jueves, 28 de abril de 2022

Nos hicisteis débiles. Hijos modernos. Reflexión.- 28 - 04 - 2022.-

- La juventud moderna.Reflexión - NOS HICISTEIS DÉBILES. - Por Victoria Trigo Bello.- Zaragoza.España. Nos quisisteis tanto que nos hicisteis débiles. Reservasteis para vosotros los malos tragos, las maletas de cartón, las medias suelas en los zapatos. Aguantasteis guerras y posguerras, el hambre en pucheros de miseria, los piojos, los sabañones, el miedo pegado a la mirilla, las casas llenas de fotos tristes. Vestisteis un luto tras otro, la mirada baja, las manos heladas. Subisteis a trenes negrísimos, kilómetros en vagón de tercera, vendimias, fábricas inmensas, lluvias que enlazaban con más lluvia, inviernos que duraban todo el año. Y todo eso fue para sobrevivir y dar la entrada de un piso, para regalarnos una cuna con colchón de lana, un cubierto con nuestras iniciales, un pupitre en la escuela, unos patines, una tarta de cumpleaños, un juguete -o dos- de los Reyes Magos, una quincena en la playa. Y todo eso fue para que nosotros tuviéramos un paquete de pipas, unas botas de agua, una canción dedicada en la radio. Nos mimasteis como ni vosotros mismos sabíais que podíais amar. Nos llenasteis el bolsillo con propinas de cinco duros, nos enseñasteis el verbo estrenar para el domingo de Ramos, para las bodas y las comuniones, nos comprasteis la mochila para los campamentos y os estirasteis para apuntarnos a actividades extraescolares. Enterrasteis a vuestros muertos con paladas de llanto y silencio. A nosotros nos lo pusisteis fácil con una póliza de decesos con la que deciros adiós sin mancharnos de tierra. A nosotros nos inundasteis de ColaCao el tazón del desayuno y de naranjada el vaso de la merienda. Nosotros, escolares de bollo y chocolatina, nunca conocimos qué era repartirse un huevo frito en la cena, ni sospechamos que unas décadas atrás la gente saliera de casa con un bocadillos envuelto en periódico camino del tajo y luego, con el cansancio de la jornada, estudiaba en cursos nocturnos para adultos. Salimos malcriados. Los zurcidos quedaban en vuestros calcetines, en los abrigos a los que dabais la vuelta para alargarles la vida. Salimos blandos para la contrariedad. Para nosotros la aspereza de la supervivencia era una aventura de personajes de película que siempre terminaba bien. Creímos que luchar y reivindicar se limitaba a salir a la calle en determinadas fechas con una pancarta. Creímos que el bienestar heredado de vosotros era una conquista vitalicia. Creímos que comeríamos hojas tiernas toda la vida, que las duras ya las habíais sufrido vosotros. Creímos que nuestros hijos tendrían el mundo a sus pies a golpe de ratón, en un ascenso imparable para disfrutar de más comodidades y servicios y, además, antes que nadie. Nos quisisteis tanto que nos hicisteis débiles. La musculatura de carpetas plastificadas no nos sirve para afrontar la dificultad. Necesitamos prótesis de sinergias, empatías y esos apoyos que vosotros, cuando venían mal dadas, simplemente llamabais solidaridad, compañerismo y compromiso colectivo. Pero a nosotros, ebrios de másteres y de titulaciones, nos viene grande el papel de la responsabilidad. Por eso nos cuesta tanto asumir este viraje tremendo de la convivencia a nivel mundial en el que fracasan nuestras reglas egoístas de mirar cada cual por lo suyo y, si se puede, robar al vecino más indefenso. Desde donde os halléis, padres y abuelos, si os dais una vuelta por aquí os escandalizarán nuestras prisiones gestadas en convenios de poltrona y pérdida de derechos. Sin duda os indignará que seamos tan blandengues y manipulables y que desde el conformismo del qué le vamos a hacer y de la cómoda no incumbencia, hayamos permitido que se machacara lo público. Y vosotros que nos quisisteis tanto, regresaréis a vuestras tumbas complacidos de no depender de nosotros, de nuestros putos móviles, de nuestra académica incultura y de nuestra medular insensatez. Victoria Trigo Bello ( escritora , Zaragoza)

lunes, 25 de abril de 2022

La Historia del Genocidio Armenio.1915-1922.- Masacre.-25-04-2022-.

LA HISTORIA DEL GENOCIDIO ARMENIO. A 1O7 años de la masacre de más de 1.5OO.OOO de personas Qué significa genocidio y por qué el perpetrado contra los armenios se conmemora el 24 de abril. Los 1O puntos del plan de exterminio del Imperio Otomano y sus etapas. La palabra del antropólogo Carlos Antaramian, especialista en genocidios. Por Vardan Bleyan 24 de abril de 2O22 - Ejecuciones a armenios, Constantinopla, 1915 - genocide-museum.am Este 24 de abril se conmemora el 107vo aniversario del genocidio armenio, un plan de eliminación sistemática llevado a cabo por el Imperio Otomano entre los años 1915 y 1923 que dejó como saldo más de 1.5OO.OOO de armenios masacrados. ¿Por qué Turquía no reconoce el genocidio armenio? El nulo castigo para los responsables del genocidio armenio fue utilizado por Adolf Hitler: el 22 de agosto de 1939, pocos días antes de invadir Polonia e iniciar la Segunda Guerra Mundial, el líder nazi declamó "¿quién, después de todo, recuerda hoy el exterminio de los armenios?". Era la justificación para comenzar lo que serían el holocausto judío y el genocidio gitano. Qué significa genocidio El término genocidio fue creado por el jurista polaco Raphael Lemkin. Lo forman las palabras, "geno" que en griego significa tribu/raza y "cidio", del latín "cide": asesinato. Según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio firmada por la ONU en 1948, "se entiende por genocidio a todo acto con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico o religioso como tal". ¿Por qué se conmemora el 24 de abril? El 24 de abril de 1915 fue la fecha en la que cientos de líderes e intelectuales armenios fueron arrestados, deportados y posteriormente fusilados por parte del Imperio Otomano. Fue parte de la primera fase de un plan sistemático de exterminio. Luego de las Matanzas Hamidianas (1894-1896) y la Masacre de Adaná (1909), en las que más 330.000 armenios fueron asesinados, en 1915 comienza un plan sistematizado para exterminar a la población armenia del Imperio Otomano. Qué fueron las Matanzas Hamidianas y la Masacre de Adaná Comienzo del genocidio armenio En 19O8 un grupo de oficiales del Ejército Otomano conocidos como los Jóvenes Turcos se rebelaron ante el sultán Abdul Hamid II y lo obligaron a restaurar la Constitución de 1876. La nueva monarquía constitucional respetaba las libertades individuales y los derechos étnico-nacionales. Las minorías veían con muy buenos ojos la revolución, pues en teoría venía acompañada de políticas mucho más amenas para ellas. El partido político armenio Tashnaksutiún apoyó la rebelión, incluso levantándose en armas. Pero muy pronto los Jóvenes Turcos y su partido Comité de Unión y Progreso impusieron su nacionalismo de exclusión y siguieron con la segregación a las minorías. Su objetivo era crear un Estado turco moderno homogéneo, no religioso como el del sultán, para lo que la heterogeneidad cultural del Imperio era un impedimento. En 1909, casi en simultáneo con la sofocada contrarrevolución de Abdul Hamid II, se llevó a cabo la Masacre de Adaná, en donde 3O.OOO armenios fueron brutalmente asesinados. En las conferencias del partido Unión y Progreso durante el 191O se tomó la decisión de ejecutar el genocidio. El desmembramiento del Imperio comenzado en el siglo XIX no cesaba. En 1911 Italia anexiona Trípoli. Serbia, Bulgaria y Grecia, junto a Montenegro y Macedonia, dan inicio en 1912 a las primeras guerras balcánicas contra el Imperio Otomano, que desgastado por el conflicto con Italia renuncia a Albania y Macedonia. En 1913 cede la isla de Creta a Grecia. Para ese entonces, los otomanos prácticamente habían perdido todos sus territorios en Europa, y los armenios eran de los pocos cristianos que quedaban dentro del Imperio. Estas pérdidas son vitales al explicar el genocidio. El Imperio sufría una paranoia de derrumbe imperial que se acrecentaba con el pasar de los años. El Estado apoyó e hizo de las minorías no turcas, sobre todo las musulmanas, una pieza clave para el genocidio. Estos grupos étnicos habían sido expulsados de los territorios donde los diferentes Estados cristianos habían declarado su independencia, y traían consigo un enorme odio que los otomanos fogonearon. Tártaros, circasianos y kurdos también participaron de las masacres, fueron cómplices y autores materiales del genocidio. El gobierno no solo les hizo creer que los armenios eran traidores que ponían en riesgo el Imperio y una amenaza para sus étnias, sino que les prometía quedarse con las tierras de aquellos que asesinaran para allí crear su propio Estado autónomo. Incluso se liberaron y armaron presos con la condición de que se unieran a la cacería de armenios. En 1913 los oficiales Mehmed Talaat, Ismail Enver y Ahmed Djemal tomaron el poder bajo el lema "Turquía para los turcos". Atrás quedaron las promesas iniciales del respeto a la diversidad. "La idea de los Jóvenes Turcos era eliminar el sistema imperial y uno de sus planes era homogeneizar al Estado. Ellos ya traían ese plan de exterminio desde un comienzo", sostiene el doctor en Antropología Carlos Antaramian, descendiente de armenios y autor de varios textos relacionados al genocidio, en diálogo con Página|12. El triunvirato buscaba unir a todos los pueblos turcos en una nueva y moderna nación homogénea, para lo cual sería necesaria una enorme expansión territorial y una profunda limpieza étnica. Fue el reemplazó del otomanisno por el panturquismo. "Los Jóvenes Turcos no eran religiosos, pero para homogeneizar Turquía sabían que debían apelar a la religión, pues gran parte de la población era radicalmente musulmana", explica Antaramian. A comienzos de agosto de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, que fue vista por los Jóvenes Turcos como una oportunidad para cumplir con su plan sin preocuparse por las presiones de las potencias occidentales. A mediados de 1915 y con la excusa de la Guerra, los Jóvenes Turcos disuelven el Congreso. Los 10 puntos del plan del exterminio armenio ideado por el Imperio Otomano El plan de exterminio fue pensado y redactado en un documento conocido como “Los diez mandamientos del Comité Unión y Progreso”, que constaba de 10 artículos y cuya fecha es de entre finales de 1914 y comienzos de 1915. En este documento, que se hizo público luego de que el Alto comisionado británico en Constantinopla se lo enviara al Foreign Office de Londres a principios de 1919, se explicaba paso a paso el plan de exterminio. Art 1: Se deben cerrar todas las asociaciones de armenios basándose en los artículos 3 y 4 de la Ley de Asociaciones: arrestar a los miembros ejecutivos que se oponen al gobierno del CUP, deportarlos a ciertas provincias como Mosul y Bagdad y matarlos durante la ruta de deportación o una vez que lleguen al destino final. Art 2: Recolectar todas las armas que sean propiedad de los armenios. Art 3: Se debe preparar a la opinión pública musulmana a través de los medios apropiados, por lo cual se deben organizar algunos incidentes planeados –como Rusia hizo en Bakú- en ciudades como Van, Erzurum y Adaná, donde los armenios por sus propias acciones se han ganado el odio de los musulmanes. Art 4: Dejar la total implementación de las acciones a la población general en provincias como Erzurum, Van, Mamuret-ul aziz y Bitlis, y usar las tropas y fuerzas militares en lugares como Adaná, Sivas, Bursa, Izmit e Izmir. Art 5: Aplicar (medidas) de aniquilación a los maestros de las escuelas y especialmente a los hombres menores de 50 años. (Dejar vivos a las mujeres y niños para que sean convertidos al Islam). Art 6: Organizar a las familias de aquellos miembros que han escapado y tomar las medidas para cortar completamente los lazos que los unen con sus hogares. Art 7: Licenciar a todos los oficiales armenios de los puestos gubernamentales y demás rubros bajo la acusación de espionaje. Art 8: Aniquilar a los hombres en servicio en el ejército bajo una manera apropiada. Art 9: Iniciar todas las medidas al mismo tiempo para no dar la oportunidad de que preparen medios para su defensa. Art 1O: Mantener esta Carta de Instrucción en la más completa privacidad. Las etapas del genocidio armenio La primera etapa del genocidio fue el secuestro, deportación y asesinato de líderes políticos, eclesiásticos e intelectuales el 24 de abril de 1915. Lo que se buscaba era dejar sin representación a los armenios. Se impulsó una fuerte propaganda para hacer ver a los armenios como traidores y conspiradores, pues el apoyo de la población musulmana era vital para el plan. La segunda etapa fue la eliminación de los hombres aptos para combatir, o sea aquellos de entre 18 y 40 años. Más de 60 mil hombres armenios fueron reclutados al ejército otomano y luego asesinados. Se los hacía cavar sus tumbas antes de ser fusilados. Algunos encarcelamientos y la formación de campos de concentración se habían producido también a comienzos de ese año. La tercera etapa fue el comienzo de las deportaciones masivas de armenios hacia los desiertos de Siria, como Deir ez-Zor, y la Mesopotamia. La mayoría eran mujeres, ancianos y niños, sometidos a torturas extremas. Las mujeres eran raptadas, violadas y convertidas al Islam por la fuerza, para en algunos casos ser las esposas de musulmanes. Quienes no morían en el tortuoso camino eran ejecutados al llegar a destino. Armenios quemados vivos en Sheykhalan (1915) - genocide-museum.am En mayo de 1915, Francia, Gran Bretaña y Rusia emitieron un comunicado conjunto en el que advierten de estas matanzas y usan por primera vez el término "crímenes contra la humanidad". El Senado de Estados Unidos se manifestó en febrero de 1916. De los 2.1OO.OOO armenios que habitaban el Imperio Otomano, 1.5OO.OOO fueron masacrados. Algunos lograron escapar a otras zonas del Imperio o fuera del mismo, incluso con ayuda de musulmanes que no compartían las matanzas. En su plan de formar un Estado turco homogéneo, el Imperio asesinó también a más de 25O.OOO griegos y un número similar de asirios. Hasta el día de hoy es que Turquía mantiene un férreo negacionismo y sigue recordando a las cabezas del genocidio como héroes, bajo la justificación de que todo ocurrió en un contexto de guerra. .............................................

sábado, 23 de abril de 2022

Carmen de Patagones,1779, Puerto del Sur.- 23 -04 - 2O22.-

ANIVERSARIO DE CARMEN DE PATAGONES. -23 de Abril 1779.- En la larga historia de nuestras Islas Malvinas, Carmen de Patagones ocupa un lugar destacado. De su puerto salían las naves que surcaban el mar rumbo a Malvinas. Allí Luis Vernet cargaba sus barcos con provisiones: alimentos, ropa, calzado, herramientas, vajilla, medicina, monturas, caballos y ovejas para abastecer el nuevo pueblo de “Puerto Luis” en nuestra Isla Soledad. Fue allí donde los gauchos, los negros y los indios embarcaron con Vernet hacia la misión encomendada por el gobierno criollo. Por eso en el Museo Malvinas conmemoramos la fundación de aquel Fuerte de Nuestra Señora del Carmen el 22 de Abril de 1779, conocido luego como Carmen de Patagones, al sur de la provincia de Buenos Aires y vecina a la ciudad de Viedma, a orillas del río Negro. La fundación original a cargo de Don Francisco de Viedma y Narváez tenía por objetivo afianzar la soberanía hispana sobre los territorios Patagónicos. La agricultura, la ganadería, la sal, la grasa, el pescado, la harina, la carne salada, el cuero, los jamones, fueron sus fuentes de recursos. Sin embargo, iniciada nuestra independencia de España, Carmen de Patagones cumplió la importante función de extender nuestra soberanía marítima sobre las tierras australes de la patria que nacía. El General José de San Martín la nombra en la misma carta de puño y letra donde nombra a Malvinas reclutando soldados para su Ejército libertador. La nombra Luis Vernet en su Proclama de asunción de la Comandancia Política y Militar de Malvinas, el 30 de Agosto de 1829, enarbolando el pabellón de la República. Patagones, es justo recordar, fue el límite norte de los dominios de María La Grande, Cacica de los Tehuelches, que ejercía su liderazgo sobre los pueblos originarios que vivían en las costas patagónicas, desde Río Negro hasta el Estrecho de Magallanes. Cuando en 1826 el país enfrentaba una guerra con Brasil y el puerto de Buenos Aires fue bloqueado, el puerto de Patagones se convirtió en la base de operaciones de nuestras naves y de las naves corsarias que trabajaban para el gobierno argentino. Las acciones de guerra en Patagones comenzaron el 28 de febrero de 1827 y se extendieron hasta el 7 de marzo. La victoria alcanzada fue mérito de hombres y mujeres del pueblo, comerciantes, hacendados, gauchos y negros africanos que ganaron su libertad en esas tierras. En Carmen de Patagones nació Luis Piedra Buena, marino argentino que defendió nuestra soberanía en el Atlántico Sur durante buena parte del siglo XIX, que estuvo en las Islas Malvinas y llegó hasta las puertas del continente antártico. Sin dudas, el 22 de Abril es un día de conmemoración para ese pueblo y para la Causa Malvinas toda 🇦🇷 👉 Vista panorámica de Carmen de Patagones (Argentina) 1829. Litografía de D'Orbigny

lunes, 11 de abril de 2022

Justo José de Urquiza. Recopilación de Esteban Domina.-11- 04 - 2022-

- JUSTO JOSE DE URQUIZA -Palabras del Historiador: Esteban Dómina, CPN.Córdoba. -11-O4- 2O22. Justo José de Urquiza fue asesinado el 11 de abril de 187O en el Palacio San José, su residencia familiar en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos. Los autores del crimen eran del palo federal, impulsados por el rencor que le guardaban por, según esa visión, haber defeccionado en la batalla de Pavón y su prescindencia ulterior, facilitando que el mitrismo se adueñara del país y arrasara los últimos focos de resistencia federal. Urquiza tenía entonces 68 años. Durante su vida había alternado entre los negocios y la política, menesteres para los que poseía reconocida habilidad. Su temprana incursión en la arena política fue en 1826, como presidente de la Legislatura entrerriana. Renunció al poco tiempo y en los años siguientes se dedicó a ensanchar su patrimonio y a traer hijos al mundo, no todos reconocidos. En las dos décadas posteriores, se movió dentro del sistema federal, cuya centralidad ocupaba Juan Manuel de Rosas, con quien mantenía algunas diferencias que aún no era tiempo de exponerlas públicamente. Entretanto, se fogueaba como militar en las batallas de Pago Largo, Cagancha y Sauce Grande. En 1842 fue designado gobernador de la provincia de Entre Ríos, que gobernó hasta 1854 de modo progresista y tolerante; dio fuerte impulso a la educación, fundó el prestigioso Colegio del Uruguay y la colonia agrícola de San José. Convertido en el máximo referente federal en la región, participó en las batallas de Arroyo Grande, en 1842, y de India Muerta, en 1845. Sin embargo, para entonces, el espacio federal no era monolítico, presentaba fisuras internas. Con los unitarios en retirada, la mayor ebullición estaba en el Litoral, especialmente en Entre Ríos, que contaba con un jefe —Urquiza— con inocultables ambiciones de poder, una fuerza militar considerable y una economía autosuficiente, desairada por el monopolio portuario que Buenos Aires defendía a rajatabla. El momento oportuno para romper el vínculo con Rosas finalmente llegó el 1 de mayo de 1851 y pasó a la historia como el “Pronunciamiento de Urquiza”. Trascartón, los hechos se precipitaron: Urquiza selló la temeraria alianza con el Imperio del Brasil y organizó el Ejército Grande, la mole que venció a Rosas en Caseros, el 3 de febrero de 1852. Sin embargo, la elite porteña, pese a haberlos librado del “tirano” a quien no habían podido desbancar por sus propios medios, le dio la espalda, y Buenos Aires se mantuvo separada de la Confederación Argentina durante nueve años. El pleito se dirimió en la batalla de Pavón, en 1861, donde, pudiendo cantar victoria, Urquiza ordenó la retirada y, tras el derrumbe de la Confederación Argentina, se recluyó en su provincia, alternando la gestión gubernativa con largas estancias en su placentera residencia, desentendido de todo lo demás. Nunca explicó las razones que tuvo para obrar de ese modo, y al respecto existen lecturas disímiles. Lo cierto es que casi nadie valoró su apartamiento como un gesto de pacificación o concordia para terminar con el enojoso conflicto entre Buenos Aires y las demás provincias, sino que fue percibido como una traición a la causa federal. Protagonistas de esa hora definitoria, como Juan Bautista Alberdi y José Hernández, entre otros, condenaron duramente la actitud asumida por el líder entrerriano. Su última acción política fue la candidatura presidencial en las elecciones de 1868 que consagraron a Domingo Faustino Sarmiento. La gota que colmó el vaso de la exasperación de sus detractores fue la reconciliación con el sanjuanino, a quien, en febrero de 1870, agasajó en su residencia palaciega. Dos meses más tarde, el 11 de abril, al grito de “¡Muera el traidor vendido a los porteños!”, una turba irrumpió en el Palacio San José. Sorprendido junto a su familia, en medio de la confusión y el griterío, recibió un balazo en pleno rostro. Cayó junto al vano de una puerta, estampando la huella de su mano ensangrentada en uno de los postigos. Lola, una de sus hijas, presa de la desesperación, abrazaba a su padre, tendido en el piso. Esa noche, en Concordia, caían asesinados dos de sus hijos: Justo Carmelo, jefe de Policía, y Waldino, jefe Militar. Entretanto, Ricardo López Jordán, autor intelectual del crimen, se hacía nombrar gobernador de Entre Ríos. El juicio histórico sobre Justo José de Urquiza varía según prevalezca el reconocimiento por haber piloteado un momento crucial y facilitado la sanción de la Constitución Nacional, o la factura por abandonar la causa federal y dejar a sus referentes a merced del centralismo. Hasta hoy, hay quienes piensan que Urquiza fue un caudillo provinciano que dedicó su vida a amasar una inmensa fortuna y acumular poder, en tanto que para otros fue alguien capaz de ver más allá de las pasiones y urgencias de su tiempo para permitir que el anhelado sueño de la unificación nacional se consumara. El debate sigue abierto…

lunes, 4 de abril de 2022

Malvinas Argentinas. Carta, a Cuarenta años de la Gesta. - 04 - 04 - 2022.-

Héctor Gustavo Pugliese, envió esta carta de un ex combatiente. Muchas gracias por tu recuerdo de la última Gesta de la Patria,MALVINAS. Soldado AOR SERGIO RODRIGUEZ . "Yo vi morir a nuestro querido teniente "Toto" Estévez Pertenezco a la clase 63 e ingresé en febrero de 1982 en el Regimiento de Infantería 25 que tiene asiento en la localidad de Sarmiento, provincia del Chubut. A poco de haber llegado, los que teníamos estudios fuimos separados del resto de los soldados conscriptos. Yo estaba cursando la carrera de analista de sistemas en el primer año; me ubicaron en la sección de aspirantes a oficiales de Reserva.El teniente Roberto Néstor Estévez, quien posteriormente dejaría un recuerdo imborrable en todos nosotros, fue el que nos seleccionó personalmente uno a uno.Comenzó una instrucción que no vacilo en calificar de dura y severa hasta el 24 de marzo a cargo de Estévez, que pertenecía al grupo de Comandos y su segundo jefe de sección, el cabo primero Faustino Olmos, también de esa misma especialidad.La instrucción era diurna y nocturna con todo tipo de armamentos, teoría y práctica y estaba destinada solamente a este grupo seleccionado al que yo, gracias a Dios, tuve la suerte de integrar.Debo añadir que esta instrucción fue altamente valiosa a la hora del combate y Estévez, un jefe calificado que no sólo se preocupaba por nuestro estado físico sino también por nuestra espiritualidad no cesaba de damos ánimo y valor con sus propios gestos personales. Les cuento un ejemplo:Allá en el sur hay unos espinillos ásperos y filosos y durante nuestros habituales "cuerpo a tierra" y posterior deslizarse, tratábamos de evitados. Al darse cuenta de esto, Estévez hizo él mismo el ejercicio sin importarle de las lastimaduras que tales arbustos le ocasionaron y luego nos dijo: “Si están en pleno combate no van a tener tiempo de bordearlos, la guerra es así".Este tipo de ejemplos era muy a tono con su naturaleza de persona de una alta moral, ética y honor, y sólo tenía 24 años. Nosotros los AOR (Aspirantes a oficiales de Reserva) en la mitad de la noche más de una vez fuimos levantados y nos hacían salir a correr sorpresivamente bajo fina lluvia o nevizca, solo vestidos con pantaloncitos cortos y ballenera (remera de manga corta).Y como decía Nietzsche, lo que no te mata, te fortifica. Ese fue nuestro caso. Del inicial grupo escogido, cuarenta y cinco, quedamos cuarenta. Y esos cuarenta fuimos a Malvinas.Aquel inolvidable 2 de abril nos tocó desembarcar a mediodía y nos sentíamos muy orgullosos en razón de pertenecer al único elemento del Ejército que participó de la operación de neto corte aeronaval en aquel momento. A bordo del Almirante Irizar fuimos partícipes de una tocante ceremonia que nos concernía de un modo muy especial.Como no habíamos tenido tiempo de jurar la bandera se organizó para nosotros una jura de nuestra enseña nacional, que tuvo el carácter de provisoria y levantó nuestro orgullo hacia las nubes. Y ahí nos enteramos que íbamos a Malvinas. Puedo afirmar que entre lágrimas y abrazos, ahí mismo se terminó de consolidar nuestro grupo.Estuvimos brevemente en Puerto Argentino y luego, a bordo del barco Isla de los Estados fuimos enviados a Darwin con el objetivo de ocuparlo. Nuestro grupo de AOR era parte de la compañía C formada por tres secciones, Gato, del Subteniente Reyes, Bote la de Estévez y Romeo, a cargo del Teniente Gómez Centurión. Entre el 4 y 5 de abril nos asentamos en Darwin y comenzamos nuestras tareas de limpieza, minado y excavación de "pozos de zorro" y puestos de ametralladora. Nuestro jefe directo era Estévez y el jefe de la compañía, el teniente primero Daniel Esteban. Yo era tirador de MAG (ametralladora pesada) y fui elegido para eso debido a mi buena puntería en aquellos ejercicios anteriores en Chubut. Disponíamos de 2 MAG, 2 lanzacohetes y fusiles FAP y FAL. Nuestra base de operaciones era una escuela kelper construida íntegramente de madera que constaba de dos pisos, ahí estaba ubicada la compañía C. Recuerdo que faltando algo de raciones algunos oficiales y suboficiales, se fueron a cazar avutardas y durante tres días esos pajarracos fueron parte distinguida denuestro menú. Disponíamos de un buen equipo de abrigo, muchas medias de recambio y guantes que nos pro-tegían manos y pies del frío. El 1ro de Mayo a las 8 de la mañana los Harriers ingleses atacaron a los Pucará estacionados en el aeropuerto de Darwin. Nosotros estábamos ubicados a unos 500 metros del aeropuerto y vimos perfectamente todo. Darwin es un caserío, una especie de pequeña bahía, todo bastante plano geográficamente hablando. Luego del ataque abandonamos la escuela y nos instalamos en nuestros "pozos de zorro". Desde ahí en más el agua y el frío fueron nuestros íntimos compañeros. Recuerdo que rezábamos al levantamos y al acostarnos. En los respiros que nos daban los desayunos hablábamos de nuestras respectivas familias y el hecho histórico y singular que estábamos protagonizando todas esas cosas no hacían más que reforzar la alta moral que, inculcada por la labor encomiable de Estévez, existía en el grupo. Debo añadir que el día 24 de abril hicimos nuestro juramento oficial a la bandera en suelo malvinense, privilegio que, creo, nadie lo tuvo. Después La compañía se dividió. Rumbo a San Carlos marchó Esteban y Reyes , al caserío de Darwin, Gómez Centurión con su gente y nosotros quedamos en nuestros "pozos de zorro" a cargo de Estévez. Y permanecimos en aquel sitio hasta el 27 de mayo, momento en que el teniente coronel Piaggi le ordenó a Estévez que debíamos marchar hacía la primera línea de combate debido a que los ingleses, que habían desembarcado en San Carlos el 10 de mayo, avanzaban hacia Darwin y ya se habían producido enfrentamientos con efectivos del Regimiento de Infantería 12. Según nos testimonió el capellán militar padre Mora, al recibir la orden, Estévez se puso contento: y al fin. Era lo que estaba esperando", dijo. A las 2 de la madrugada del 28 de mayo llegamos a Boca House (Casa Boca), sitio cercano al cementerio de Darwin que ya era zona de combate. Al hacerlo nos cruzamos con gente del Regimiento 12 a cargo del subteniente Peluffo que venían de combatir. Estévez nos hizo desplegar en abanico y quedamos distribuidos allí. Luego, a la derecha del abanico entró en contacto con el enemigo y nosotros, que aún no estábamos en las posiciones que debíamos ocupar según las órdenes recibidas, nos unimos con los del 12 para permitirles un respiro pues mientras ellos se replegaron nosotros contraatacamos. Al hacerlo, chocamos con la compañía A del batallón de paracaidistas ingleses, que tenía unos ciento cincuenta efectivos y estaban muy bien armados. Se peleó muy duro, sin dar ni pedir cuartel en un combate que desde las 5 de la mañana se prolongó hasta casi las 10. Fueron casi cinco horas de auténtica estadía en el infierno. Nosotros efectuamos tres repliegues y sucesivos contraataques. Ellos tenían apoyos de las fragatas que estaban en San Carlos y de artillería, combinada con los Blowpipe (misiles antiaéreos) que barrían el terreno. La disparidad de fuerzas era abrumadora en favor del enemigo. Al hablar de lo que fue ese combate recuerdo las balas trazantes que iluminaban la oscuridad, los morterazos, los gritos de dolor y de furia con que unos a otros nos animábamos. Debido a la elevada preparación física espiritual con que contábamos, durante el combate estábamos calmos, tranquilos. La angustia previa al choque con el enemigo nos había tenido nerviosos, pero, ahora, en plena lucha las cosas se revelaban tan simples como terribles. Y en la sencillez del "matar o morir" todo estaba resumido. Yo estaba a cargo de una de las dos MAG que teníamos y Zabala, otro soldado conscripto,era mi cargador de municiones. Desde nuestro puesto disparaba a todo lo que veía o creía ver frente a mí. De pronto un proyectilde mortero cayó muy cerca de nosotros. El pobre Zabala recibió de lleno las esquirlas y murió en el acto. Yo recibí impactos de esquirlas en el perineal izquierdo. Recuerdo que antes de perder la lucidez, atontado por la onda explosiva, le pedí a Dios que no me dejara morir allí.Realmente no sé cuánto tiempo estuve inconsciente o atontado. Luego, sin soltar mi MAG me arrastré hasta un pozo cercano mientras sentía la tibieza de la sangre en mi piel y no sabía que tan herido estaba. Me zambullí en el pozo y encontré que allí había soldados del 12.Ese pozo era como tener una butaca para contemplar el infierno. El cabo Castro había intentado llegar también al pozo donde yo estaba cuando un proyectil de fósforo lo alcanzó y lo envolvió, convirtiéndolo enuna antorcha humana. Oíamos sus gritos desgarradores. El pobre decía: "¡Rodríguez, máteme!-gritaba mientras se quemaba vivo.A Romero, otro soldado que estaba allí le gritó lo mismo, pero nadie se atrevió a dispararle y terminar con su agonía. Un rato después no escuchamos más su voz; que Dios lo tenga en la gloria.Y llegó en mi relato a lo que considero el instante supremo del combate, desde mi situación personal por supuesto. No hay que olvidar que en medio de ese caos del combate muchos estaban sufriendo experiencias únicas e indelebles. La que les narro a continuación fue la mía:El teniente Estévez estaba recorriendo las posiciones, gritando órdenes a derecha e izquierda, todo esto, repito bajo el terrible fuego enemigo. Al salir del pozo contiguo al mío recibió dos balazos en el brazo y pierna izquierda, respectivamente. Tambaleándose llegó al pozo donde yo me encontraba. Este valeroso oficial, sin preocuparse de sus propias heridas me preguntó por las mías pues yo estaba ensangrentado. Le contesté que podía arreglármelas. Estévez tomó un FAL y comenzó a disparar; luego, por radio estuvo dandonuevas órdenes. Mi MAG la tomó otro soldado del 12 y abrió fuego contra el enemigo. Ese soldado recibió un balazo en la cabeza, obra de francotiradores -los que mayores bajas causaron en nuestra dotación-y cayó muerto. Éramos cinco en el pozo en ese momento. Comenzamos a soportar fuego directo de morteros y las cercanas explosiones de los proyectiles que caían nos arrojaban lluvia de tierra sobre nuestras cabezas. Estévez, lo repito, sin importarle de sus heridas tomó el casco del soldado muerto del 12 y me lo colocó en mi cabeza para protegerme, ya que nosotros usábamos boinas verdes y eso no protege nada ante una bala o una esquirla.En ese momento recibió un nuevo balazo en el pómulo derecho y se desplomó pesadamente a mi lado. "tratamos de auxiliarlo y le oímos decir algo que nadie entendió/ y luego expirar. Como estaba cargado de granadas cualquier proyectil podía impactarlas y volamos a todos, se las quitamos y sacamos el cuerpo fuera del pozo. Luego, afuera, su cuerpo de héroe recibió nume-rosos balazos más, quedó casi irreconocible y la prueba de esto es que luego del combate lo reconocieron por la manera especial que tenía, como lo hacen los comandos, de atarse los cordones de los borceguíes. Tomé la radio y después de algunos intentos logré comunicarme con el teniente coronel Piaggi y le informé que Bote (nombre clave de Estévez) estaba muerto. Le pedí instrucciones."Esperen y aguanten hasta que lleguen los Pucará de apoyo"-me contestó. Los Pucará nunca llegaron. Entretanto, los ingleses habían logrado tomar las alturas y desde allí su fuego nos estaba acribillando. El subteniente Peluffo, para evitar un inútil derramamiento de sangre, ya que habíamos agotado todas nuestras municiones alzó la bandera blanca y todo terminó para nosotros. Recuerdo que en nuestras posiciones los muchachos se pusieron a fumar o comer chocolates y caramelos, embargados de una total tranquilidad y satisfacción por haberse batido como bravos.Al tomamos prisioneros nos registraron los ingleses descubrieron que tenía mas ocultos cuchillos y "ahorcadores" (tanzas usadas para estrangular) y algunos suvenires de tropas británicas que habíamos conseguido después de desembarcar. Eso más que nada les hizo entrar en furia y nos golpearon. A mí, que estaba herido en el suelo tendido sobre un chapón, me propinaron un puntapié. La noche del 28 nos efectuaron los primeros auxilios. El soldado Giraudo, que fue herido cumpliendo funciones de estafeta bajo el fuego enemigo, fallecióesa noche. Sé que todos mis compañeros caídos, con el teniente Estévez a la cabeza, deben estar ahora en el paraíso brutal de los valientes. Y vaya mi recuerdo sincero y emocionado para todos ellos.Prosiguiendo con mí relato. A la mañana siguiente -era el 29 de mayo-nos llevaron a un hospital de campaña en San Carlos y allí me efectuaron dos operaciones, una colontomía (ano contra natura) y una aparato mía C operación de búsqueda en el interior de mi cuerpo, tratando de localizar fragmentos de proyectil). Posteriormente, cirujanos argentinos me hicieron otras cuatro operaciones. Debo añadir que estando internado, un compañero me relató que Gómez Centurión y un grupo de prisioneros intentaron fugarse para regresar a nuestras líneas pero no pudieron lograrlo. Luego fui trasladado al buque hospital Uganda y ahí un capellán inglés que hablaba un perfecto castellano me dijo: "La guerra se terminó para vos". Antes que me trasladaran al Bahía Paraíso, el 5 y 6 de junio debísoportar, como todos mis compañeros, el interrogatorio de la inteligencia inglesa. El hecho de tener prisioneros a "boinas verdes" en San Carlos y Darwin y la enconada resistencia que les opusimos les hacía no creer que cincuenta efectivos con sólo dos MAG, dos lanzacohetes y fusiles hubieran podido detener a toda una compañía de tropas altamente especializadas, obligándolas a replegarse tres veces durante aquellas cinco horas infernales. Así fue, ciertamente, el combate de Goose Green o Pradera del Ganso. Algunos pocos soldados del 8 y del 12 y nuestra sección AOR diomaterial al jefe del comando inglés, brigadier mayor Julián Thompson que en su libro No picnic describió la dureza de esta batalla que retrasó considerablemente los planes ingleses de tomar Darwin.También supe que en otra acción durante el 29, el teniente coronel Jones, jefe del batallón de paracaidistas ingleses murió en un choque con las fuerzas de la sección Romeo a cargo del subtenienteGómez Centurión. El regresoEl 7 de junio desembarqué en Puerto Belgrano y permanecí internado en el hospital naval por seis meses, afrontando, como ya dije, cuatro operaciones más.Recibí la condecoración de herido en combate y aquí quiero dejar constancia de algo que mis compañeros y yo consideramos como asunto pendiente. Creemos que en algún momento debemos ser acreedores al grado de Oficiales de Reserva ya que estábamos destinados a un curso de siete meses que nos daría tal grado y dicho curso no pudo ser efectuado por la llegada de la guerra. Pero creemos, con toda la humildad del mundo, que el comportamiento y las experiencias vividas en el campo de batallanos hacen dignos y orgullosos merecedores de ostentar tal condición. Quiera Dios que alguna autoridad competente,al leer estas líneas, ponga las cosas en su justo lugar. Así sea.Aquel maravilloso grupo formado por el teniente Estévez aún perdura. Entre agosto y octubre de cada año solemos reunirnos en comidas de camaradería donde abundan los recuerdos, las emociones y porqué no alguna que otra lágrima furtiva.A pesar de todas las penurias sufridas, he logrado rescatar lo positivo que hubo y que fue mucho. Quien tiene a la muerte cara a cara no deja, después de esos momentos, de mirar la vida de otra forma, la jerarquiza y trata de darle el más valioso y noble de los sentidos, el del amor a la familia, el trabajo, el estudio, la responsabilidad y el respeto.El haber tenido el privilegio de estar junto a hombres de la talla del teniente Estévez, que se convirtió en un modelo a seguir en mi vida, es algo que me ha marcado a fuego y que jamás olvidaré.Malvinas fue un punto de inflexión en nuestra historia. Nada será igual después de eso. Ojalá todos los argentinos nos encolumnemos tras el objetivo de recuperarlas, esta vez siguiendo los caminos de la diplomacia, el respeto mutuo y la paz. En lo personal, me he propuesto rastrear, investigar y profundizar para rescatar del olvido a esos héroes y sus ejemplos, cosa que noto está faltando en la actual sociedad argentina. Los conceptos de patria, Pertenencia, probidad, honor, moral, ética, sustentados con la propia vida, estrella polar de los que cayeron en el Atlántico Sur, no deben caer jamás en saco roto. A las nuevas generaciones debemos hacerles conocer quiénes fuimos los que padecimos y luchamos y que ahora tenemos una edad de alrededor de cuarenta años; nosotros comenzamos a ser los nuevos dirigentes de este ciclo. Dios quiera que sepamos volcar nuestras experiencias para construir una Argentina mejor.Deseo volver a Malvinas, detenerme ante la tumba del teniente Estévez y las de mis compañeros caídos. Quiero volver a cierta gruta natural donde junto al padre Mora emplazamos la imagen de la Virgen ante la que teníamos misa por las mañanas. Quiero volver a rezar allí por el alma de los vivos y los muertos y agradecerle por haberme preservado. Y pedirle fuerza y conciencia para que mi vida no sea inútil sino provechosa para quienes me rodean, mi comunidad y mi familia.Después de todo, ese es el mensaje que nos legó el teniente Estévez. ...................................................