lunes, 30 de septiembre de 2019

Parte de la Batalla de Tucumán. - 29 - 09 - 2019.-

Adrian Garcia -----""""""""""2.en Exploradores Veteranos de Rosario", envió este Parte de la Batalla de Tucumán. 
Asociación Belgraniana de Morón.
29 de septiembre de 1812: BELGRANO ENVÍA AL GOBIERNO EL PARTE DEFINITIVO DE LA BATALLA DE TUCUMAN:
"Exmo. Señor:
Escribir la historia de la gloriosa accion del 24 del presente para que V.E. tuviese un conocimiento de sus pormenores exige un tiempo que las muchas atenciones urgentes y de la mayor importancia no me permiten emplear; pero deseoso de no defraudarle el placer que debe llenar de sensibilidad su corazón al observar por mi sincera relación la energía, el celo, el valor á prueba de los individuos del Ejército y de todo el heroico paisanage de las Provincias que nos á acompañado, muy particularmente el de Jujuy, Salta, esta Ciudad y Santiago del Estero, me contraigo en lo posible á referir á V. E. cuanto se ha ejecutado así en general, como en particular por salvar la Patria y poner en respeto sus armas, bien que previendo que se me escaparán muchos hechos, muchas singularidades todas dignas de la atención de V.E.; pero que ya mi memoria no puede abarcar.
Por mis partes anteriores sabe V.E. que el enemigo me perseguía; su numero no lo había podido fijar por que las relaciones variaban según el modo de ver de mis espías; pero observada la resolución de todos los individuos del Ejército y de cuantos patriotas vinieron á sus banderas, de morir ó vencer, me decidí á sostener las armas, sin tener consideración á las fuerzas que la tiranía dirigida contra nosotros y ya el numero de ellas no fijaba mi atención, sino la dirección que traían.
Varió esta por los diferentes caminos que presenta un campo que aunque cubierto de bosques tiene sin embargo diversos rumbos que se dirigen á esta Ciudad por donde puede viajarse, fácilmente con un Ejército venciéndose los obstáculos que hay que no son de gran entidad.
Había preparado el campo de batalla al Norte de esta Ciudad, y el 23 por los partes que se me dieron, tuve allí la tropa dispuesta para recibir al enemigo que habiendo acercado sus abarizadas hasta poco mas de un cuarto de legua de mi posición, retrogradaron, y fueren á reunirse á Tafí viejo con el grueso del Ejército.
Al día siguiente esperando que volviesen á tomar el camino real, me situé en el expresado campo á las dos de la mañana, pero á las siete de ella se me aviso venía por el camino de la costa del bosque, y en efecto vajó hasta el manantial al S. O. de esta Ciudad, y se dirigió por ese rumbo al campo de las carreras.
Ya me había situado en él y conocida la marcha del enemigo puse el Ejército, á su frente, y observando sus maniobras, y disposiciones para formarse, antes que pudiera verificarlo, mandé desplegar en batalla mis divisiones y que atacase la Infantería á la bayoneta, y avanzase la Caballería que cubría mis alas, reforzando con parte de la división de reserva la del ala derecha.
Se ejecuto con el mayor denuedo después de unos seis ú ocho tiros de cañón, que abrieron claros en la linea enemiga, en tanto grado, que en diez y seis minutos de el fuego mas vivo, se logró destrozar al Enemigo y consecutivamente apoderarse de su Artillería, municiones, bagajes, equipajes poner en vergonzosa fuga la mayor parte que se persiguió por la caballería con el mayor encarnizamiento, el cual no dió lugar á rehacerla con la prontitud que se requería para concluir con todo el Ejército Enemigo.
Con este motivo las divisiones de Infantería, y el cuerpo de reserva con una parte de la ala izquierda de la caballería se replegaron á la ciudad llevándose prisioneros, municiones del Enemigo, cañones, doce carretas, y otros muchos objetos, mientras Yo trataba de reunir la caballería que, había mandado avanzar.
El Enemigo replegó parte de sus restos y se acercó á las orillas de la ciudad con el intento de no manifestar su debilidad, y se atrevió á intimar la rendición en los términos de la copia n° 1 á que contestó mi segundo el Mayor Gral Diaz Veles, según la copia n° 2.
En estos momentos me acerqué con la caballería a ponerme á su vista, y resolví no continuar la acción, así por ponerme de acuerdo con la fuerzas de la Plaza para los ulteriores movimientos, como por evitar que continuase la horrorosa efusión de sangre que ya presentaba el campo cubierto de cadáveres que afligía el corazón mas duro, mucho mas al observar que todos aquellos desgraciados eran nuestros hermanos alucinados.
Así fué que me retiré para dar algún descanso á la, tropa y caballos, y el Enemigo quedó en su posición hasta el día 25, en cuya mañana habiendo vuelto á sus inmediaciones teniendo mi correspondencia libre con la Plaza y siguiendo mi idea de que no se derramase mas sangre Americana, dispuse mandar al Coronel D. José Moldes, segundo Teniente de Patriotas decididos con el oficio n° 3 para el Mayor Gral del Ejército. de Abascal D. Pio Tristan: quien me contestó con el n° 4; é interviniendo alguna idea de que podría acercarse á tener una conferencia conmigo, suspendí todo movimiento hostil, y di orden al Mayor Gral para que no se atacase, amenos de q. el Enemigo no lo hiciera; pr. q. confieso á V. E. que mi espíritu estaba afligido con tanto Americano como había sacrificado la tiranía por sostener las cadenas de la esclavitud.
Mi esperanza salió vana, y después de anochecido fui con la caballería al Manantial para lograr algún descanso pero ya con la determinación de esperar alguna insinuación del jefe enemigo hasta las diez de la mañana siguiente, ó en caso contrario finalizar la acción por los medios de la guerra y librarnos de los trabajos y fatigas que sufríamos.
Pero el jefe enemigo preferió á toda amigable proposición, á todo medio de conciliación, que acaso habría concluido la guerra civil en que la tiranía nos tiene envueltos, el huir vergonzosamente, llevándose los tristes restos de su Ejército que va perseguido por una división que he puesto al mando del Mayor Gral. y que diariamente hace prisioneros, y obliga al abandono de cuanto les ha quedado, y es de presumir que se disuelva enteramente, según lo amedrantada que va la tropa, y de q. me hallo con positivas noticias.
Los Estados adjuntos n° 5, 6, 7, y n°. 8—dan á V. E. un conocimiento exacto de cuanto se les ha tomado, de sus muertos, heridos, y prisioneros, sin traer á consideración lo mucho que han pillado algunos de la tropa y el paisanage en cuanto, durante la persecución del Enemigo, cayó bajo sus manos; y asi mismo los muertos, y heridos y dispersos que ha tenido el Ejército de mi mando.
La fuerza del enemigo era de tres mil hombres de toda arma con trece piezas de Artillería de cuatro, dos y uno, mientras la del Ejército que le oponía no llegaba á mil seiscientos hombres con cuatro piezas de a seis, entre los cuales apenas se cuentan trescientos viejos soldados; pero animados hasta el mas nuevo recluta, y el Paisano que había venido de su hogar á la camorra, como ellos dicen, de un espíritu patriótico, y de un fuego tan vivo para vencer que no es dable á mi pluma poderlo pintar para que se conozca en todo su lleno: solo puedo compararlos á los defensores de Buenos Ayres, y reconquistadores de Montevideo, Maldonado y la Colonia en 1807.
Por esta comparación vendrá V. E. en conocimiento de las heroicidades que se habrán ejecutado hasta por nuestros Tambores, y por los Paisanos que nunca se habían hallado en acciones de guerra, y ni aun tenían idea del silbido de las balas: son muchos los hechos particulares; pero lo que debe admirar es el orden, la subordinación y el entusiasmo de los reclutas de Infantería, de la Quebrada del Volcán, de Jujuy, de la Quebrada del Toro; y de Salta, que pisaban los efectos y dineros de los enemigos sin atenderlos por perseguirlos, y concluirlos: jóvenes todos que por primera vez experimentaban los horrores de la guerra; pero que su deseo de la libertad de la Patria se los hacia mirar con fría indiferencia.
Quisiera estampar sus nombres para que la posteridad los recordase con la veneración que es debida; mas esto no es dable, y me contentaré con que en la lista de revista que han de pasar queden con la nota honrosa que merecen para que obtengan en su tiempo las atenciones de la Patria.
Los hijos de Jujuy y Salta que nos han acompañado, los de Santiago del Estero y los Tucumanos que desde mi llegada á esta Ciudad me dieron las demostraciones mas positivas de sus esfuerzos y empeño de libertar la Patria comprometiéndose á que Tucumán fuese el Sepulcro de la Tiranía han merecido mucho, y no hallo como elogiarlos: á todos parecía que la mano de Dios los dirigía para llenar sus justos deseos.
El orden del Ejército fué el siguiente: la Artillería volante al mando del Barón de Holmberg, y las cuatro piezas de que se componía al del Capitán D. Francisco Villanueva, Teniente D. Juan Santa María, Teniente D. Juan Pedro Luna, y Teniente D, Antonio Giles: las municionen en dos carretillas al cargo del Subteniente D. José Velasquez: todos cumplieron su deber, y los tiros que hicieron fueron acertados: sirvió de ayudante D. José María Paz.
La infantería formaba tres columnas: la primera al mando de mi Ayudante D. Carlos Forest capitán del Nº 1 Sargento Mayor interino del Nº 6 y comandante de Cazadores dividida en tres secciones al mando del capitán D. Ramón Echavarria, del primer Teniente de Cazadores del N 1, mi Ayudante D. Geronimo Helguera, y D. Blas Rojas Ayudante Mayor del Nº 6: la segunda al mando de D. Ignacio Warnes primer comandante del N 6 y sus secciones al de los Capitanes D. Manuel Rafael Ruis. D. Josef Maria Sempol, y D. Melchor Telleria: la tercera al mando de D. Josef Superi Comandante de Pardos, y sus secciones al de los tenientes D. Ramon Mauriño, D. Bartolomé Rivadera, y capn. D. Antonio Visuara: en esta columna estaba de comandante de guerrillas el subteniente graduado de Teniente D. Tadeo Lerdo.
La división de caballería que formaba la ala derecha al mando del Teniente Coronel D. Juan Ramón Balcarce, y sus secciones al del capitán. de Husares D Cornelio Zelaya, del Sargento Mayor de Tarija D. Pedro Antonio Flores, y Teniente de Voluntarios D. Rudesindo Alvarado: la división de la ala izquierda al mando del Teniente Coronel, graduado comandante interino de Húsares D. Joseé Bernaldes, y sus secciones al del Capitán D. Francisco Paula Castellanos, y al de los capitanes de milicias D. Fermin y D. Nicolás Baca
El cuerpo de reserva al mando del Teniente Coronel D. Manuel Dorrego, y sus seccionas al del Capitán D. Esteban Figueroa, Teniente D. Miguel Sagarnaga, y el Capitán D. Manuel Inocencio Pesoa: la division de caballeria de ella al mando de D. Diego Gonzales Balcarce Sargt°. Mayor y Comandte, interino de Dragones, y sus secciones al de los capitanes D. Antonio Rodriguez D. Domingo Arevalo y Tente. D. Rufino Valle.
La Plaza la dejé al mando del comandante de Artillería D. Benito Martinez con el Subteniente de Artillería D. Juan Zeballos, seis piezas, un piquete de Infantería y parte de una compañía de Patriotas decididos compuesta delos de Cochabamba y Chayanta que formaban mi escolta á las ordenes del Teniente Coronel D. Manuel Muñoz y y Terrazas: dicha compañía la tuve dividida en los cuerpos de Húsares y Dragones, destinando los hijos de Tucumán á los primeros, y los de Salta y Jujuy á los últimos: su comportamiento y esfuerzos por el mejor servicio correspondieron á todas nuestras. esperanzas, y la Patria se complacerá siempre con hijos tan beneméritos que todo lo abandonaron, sujetandosé á la vida mas estricta del soldado para salvarla.
Ya dije á V. E. en mi parte del 26 que desde el ultimo individuo del Exto. hasta el de. mayor graduación se han comportado con el mayor honor y valor; pero debo recomendar mui particularmente al coronel D. José Moldes, que me há acompañado en todo, me há ayudado, y manifestado un animo heroico, y el deseo de salvar la Patria: á mi Edecán el Teniente coronel D. Franc°. Pico, y Ayudantes el capitán Dn. Amaro Bilvao, y Tte. D. Manuel de la Saquera á los Ayudantes del Mayor Gral, capitán D. Eustoquio Moldes, y Tente. D. Alexandro Heredia.
Son también de un merito distinguido Dn. Carlos Forest con toda su división de Cazadores que tomo tres cañones, D. Manuel Dorrego con su división de reserva que tomó el resto y las municiones, y entre ambas la mayor parte de los bagajes: asi mismo lo es el comandante segundo del N°. 6 D. Miguel Araoz, que sin embargo de hallarse todavía herido de la acción de las Piedras ha trabajado con empeño, y su valor acostumbrado.
Me sería preciso nombrar á todos los jefes y oficiales y demás individuos del Ejército que han manifestado su honor y valor decidido, si hubiese de complacerme dé mi mismo por lo que hé visto, por lo que se me ha informado; pero lo dejaré para hacerlo por separado en las ocaciones que los interesados lo exigieren para su satisfacción.—Dios gue á V. E. muchos años. Tucumán 29 de Septiembre de 1812.
Exmo. Señor.—Manuel Belgrano.
Exmo. Superior Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata."
Tras el parte de la victoria, Belgrano envió al gobierno de Buenos Aires las dos banderas del Real de Lima y los dos estandartes de Cotabamba, expresando su deseo, como el del ejército a su mando, de que fueran colocadas en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes “en demostración de gratitud a tan divina Señora por los favores que mediante su intercesión nos dispensó el Todopoderoso en la acción del 24 pasado”.
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).

sábado, 28 de septiembre de 2019

Héroes de Malvinas. Recuerdos. -28 - 09 - 2019.-

Héctor Gustavo Pugliese. Envió recuerdos de los HEROES de Malvinas. 
A 37 AÑOS DE LA GESTA DE MALVINAS !!!
PARTE II
RAÚL PÜRZEL MÁS QUE EL FOTÓGRAFO DEL "BRAVO 25"
A los 72 años de edad ,Pürzel,que hace un par de años cerró su negocio de fotografía en el pueblo -"Alguna vez hay que descansar " -le dijo al entrevistador -repasó una vez más las circunstancias de su participación casual en la guerra y de cómo sacó las fotografías de estos protagonistas destacados el día que los jóvenes conscriptos juraron la bandera ,en una condición singular; lo estaban haciendo prácticamente en el mismo lugar que seria su campo de batalla y en el que todos harían honor a su juramento.Ocurrió igual ,en los lejanos tiempos de las luchas por la Independencia argentina,cuando nuevos soldados juraban la bandera antes de ir a pelear por ella.
"Fue muy emocionante para mi -Dice hoy Pürzel -porque,en realidad,cuando salimos de Sarmiento y aun hasta después del 2 de abril,nadie parecía creer que veníamos a una guerra sino que iba a ser una ocupación que se iba a resolver diplomáticamente.Y en cambio al correr los días y semanas nos dimos cuenta que ,los ingleses se venían"
Agrega a su relato que eso determino que lograra viajar al continente a buscara buscar materia fotográfico .... Pero la lucha para cruzar ,ya los ingleses estaban encima y no había lugar para un fotógrafo .Las noticias que llegaban confirmaban que mis muchachos estaban en el medio de la pelea "
Sus frustraciones no terminaron allí ,porque ,si bien vio muchas veces sus fotos impresas,ya que sus copias pasaron por las manos de los soldados y familiares y amigos y así llegaron a los medios y se fueron publicando,no tuvo reconocimiento alguno.
Un día,y por gestión exclusiva de su viejo amigo Seineldín ," ya que yo no hice nada para conseguir eso ni tampoco creía merecerlo",le llegó la notificación de una pensión de Veterano de Guerra "Ahora,hace poquito,la Intendencia de mi pueblo me ha dado una medalla como testimonio del aporte a la campaña de Malvinas que fueron mis fotos,dice:bueno,yo estoy muy agradecido"
Raúl Pürzel murió el 10 de mayo de 2012 .Pero gracias a él,y a muchos que se formaron con él se empezó a ver la guerra de otra forma .
Extraído de las revista Malvinas la historia documentada ( Pág 29 )
Tomo 11.dirigida por . Juan .B.Yofre,editorial Sudamericana
( José Luis Delgado )
Héroes de Malvinas.
Muchas gracias al doctor Ruben Brodsky jefe del puesto de socorro de mí Regimiento en la Gesta y al poeta Oscar Ledesma dos brillantes soldados de mí Jefe y compañero de pozo, el Soldado Teniente coronel Mohamed Alí Seineldin.
MALVINAS.
EL EPILOGO
NO FUE TANTO.
Si alguien quisiera encontrar un verdadero heroe no empiecen por mi pero busquenlo a Oscar Ledesma y ahi lo van a tener.
Si revisan el medallero del 25 lo van a encontrar con la condecoracion AL ESFUERZO Y LA ABNEGACION,lo que podria ser insuficiente,por no decir pobrisima, dado la inmensidad de lo hecho por el.Por suerte,como todos los grandes,Oscar parece muy lejos de aferrarse a ella,pero muy cerca del honroso nombramiento que le dio el Coronel Seineldin ,"vos sos el Poeta del Regimiento" afirmo y Oscar se lo tomo muy en serio.Tanto que con su maravilloso talento y sensibilidad ha escrito una innumerable cantidad de poesias con las que supo llevar adelante toda su historia de la guerra,entre otros temas de los que escribe superlativamente,como es el amor.
Pero "la mia" como le exprese en varias oportunidades es NO FUE TANTO.Y asi fue que tanto me gusto que me "la regalo".
Descarnadamente enfrenta su pasado y su presente con tanta sencillez que no pude dejar de pensar en nosotros,sus camaradas y en honor a todos ellos va lo que sigue:
"El frío era tan intenso que tenia miedo de que las municiones no respondieran, mi compañero en la oscuridad me decía que no tirara, que nos iban a detectar, al carajo tiramos igual que mas da, ya estamos acá, que mierda, al carajo con todo..."
- "A mi me tocaba ser el ranchero, nos turnábamos creo que por semana. Así podía conseguir un poco más de comida. Aunque salir en medio del frío a servir a los otros era tremendo, de esta manera llenábamos con R. M. (mi compañero de posición) tres cantimploras de mate cocido y las usábamos como bolsa de agua caliente - Así tomábamos algo calentito toda la mañana"
"No pude hacer amigos allá, soy de hablar poco, la realidad de la guerra superó todo lo que me podía imaginar! . No lo soportaba."
Al volver de Malvinas pidió la baja, actualmente cobra un subsidio por discapacidad, muestra su brazo amputado y dice: "no sirvo ya para nada...” (SIC) (se observa angustia ante este comentario).
En lo personal manifiesta haber realizado terapia de pareja ante una crisis en su matrimonio (por esta razón puntual) .
-" A medida que los hechos se iban sucediendo nos fuimos transformando de aquel inocente ser humano en un animal, así, sin quererlo. "los demonios" acechaban nuestras cabezas. Comente al principio que llegaba la noche y con ella "los demonios", pero, la verdad es que estaban todo el día.
Ellos estaban vinculados con el hecho de que si bien "animales", también, no es menos cierto, que éramos hombres y mujeres que estábamos pasando una situación máxima de stress, razón por la cual nos permitíamos hechos de debilidad, de los cuales no podíamos separarnos.
Temíamos cada ataque y a veces lo recibíamos como si fuera el ultimo, tan cerca estábamos de la muerte, y eso nos hacia pensar y lo hablábamos
-"Si me toca, no querría quedar mutilado, prefiero morir".
La mutilación era un hecho indeseable que nos asustaba y que hacia que nos protegiéramos todo aquello como fuera posible.
Lo terrible del avión tirando bombas, ametrallando, pasando por ahí, hasta que los rechazábamos era de una envergadura gigantesca.
Los barcos cañoneándonos y nosotros ahí, al principio fue como "tiremos al blanco" (el blanco éramos nosotros).
-"Los soldados argentinos se encontraban en estado lamentable, algunos casi desnutridos y con un importante agotamiento físico y mental producto de los combates y de la situación de tensión. Muchos de ellos fueron alojados en galpones de las Falkland Island Company (FIC).
Los ingleses seleccionaron a un grupo de soldados para que se dedicaran a recoger municiones, armamento y cadáveres que estaban dispersos en el campo de batalla."
"Finalizada la guerra, los soldados regresaron pronto al continente, pero no se reencontraron con sus familias sino que fueron llevados a instalaciones militares. Se los mantuvo un tiempo allí, con la finalidad de mejorar su condición física y lograr que la sociedad se olvidara rápidamente de la derrota. Además, dentro de los cuarteles continuaban las acciones de adoctrinamiento y los superiores “solicitaron” a los soldados la firma de una declaración por la que se obligaban a no hablar acerca de la guerra. Deberían callar, era una cuestión de Estado."
-Con el enorme peso de las circunstancias tome la decisión que ALGO tenia que hacer con mi vida,
Mis "bastones" fueron mis padres , mi hermana y algún amigo, pero también mi carrera a la que le puse toda la adrenalina que me "sobraba".
Nunca hable de la guerra y vi que nadie hablaba.
Me di cuenta QUE NUNCA OCURRIO, NADA PASO.
Angustias, silencios pronunciados y soledad fue el común denominador de mi vida; LA HUELLA DEL ABANDONO SE HABIA HECHO CARNE EN MI.
NO FUE TANTO
No fue tanto
la batalla perdida
las llagas del alma,
la retina cansina.
Ni así tampoco
los fantasmas eternos
la mirada perdida,
el sueño sin dueño.
Las noches en vela,
las lágrimas mordidas,
los gritos demenciales,
el sobresalto permanente.
La esperanza hipotecada
la resignación agotada
las ganas estancadas
la paciencia devastada.
Como lo ha sido el destierro,
el exilio sin movernos,
los suicidios desesperados,
los planes de aniquilamiento.
Han sido tan cruelmente asesinos
tan bastardos e inclementes
mucho más que los combates
más aún que la posguerra.
Les deseo mucha vida
y la culpa de los traidores,
hemos logrado sobrevivirlos,
Dios se apiade de sus almas.
© Oscar Ledesma (Oscar Ledesma y Malvinas)
GRACIAS OSCAR LEDESMA.
Finalmente puedo decirles que siento que cumpli con mi mision.
Este ultimo relato es el epilogo de toda una historia vivida en mi juventud y que dejo en manos de mi familia el derrotero final de este trabajo,que no fue facil.
Muchas gracias al doctor Ruben Brodsky jefe del puesto de socorro de mí Regimiento en la Gesta y al poeta Oscar Ledesma dos brillantes soldados de mí Jefe y compañero de pozo, el Soldado Teniente coronel Mohamed Alí Seineldin.
MALVINAS.
EL EPILOGO
NO FUE TANTO.
Si alguien quisiera encontrar un verdadero heroe no empiecen por mi pero busquenlo a Oscar Ledesma y ahi lo van a tener.
Si revisan el medallero del 25 lo van a encontrar con la condecoracion AL ESFUERZO Y LA ABNEGACION,lo que podria ser insuficiente,por no decir pobrisima, dado la inmensidad de lo hecho por el.Por suerte,como todos los grandes,Oscar parece muy lejos de aferrarse a ella,pero muy cerca del honroso nombramiento que le dio el Coronel Seineldin ,"vos sos el Poeta del Regimiento" afirmo y Oscar se lo tomo muy en serio.Tanto que con su maravilloso talento y sensibilidad ha escrito una innumerable cantidad de poesias con las que supo llevar adelante toda su historia de la guerra,entre otros temas de los que escribe superlativamente,como es el amor.
Pero "la mia" como le exprese en varias oportunidades es NO FUE TANTO.Y asi fue que tanto me gusto que me "la regalo".
Descarnadamente enfrenta su pasado y su presente con tanta sencillez que no pude dejar de pensar en nosotros,sus camaradas y en honor a todos ellos va lo que sigue:
"El frío era tan intenso que tenia miedo de que las municiones no respondieran, mi compañero en la oscuridad me decía que no tirara, que nos iban a detectar, al carajo tiramos igual que mas da, ya estamos acá, que mierda, al carajo con todo..."
- "A mi me tocaba ser el ranchero, nos turnábamos creo que por semana. Así podía conseguir un poco más de comida. Aunque salir en medio del frío a servir a los otros era tremendo, de esta manera llenábamos con R. M. (mi compañero de posición) tres cantimploras de mate cocido y las usábamos como bolsa de agua caliente - Así tomábamos algo calentito toda la mañana"
"No pude hacer amigos allá, soy de hablar poco, la realidad de la guerra superó todo lo que me podía imaginar! . No lo soportaba."
Al volver de Malvinas pidió la baja, actualmente cobra un subsidio por discapacidad, muestra su brazo amputado y dice: "no sirvo ya para nada...” (SIC) (se observa angustia ante este comentario).
En lo personal manifiesta haber realizado terapia de pareja ante una crisis en su matrimonio (por esta razón puntual) .
-" A medida que los hechos se iban sucediendo nos fuimos transformando de aquel inocente ser humano en un animal, así, sin quererlo. "los demonios" acechaban nuestras cabezas. Comente al principio que llegaba la noche y con ella "los demonios", pero, la verdad es que estaban todo el día.
Ellos estaban vinculados con el hecho de que si bien "animales", también, no es menos cierto, que éramos hombres y mujeres que estábamos pasando una situación máxima de stress, razón por la cual nos permitíamos hechos de debilidad, de los cuales no podíamos separarnos.
Temíamos cada ataque y a veces lo recibíamos como si fuera el ultimo, tan cerca estábamos de la muerte, y eso nos hacia pensar y lo hablábamos
-"Si me toca, no querría quedar mutilado, prefiero morir".
La mutilación era un hecho indeseable que nos asustaba y que hacia que nos protegiéramos todo aquello como fuera posible.
Lo terrible del avión tirando bombas, ametrallando, pasando por ahí, hasta que los rechazábamos era de una envergadura gigantesca.
Los barcos cañoneándonos y nosotros ahí, al principio fue como "tiremos al blanco" (el blanco éramos nosotros).
-"Los soldados argentinos se encontraban en estado lamentable, algunos casi desnutridos y con un importante agotamiento físico y mental producto de los combates y de la situación de tensión. Muchos de ellos fueron alojados en galpones de las Falkland Island Company (FIC).
Los ingleses seleccionaron a un grupo de soldados para que se dedicaran a recoger municiones, armamento y cadáveres que estaban dispersos en el campo de batalla."
"Finalizada la guerra, los soldados regresaron pronto al continente, pero no se reencontraron con sus familias sino que fueron llevados a instalaciones militares. Se los mantuvo un tiempo allí, con la finalidad de mejorar su condición física y lograr que la sociedad se olvidara rápidamente de la derrota. Además, dentro de los cuarteles continuaban las acciones de adoctrinamiento y los superiores “solicitaron” a los soldados la firma de una declaración por la que se obligaban a no hablar acerca de la guerra. Deberían callar, era una cuestión de Estado."
-Con el enorme peso de las circunstancias tome la decisión que ALGO tenia que hacer con mi vida,
Mis "bastones" fueron mis padres , mi hermana y algún amigo, pero también mi carrera a la que le puse toda la adrenalina que me "sobraba".
Nunca hable de la guerra y vi que nadie hablaba.
Me di cuenta QUE NUNCA OCURRIO, NADA PASO.
Angustias, silencios pronunciados y soledad fue el común denominador de mi vida; LA HUELLA DEL ABANDONO SE HABIA HECHO CARNE EN MI.
NO FUE TANTO
No fue tanto
la batalla perdida
las llagas del alma,
la retina cansina.
Ni así tampoco
los fantasmas eternos
la mirada perdida,
el sueño sin dueño.
Las noches en vela,
las lágrimas mordidas,
los gritos demenciales,
el sobresalto permanente.
La esperanza hipotecada
la resignación agotada
las ganas estancadas
la paciencia devastada.
Como lo ha sido el destierro,
el exilio sin movernos,
los suicidios desesperados,
los planes de aniquilamiento.
Han sido tan cruelmente asesinos
tan bastardos e inclementes
mucho más que los combates
más aún que la posguerra.
Les deseo mucha vida
y la culpa de los traidores,
hemos logrado sobrevivirlos,
Dios se apiade de sus almas.
© Oscar Ledesma (Oscar Ledesma y Malvinas)
GRACIAS OSCAR LEDESMA.
Finalmente puedo decirles que siento que cumpli con mi mision.
Este ultimo relato es el epilogo de toda una historia vivida en mi juventud y que dejo en manos de mi familia el derrotero final de este trabajo,que no fue facil.

(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).

Pedro Pablo Rosas y Belgrano. Hijo de Belgrano. - 27 - 09 - 2019.-

Horacio Formica compartió una publicación.
Pedro Pablo Rosas y Belgrano.
Asociación Belgraniana de Morón

El 27 de septiembre de 1863: muere Pedro Pablo Rosas y Belgrano, primer hijo del Prócer.

Hacia el año 1802, vuelto Belgrano a Buenos Aires, comenzó a frecuentar a María Josefa Ezcurra, perteneciente a una distinguida familia de la ciudad.
Al tomar conocimiento los padres de María Josefa de la incipiente relación afectiva que involucraba a su hija con Manuel Belgrano -cuyas pretensiones no aceptaban-, dispusieron, según costumbres de la época, que se celebrara prontamente su matrimonio con un primo de origen navarro, recién llegado del reino de España. Se llamaba Juan Esteban Ezcurra, y efectivamente se concretó, prolongándose la relación durante nueve largos años. Con posterioridad, por razones de índole política vinculadas con la Revolución de Mayo, Juan Esteban volvió a España, manteniéndose el vínculo matrimonial hasta el fallecimiento del esposo, acaecido en Pamplona.
En esos momentos, se reanudó la relación entre Belgrano y Ezcurra, aunque en el mayor de los secretos, quien no había tenido hijos en el matrimonio con su primo.
Sin embargo, por disposición de la Junta de Gobierno, Belgrano debió marchar con urgencia a San Salvador de Jujuy para hacerse cargo de la conducción del Ejército del Norte o, más propiamente, del Ejército Auxiliar del Perú, mientras María Josefa permanecía en Buenos Aires con su familia paterna.
Pero poco después, en una actitud inusual para esa época de rigurosos principios sociales, María Josefa viajó en carruaje a San Salvador de Jujuy para encontrarse con su amado general, asumiendo los riesgos e inconvenientes de un periplo de esa naturaleza, dado lo inhóspito del trayecto y la ausencia mínima de comodidades y ámbitos propicios para descansar con alguna seguridad.
Por fin, luego de 45 días de un fatigoso viaje, nuestros personajes se encontraron en la mencionada ciudad del noroeste a principios de 1811, aunque pronto debieron trasladarse a San Miguel de Tucumán, luego del Éxodo Jujeño ocurrido en agosto de 1812 por determinación táctica del general. Allí vivieron sus momentos de máxima felicidad, quedando María Josefa embarazada en octubre de 1812.
En razón de las circunstancias personales de la futura madre y la vigencia del vínculo conyugal que la unía a Juan Esteban Ezcurra, ambos decidieron que lo mejor sería que el parto se produjera en un lugar alejado de Buenos Aires con el fin de evitar un previsible y fuerte reproche social. Así fue que se eligió la estancia de unos amigos, muy cercana a la ciudad de Santa Fe; probablemente una propiedad de Francisco Antonio Candioti o de Gregoria Pérez de Denis, aunque algunos historiadores sostienen que podría tratarse de un establecimiento rural de Juan Manuel de Rosas ubicado en cercanías de la Villa del Rosario. Lo cierto es que el 29 de julio de 1813 nació el niño que fue anotado y bautizado en la iglesia Matriz (Catedral) de Santa Fe como huérfano o expósito, partida en la que su madre figura como madrina de bautismo.
El niño vivió en Santa Fe algunos meses con su madre, y luego fue adoptado por una hermana de ésta, la ya mencionada Encarnación, quien recientemente había contraído nupcias con Juan Manuel de Rosas. Por eso, el futuro gobernador de Buenos Aires aparecerá en el futuro como padre de la criatura, en tanto que el niño se llamará Pedro Pablo Rosas, hasta la edad de veinte años. En ese momento, Rosas revelará que su verdadero padre había sido el General Manuel Belgrano y que su madre era María Josefa Ezcurra, a quien Pedro Pablo llamaba tía.
Conforme a los datos históricos más aceptables, fue criado por los Ortiz de Rozas.
En 1837 se desempeñaba como juez de paz y comandante militar interino de Azul, ciudad donde tenía sus intereses privados. En ese mismo año es informado por Juan M. de Rosas de su verdadera condición familiar, comenzando a firmar, a partir de entonces, como Pedro Belgrano. Tres años después figura como capitán del 5º escuadrón de Milicias de Caballería, y desde 1841 hasta 1848 como juez de paz de Azul. En 1846, siguiendo instrucciones de Rosas, conferenció con el cacique Quechuden, hijo de Painé, a quien pidió la entrega del coronel Manuel Baigorria, asilado en Trenel; pero el cacique esquivó el reclamo argumentando que no tenía instrucciones para dicho objeto. Tres años después, en 1849, dirigió una expedición a Tapalqué, contra la indiada. Rosas y Belgrano fue un firme factor de progreso para Azul, cuya población protegió de las incursiones indígenas.
Durante el sitio de Montevideo cumplió una misión secreta ante Oribe, confiada por don Juan Manuel. Pero después de Caseros se puso al servicio de Urquiza. De tal suerte, el 1º de junio de 1852 figura revistando en Azul, como coronel del Regimiento 11º de Guardias Nacionales de Caballería. Con motivo de la revolución liberal del 11 de setiembre de ese mismo año, quedó segregado de la Confederación y entró a servir al Estado de Buenos Aires. Por eso, al sublevarse el coronel Hilario Lagos –de quien era compadre-, Rosas y Belgrano desembarcó con efectivos leales en Ajó, en compañía del coronel Matías Ramos Mejía, y se unió a las fuerzas del coronel Agustín Costa, fuerte estanciero del sur bonaerense. Formó entonces en Azul un ejército integrado en su mayor parte por indios y marchó al norte del Salado.
El 22 de enero de 1853 libró combate en el Rincón de San Gregorio con el Ejército Federal de Operaciones del Sud, que comandaba el general Gregorio Paz, partidario de Lagos. La indiada de Rosas fue neutralizada por un oportuno movimiento del coronel Juan Francisco Olmos, del Estado Mayor federal. El coronel Rosas fue tomado prisionero y llevado a San José de Flores. José Hernández, que peleó en las filas del hijo de Belgrano, recordaba años después: “El último Rosas que conservaba en el Sud un resto de prestigio, penetró en la Provincia de Buenos Aires en 1852 trayendo en sus filas los indios que se encontraron en la batalla de San Gregorio. Se dispersaron como en Caseros, después de inútiles cargas dadas en medio de sus salvajes alaridos, y desde la costa del Salado hasta sus tolderías, distantes más de ochenta leguas, no hicieron sino saquear cuanto hallaron…”.
Como nos informa la historiadora Cristina V. Minutolo, el coronel Rosas y Belgrano fue sometido a un tribunal militar, en la quinta de Ambrosio Lezica en Flores. Dicho tribunal fue compuesto por los jefes Juan Isidro Quesada, Manuel Alejandro Pueyrredón, Matías Rivero, Baldomero Lamela, Pedro José Agüero, León Benítez, Juan María Pita y Bernardo González. Lo defendió el coronel Antonio Reyes. Fue sancionado con una condena leve y conducido a Luján hasta el fin del sitio de Lagos.
El prisionero se dirigió por carta a Lagos, acompañando la suya con otra de su hermana Manuela Mónica Belgrano; y entre otras cosas le decía: “si su nombre vale algo para Ud., me intereso por ella para que me quite una prisión que me mortifica tanto”.
El 18 de julio de 1853 el gobernador Pastor Obligado otorgó a Rosas y Belgrano los despachos de coronel efectivo, grado con que volvió a Azul, donde permaneció durante los años 1854 y 1855, en que pidió la baja para dedicarse a sus intereses particulares. Pero nuevamente ofreció sus servicios a Urquiza y la Confederación.
En efecto, a principios de 1859 fue despachado de Paraná, junto con el indio Cristo, de la gente de Callvucurá, y el teniente coronel Federico Olivencia, con la misión de levantar las indiadas del sur a favor de la Confederación y contra Buenos Aires. Poco después, el coronel Rosas y Belgrano marchó sobre Azul con fuerzas cristianas e indios aliados, pero esta empresa bélica tuvo fin al formalizarse la paz de San José de Flores, en noviembre de 1859.
Después de Pavón, el coronel Rosas pasó al cuerpo de inválidos, y el 26 de setiembre de 1863 murió en su casa de la calle Belgrano 208. Se había casado en 1851 con Juana Rodríguez en la Iglesia de Azul, Provincia de Buenos Aires, unión de la que nacieron nada menos que dieciséis hijos. Llegaron a la mayoría de edad Pedro, Dolores, Juana Manuela, Braulia, Melitona, María Josefa, Manuel, Juan Manuel, Francisco y Emiliano.


(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).