ya han cambiado gran parte del paradigma de los recursos humanos. The Bonding, por ejemplo, la plataforma de reclutamiento de personal, indica que la generación ha demostrado tener sus propios intereses; como el reemplazo del dinero por buenas experiencias, la flexibilidad del tiempo, el desarrollo profesional y un clima laboral sano, notorias diferencias con las antiguas generaciones. “Quienes movilizan hoy el campo laboral buscan la inmediatez; ellos quieren respuestas claras sobre el plan de carrera, metas y objetivos. Estas nuevas generaciones son muy consecuentes con sus pensamientos, críticos de la vida y no les gusta perder el tiempo; constantemente están exigiendo a sus empleadores actualización, novedad y diversión, ya que de lo contrario se aburren con facilidad”, comenta Juan Carlos Solari CEO de SAWA, startup chilena dedicada a aumentar la productividad en las organizaciones. El ejecutivo sostiene que los nuevos profesionales requieren de una plataforma bidireccional para actuar, es decir, que los asuntos laborales, en general, no sólo ocurran en un plano. “Estamos hablando de personas muy conectadas. Para ellas, todo lo importante ocurre en la red y por esa razón les interesa también compartir de manera pública sus éxitos laborales y los de su compañía. De hecho, demostrar el éxito es una de las grandes razones que explica la popularidad de las redes sociales”. En este contexto, la retención del talento se ha convertido hoy en una tarea prioritaria para las empresas. “Muchas de las soluciones para las organizaciones están en los programas de incentivos laborales, una tendencia que va en aumento y que permite aumentar la productividad laboral. Estos profesionales tan tecnológicos encuentran en estas estrategias la distensión y los motivos para el cumplimiento de metas mediante el juego y premios, que luego terminan otorgando experiencias personales satisfactorias. El asunto es evidente. Estamos frente a una generación que no tiene problemas con el multitasking y que disfruta de la sana competencia”, puntualiza Solari.

martes, 15 de noviembre de 2022

Las hermanas Romanov. Historia de Rusia. 15 - 11- 2022.-

 LAS HERMANAS ROMANOV

Libro de Helen Rappaport
El 17 de julio de 1918, la familia imperial rusa al completo, con algunos de sus fieles sirvientes, bajaron al sótano de la lúgubre Casa Ipatiev, en Ekaterimburgo, donde habían permanecido las últimas semanas de su vida bajo arresto domiciliario, controlados por un contingente del Ejército Rojo. No saldrían de allí con vida. El último zar de la dinastía Romanov, Nicolás II, junto a su esposa, sus cuatro hijas y el zarevich fueron ejecutados. Atrás quedaron las breves y desconocidas vidas de Olga, Tatiana, María y Anastasia, las cuatro hermanas Romanov a las que muy pocos conocieron en vida.
Helena Rappaport, historiadora de origen británico, ha dedicado parte de su carrera profesional y su carrera literaria, a rescatar las vidas de la familia Romanov. En esta ocasión, Las hermanas Romanov se centra en la vida de las cuatro duquesas, desde su nacimiento hasta su muerte.
El relato arranca un poco antes, en el origen de Alejandra Romanov, nieta de la reina Victoria de Inglaterra. Los orígenes y la infancia de Alejandra ayudan a entender su carácter futuro y la relación que posteriormente tendría con su propia familia. El libro también recupera su encuentro con Nicolás y el amor que surgió entre ellos, así como las idas y venidas antes del definitivo enlace matrimonial, marcado por la muerte del zar Alejandro III.
El nacimiento de las cuatro duquesas supuso una época agotadora para la zarina Alejandra quien veía con desesperación que sus embarazos no terminaban en el nacimiento de un heredero. Una tensión psicológica, además del desgaste físico, que mermó, aún más, su salud. Mientras tanto, las pequeñas iban creciendo en un ambiente austero dentro del palacio Alexander pero alejado de la realidad que se vivía en una Rusia cada vez más empobrecida.
Cuando al fin nació el zarevich, su madre tuvo que hacer frente a la terrible enfermedad que Alexei había heredado de su familia, la hemofilia.
Helen Rappaport nos descubre la vida más privada de las niñas Romanov, sus tiempos de estudio y sus vidas tranquilas en Tsarskoye Selo, las fantásticas estancias en la Palacio Blanco en Crimea o sus inolvidables viajes por el Báltico a bordo del Stardart, el yate imperial. Rappaport nos descubre a cuatro niñas llenas de vida, educadas, con ganas de descubrir un mundo que, en verdad, era una realidad paralela a la realidad de aquella Europa previa a la debacle de la Primera Guerra Mundial. Niñas que se ganaron la simpatía del servicio y de los oficiales que protegían a la familia imperial en sus viajes.
Con el estallido de la Gran Guerra, Olga, Tatiana, María y Anastasia se pusieron al servicio del imperio y ejercieron como enfermeras en la medida de sus posibilidades y edades. Un etapa que llenaría a las duquesas de experiencias enriquecedoras y las harían crecer como personas.
Cuando la revolución rusa empezó a sacudir los cimientos del vasto imperio, las duquesas aún vivieron un tiempo ajenas a la realidad. Pero pronto los acontecimientos se precipitarían hacia un largo cautiverio, primer en el propio palacio, después en la gélida Siberia para terminar en Ekaterimburgo, donde la familia entera fue ejecutada.
La historia de Olga, Tatiana, María y Anastasia se nos presenta de la mano de sus cartas personales, extractos de sus diarios, artículos en la prensa, declaraciones de políticos, embajadores y personal del palacio… Una completísima labor de documentación que recupera la vida de unas chicas que vivieron una vida ajena a la realidad que las rodeaba. Sensibles, con espíritu solidario, siempre dispuestas a ayudar. En las páginas de Las hermanas Romanov no aparecen cuatro princesas orgullosas, soberbias o clasistas. Son más bien personalidades ingenuas que se quedaron ancladas en el mundo infantil en el que les permitieron vivir.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Belgrano y Castelli, primos.-Integrantes de la Primera Junta.-13-11-2022-

 BELGRANO Y CASTELLI. - HISTORIAS ENCONTRADAS

por Roberto Colimodio
Belgrano, Castelli y un naufragio “afortunado” en Cabo Polonio
Nuestra historia es muy rica no sólo en personajes sino también en hechos y curiosidades que al investigador se le presentan en los documentos casi fortuitamente. Así, dentro de un contexto, puede entenderse un poco más los grados de amistad y relaciones humanas que ligaron a los protagonistas.
En esta ocasión encontramos una de esas curiosidades en un barco que partió de España rumbo a las colonias americanas, precisamente a Buenos Aires… en su último viaje.
El 11 de noviembre de 1752 el navío Nuestra Señora del Rosario, Señor San José y las Ánimas zarpó del puerto de Cádiz comandado por el Capitán José Polloni trayendo carga en sus bodegas y unas 318 personas entre tripulantes y pasajeros, incluso una misión de sacerdotes destinados a América… Como casi todos los barcos de la época (bautizados con largos nombres) fue apodado, y en esta ocasión basado en su capitán, fue conocido con el nombre de “El Polloni”.
Luego de cruzar la línea ecuatorial sin novedades y ya bordeando Sudamérica el 31 de enero de 1753 en una noche calma de buen tiempo “El Polloni” chocó contra un arrecife abriéndose un rumbo en su casco. Inútiles fueron las tareas de achique realizadas con las bombas y al no poder dominar la entrada de agua y ante el inevitable naufragio se esperó el amanecer del día siguiente. Con las luces del día se transportó en botes a las personas (no hubo víctimas mortales) y casi toda la carga fue rescatada.
Este naufragio motivó un proceso de investigación, pues al conocerse la noticia en Montevideo, hubo muchas versiones de irregularidades: contrabando, borrachera del Capitán y el Piloto - que ya se había fugado - y muchas declaraciones de pasajeros enfurecidos. Uno de ellos, Rafael Trillo, manifestó que:
“A las 2 de la mañana del 31 de enero de 1753 tocó el navío en un bajo desconocido, perdió el timón y se abrió por el codaste. Al amanecer se dejó ir hasta varar en la playa, lo que verificado picaron el palo de trinquete y éste se llevó el mayor que ya estaba sentido, se mantuvo el barco entero 6 días y en la última noche lo desbarató un pampero formidable”.
La zona del naufragio será conocida para muchos argentinos, Cabo Polonio, bautizada así en homenaje al navío hundido en sus playas. Los pasajeros una vez alojados en Montevideo fueron enviados a Buenos Aires y más tarde sus mercaderías rescatadas.
A bordo de “El Polloni” viajaban dos hombres que serían los progenitores de dos protagonistas de nuestra historia…
Uno de ellos embarcado como Domingo Pérez asociado a la Licencia de Pasajero a Indias del comerciante Francisco de Arcos y el otro como Cirujano del navío, Ángelo Castelli. Este último padre del “Orador de Mayo” Juan José Castelli y el primero del Creador de la Bandera Nacional, Manuel Belgrano.
Domingo había “mentido” en cuanto a su apellido y origen italiano para viajar, pues las licencias a extranjeros como él estaban vedadas en esos tiempos, por ello castellanizó su apellido materno Peri por el Pérez más hispano. Así lo utilizó durante los primeros años de su vida en Buenos Aires para luego incorporar el paterno cuando logró la ciudadanía española, llegando a usar los dos como “Belgrano Pérez” en distintas ocasiones. Estas distintas filiaciones lo llevaron a aclarar en su testamento de 1795 que reconocía todos los compromisos contraídos con las tres firmas diferentes.
El destino juntó a Domingo y a Ángelo en alta mar y en el infortunio del naufragio y más tarde los emparentó políticamente al contraer matrimonio con dos primas porteñas: María Josefa González Casero y María Josefa Villarino González, madres de Manuel y Juan José respectivamente.
Por estos matrimonios Manuel Belgrano y Juan José Castelli eran primos en segundo grado, es decir que sus respectivos abuelos eran hermanos. El destino uniría también a esta nueva generación como vocales de la Junta de Gobierno designada en Mayo de 1810, como previamente en el Real Consulado de Buenos Aires donde Castelli reemplazaba a Belgrano cuando solicitaba licencias de su cargo de Secretario Perpetuo. Ambos además cumplieron funciones militares según lo ordenado por la Junta, Juan José al Alto Perú y Manuel al Paraguay.
Si ahondamos un poco más en la historia del viaje de “El Polloni” encontramos que tanto Domingo Belgrano y Ángelo Castelli debían volver a España cuando el barco regresara cargado con frutos del país y pasajeros. Sin embargo, el sospechoso naufragio hizo que ambos permanecieran en Buenos Aires, se afincaran y formaran familia, dando origen a dos grandes hombres de nuestra Revolución.
Quizá parezca un simple hecho anecdótico pero… por qué no considerar esto como una causalidad o punto de inflexión (mínimo si se quiere) en nuestra historia…
Para saber más sobre el naufragio ver: