jueves, 30 de enero de 2020

Abrazo de San Martín y Belgrano, en Yatasto.-29-01-2020.-


San Martín y Belgrano: abrazo de Yatasto





 

Hoy hace 202 años que don José de San Martín y Manuel Belgrano se encontraron en la “Posta de Yatasto” un 20 de enero de 1814. Así se estableció por ley 7811, de la Provincia de Salta.
Algunos historiadores sostienen que fue el 17 de enero en la “Posta de Los Algarrobos”, trasladándose ese mismo día a Las Juntas, en Yatasto. Donde fueron agasajados con pescado, de donde adquirió celebridad la receta del “Dorado a la San Martín”.
Vicente Fidel López señala la fecha de encuentro el 30 de enero de 1814.
Por último Miguel Angel De Marco sostiene que se encontraron el 29 de enero y en “Los Algarrobos”.
Eduardo Poma dice: “… no desmerece en nada a nuestros héroes si se presentan los hechos tal como ocurrieron y no como nos habría gustado que ocurrieran.”
Estos dos grandes hombres de nuestra historia se conocieron personalmente en la oportunidad que se señala, sin embargo existía entre ellos, una profusa comunicación epistolar previa, surgida a instancias de José Mila de la Roca, amigo de ambos y secretario de Belgrano en la expedición al Paraguay.
Tras la derrota en Ayohuma, San Martín fue nombrado sucesor de Belgrano cuando se encontraba al mando del Ejército del Norte. Se presentó ante el creador de la bandera poniéndose a sus órdenes; éste lo recibió como su maestro y sucesor.
San Martín se dio cuenta rápidamente de las cualidades morales de Belgrano y se negó a reemplazarlo, pero debido a la situación política y a pedido expreso de Belgrano, asumió la jefatura del ejército.
Belgrano se puso a sus órdenes, dando el ejemplo al ir a recibir humildemente las lecciones de táctica y disciplina. A partir de ese momento, la simpatía nacida a través de cartas se transformó en mutua admiración.
Tan fue así que Manuel Belgrano murió convencido de que San Martín era el genio tutelar de la América del Sur.
Hasta sus últimos días, San Martín honró la memoria de su ilustre amigo como una de las glorias más puras del nuevo mundo.
La placa de homenaje colocada en el la Posta de Yatasto por la Quinta División del Ejército dice:” San Martín y Belgrano se encontraron por primera vez en esta casa, en enero de 1814, concordando el genio militar y la abnegación, el verbo de la emancipación americana”.
Asociación Cultural Sanmartiniana de Dolores – Luis Augusto Raffo

domingo, 19 de enero de 2020

Belgrano, Güemes y San Martín. -19-01-2020.-

BELGRANO, GÜEMES Y SAN MARTÍN.
Por Por Lic. Juan Marcelo Calabria - Docente y ensayista
En el año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia en la que destacó la influencia y prédica de nuestros Padres Fundadores, Manuel Belgrano y José Francisco de San Martín, resulta importante resaltar la figura del patriota salteño Martín Miguel de Güemes. Según sostiene el escritor e historiador Dr. Miguel Ángel De Marco: “Pocos fueron en nuestra historia los casos en que seres tan diferentes por su carácter, formación y hábitos conjugaron con tanta coherencia y decisión sus esfuerzos en pos de una causa superior como la de la independencia sudamericana”. 
Belgrano y Güemes coincidieron en las acciones militares durante las Invasiones Inglesas. Mientras Belgrano formó en las milicias urbanas, en el Regimiento de Patricios y bajo el mando de Saavedra y Liniers, Güemes había llegado en 1805 con su Regimiento Fijo de Infantería desde Salta destacándose en la defensa de Buenos Aires protagonizando una inusual hazaña comandando un pelotón de húsares con el que logró la rendición del navío británico "Justina", encallado frente al puerto, en una acción de guerra, como pocas en la historia, en la que un buque es capturado por una partida de caballería.  Mientras tanto, San Martín en España participaba como capitán, en las filas del ejército peninsular en las guerras europeas.
La revolución los encontrará comprometidos con los ideales de Mayo, y en tanto Belgrano ejercía como vocal de la Primera Junta de Gobierno, Güemes comenzaba su acción en el Norte en las primeras acciones militares en la Quebrada de Humahuaca, iniciando su liderazgo de las milicias gauchas en el Ejército del Norte a las órdenes de Juan Martín de Pueyrredón.
Posteriormente será separado del ejército por orden del nuevo jefe, Manuel Belgrano, por problemas privados e indisciplina; regresando al escenario de batalla en diciembre de 1813 a las órdenes del coronel San Martín, quien se hará cargo en enero de 1814 de aquella hueste. 
En esos momentos los “tres hermanos de causa” podrán intercambiar ideas sobre la revolución y zanjadas sus primeras diferencias con el creador de la bandera, Güemes será designado por San Martín general en jefe del Ejército de Observación, encargándole las avanzadas sobre el río Pasaje y luego la defensa de la frontera con el Alto Perú. 
Durante esos días Belgrano, Güemes y San Martín analizarán el rumbo de la revolución, y el creador de la bandera y el Gaucho General convencerán al Gran Capitán de no “hacer camino por el norte”, madurando así el plan de liberación continental desde Cuyo. 
Pronto tomarán caminos distintos siempre ocupados y preocupados por la Libertad de América. Belgrano deberá abandonar su puesto y enfrentar un consejo de guerra por las derrotas de Vilcapugio y Ayohúma, y una vez libre de culpa y cargo, partirá a Europa en misión diplomática junto a Bernardino Rivadavia. 
Poco antes el coronel San Martín, luego de dejar el Ejército del Norte, asumirá, en setiembre de 1814, la Gobernación Intendencia de Cuyo, confiando a Güemes y sus gauchos la línea del Norte. Un año después, setiembre de 1815, Don Martín asumirá la Gobernación Intendencia de Salta, carteándose asiduamente con su par de Cuyo. 
Hacia fines de 1815 y principio de 1816, San Martín seguirá de cerca el conflicto desatado entre el nuevo jefe del Ejército del Norte, José Rondeau, y Güemes, tratando de influir a través de sus cartas, para que ambos resuelvan sus diferencias y retomen la lucha por la causa de la libertad; finalmente los jefes militares firmarán el “Pacto de los Cerrillos” y aquel desde Cuyo lo celebrará diciendo: “... más que mil victorias he celebrado la mil veces feliz unión de Güemes con Rondeau. Así es que las demostraciones en ésta sobre tan feliz incidente se han celebrado con una salva de veinte cañonazos, iluminación, repiques y otras mil cosas” (carta a Tomás Godoy Cruz).  
San Martín, preocupado por “la unidad de miras” en pos de la misma causa, propiciaba desde su “Ínsula Cuyana” la reunión del Congreso de Tucumán, la pronta Declaración de la Independencia, la elección de otro hermano de causa, Juan Martín de Pueyrredón, como Director Supremo, ponía en pie el Ejército Libertador de los Andes, alentaba a Buenos Aires a concertar la paz con Artigas y los caudillos del Litoral, y proponía a Belgrano para que, una vez más, se hiciese cargo del Ejército del Norte, expresando: “… en caso de nombrar quien deba reemplazar a Rondeau yo me decido por Belgrano, este es el más metódico de los que conozco en nuestra América, lleno de integridad y talento natural, no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia, pero créame usted que es lo mejor que tenemos en la América del Sur”. 
Belgrano y Güemes escribirán habitualmente a San Martín, y cuando el triunfo de Maipú se dirigirán al Libertador para felicitarlo diciendo: Güemes: “Las armas de la Nueva Nación manejadas por la diestra mano de VE, repiten sus triunfos dando mayor timbre al valor americano, y sirviendo de terror y espanto al orgulloso peninsular. Muy pronto verá este que el estandarte de la libertad flamea aun en sus mismos muros... ya que la suerte no ha querido que al lado de VE tenga mi espada una pequeña parte en la venturosa gloria del día 5 del actual, quiera al menos dar acogida al amor y respeto con que tengo el honor de felicitar a VE y acompañarle desde aquí...”; en tanto que Belgrano le decía: “Nunca se manifiesta el sol con más brillantez y alegría que después de una tempestad furiosa: el azaroso acontecimiento del 19 de marzo en los campos de Talca, le dio palpablemente el último grado de importancia e inmortalidad al venturoso del 5 del corriente en los de Maipú...Circunscribo los plácemes que doy a VE a la extensión de mi característica sinceridad... complaciéndome la infalibilidad, de que la nación en masa, entrando yo en parte, elevará en el centro de su corazón el monumento de su eterna gratitud que inmortalice al héroe de los Andes”.
La amistad entre ellos continuó, pero las tempranas muertes del inigualable Manuel Belgrano, acaecida el 20 de junio de 1820, y del bravo Martín Miguel de Güemes, un año después, el 17 de junio de 1821, dejaron a San Martín solo en la última fase de la guerra por la Independencia. Creo, sin duda, que San Martín sintió al final de su obra la falta de aquellos hermanos de causa que tanto hicieron junto a él por la Libertad de América.

jueves, 16 de enero de 2020

Belgrano escribe a su madre María Josefa González Casero.- 16-01-2020.-


General Manuel Belgrano


Carta a su Madre, Doña María Josefa González Casero
Madrid, 11 de agosto de 1790

Donde comenta las gestiones que esta llevando a
cabo para llevar a buen término el pleito que se le
sigue a su padre, habla de sus hermanos, hace saber
sobre su deseo de no graduarse de doctor por considerarlo
un gasto inútil y agrega también que le han ofrecido
un cargo que rechazó y espera por otro ofrecimiento.




S.D. María Josefa González

Madrid, Agosto 11 de 1790


     Mi venerada Madre y Señora: Tengo recibidas 3 de Vm.: fechas 18 de enero, 25 y 31 de Marzo;  contesto a la primera diciendo haber cumplido con el Caballero Ballesteros visitándole y comunicándole nuestros asuntos, pero ese favor que se pondera es ninguno, y si lo tienen lo guardan para sí; a la verdad, se conoce que no se mira en ese País las trapisondas de éste de cerca, y así creen en que los que van ahí suponen algo, y se engañan; crea Vm desde luego que los papeles que hacen más bulla en América, son dados aquí a Pagés, pobres hombres y como de luengas tierras, luengas mentiras, así aparentan lo menos que han tenido la confianza del Soberano; si estándolo viendo nos lo quieren hacer creer, ¿qué será con los que ni aún tienen idea de esto? Vm desengáñese: no valen cartas de recomendación, dinero y dejarme obrar.
     En la de 5 me habla Vm sobre los autos que aquí he visto y hacen un promontorio formidable sólo con los testimonios del Virrey, de las confesiones y las Representaciones que las partes han hecho al Monarca; en el Correo pasado mandé a Vm el Informe de la Contaduría, que estimaré se reserve como lo que ahora mando, y desde entonces aquí sólo hemos adelantado que el Fiscal haya despachado, que me ha costado mucho, y así el Sábado se firmó; como es tanto lo que levanta dicho Cuerpo de Autos, es muy regular lo remitan al Relator, otro gasto; de aquí pasará al Rey, creo que a pesar de lo mucho que tardan las cosas en estos trámites lograremos vaya lo que tanto hemos pedido y deseado, el Correo próximo.  Lo que añadió el Contador se redujo a probar lo que había hecho el Virrey Arredondo respecto a alimentos y para esto se estuvieron más de 15 días, a pesar de mis diligencias; quisiera viese Vm la pereza de estos Agentes, si uno no atiende por sí, nada, nada se consigue, no piensan sin en chupar, lo demás se llena de polvo en las Mesas de las Oficinas de los Agentes Fiscales, si  el interesado no anda con pasos largos, bolsa abierta, y silencio.
     Nunca los reos que se presentan al Soberano con un pequeño influjo les sucede ponerlos en tan grandes prisiones como se creía Vm le sucediese a Ortega, quien en verdad que se pasea, pero si me interesa remitir el informe de la Contaduría y vista fiscal respecto de él, haría conocer que no es mucho el sosiego que tanto aparenta; siento a la verdad que no se acomode al genio de Padre mis sentimientos respecto a esta gente, y principalmente de nuestros mismos Paisanos, ya ve Vm que los jóvenes es indispensable desbarren en  alguna cosa, ninguno hay completo; el hombre más sabio a las veces, suele caer en los pensamientos más fútiles que acaso un niño no los tendría; es verdad, que es de gente poco sensata pararse en pelillos, pero cuando cae en desprecio y de una gente que no es nada precisa, esa virtud de la humildad en un corazón humano no puede subsistir y si subsiste, creo que sea más bajeza de ánimo que virtud.
     Del todo desisto de graduarme de Dr., lo contemplo una cosa muy inútil y un gasto superfluo, a más de que si he de ser Abogado me basta el grado que tengo, y la práctica que hasta hoy voy adquiriendo, lo que sí pienso en dicho grado tengo que sujetarme otros 4 años más en Universidad y a qué gastar el tiempo en sutilezas de los Romanos que nada hacen al caso, y perder el precioso tiempo que se debía emplear en estudiar más útiles, con que si acaso mis ideas no tienen efecto, Vms podrán disponer como mejor les pareciese en la inteligencia que tengo por muy inútil ser Dr pues de nada sirve.
     Estoy aguardando a Carlos con vivas ansias, creo que los vientos contrarios que hay le impidan llegar como me dice Francisco; el Marte ha llegado; ya juzgo a Domingo al lado de Vms y no dudo de que mi amado Padre le instruirá en la Ciencia Económica; nunca me he atenido a los autores de nada, pues para leer un libro, como siempre pienso sacar alguna substancia y no quiero perder el tiempo en sandeces, pregunto a los hombres sabios que conozco para que me den su sentir y así no creo tener ninguna máxima libertina, sino muy fundadas en la razón; sobre libertinaje mal entendido podía decir a Vm mucho, baste decir que las preocupaciones nos hacen creer muchas veces que una proposición de un sabio Filósofo sacada desde el fundamento es una herejía, pero mi venerado Padre sabe mucho de esto y podrá a Vm instruir más a fondo de lo que digo no obstante todo esto he comprado al Balcarce, y al oráculo de los Filósofos, los que leeré; después que acabe con el Inmortal Montesquieu Esprit des Lois, que actualmente tengo entre manos.
     Infinito me complace hayan tenido Vms el alivio de (ilegible), alimentos, etc., justamente que el casamiento de Rosaritoy que Juliancito y Miguel aprovechen para después enviarlos donde se instruyan, a Italia, a Francia, que es lo que deseo, aunque estoy haciendo y hago mis diligencias p(ara aco)modarme de que después hablaré; también me ha alegrado que a Calderón (ha)yan puesto en su empleo, he estado con el Oficial Salcedo que tiene al presente (ilegible) Mesa de Buenos Aires y me ha contestado que a poco de haber venido fue (al Des)pacho y aún no ha bajado; con esta mutación en el Ministerio tienen tanto que hacer los Directores que apenas pueden dar abasto; estuve con mi favorecedor Aparici que los es de Nueva España, para que se empeñase con el del Perú (que es) Casa Valencia y me dijo que era de (ilegible); con que si no va la aprobaci(ón de) S. Majestad ahora, en el que viene irá.
     A la de 31 respondo con lo que llevo dicho anteriormente y por lo (que res)pecta al expedido Real Decreto, sobre salir los Forasteros de aquí, este no se extendió a los pasantes de Abogado, cuya certificación manifesté y quedé absuelto y con salvoconducto para presentarme, ya hacer giros y diligencias que nos convienen y cuyas resultas va Vm viendo, que no se hubieran adelantado ni aún una línea a pesar de lo mucho que se decanta; mi querida Madre: es cosa que la debo mirar como propia, y esto basta; también digo que si no hubiera tenido los 1800 pesos no sé cómo hubiera andado, por estos baila el perro; la cuenta de ellos me la ha pedido Pérez del Río, pero como tenía escrito a Vm se hallaban en mi poder, no la he dado (roto) venga la respuesta.
     Mi acomodo lo espero, pues el Dr. Aparici y el Sr. Vega Oficial Mayor a (quienes) pertenece Nueva España, y se puede decir son los Jefes, me han dicho que si me conformo en ir a este País, iré con honor y sueldo suficiente para mantenerlo, conque estoy en no desperdiciar esta proposición luego que haya una cosa buena, pues creo que la Patria de los hombres es el Mundo habitado; tenía pensado en ir a ésa, mi Patria, de Oficial Real (jubil)ando a Medrano, pero me han puesto unas condiciones muy irritantes a las que he contestado y aún no me han respondido, pero veremos si acaso se compone cualquier vacante que haya en ésa, honorífica y de (ilegible) de Vm me la avisará, para poner mis puntos, pues tengo conocimientos que me puedan servir, lo mismo que a mis hermanitos.
     Volverá Vm mis afectuosas expresiones a mi caro Padre, Abuelita, Tía, hermanitos, y a quienes consagro mis afectos, ínterin quedo siempre apasionado y obediente hijo Que Besa Su Mano.



Manuel Belgrano



     P.D. Aquí se trata de Guerras, para lo que ha salido de Cádiz la gran Escuadra, pero ya todo se ha compuesto, habiendo asegurado el Soberano a los Vasallos para que no levanten los seguros.
     Nuestra Soberana está embarazada, es lo único que ocurre.

Fuente: Museo Histórico Provincial de Rosarios (Santa Fe).  Documento Nº 513
Anexo
La Madre de Manuel Belgrano Doña María Josefa González Casero
Orígenes de su Familia

     Juan Alonso González, nació en Cádiz, luego se trasladó a la ciudad de Buenos Aires, desde allí se dirigió a la localidad de Loreto, Provincia de Santiago del Estero, Al poco tiempo contrajo matrimonio con Lucía Islas y Bravo de Zamora, nacida en Santiago del Estero.  Este matrimonio fue el bisabuelo del prócer. Don Juan Manuel González Islas, fue hijo legítimo del anterior matrimonio. Este joven contrajo matrimonio con la joven María Inés Casero Zalazar, nacida en Buenos Aires,  quienes  fueron los abuelos del  patricio Manuel Belgrano.


Iglesia San Nicolas de Bari, emplazada en la actual ubicación del Obelisco en el centro de Buenos Aires

     María Josefa González Casero, hija legítima del anterior matrimonio, nació en Buenos Aires el año l742 y fue bautizada en la Parroquia de San Nicolás de Bari. La joven contrajo matrimonio a los l5 años de edad con  Domingo Francisco Belgrano y Peri el 4 de noviembre de 1757 en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, de este matrimonio nacieron l3 hijos en total, dos fallecieron de pequeños. “Todos siguieron la costumbre religiosa de sus padres, es decir, asistir a  los oficios religiosos, practicar las virtudes cristianas, arrepentirse de  las faltas cometidas, rezar diariamente, y obrar  con recta intención”-comenta el Padre Chorroarín-.

Iglesia de la Merced, ubicada en la actual Calle Reconquista al 200 de la Ciudad de Buenos Aires


     Doña María Josefa González Casero era una señora caritativa y piadosa, y sus parientes habían fundado el Colegio de Huérfanas de San Miguel.
     Los padres de Manuel Belgrano,- Domingo Francisco y María Josefa-, llegaron a un acuerdo con los Dominicos para ser enterrados en el piso de la iglesia junto a los hijos fallecidos  antes de secularizarse los cementerios. Estos fueron secularizados, es decir pasaron a ser parte del éjido municipal, en 1822 con las “Reformas de Rivadavia”.
     Doña María Josefa falleció el 1° de Agosto de 1799.



Carta de Belgrano a San Martín. -16 - 01 - 2020.-

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTÍN: CONSEJOS, BANDERA Y RELIGIÓN

san martin y belgrano jun 2017Mi amigo…-06-04-1814.-
La guerra, allí, no sólo la ha de hacer usted con las armas, sino con la opinión, afianzándose siempre en las virtudes naturales, cristianas y religiosas; pues los enemigos nos la han hecho llamándonos herejes, y sólo por este medio han atraído las gentes bárbaras a las armas, manifestándoles que atacábamos la religión.
Acaso se reirá alguno de mi pensamiento; pero usted no debe dejarse llevar de opiniones exóticas, ni de hombres que no conocen el país que pisan; además por ese medio conseguirá usted tener al ejército bien subordinado, pues él, al fin, se compone de hombres educados en la religión católica que profesamos, y sus máximas no pueden ser más a propósito para el orden.
He dicho a usted lo bastante: quisiera hablar más, pero temo quitar a usted su precioso tiempo; mis males tampoco me dejan. Añadiré únicamente que conserve la bandera que le dejé; que la enarbole cuando todo el ejército se forme; que no deje de implorar a Nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre nuestra generala, y no olvide los escapularios a la tropa. Deje usted que se rían; los efectos lo resarcirán a usted de la risa de los mentecatos, que ven las cosas por encima.
Acuérdese usted que es un general cristiano, apostólico, romano; cele usted de que en nada, ni aun en las conversaciones más triviales, se falte el respeto a cuanto diga a nuestra santa religión; tenga presente no sólo a los generales del pueblo de Israel, sino a los de los gentiles, y al gran Julio César, que jamás dejó de invocar a los dioses inmortales y, por sus victorias, en Roma se decretaban rogativas.
(Carta de Manuel Belgrano dirigida a José de San Martín, 6 de abril de 1814).
(Comisión Nacional del Centenario. Documentos del Archivo de San Martín, Buenos Aires 1910, cf. n. 6, t. 2, p. 43).

Belgrano en Salta, el 16 de Enero de 1814. - 16-01-2020.-

Manuel Belgrano compartió una publicación.
16 - 01 - 2020.-
Asociación Belgraniana de Morón
El 16 de enero de 1814: Belgrano recibe a la partida de refuerzo de Granaderos en Cobos, Salta.
En su retirada desde Jujuy, Belgrano puso a salvo los equipajes del ejército, que el 6 de enero ya estaban en Cobos bajo la custodia de Los Decididos de Salta.
El fuerte de Cobos sirvió para concentrar todos los bagajes del ejército, sumando a estos los donativos y los equipajes provenientes desde los regimientos de Salta. Toda esta organización estuvo a cargo del capitán José Montes de Oca.
“Allí llegaron también los caudales de las Cajas, los elementos necesarios para montar un cuartel general y la caja del ejército, salieron de Jujuy el 10, en carretillas (…) a cargo del comisario Pedro Echevarría. Estas carretillas llegan hasta el Bordo el 11 de enero, en las cercanías de Campo Santo, recibiendo de D. Sebastián Moreno diez mulas para tirarlas”.
Entre el 12 y el 13 de enero, Belgrano deja Jujuy, el 13 se encuentra entre El Carril y Perico, allí recibe la novedad que el escuadrón de Granaderos del Del Río (que San Martín le envió como adelanto, tal cual se lo había pedido Belgrano en nota del 27 de diciembre de 1813: "que sin pérdida de momento le dirija uno de sus escuadrones hasta Cobos”) había llegado a Tucumán, deteniéndose en el fuerte de Cobos, punto de vital importancia geográfica situado entre Salta y Jujuy.
El 16 de enero de 1814, el capitán del Río se entrevista con Belgrano, y lo puso al tanto de todas las novedades con respecto a la marcha de San Martín al norte. A pesar de su estado de salud, Belgrano sale de Cobos ese mismo día y se dirige hacia la posta de La Ciénaga. Desde allí le remite un oficio a San Martín:
“Hoy recién he podido hablar en Cobos y despachar al comandante del escuadrón Ríos, porque cuando llegó (15 de enero) me encontró apurado con la terciana que me ha asaltado al salir de Jujuy, Dicho comandante me significó que le hacían falta cuarenta a cuarenta y cinco lanzas, y como veinte carabinas, las cuales hará V.S. se las remitan; la segunda al mando del comandante Rojas podrá regresar luego que se incorpore al ejército y V.S. si puede venir a encontrarme en caso de que su enfermedad se lo permita, se lo agradeceré, pero de regrese solo a curarse y escoger la tropa que guste para su cuerpo(…) seguiré mi marcha mañana si la terciana me diere tiempo; pues deseo organicemos lo que podamos a la mayor brevedad(…)”.
Luego de la entrevista, Del Río fue comisionado a Salta bajo las órdenes de Dorrego, que desde la periferia de Salta hostigaba vivamente al enemigo. Por su parte, Belgrano levantó el campamento de Cobos y siguió retrocediendo, esta vez rumbo al Río Pasaje.
fuente: Departamento de Investigaciones Históricas de Campo Santo.

martes, 14 de enero de 2020

Los hijos del General Manuel Belgrano.- 14 - 01 - 2020.-

LOS HIJOS DEL GENERAL MANUEL BELGRANO.

Tomado del Arcón de la Historia.(Internet).
Difusión por el Año Belgraniano Nacional, 2.020.

PEDRO ROSAS Y BELGRANO.La paternidad de MANUEL BELGRANO sobre el Coronel ROSAS Y BELGRANO (imagen) fue muy discutida y en general no aceptada hasta no hace mucho tiempo, sin embargo, el hallazgo de su “Fe de Bautismo” en la provincia de Santa Fe y de su Acta de Matrimonio en .Azul, de su correspondencia con MANUELA MÓNICA, en la que se tratan de hermanos y el hecho de que VEGA BELGRANO,  fuera su Albacea, arrojan nuevas certezas sobre los hechos y circunstancias  del nacimiento del coronel PEDRO ROSAS Y BELGRANO (1814-1863) y de su vida posterior.
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La historia comienza cuando MARÍA JOSEFA EZCURRA, hermana  de la que con el tiempo sería la esposa de JUAN MANUEL DE ROSAS, se casa a los 18 años, aproximadamente en 1802, con un primo suyo, JUAN ESTEBAN EZCURRA, quien  había llegado hacia poco de Navarra (España). Luego de nueve años de matrimonio si tener hijos, y a raíz de que Juan Esteban se había pronunciado a favor de la causa del Rey Felipe II, en 1810, se vio  precisado  a regresar a España, dejando en Buenos Aires a su esposa de 26 años.
Joven, hermosa y dotada de una fuerte personalidad, según testimonio de su mejor amiga, Judith Figueroa Larrain, María Josefa, a los 27 años, se enamora de MANUEL BELGRANO, que tenía entonces 43 años y en 1812 lo sigue hasta Tucumán, nuevo destino de Belgrano, que ha sido nombrado Comandante del Ejército Auxiliar del Norte (marzo de 1812) y comienzan allí un encendido idilio, que enriquece espiritualmente la vida del prócer, disfrutando juntos la alegría de la victoria de Tucumán y las consecuentes celebraciones.
A fines de ese año, muere en España el esposo de María Josefa y ésta hereda una importante fortuna. El 12 de enero de 1813, al marchar Belgrano hacia Salta para detener el avance de los realistas al mando del general PIO TRISTÁN, María Josefa se queda en Tucumán, embarazada de siete meses y decide regresar a Buenos Aires, pero se detiene en Santa Fe, donde tiene familiares y amigos. Y allí, el 30 de julio de 1813,  nace su hijo, producto del romance que tuvo con BELGRANO y a quien nombra PEDRO PABLO, que será entonces, el hijo mayor de MANUEL BELGRANO. Robusto, sano y muy parecido a su padre, era, según dice el historiador RAFAEL DARÍO CAPDEVILA, “un niño de facciones finas y delicadas, rubio y blanco como su padre”, omitiendo deliberadamente el nombre de la madre.
Por ese entonces, el ya general MANUEL BELGRANO, tras triunfar en Salta el 20 de febrero de 1813, avanza hacia Potosí, donde llega a fines de junio, siguiendo luego hasta Vilcapugio, donde la suerte de las armas les es adversa el 1º de octubre de 1813.
La criatura concebida en el amor de Belgrano y María Josefa, nacio en la provincia de Santa Fe el 29 de julio de 1813 y fue bautizada en la Iglesia Matriz de la ciudad de Santa Fe el 26 de agosto de 1813, por el cura rector de la misma MALEQUÍAS DUARTE, asistiendo como padrinos RAFAEL RICARDES y TRINIDAD MAUANA, dejando consignado en el Acta correspondiente, que le impuso los óleos y se lo bautizo “de necesidad”. En el margen izquierdo de esta Acta, dice textualmente: “Pedro Pablo, huérfano, 8 reales pagados” y registra además, la asistencia de cinco testigos notables, hecho no común cuando se trataba de  hijos de “padres desconocidos”, como era costumbre consignar en aquellos tiempos en estos casos.
Entre esos cinco testigos, se hallaba MARÍA JOSEFA EZCURRA, quien poco después lleva al niño a Buenos Aires, donde lo adopta JUAN MANUEL DE ROSAS y su esposa, ENCARNACIÓN EZCURRA, recientemente casados y que aún no tenían hijos (la adopción era entonces un práctica no respaldada por la Ley, pero muy común en su aplicación). A consecuencia de esto, hasta 1837, el niño y luego el hombre, firmaba como PEDRO PABLO ROSAS.
PEDRO PABLO ROSAS se formó en las faenas y rigores de las estancias de su padre adoptivo y al ser ROSAS, designado en 1829 Gobernador de Buenos Aires, el joven, que ya tiene 16 años, es designado Escribiente en su Secretaría Privada y más tarde, lo acompaña como Secretario en su Expedición a Médano redondo y en 1833 en la Campaña al Desierto. En 1836 Rosas le obsequia una de sus propiedades: una suerte de estancia en arroyo Azul y en marzo de 1837, fue designado Juez de Paz y Comandante accidental del Fuerte de Azul.
De acuerdo a la tradición familiar, en esa fecha (año 1837), teniendo el joven ya 24 años, ROSAS le confiesa su origen y lo insta a que en adelante firme Belgrano, ya que éste,  es su verdadero apellido, a lo que el joven, expresando su agradecimiento y amor hacia quienes lo había criado, decide llamarse Belgrano, pero como segundo apellido.
Los años siguientes, la vida de  ROSAS Y BELGRANO fue una contínua alternancia entre las tareas agrícola-ganaderas que le imponían sus propiedades y sus deberes militare. En 1852, dada su condición de hijo adoptivo de Rosas lo alcanzó el decreto del 16 de febrero de ese año, que establecía la confiscación de todas sus propiedades, pero más tarde le fueron repuestas. En el ámbito militar, tuvo destacada actuación en diversos escenarios y llegó al grado de Coronel. Falleció en Buenos Aires el 27 de setiembre de 1863.
Nos dice RAFAEL DARÍO CAPDEVILA, en un relato impreso en Tapalqué, en diciembre de 1973, PEDRO ROSAS Y BELGRANO, pasó los últimos días de su vida en una casa de la calle Belgrano 208 de la ciudad de Buenos Aires y que sintiendo próximo su fin, el 23 de setiembre de 1863, llamó al Escribano JOSÉ VICTORIANO CABRAL y en presencia de los testigos GREGORIO ESPINOZA, FEDERICO TERRERO y MANUEL SAUBIDET, dictó su testamento que inició así: “En el nombre de Dios Todopoderoso y con su Santa Gracia, Amén. Sea notorio que, don PEDRO ROSAS Y BELGRANO, natural y vecino de esta ciudad, hijo natural del General MANUEL BELGRANO, hallándose en su entero y cabal juicio, dispuso que su cuerpo sea sepultado en la necrópolis católica, en cuya fe había vivido”, muriendo horas después de testar, el 26 de setiembre de 1863, a la edad de cincuenta años, al igual que su padre. En su testamento nombró albaceas a su esposa, a su hijo Pedro Pablo Rosas y Belgrano y a Manuel Vega Belgrano (su cuñado).
MANUELA MÓNICA DEL CORAZÓN DE JESUS BELGRANODurante un baile que en 1817 se realizaba en Tucumán, en celebración del 9 de julio, según narra PAUL GROUSSAC  en su obra «El viaje intelectual”, MANUEL BELGRANO conoció a MARÍA DOLORES HELGUERA, una joven rubia de ojos negros, hija de VICTORIA HELGUERA y MANUEL JOSEFA LIENDO, vieja familia tucumana de la alta sociedad, pero venida a menos. En aquel entonces MARÍA DOLORES contaría con 25 años de edad y se sabe que era pariente de MARCELINO DE LA ROSA, también de Tucumán, a quien  MANUELA MÓNICA, más tarde,  tratará  de “primo” en su correspondencia. Algún autor, entre ellos, JUDITH FIGUEROA LARRAIN, afirman que uno de los ayudantes de BELGRANO, el Teniente JERÓNIMO HELGUERA, también era pariente de María Dolores.
Lo cierto es que de esta relación entre BELGRANO y MARÍA DOLORES HELGUERA, el 4 de mayo de 1819, nace una niña, a la que se le pone el nombre de MANUELA MÓNICA DEL CORAZÓN DE JESÚS (1), pero BELGRANO no pudo estar presente en esa ocasión: el 7 de enero del mismo año, ya había partido hacia Santa Fe, cumpliendo la orden del Directorio de concurrir a sofocar el alzamiento de las montoneras en esa provincia.
Como luego de la muerte de BELGRANO, MANUELA MÓNICA se habría casado con un tal RIVAS, español que luego de tener 3 hijos con  ella, la habría abandonado, en un pleito por testamentería que enfrentó a éstos con su “hermana de madre”, surgió fehacientemente la existencia de este vínculo y la paternidad de BELGRANO sobre MANUELA MÓNICA.
Cuando BELGRANO fue relevado a su pedido por razones de enfermedad, del comando de las fuerzas en operaciones en Santa Fe, en agosto de 1891, su estado de salud ya era de suma gravedad. La hidropesía que le había diagnosticado el doctor FRANCISCO RIVERO, lo afectaba gravemente y le impedía casi moverse, provocándole tremendos dolores y hay que recordar esto, para comprender que sólo la urgente necesidad que tuvo de conocer a su hija, fue lo que lo decidió a cambiar el rumbo de su viaje. En vez de dirigirse a Buenos Aires, donde encontraría la atención médica y los cuidados que aliviarían su mal, decidió viajar a Tucumán.
En julio de 1819, por fín, se cumplen sus deseos y se reúne con MARÍA DOLORES y su hijita MANUELA MÓNICA, pero no le dura mucho la alegría que este encuentro le depara. Una revolución que estalla en Tucumán el 11 de noviembre de 1819, lo involucra injusta e injustificadamente y es tomado preso por el capitán ABRAHAM GONZÁLEZ.  En febrero de 1820, comprobada su inocencia de los cargos que se le imputaban, casi sin recursos y con el dinero que le presta su amigo JOSÉ CELEDONIOBALVÍN, acompañado por su médico, el doctor REDHEAD, su capellán, el padre VILLEGAS y sus ayudantes HELGUERA y EMILIO SAVIGNI, viaja a Buenos Aires, dejando en Tucumán a su amada MARÍA DOLORES con su hijita, quien debe viajar a Londres (provincia de Catamarca) para no exponerse a la curiosidad pública, difundida ya que fue su relación con BELGRANO.
El resto ya es historia conocida. MANUEL BELGRANO  falleció en Buenos Aires el 20 de junio de 1820 en medio de la mayor pobreza y sin reconocer a ninguno de sus dos hijos PEDRO PABLO y MANUELA MÓNICA. Mucho se ha escrito, tratando de explicar la razón de esto, pero ninguna teoría satisface totalmente esta duda. Lo cierto es que por ese entonces, los hijos naturales, eran muy frecuentes, llegando los de esta condición, a ser el 30% de los niños bautizados en Buenos Aires, y la sociedad tomaba como algo no pecaminosos esto, considerando el exacerbado “machismo” que la caracterizaba y siempre que “de eso no se hablara”, para guardar las apariencias. Pero en el caso de MANUELA MÓNICA y de PEDRO, el problema era mucho más serio: una de las madres involucradas era casada al momento de la concepción (aunque enviudó después) y transformaba al hijo (por lo menos a uno de ellos) en “adulterino” y eso si que era grave y castigado por la sociedad. Salvaguardar a estas madres y preservar el buen nombre de sus hijos, fueron seguramente las razones que tuvo BELGRANO para no exponer al escarnio público a las dos madres de sus hijos. Durante mucho tiempo se dijo, buscando salvar la responsabilidad moral de Belgrano, que en un codicilo secreto de su Testamento, había reconocido a sus dos hijos, pero esto no era cierto, como lo demostró una investigación llevada a cabo por el historiador ENRIQUE MARIO MAYOCHI.
Hay pruebas irrefutables que confirman la paternidad de BELGRANO y BARTOLOMÉ MITRE, en su obra “Historia de Belgrano” en 1859 expresa que poco antes de morir “… el General le encomienda a su hermano, el canónigo DOMINGO ESTANISLAO BELGRANO, su albacea, que con la mayor discreción, pagase todas sus deudas y destinara el remanente de sus bienes, a favor de una hija natural llamada MANUELA MÓNICA, que de edad de poco más de un año, había dejado en Tucumán. DOMINGO ESTANISLAO, por su parte, en agosto de 1820, redacta su Testamento y nombra albacea a su hermano JOAQUÍN, hombre de fortuna y viudo de CATALINA MELIÁN, a quien encomienda ejecutar el mandato testamentario de MANUEL BELGRANO, contenido en un documento firmado y cerrado con lacre.
Existe también una carta en el “Archivo Mitre”, firmada el 15 de julio de 1824 por el canónigo DOMINGO ESTANISLAO BELGRANO, dirigida a su hermano MIGUEL, que se desempeñaba como Director del “Colegio de Ciencias Morales”, en la que. Como albacea del General, lo instruye en el sentido de “aplicar los créditos dejados por el mismo, incluídos los réditos de los 40.000 pesos recibidos por las victorias obtenidas en Tucumán y Salta por su hermano MANUEL BELGRANO, en la educación física y moral y para el mantenimiento y vestuario de la niña MANUELA MÓNICA, que tiene ya cinco años de edad y residiendo en Tucumán, con doña MARÍA DOLORES HELGUERA Y LIENDO, haciendo con dicha niña, las veces de padre, hasta tanto llegue a tener estado”. Tales instrucciones por pudieron ser cumplidas, pues MIGUEL BELGRANO falleció al poco tiempo de haberlas recibido y otro tanto le ocurrió a su otro hermano, el canónico, pues también éste falleció, un año después.
Pero la niña no quedaría desamparada. La trajeron a Buenos Aires y fue cuidada y atendida en sus necesidades y educación, por JUANA BELGRANO, una de las hermanas del General, que estaba casada con FRANCISCO CHAS. Ayudada por FLORA RAMOS DE BELGRANO, viuda de MIGUEL BELGRANO, el fallecido hermano del prócer, designado para educar a la niña, por el albacea testamentario, el canónigo DOMINGO ESTANISLAO BELGRANO.
Cuando la criatura cumplió seis años, GERÓNIMO HELGUERA, el fiel ayudante de campo del General, trae a la niña a Buenos Aires e instalada en una finca próxima a la Basílica de Santo Domingo, es educada por sus tías JUAN y FLORA y por su tío JOAQUÍN BELGRANO, a quien el canónigo BELGRANO, transfiere las responsabilidades dispuestas testamentariamente por el General, en un documento que se llama “Comunicato”, es decir, una letra testimonial.
JOAQUÍN BELGRANO muere el 3 de julio de 1848, dejando una apreciable fortuna, legando en su testamento, una valiosa propiedad a MANUELA MÓNICA, que tiene por entonces 29 años. La finca se conocía como la “Casa de la Victoria”, por estar ubicada en la calle del mismo nombre y en el documento de cesión de la propiedad, JOAQUÍN BELGRANO expresa que lo hace a favor de su sobrina MANUELA MÓNICA, hija de mi hermano el general MANUEL BELGRANO, quedando así corroborada en un documento público, la verdadera filiación de MANUELA MÓNICA.
Todos quienes se ocuparon por hacer grata y fértil la vida de esta segunda hija de BELGRANO, cumplen con cariño y responsabilidad con las tareas que aceptaron tomar a su cargo y la niña es educada con esmero, alternando con distinguidos miembros de la sociedad porteña, que reconocen su linaje y ya señorita, fue cortejada por JUAN BAUTISTA ALBERDI, viviendo un romance que no prosperó. Hasta que en 1852 MANUELA MÓNICA encuentra finalmente el amor de su vida en el seno de la misma familia de su padre y se casa con MANUEL VEGA BELGRANO a la edad de 34 años (1) Recordemos que el verdadero y completo nombre del general MANUEL BELGRANO eran Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Será ésta otra casualidad?).
Lo que sigue es ya otra historia e invitamos a nuestros lectores a solicitarnos el envío por correo, del texto completo de un trabajo realizado sobre este tema, por el general e historiador ISAÍAS GARCIA ENCISO, trabajo del que ha sido extraído este material, obligadamente resumido, dada la extensión del original.
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).

domingo, 12 de enero de 2020

Exhumación de los restos de Manuel Belgrano.-12 - 01 - 2020.-



HISTORIA
Infobae. -12 de Enero 2020.- (Por .- 20 de junio de 2018).-

Cuando dos ministros se robaron los dientes de Manuel Belgrano.

El prócer continuó siendo ultrajado incluso después de su muerte, como lo demuestra un   episodio que involucró a dos                           altos funcionarios nacionales que tuvo amplia repercusión   en la prensa de la época.Una caricatura publicada en la revista Caras y Caretas ironiza sobre el episodio del robo de dientes al cadáver de Manuel Belgrano

(Una caricatura publicada en la revista Caras y Caretas ironiza sobre el episodio del robo de 
dientes al cadáver de Manuel Belgrano)..
"Ya gravemente enfermo, en febrero de 1820 Manuel Belgrano emprendió el viaje de                             regreso de Tucumán a Buenos Aires. Había ido a esa provincia con la esperanza de                              encontrarse con su pequeña hija, Manuela Mónica, fruto de su relación con la bella                             tucumana Dolores Helguero. Amarga fue su sorpresa al enterarse que los padres de                        Dolores la habían casado con un hombre mayor a fin de tapar la vergüenza que                            suponía para esa época ser madre soltera.
Con dinero prestado por un amigo, regresó a Buenos Aires. Primero se instaló en una                            quinta en las afueras de la ciudad y luego lo trasladaron a la casa paterna, ubicada en                              la actual avenida Belgrano 430, a metros del Convento de Santo Domingo. Sumido en                           la pobreza, había reclamado al gobierno la liquidación de los sueldos adeudados.                               Solo le enviaron 300 pesos.
El martes 20 de junio de 1820, a las 7 de la mañana, Belgrano falleció. El 3 de junio                                había cumplido 50 años. Le legó a su médico, el escocés Joseph Redhead, la única                                 pertenencia con la que contaba, un reloj de oro, con cadena, obsequio del rey                                        Jorge III de Inglaterra.
Fue enterrado en el atrio del Convento de Santo Domingo. Participaron de la ceremonia                 unos pocos familiares y allegados. La lápida, en la que grabaron "Aquí yace el General                           Belgrano", era en realidad el mármol de la cómoda de su casa familiar. Lamentablemente,                   Belgrano sería  destratado aun después de muerto.
Es que había fallecido justo el día en que Buenos Aires tuvo tres gobernadores, producto                      de una anarquía incontrolable. Solo el diario El Despertador Teofilantrópico Místico                               Político, del cura  Francisco de Paula Castañeda, publicó el obituario días después.                               Recién el 29 de julio de 1821 se celebró un funeral cívico, con misa, homenaje, traslado                         de un ataúd que simulaba contener los restos del prócer, y varios discursos laudatorios.
Los años pasaron. En 1873 el presidente Domingo F. Sarmiento inauguró la estatua del                          general en Plaza de Mayo y en su segundo mandato Julio A. Roca le encargó al artista                            italiano Ettore Ximenes la construcción de un monumento donde se depositarían sus                            restos. Primero, había que realizar  la exhumación.
La tarea fue realizada el jueves 4 de septiembre de 1902. El gobierno, representado                              por los ministros del Interior, Joaquín V. González y de Guerra, Pablo Ricchieri;                                        también estaban presentes su nieto, Carlos Vega Belgrano y su bisnieto, el subteniente                          Manuel Belgrano; los doctores Marcial Quiroga, inspector de Sanidad del Ejército,                                  Julián Massot, jefe de Sanidad de la Armada y Carlos Malbrán, Pte. del Departamento                            Nacional de Higiene redactarían el informe médico legal.
 Cuando se removió la lápida y comenzó la excavación y no se encontró el ataúd, el                                ministro Ricchieri hizo desalojar el lugar. Dijo que podría tratarse de un presunto caso                            de sabotaje. No contaba que, con el paso del tiempo, el modesto ataúd, de madera de                           pino, se había desintegrado. Finalmente,  los huesos encontrados, muchos de los cuales                       se rompían ante la manipulación, junto con algunos dientes, fueron colocados en una                           bandeja de plata que sostenía el padre Modesto Becco, párroco de Santo Domingo.                               A las 16 horas había culminado el procedimiento.
"Que devuelvan esos dientes"
Al cronista de la revista Caras y Caretas le molestó que los funcionarios del gobierno                              no se hubieran  quitado sus sombreros, en señal de respeto. Pero lo que más                                           sorprendió a los periodistas y a los  presentes fue que los ministros González y Ricchieri                     se apropiasen, cada uno, de un diente del prócer. "González y Ricchieri se llevaron                                'pequeños despojos del héroe'" puede leerse en el número 206 de la revista. Asimismo,                     se publicó una caricatura que, con el título "Los ministros odontólogos", Belgrano decía:                       "¡Hasta los dientes me llevan! ¿No tendrán bastante con los propios para comer del                              presupuesto?".
Cuando se les pidió explicaciones, ambos ministros argumentaron que la intención había                      sido mostrárselos al general Bartolomé Mitre. El papelón trascendió a los medios. El diario                  La Prensa publicó: "Admírese el público: esos despojos sagrados se los repartieron buena,                    criollamente, el ministro del Interior y el ministro de Guerra. Ese despojo hecho por los                        dos funcionarios nacionales  que nombramos debe ser reparado inmediatamente, porque                    esos restos forman parte de la herencia que debe vigilar severamente la gratitud nacional;                   no son del Gobierno sino del pueblo entero de la República y ningún funcionario, por más                    elevado o irresponsable que se crea, puede profanarla. Que devuelvan esos dientes al                         patriota que menos comió en su gloriosa vida con los dineros de la Nación".
Por supuesto, los dientes fueron devueltos. El padre Becco agradeció a la prensa a la par                     que criticó a los políticos "que nos avergüenzan".
El mausoleo fue inaugurado el 20 de junio de 1903 con toda pompa. Cuerpos de infantería,                caballería, efectivos de la escuela naval y militar y fuerzas de desembarco copaban las calles               Defensa, Belgrano, Venezuela y Bolívar. En el palco oficial el presidente Roca estaba                               acompañado por su gabinete y el cuerpo diplomático, además de dignatarios eclesiásticos.                  Desde 1838, el presidente Ortiz decretó el 20 de junio como Día de la Bandera.
Las escuelas y el reloj
Por su triunfo en la batalla de Salta, el gobierno había premiado a Belgrano con 40 mil                           pesos, una fortuna para la época. Destinó ese dinero para cuatro escuelas a construirse                          en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. Tan entusiasmado estaba Belgrano que                        el 25 de mayo de 1813  elaboró un reglamento para dichas escuelas. No llegaría a verlas.                   La de Tarija se construiría en  1974, la de Tucumán, en 1998 y la de Jujuy, en 2004. De la                    de Santiago del Estero no se tiene  noticia.
Y el reloj que le había donado a su médico en su lecho de muerte fue robado del Museo                       Histórico Nacional en junio de 2007.