domingo, 12 de octubre de 2025
12 de Octubre. Fusión de dos culturas.-12 -10 -2025-
12 de octubre
Día de la Raza:
En 1492, un acontecimiento marcó un cambio rotundo en la vida de los habitantes de todo el planeta, el descubrimiento de América.
Todo empezó gracias a la inquietud de un marino genovés llamado Cristóbal Colón, quien a mediados del siglo XV, elaboró un proyecto para buscar nuevas rutas comerciales que los llevaran de forma más rápida a China y Japón, o sea a las Indias, sin tener que rodear por todo el Continente Africano o atravesar por Asia y Oriente.
Después de 72 días de navegación, el 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra. Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó algo que ni siquiera Colón había imaginado: la unión de dos mundos.
Cristóbal Colón tenía la idea de que la tierra era redonda y no plana como hasta este momento se creía, también pensaba que sólo había un gran continente en el que en uno de sus extremos estaban España y Portugal y en el otro China y Japón, con quienes tenían grandes intercambios comerciales.
Como las rutas de comercio estaban muy complicadas, ya que por mar tenían que rodear Africa y por tierra, sufrían muchos asaltos y problemas, se le ocurrió, que navegando por el Océano llegarían de forma más rápida y segura.
Además Colón pensaba que solamente había un Océano y que la tierra era mucho más pequeña de lo que en realidad es y nunca se imaginó que del otro lado había un enorme continente, el Americano y otro gran océano, el Pacífico que los separaba muchísimo de su destino: las Indias.
Ofreció su proyecto sin éxito a Portugal y como necesitaba financiamiento, lo presentó a los Reyes Católicos de España, Isabel y Fernando, pero fue rechazado porque la iglesia no aceptaba la idea de que la tierra fuera redonda.
Sin embargo, la reina Isabel, confió en el proyecto porque pensaba que si Colón tenía la razón, España sería más poderosa, así que empeñó sus joyas personales y presionó para que fueron firmadas las capitulaciones que establecían cómo sería el reparto de las ganancias obtenidas.
Todo se preparó y el 3 de agosto de 1492, zarparon tres carabelas desde el Puerto de Palos, en España: la Santa María, donde viajó Colón, La Pinta, cuyo capitán era Martín Alonso Pinzón y La Niña, capitaneada por Vicente Yañez Pinzón.
Después de navegar durante 72 días, el 12 de octubre de 1492, un marinero que navegaba con Cristóbal Colón llamado Rodrigo de Triana, gritó con todas sus fuerzas ¡Tierra a la vista!... y la cansada y ya desesperada tripulación festejó con júbilo su llegada.
Cristóbal Colón desembarcó en una pequeña isla del mar Caribe a la que puso por nombre San Salvador y empezó a conocer y a maravillarse de la cultura, forma de vida de los habitantes y los recursos que tenían en la región.
Durante los tres meses siguientes, Colón recorrió los alrededores y descubrió varias islas, entre ellas Cuba, la Española, Puerto Rico, Jamaica y Trinidad y aunque recorrió las costas de Venezuela y América Central, no se dio cuenta que este territorio pertenecía a un gran y nuevo continente y no a tierras inexploradas de las Indias como él pesaba.
Este acontecimiento permitió que Europa, América y Asia empezaran a compartir sus culturas, adelantos e inventos, expresiones artísticas y recursos.
La idea de conmemorar el “Día del descubrimiento de América”, también conocido como “Día de la Raza” o “Día de la hispanidad”, surgió en el siglo XIX, cuando al celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento, fue firmado un decreto real, en el monasterio de la Rábida, el 12 de octubre de 1892 por María Cristina de Habsburgo y aunque en este momento no se establecería como día oficial, años más tarde sería instituido como "fiesta nacional", por todas las naciones americanas, incluyendo a los Estados Unidos de Norteamérica..
sábado, 11 de octubre de 2025
Carta de Belgrano a Güemes. 1817. -11-10 - 2025.-
Publicó Asociación Belgraniana de Morón
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1O de octubre de 1817: Belgrano escribe a Güemes.
“Compañero y amigo muy querido: Por aquello de poeta, médico y loco, todos tenemos un poco, vaya mi receta para el cólico bilioso; lo padecí un verano entero desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde y no tomaba más alimentos que agua de agraz helada y helados de agraz. U. felizmente no necesitará de tanto pues que ya se ha aliviado; pero a precaución, un vasito de helado de ese ácido o de naranja o limón, todas las noches, después de hecha la cocción y verá U. qué tono toma su estómago y cómo se robustece.
Ya dije a U. el correo anterior el número de presas entradas; estoy creído que nuestros corsarios van a ultimar el comercio marítimo Español si no se hace pronto la paz; pero los Españoles son muy bárbaros.
Ayer llegó la sal; encontré a Moyano que me dio noticia de que la traían sus carretas; avisaré de oficio el recibo.
He visto los estados y espero que vengan los de la campaña según se pueda para formar el general como deseo.
No entiendo a estos demonios de Pasados y Prisioneros; unos y otros se contentaban con servir con nosotros y no cesan de desertase; vea U. los que se pasan ahora en Tarija y mañana harán otro tanto.
Yo creo que sería mejor echarlos a todos a Chascomús para que viéndose distantes no pensaran en eso.
Lo mismo que U. me dice con respecto a los cañones, habíamos hablado con el compañero Cruz; aquí se le dio cierto aire a la noticia porque salió de casa de Aráoz con el color de mucho cuidado, etc.; pero Yo tranquilicé a todos los buenos que me vinieron a ver y dije públicamente que volaría a los autores de revoluciones y que tratasen de quitar a U. y trastornar el orden.
Hasta ahora ha venido contestación de Artigas; me parece que he dicho a U. que buscó al Comodoro Inglés para mediador y que se le contestó que no había necesidad de extranjeros y que ocurriese al Congreso; dicen que está muy desconceptuado entre los suyos y es verosímil, porque no han tenido más pérdidas. Yo estoy persuadido de que el tiempo o los mismos suyos lo han de curar.
Es una patraña lo de retirarse nuestras fuerzas de Talcahuano; precisamente he tenido cartas de Chile en este correo y no hay más que empeño en concluir con los enemigos. Quintana ha renunciado la dirección delegada reiteradas veces; al fin O’Higgins la admitió y ha nombrado a tres que la sirvan hasta su regreso. San Martín aunque está enfermo, no es de cuidado.
Mi deseo de acertar y de corresponder al mérito de los hombres que se han distinguido y distinguen por nuestra santa causa, como igualmente que el premio lleve el más y el menos para que no lo lleve de igual modo el que trabajó menos que el que se distinguió más; pues como U. conoce, es ya tiempo de desviar toda confusión; aseguro a U. que me tiene desconfiado de mi parecer con respecto a los bravos Oficiales que han servido a las órdenes de U.; en fin, dígame . algo acerca de la figura de la decoración que remito, en la inteligencia que de oro ha de ser sólo para U., de plata los brazos y el centro de oro para los Comandantes hasta Sargentos mayores, y de plata para los oficiales desde Capitán inclusive; para los demás un escudo en el brazo izquierdo de paño con letras de oro a los sargentos, de plata para los cabos y de seda celeste para los soldados, todos con la misma inscripción sobre paño blanco; y, para que los despachos vengan igualmente bien, será muy bueno que me diga U., de qué cuerpos y compañías son y a los sueltos les da U. una agregación; esto me parece lo más acertado; U. me contestará lo que juzgue más a propósito con la franqueza de la amistad y que deseo quedemos ambos bien.
No tiene duda de que Rojas se ha portado y porta muy bien; es muy regular premiarlo y distinguirlo, y lo propondré como U. me indica; me dicen que todo lo tiene muy en orden y que los Pueblos por donde anda están muy contentos con él; si los Granaderos le imitan serán un cuerpo que haga temblar a nuestros enemigos.
Mota Botello se recibió de Gobernador Intendente de esta Provincia el Lunes, al parecer, con gusto del público por el buen concepto que se ha grangeado durante su Gobierno en Catamarca, donde ha sido llorado; espero que hará un buen gobernante.
Celebro mucho que Madama Carmencita siga bien con su niñito; procure U. también cuidarse y ponerse enteramente bueno como lo desea su invariable
MANUEL BELGRANO
Tucumán, 10 de Octubre de 1817.
Sr. Dn. Martín Güemes.
Salta.
miércoles, 8 de octubre de 2025
Hipólito Vieytes. Rev. de Mayo de 1810.-Vida y obra.-08-10-2025-
HIPÓLITO VIEYTES
Juan Hipólito Vieytes murió el 5 de octubre de 1815. Fue destacado protagonista de la primera hora patria, uno de los principales promotores de la Revolución de Mayo.
Nacido en San Antonio de Areco, en 1762, estudió en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires, donde se trasladó su familia. Años más tarde fundó el “Semanario de Agricultura Industria y Comercio” y participó como vecino de la defensa de la metrópoli durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807. Poco después instaló una jabonería en sociedad con Nicolás Rodríguez Peña, un tanto alejada de la Plaza de la Victoria, para que no llegaran hasta allí los malos olores y los efluvios contaminantes.
Se plegó a la causa revolucionaria a hora temprana. En la jabonería, por las noches, entre calderas apagadas y panes de jabón recién elaborados, se reunía un conciliábulo de connotados personajes a conspirar contra el virrey Cisneros. Además de los dueños de casa, lo integraban Juan José Paso, Domingo French, Antonio Beruti, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, entre otros. Los mismos que en 1810 impulsaron el reemplazo del virrey por una Junta de Gobierno que algunos de ellos integraron.
Vieytes militaba en el ala dura de la revolución y le tocó marchar hacia el Alto Perú, la actual Bolivia, como comisionado político de la primera expedición auxiliadora a ese territorio dominado por los realistas. La fuerza se detuvo en Córdoba, donde Santiago de Liniers —radicado por esos días en la estancia de Alta Gracia— y los mandos locales se levantaron contra la junta porteña. Apenas pisó la capital cordobesa, desplegó las instrucciones secretas que traía y los mandó a prender. Le tocó atender las súplicas del deán Gregorio Funes —el único alto referente local que adhirió a la revolución— para que se les perdonara la vida a los prisioneros, en tanto que Francisco Ortiz de Ocampo, el comandante militar, decidió enviarlos a Buenos Aires. La junta despachó a Castelli con órdenes precisas: fusilarlos donde los encontrara, como se hizo en Cabeza de Tigre.
Liquidado el asunto, siguió camino al Alto Perú junto a Castelli y Rodríguez Peña, donde se replicaron los fusilamientos. Regresó a Buenos Aires antes de que finalizara aquel año de 1810 y, tras la partida de Moreno, se sumó a la llamada Junta Grande, ocupando la Secretaria de Gobierno y Guerra dejada vacante por aquel. No duró mucho: tras la movida saavedrista de abril de 1811 corrió la misma suerte que los morenistas más connotados, expulsados de sus cargos y desterrados lejos de la metrópoli.
Su ostracismo duró hasta el ocaso de Cornelio Saavedra tras la derrota de Huaqui en el Alto Perú, cuando la instauración del Primer Triunvirato permitió que los desterrados regresaran a sus casas y a la política. Instalada la Asamblea General del año 1813, de la que fue secretario, el proceso pareció reencausarse por el sendero revolucionario En ese tiempo fue, además, Intendente de Policía y se ocupó de reglamentar el funcionamiento de una ciudad desordenada como lo era Buenos Aires. Pero tampoco aquello duró demasiado: la caída prematura de Carlos de Alvear y la crisis política que le siguió arrastró lo poco que quedaba del morenismo residual que, tácticamente, había apoyado al voluble Director Supremo.
Para entonces, Vieytes estaba enfermo, recluido en su hogar. Acusado de sedición y otros cargos, fue sometido a juicio, se le confiscaron sus bienes, y, tras un proceso agraviante, debió escuchar, engrillado a su cama, la sentencia condenatoria.
Nuevamente desterrado, recaló en San Fernando de la Buena Vista, donde pasó sus últimos días al cuidado de su esposa, Josefa Torres. Por las noches, desvelado, consumido por la fiebre inclemente, se preguntaría una y otra vez por qué la adversidad se había ensañado con quienes como él lo dieron todo para que la revolución triunfara cuando lucía como una quimera. Si la causa independentista, asediada como estaba, podría salir adelante o acaso las cosas volverían a ser como al principio, cuando mandaban los reyes de España. Desde afuera sólo llegaban malas noticias, como los desastres militares en el Alto Perú o la invasión que proyectaba la renacida Corte borbónica para recuperar las colonias americanas.
Allí murió el 5 de octubre de 1815, a los 53 años de edad. Alcanzó a recibir los sacramentos y fue sepultado, como se acostumbraba, en la vieja parroquia de San Fernando. Después que la misma fue demolida, no fue posible dar con sus restos. Su viuda lo sobrevivió en medio de grandes penurias hasta el año 1827. Sus hijos adoptivos, José Benjamín y Carlota Joaquina, mantuvieron en pie su estirpe. Nicolás Rodríguez Peña, su socio y amigo, falleció en Chile, en 1853. La jabonería fue demolida y en el solar se levantó un edificio que también fue derribado cuando se construyó la avenida 9 de Julio en la ciudad de Buenos Aires.
Se lo recuerda apenas por haber sido uno de los propietarios de la legendaria jabonería donde se urdió la Revolución de Mayo. Sin embargo, fue mucho más que un fabricante de jabones y velas de sebo…
(Prof.Esteban Domina).
jueves, 2 de octubre de 2025
ARGENTINA, ¿por qué nos llamamos Argentinos?- 02 -10 -2025 -
¿Por qué nos llamamos Argentinos?
La poética historia detrás del nombre
La historia del nombre de Argentina revela un proceso fascinante entre la poesía, la geografía y los conflictos nacionales.
De un poema al decreto de 186O, el nombre Argentina ha atravesado siglos de historia y debate político. Foto: Gentileza
De un poema al decreto de 186O, el nombre "Argentina" ha atravesado siglos de historia y debate político.
Diario Los Andes |Por Luciana Sabina
El nombre "Argentina" tiene una historia profundamente ligada a la poesía, la geografía, y las luchas internas por construir una identidad nacional única. Desde su aparición como adjetivo poético en el siglo XVI hasta convertirse en denominación oficial del país en el siglo XIX, el término ha acompañado el proceso de creación y consolidación del Estado argentino.
Por Cristian Ortega
Pero, ¿de dónde proviene este nombre tan cargado de simbolismo?
De "Argentina" a "República Argentina"
A lo largo de los siglos, el territorio que hoy conocemos como Argentina ha tenido diversos nombres. Desde el "Virreinato del Río de la Plata", pasando por las "Provincias Unidas del Río de la Plata", hasta la "Confederación Argentina", cada nombre refleja los conflictos y tensiones de un país que aún estaba por definirse. El nombre "Argentina", sin embargo, no surgió de forma inmediata como denominación oficial, sino que fue el resultado de un largo proceso histórico.
Entre 16O2, cuando el clérigo español Martín del Barco Centenera usó por primera vez la palabra "argentina" en su poema La Argentina y Conquista del Río de la Plata, y 186O, cuando un decreto de Derqui estableció que el nombre legal del país sería "República Argentina", transcurrieron casi tres siglos de historia. Durante este tiempo, el nombre "Argentina" tuvo que superar los obstáculos de la geografía y los disensos internos antes de convertirse en el gentilicio oficial de los habitantes de la región del Río de la Plata y sus territorios.
El Poema de Martín del Barco Centenera y la Primera Mención.
La primera mención de la palabra "Argentina" se encuentra en el poema de Centenera, publicado en 16O2. Este clérigo español, quien formó parte de la expedición de Juan Ortiz de Zárate, utilizó el adjetivo "argentino" para referirse tanto a la región como a sus habitantes. En su obra, el poema describe las aventuras en la región del Río de la Plata, y el adjetivo "argentino" se emplea para designar todo lo relacionado con la cuenca del río y sus pueblos.
El Significado del Nombre: De "Plata" a "Argentina"
El origen del término "Argentina" proviene de "argentum", que es la palabra latina para "plata". Inicialmente, el término se usaba de forma poética para referirse a la región del Río de la Plata y a sus habitantes, pero con el paso de los siglos, el adjetivo pasó a ser más que una simple figura literaria.
En 1531, los portugueses ya habían bautizado al río como "Río de la Plata", inspirado en los rumores sobre las minas de plata que existían en la región. Estos mitos, sumados a la exploración y la colonización, hicieron que la "plata" se convirtiera en un símbolo de la región.
La Evolución del Nombre: De la Poesía a la Realidad
A lo largo de los siglos, el nombre "Argentina" fue ganando terreno en el discurso público y político. En el siglo XVIII, la palabra ya se usaba comúnmente para referirse al territorio del Río de la Plata, y en 1816, con la independencia del país, el nombre de "República Argentina" comenzó a ser utilizado con mayor frecuencia, aunque aún coexistía con otros términos como "Provincias Unidas del Río de la Plata".
A partir de 183O, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, el término "Confederación Argentina" comenzó a ganar popularidad, y fue durante la sanción de la Constitución en 1853 que el nombre de "República Argentina" quedó establecido de forma definitiva.
Por otra parte, un decreto del presidente Derqui, de 186O, fue un paso clave en la consolidación del nombre "República Argentina" como denominación oficial del país. Durante la presidencia de Santiago Derqui, se formalizó el uso del nombre "Argentina" en el marco de la organización del Estado, poniendo fin a décadas de debates y disputas sobre la identidad nacional.
Un Viaje a través del Tiempo
La historia del nombre de Argentina está llena de leyendas, exploraciones y disputas. Desde las primeras expediciones que buscaron la riqueza prometida de la Sierra de la Plata, hasta la literatura de la época colonial que comenzó a darle forma a una identidad común, el nombre "Argentina" ha sido testigo del crecimiento y la consolidación de una nación. En su origen, "Argentina" era un adjetivo vinculado al "plata", y fue con el tiempo, a través de la historia y la literatura, que se transformó en el símbolo de un país, un pueblo y una identidad que hoy nos une.
Este proceso de construcción de nuestra identidad refleja los conflictos y las tensiones que marcaron la formación de nuestro territorio, los límites que fuimos trazando y las historias que compartimos. Desde la leyenda de la sierra de la plata hasta la República Argentina de hoy, el nombre de nuestro país sigue siendo un reflejo de lo que hemos sido y lo que somos.
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jueves, 25 de septiembre de 2025
Belgrano. Tucumán. El milagro de las langostas. -25 - 09 - 2025-
"El milagro de las langostas"
A 209 años de la asombrosa BATALLA DE TUCUMÁN que ganó Manuel Belgrano.
Autor: Jorge Fernández Díaz.
Vea usted: teníamos todo para perder aquel día, pero igual nos moríamos de ganas por salir a degollar. Todavía no había amanecido, y el general iba y venía dando órdenes en lo oscuro. Cualquiera de nosotros, la simple soldadesca de aquella jornada, sabía que nuestro jefe no tenía ni puta idea sobre táctica y estrategia militar. Que era hombre de libros y de leyes, pero que había aceptado obediente el reto de conducir el Ejército del Norte y pararles el carro a los godos.
También sabíamos, de oídas, que al enemigo lo manejaba con rienda corta un americano traidor: Pío Tristán, nacido en Arequipa e instruido en España; nos venía pisando los talones con 3000 milicos imperiales y habíamos tenido que vaciar y quemar Jujuy para dejarles tierra arrasada. Muy triste, vea usted. Fue en los primeros días de agosto de 1812. Y el general les ordenó a los pobladores que tomaran lo que pudieran y destruyeran todo lo demás.
Le digo la verdad: el que se retobaba podía ser fusilado sin más trámite. No había muchas alternativas. Ayudamos a arrear el ganado y a quemar las cosechas. Yo mismo lo vi con estos mismos ojos, señor: al final cuando no quedaba nada ni nadie Belgrano salió a caballo de la ciudad y se puso a la cabeza de la columna. Ibamos en silencio, con sabor amargo, y tuvimos que cruzar tiros cuando una avanzada de los españoles jodió a nuestra retaguardia a orillas del río Las Piedras. El general mandó a la caballería, a los cazadores, los pardos y los morenos. Meta bala y aceros. Y al final, a los godos no les daban las piernas para correr, señor, se lo juro. Sospechábamos que nos habían atacado con muy poco, pero nosotros veníamos de capa caída: darles esa leña y salir victoriosos fue un golpe de orgullo.
Voy a decirle la verdad: cuando Belgrano se hizo cargo éramos un grupo de hombres desmoralizados, mal armados y mal entretenidos. Y al llegar a Tucumán no crea que habíamos mejorado mucho, aunque marchábamos con la moral en alto. Ahí lo tiene a ese doctorcito de voz aflautada: nos acostumbró a la disciplina y al rigor, y nos insufló ánimo, confianza y dignidad. Aunque en las filas no nos chupábamos el dedo, señor. Pío Tristán nos perseguía con legiones profesionales, sabía mucho más de la guerra y caería sobre nosotros de un momento a otro.
Nos enteramos por un cocinero que incluso el gobierno de Buenos Aires le había dado la orden a Belgrano de no presentar batalla y seguir hasta Córdoba. Pero el general había resuelto desobedecer y hacerse fuerte en Tucumán. Adelantó oficial y tropas con la misión de que avisaran al pueblo que ya entraban para conquistar el apoyo de las familias más importantes y también para reclutar a todo hombre que pudiera empuñar un arma.
Había pocos fusiles, y casi no teníamos sables ni bayonetas, así que cuatrocientos gauchos con lanzas y boleadoras pusieron mucho celo en aprender los rudimentos básicos de la caballería. Nosotros los mirábamos con desconfianza, para qué le voy a mentir. "¿Y estos pobres gauchos qué van a hacer cuando los godos se nos vengan encima?". La teníamos difícil, no sé si se da cuenta. Y estuvimos algunos días fortificando la ciudad, armando la defensa, cavando fosos y trincheras, y haciendo ejercicios. "Voy a presentar batalla fuera del pueblo y en caso desgraciado me encerraré en la plaza para concluir con honor", les dijo Belgrano a sus asistentes. La noticia corrió como reguero de pólvora. No tiene usted idea lo que es aguardar la muerte, noche tras noche, hasta el momento de la verdad. Le viene a uno un sabor metálico a la boca, se le clava un puñal invisible en el vientre y se le suben, con perdón, los cojones a la garganta. Uno no piensa mucho en esas horas previas. Sólo desea que empiece la acción de una vez por todas y que pase nomás lo que tenga que pasar.
El general finalmente nos puso en movimiento en la madrugada del 24. Avanzamos en silencio absoluto hasta un bajío llamado Campo de las Carreras y ahí estábamos juntando orina y con ganas de salir a degollar cuando apareció el sol y comprobamos que los tres mil imperiales nos tenían a tiro de cañón.
Miré por primera vez a Belgrano en ese instante crucial, señor, y lo vi pálido y decidido. Hacía tres días nomás le había enseñado a la infantería a desplegar tres columnas por izquierda mientras la pobre artillería se ubicaba en los huecos. Era la única evolución que habían ejercitado en la ciudad. Pero los infantes lo hicieron a la perfección, como si no fueran bisoños sino veteranos. El general ordenó entonces que avanzara la caballería y que tocaran paso de ataque: los infantes escucharon aquel toque y calaron bayoneta. Y antes o después, no lo recuerdo, dispuso Belgrano que nuestra artillería abriera fuego. Varias hileras de maturrangos se vinieron abajo. Volaban pedazos de cuerpos por el aire y se escuchaban los alaridos de dolor.
No puedo contarle con exactitud todos esos movimientos porque fueron muy confusos. Sepa nomás que los godos nos doblaban en número, pero que igualmente les arrollamos el ala izquierda y el centro. Y que su ala derecha nos perforó a los gritos y a los sablazos. Tronaban los cañones y levantaba escalofríos el crepitar de la fusilería. Todo se volvió un caos. Nos matábamos, señor mío, con furia ciega y no se imagina usted lo que fue la entrada en combate de los gauchos. Cargaron a la atropellada, lanzas enastadas con cuchillos y ponchos coloridos, pegando gritos y golpeando ruidosamente los guardamontes. Parecían demonios salidos del infierno: atropellaron a los godos, los atravesaron como si fueran mantequilla, los pasaron por encima, llegaron hasta la retaguardia, acuchillaron a diestra y siniestra, y se dedicaron a saquear los carros del enemigo.
Eran brutos esos gauchos. Brutos y valientes, pero aquel saqueo los distrajo y los dispersó. Diga que los vientos estaban ese día de nuestra parte. Y esto que le refiero no es sólo una figura, señor. Es la pura realidad. Vea usted: en medio de la reyerta se arma un ventarrón violento que sacude los árboles y levanta una nube de polvo. Y no me lo va a creer pero antes de que llegara el viento denso vino una manga de langostas. De pronto se oscureció el cielo, señor. Miles y miles de langostas les pegaban de frente a los españoles y a los altoperuanos que les hacían la corte.
Los paisanos más o menos sabían de qué se trataba, pero los extranjeros no entendían muy bien qué estaba ocurriendo. Dios, que es criollo, los ametrallaba a langostazos. Parecía una granizada de disparos en medio de una polvareda enceguecedora. Le juro que no le miento. Un apocalipsis de insectos, viento y agua misteriosa, porque también empezó a llover. Nuestros enemigos creían que éramos muchos más que ellos y que teníamos el apoyo de Belcebú. Muchos corrían de espanto hacia los bosques. Y con tanto batifondo, sabe qué, apenas nos dimos cuenta de que nuestra derecha estaba siendo derrotada y que armaban un gran martillo para atacarnos por ese flanco.
Nosotros, que estábamos un poco deshechos, nos encontramos entonces en el medio del terreno y haciendo prisioneros a cuatro manos. Unos y otros nos habíamos perdido de vista, y el general cabalgaba preguntando cosas y barruntando que las líneas estaban cortadas. Se cruzaba con dispersos de todas las direcciones y los interrogaba para entender si la batalla estaba ganada o perdida. Y todos le respondíamos lo mismo: "Hemos vencido al enemigo que teníamos al frente".
Belgrano permanecía grave como si nos hubiéramos vuelto locos o si le estuviéramos metiendo el perro. Ya no se oía ni un tiro, y mientras nuestro jefe regresaba a la ciudad, Tristán trataba de rearmarse en el sur. La tierra estaba llena de sangre y de cadáveres, y de cañones abandonados. Pero el peligro seguía siendo tanto que muchos patriotas debieron replegarse sobre la plaza, ocupar las trincheras y prepararse para resistir hasta la muerte. Creyendo aquel miserable godo que era dueño de la situación intimó una rendición y advirtió que incendiaría la ciudad si no se entregaban. Nuestra gente le respondió que pasarían a cuchillo a los cuatrocientos prisioneros. Ya sabían adentro que Belgrano venía reuniendo a la caballería.
Pasamos la noche juntando fuerzas, cazando godos, despenando agónicos y pertrechándonos en los arrabales. No tengo palabras para narrarle cómo fueron aquellas tensas horas. Una batalla que no termina es un verdadero suplicio, señor. Anhelábamos de nuevo que saliera el sol para que fuera lo que Dios quisiera. Era preferible morir a seguir esperando.
Al romper el sol, el general había juntado a 500 leales. No se oían ni los pájaros aquella madrugada del 25 de septiembre, y el jefe mandó entrar por el sur y formar frente a la línea del enemigo. Estábamos cara a cara y a campo traviesa. Eramos parejos y, después de tanta matanza, ahora el asunto estaba realmente para cualquiera. Fue Belgrano quien esta vez intimó una rendición. Les proponía a los realistas la paz en nombre de la fraternidad americana. Tristán le contestó que prefería la muerte a la vergüenza. Presuntuoso hijo de la gran puta, nos rechinaban los dientes de la bronca. "Han de estar nerviosos -dijo mi teniente-. Cuando un gallo cacarea es que tiene miedo."
Miramos a Belgrano esperando la orden de carga, pero el doctorcito tenía un ataque de prudencia. Tal vez pensara que no estaba garantizada una victoria, y que no podía arriesgarse todo en un entrevero. En esos aprontes y dudas estuvimos todo el santo día, maldiciéndolo por lo bajo y agarrados a nuestras armas. Por la noche los españoles se dieron a la fuga. Habían perdido 61 oficiales. Dejaban atrás más de seiscientos prisioneros, 400 fusiles, siete piezas de artillería, tres banderas y dos estandartes. Y lo principal: 450 muertos. Nosotros habíamos perdido 80 hombres y teníamos 200 heridos.
Belgrano ordenó que los siguiéramos y les picáramos la retaguardia. Los realistas iban fatigados, con hambre y sed, y en busca de un refugio. Y nosotros los perseguíamos dándoles sable y lanza, y escopeteando a los más rezagados. No le cuento las aventuras que vivimos en esas horas, entre asaltos y degüellos, entrando y saliendo, ganando y perdiendo, porque se me seca la boca de sólo recordarlo, señor mío.
Regresamos a Tucumán con sesenta prisioneros más y muchos compañeros nuestros rescatados de las garras de los altoperuanos. Eramos, en ese momento, la gloriosa división de la vanguardia, y al ingresar a la ciudad, polvorientos y cansados, vimos que el pueblo tucumano marchaba en procesión y nos sumamos silenciosamente a ella. Allí iba el mismísimo general Belgrano, que era hombre devoto, junto a Nuestra Señora de las Mercedes y camino al Campo de las Carreras, donde los gauchos, los infantes, los dragones, los pardos y los morenos, los artilleros y las langostas habíamos batido al Ejército Grande.
Créame, señor, que yo estaba allí también cuando el general hizo detener a quienes llevaban a la Virgen en andas. Y cuando, ante el gentío, se desprendió de su bastón de mando y se lo colocó a Nuestra Señora en sus manos. Un tucumano comedido comentó, en un murmullo, que la había nombrado Generala del Ejército, y que Tucumán era "el sepulcro de la tiranía". La procesión siguió su curso, pero nosotros estábamos acojonados por ese gesto de humildad. Había desobedecido al gobierno y se había salido con la suya contra un ejército profesional que lo doblaba en número y experiencia, pero el general no era vulnerable a esos detalles, ni al orgullo ni a la gloria. No se creía la pericia del triunfo. Le anotaba todo el crédito de la hazaña a esa Virgen protectora, y no tenía ni siquiera la precaución de disimularlo ante el gentío.
Nosotros tampoco sabíamos, la verdad, que habíamos salvado la revolución americana, ni que el cielo había guiado el juicio de nuestro estratega ni que Dios había mandado aquellos vientos y aquellas langostas. Recuerde: éramos la simple soldadesca y no creíamos en milagros. Veníamos de merendar godos y altoperuanos por la planicie y todo lo que queríamos en ese momento era un vaso de vino y un lugar fresco a la sombra. Pero mirábamos a ese jefe inexperto y frágil y lo veíamos como a un gigante. Y lo más gracioso, vea usted, es que a pesar del cuero curtido y el corazón duro de cualquier soldado viejo, a muchos de nosotros empezaron a corrernos las lágrimas por el morro. Porque Belgrano era exactamente eso. Un gigante, señor. Un gigante.
Por Jorge Fernández Díaz
Manuel Belgrano a corazón abierto. -25 -09 - 2025.
BATALLA DE TUCUMÁN
Por Esteban Domina.
La batalla que salvó la causa independentista se libró el 24 de septiembre de 1812 en territorio tucumano.
Se atravesaba un momento harto difícil, con varios frentes abiertos y el asedio constante de los realistas ansiosos por recuperar sus dominios coloniales. La primera campaña al Alto Perú —la actual Bolivia— había concluido tras la derrota de Huaqui en junio de 1811. En marzo de 1812, Manuel Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte en San Salvador de Jujuy. No tardó en comprobar que con esa fuerza maltrecha y alicaída resultaría imposible frenar el avance del enemigo y, en la emergencia, ordenó el éxodo, ese grandioso momento épico en que el heroico pueblo jujeño acompañó al ejército patriota, dejando tierra arrasada al enemigo.
Belgrano tenía órdenes del Primer Triunvirato de replegarse hasta Córdoba, dejando las provincias del norte a merced del enemigo que bajaba desde el Alto Perú. El mismo Triunvirato que le había prohibido usar la bandera celeste y blanca enarbolada en Rosario. En San Miguel de Tucumán, consciente de lo que estaba en juego y de la suerte que correría si las cosas salían mal, alentado por autoridades y pueblo tucumano, decidió no acatar la orden superior y presentar batalla allí mismo. La temeraria decisión fue respaldada por su Estado Mayor integrado, entre otros, por Juan Ramón Balcarce, Eustoquio Díaz Vélez, Gregorio Aráoz de Lamadrid, José María Paz, Manuel Dorrego, Martín Rodríguez, Cornelio Zelaya, Rudecindo Alvarado y el barón de Holmberg, quienes tenían a su cargo alrededor del millar y medio de hombres con que contaba la fuerza.
Lo comunicó al gobierno, exponiendo sus razones a corazón abierto, sin dobleces, como era su costumbre: “Retirarme más, e ir a perecer es lo mismo y poner a la Patria en el mayor apuro (…) El único medio que me queda es hacer el último esfuerzo, presentando batalla fuera del pueblo, y en caso desgraciado encerrarme en la Plaza para concluir con honor; esta es mi resolución que espero tenga buena ventura, cuando veo que la tropa está llena de entusiasmo con la victoria del 3, y que mi Caballería se ha aumentado con hijos de este suelo que están llenos de ánimo para defenderlo”.
El combate se libró el 24 de septiembre de 1812, en el Campo de las Carreras, un solar próximo al entonces casco urbano de San Miguel de Tucumán donde se realizaban las habituales cuadreras. Aquel día chocaron un ejército rearmado como mejor se pudo, reforzado por milicias locales, y otro, el realista —comandado por Pío Tristán— que lo duplicaba en número y profesionalidad. El valeroso pueblo tucumano aportó caballadas y suministros para equilibrar las fuerzas, pero aun así el resultado era incierto. Mientras los de Tristán se aproximaban, civiles y soldados tuvieron que cavar fosos y emplazar cañones para defender la plaza e improvisar contra reloj pertrechos y armas caseras, enastando sus propios cuchillos en palos y tacuaras para fabricar lanzas. Era mucho lo que estaba en juego, y hasta el último paisano lo sabía. Coraje y patriotismo era lo que sobraban.
La batalla fue intensa; a la carga de la valerosa caballería gaucha tucumana siguió el combarte cuerpo a cuerpo, tumultuoso y de trámite desordenado por momentos; a la confusión general se unieron fuertes ráfagas de viento y la irrupción de una manga de langostas que oscureció el día, nublando la visión. Al caer la tarde reinaba la confusión; la acción se había trasladado a la ciudad y Belgrano se hallaba fuera, recibiendo informes disímiles de sus oficiales. Finalmente, el triunfo quedó del lado de los patriotas y al día siguiente el ejército realista emprendió la retirada, volviendo sobre sus pasos hacia Salta.
Belgrano, un hombre creyente, escribió en el parte de guerra: “La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos”. La nombró Generala del Ejército y le entregó el bastón de mando, tal como puede apreciarse en el vitral de la basílica de Nuestra Señora de la Merced en la ciudad de Tucumán. A continuación, reconocía los méritos de quienes habían hecho posible la victoria: “Desde el último individuo del ejército hasta el de mayor graduación se han comportado con el mayor honor y valor. Al enemigo le he mandado perseguir, pues con sus restos va en precipitada fuga”.
Fue la batalla más importante de la guerra de la Independencia que se libró dentro del territorio actual de la República Argentina. El apartamiento del plan original, rayano en la desobediencia, había dado sus frutos: se logró frenar el avance del enemigo y revertir el clima derrotista de las instancias previas. Aquella victoria providencial no sólo permitió remontar una situación militar desfavorable, sino que, en el plano político, salvó el curso errático de la campaña independentista que tras sucesivos fracasos pendía de un hilo.
¡Honor y gloria al Ejército del Norte y al heroico pueblo tucumano!
martes, 23 de septiembre de 2025
Belgrano donó 40.000 pesos para construir escuelas.-23-09-2025-
Un Día Como Hoy Belgrano donó el premio de 4O.OOO pesos.
31 de Marzo de 1813 , El Gral Belgrano escribe desde Jujuy que dona su premio de $ 40.000 otorgado por la asamblea del año XIII , por ganar la batalla de Salta , salvando la revolución y consolidando la independencia , para la construcción de 4 escuelas públicas y gratuitas en Tarija , Santiago Del Estero , Jujuy y Tucumán. Hay que recordar el creador de la Bandera, ya donaba la mitad de su sueldo como Gral del ejército del Norte , su sueldo total era de $ 1000 por año , pero Obsequio a la patria la mitad de su sueldo , vivía sólo con $ 500 anuales . Eso quiere decir que si se quedaba con su premio , Muy merecido y justo podría haber vivido tranquilo y sin necesidades por unos 80 años. Sin embargo lo dio todo y más por la Patria , muriendo en la pobreza absoluta y con muchísimos sueldos adeudados por parte del gobierno. "... Es ahora o nunca , aprendamos de los grandes que pelearon y lo dieron todo por el otro , buscando siempre el bien común ...".
viernes, 19 de septiembre de 2025
Manuel Belgrano su asombrosa vida.-19 - 09 - 2025
La asombrosa vida del joven Belgrano
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, sexto de dieciséis hijos de Domenico Belgrano Peri y María Josefa González Casero. Lo tenía todo para vivir en comodidad, pero eligió otra cosa: pensar, estudiar, soñar. En vez de encerrarse en la rutina de los ricos porteños, se lanzó a devorar libros prohibidos en España, desde Adam Smith hasta Rousseau. Aprendió idiomas, estudió economía y derecho, y regresó convertido en uno de los jóvenes más brillantes de su tiempo.
No era un dandy de salón: era un idealista con hambre de justicia. En el Consulado de Buenos Aires impulsó la educación, defendió a los agricultores y escribió como quien siembra futuro. Y cuando la patria lo llamó a la guerra, se arremangó y se hizo soldado. Contra todo pronóstico, en Tucumán y en Salta se puso al frente de tropas improvisadas y derrotó a ejércitos profesionales. Ese hombre de salud frágil y andar apurado supo encender la esperanza de un pueblo entero.
Creó la bandera, no como un símbolo decorativo, sino como un estandarte de unidad. Y aún en la derrota mantuvo la dignidad, ofreciendo su vida a una causa más grande que él mismo. Murió pobre, olvidado por los poderosos, pero con la conciencia tranquila de haber entregado hasta lo último de sí por la libertad.
Belgrano no fue un héroe de mármol: fue un hombre luminoso, generoso, capaz de dejarlo todo por un sueño colectivo. Y esa luz sigue viva en cada flamear de nuestra bandera.
👉 Si querés conocer la historia completa —su juventud rebelde, sus lecturas apasionadas, sus batallas y sus amores— lee: https://www.robertoarnaiz.com/.../la-asombrosa-vida-del...
lunes, 15 de septiembre de 2025
Imperia -Italia- homenaje a Belgrano. 14 - 09 -2025
Gemelaggio. Rosario e Imperia-Italia-.Homnenaje a Belgrano.
La ciudad de Italia que homenajea a Manuel Belgrano y a la bandera como en Rosario
En Imperia, ubicada en la región de Liguria, cada año se le rinde tributo a la cesleste y blanca con feria, asado, empanadas, vino y concursos. Un hermanamiento une a las dos poblaciones
Por Lucas Ameriso-.14 de septiembre 2O25
Llevar la bandera que creó Belgrano ya es un clásico en el noreste de Italia.
Hay un punto de contacto entre una ciudad de la región de Liguria (Italia) y Rosario, Cuna de la Bandera. En esta pequeña población llamada Imperia (antiguamente Costa D'Oneglia), Domingo Francisco Belgrano y Peri, padre del creador de la celeste y blanca, Manuel Belgrano, nació en 1730 para luego embarcarse en 1753 a la Argentina y ejercer el comercio. De su prolífica vida, nació Manuel, quien pasó a la historia nacional y legó la enseña patria.
Así, hace más de 30 años, los habitantes de esta ciudad de unos 40 mil habitantes homenajean a la bandera argentina como cada año lo hace Rosario. Se reúnen en la plaza principal para enlazar la albiceleste con el pabellón italiano, entre comidas típicas argentinas, tango y ferias.
Imperia: la conexión entre Italia y Rosario
Esta conexión tiene en Rosario la plaza Imperia, a metros del Monumento, donde existen dos olivos como símbolo de hermanamiento. Fueron traídos en 2012 por María Dolla Belgrano (descendiente de la familia) desde Imperia a raíz de los 200 años de la creación de la celeste y blanca.
El 5 de julio pasado, y cumpliendo el rito de hace más de tres décadas, se llevó a cabo una nueva edición de la Noche Blanca, el homenaje a la bandera argentina que organiza el Circolo Manuel Belgrano Costa D'Oneglia. Se trata de la celebración principal de un hermanamiento con Rosario (realizado en 1987) y esta antigua ciudad de Liguria, al noroeste de Italia.
Invitados argentinos, cuerpo diplomático y autoridades son convocados a la plaza del Duomo, donde se erige el busto de Belgrano para rendirle homenaje. Los festejos comienzan de día, con los discursos y actos alusivos, pero siguen con los habitantes vestidos de blanco rindiéndole tributo al héroe argentino con un recorrido por sus calles portando banderas celestes y blancas, y tricolores.
Costa D'Oneglia se fusionó con Porto Maurizio por orden de Benito Mussolini en 1923, formando la actual ciudad de Imperia, que tomó su nombre del río Impero, que separa ambas localidade
Como símbolo del hermanamiento (gemellaggio en italiano) en la subida de calle Santa Fe, frente al Monumento a la Bandera, a la altura de la Sala de las Banderas, se encuentra la plaza Imperia que tiene forma de círculo. Allí, además de los olivos italiano, hay placas evocativas.
Dos olivos
Los olivos, indican algunas referencias históricas tienen una explicación. El padre de Manuel Belgrano arribó a la Argentina con la intención de comerciar aceite de oliva, y otros productos de Liguria. Se dedicó a este ramo con tanto ahínco, que le permitió con el tiempo amasar una importante fortuna. Incluso el propio Belgrano recuerda a su padre en un extracto de su biografía: “Como le tocó el tiempo del monopolio, adquirió riquezas en calidad de comerciante, con ellas ofreció a sus hijos la mejor educación en esa época".
Un busto de Manuel Belgrano
¿Cómo se vive el día especial? Además de los actos protocolares y los discursos de los referentes del Circolo Manuel Belgrano, se presentan platos típicos argentinos: asado, empanadas, locro, dulces regionales, vino y espumantes. Previamente, se lanzan en la comunidad liguriana concursos de pintura infantil y de monografías para el nivel secundario. Además, en la plaza principal actúan diversos conjuntos musicales que interpretan temas argentinos y latinoamericanos.
En esta edición 2025, bailaron varias parejas de tango. Y a su vez se terminó un mural alusivo hecho con mosaicos y ubicado en la entrada del lugar, que alberga postales, fotos, documentos y imágenes belgranianas.
El Circolo Manuel Belgrano de Imperia cuenta con una biblioteca especializada en la vida y obra del prócer. La institución organiza anualmente ciclos de conferencias sobre temas científicos y culturales, al tiempo que se lleva a cabo una “reseña musical para jóvenes talentos”.
El origen de un apellido ilustre
El general Manuel Belgrano tenía ascendencia italiana y santiagueña. Su padre italiano conoció en altos círculos sociales a María Josefa González Casero Salazar e Islas, porteña, criolla. Sus abuelos y padres inmigrantes españoles, provenían de Santiago del Estero, precisamente de Loreto. Se casaron y se radicaron a pocos metros del Convento de Santo Domingo en Buenos Aires, donde se conocieron.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús fue el cuarto hijo de 13 nacidos de este matrimonio.
En Costa D'Oneglia todavía se conserva la casa de piedra donde nació Domingo Francisco, padre de Manuel. Allí en 1988, se colocó una placa que expresa: "La ciudad de Rosario, Argentina, en memoria del general Manuel Belgrano, quien desde aquí trajo sus orígenes". Y una de las calles empedradas lleva el nombre del prócer argentino.
martes, 2 de septiembre de 2025
Carta de José de San Martín - 22-07 -1820-a los habitantes de las Ps.Us..
CARTA A LOS HABITANTES DE LAS PROVINCIAS UNIDAS (22-O7-182O)
Compatriotas: voy a emprender la grande obra de dar libertad al Perú, mas antes de mi partida quiero deciros algunas verdades que sentiría las acabaseis de conocer por experiencia. (…) Vuestra situación no admite disimulo; diez años de constantes sacrificios sirven hoy de trofeo a la anarquía; la gloria de haberlos hecho es mi pesar actual cuando se considera su poco fruto. Habéis trabajado un precipicio con vuestras propias manos y acostumbrados a su vista, ninguna sensación de horror es capaz de deteneros. Compatriotas: yo os hablo con la franqueza de un soldado. Si dóciles a la experiencia de diez años de conflictos no dais a vuestros deseos una dirección más prudente, temo que cansados de la anarquía suspiréis al fin por la opresión y recibáis el yugo del primer aventurero feliz que se presente, quien lejos de fijar vuestros destinos, no hará más que prolongar vuestra incertidumbre. (…) Yo servía en el ejército español en 1811. Veinte años de honrados servicios me habían atraído alguna consideración, sin embargo de ser americano; supe de la revolución de mi país, y al abandonar mi fortuna y mis esperanzas, sólo sentía no tener más que sacrificar al deseo de contribuir a la libertad de mi patria; llegué a Buenos Aires a principios de 1812 y desde entonces me consagré a la causa de América: sus enemigos podrán decir si mis servicios han sido útiles. Compatriotas: yo os dejo con el profundo sentimiento que causa la perspectiva de vuestra desgracia; vosotros me habéis acriminado aun de no haber contribuido a aumentarlas, porque éste habría sido el resultado si yo hubiese tomado parte activa en la guerra contra los federalistas (…) En tal caso era preciso renunciar a la empresa de libertar al Perú, y suponiendo que la suerte de las armas me hubiera sido favorable en la guerra civil, yo habría tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos. No, el general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sudamérica. (…) ¡Provincias del Río de la Plata! El día más célebre de vuestra revolución está próximo a amanecer. Voy a dar la última respuesta a mis calumniadores: yo no puedo menos que comprometer mi existencia y mi honor por la causa de mi país; y sea cual fuere mi suerte en la campaña del Perú, probaré que desde que volví a mi patria, su independencia ha sido el único pensamiento que me ha ocupado y que no he tenido más ambición que la de merecer el odio de los ingratos y el aprecio de los hombres virtuosos.” José de San Martín
martes, 26 de agosto de 2025
Belgrano levantó escuelas. No se resignó.- 26 - 08 - 2025.-
Belgrano:LEVANTO ESCUELAS.
Fue el maestro que no se resignó.
A Belgrano lo pintan con la bandera en la mano, serio, prolijo, como si hubiera nacido para posar. Pero la verdad es que fue un hombre que vivió a las patadas con la resignación. Porque si algo entendió temprano fue que un país sin escuelas es un baldío donde crece la ignorancia.
Mientras otros discutían uniformes y cargos, él pensaba en pizarrones y pupitres. Quería que las mujeres aprendieran a leer y escribir. Que los hijos de los pobres tuvieran un maestro que les enseñara algo más que a firmar con una cruz. Y no hablaba de educación como una abstracción elegante: la veía como un fusil cargado contra la miseria.
Cuando le dieron premios en plata por sus victorias militares, no se los guardó para comprar quintas ni para asegurarse la vejez: los donó para fundar escuelas. Escuelas que muchas veces quedaron en papeles porque el Estado de entonces, igual que el de ahora, tenía otras prioridades. Pero Belgrano insistía. Sabía que la libertad sin educación es como darle las llaves de una biblioteca a un analfabeto.
Podría haber sido un comerciante rico, vivir cómodo entre libros europeos y tertulias. Pero eligió embarrarse en la guerra y en la política. Porque para él, levantar un aula era tan urgente como ganar una batalla.
Hoy lo recordamos en feriados y billetes, pero pocos repiten su verdadera lección: que sin educación no hay patria. Y que un maestro, por humilde que sea, vale más que cualquier cañón.
Belgrano no levantó solo una bandera. Quiso levantar un país con la tiza y el cuaderno como armas.
jueves, 14 de agosto de 2025
San Martín. Una Carta Histórica. -14 - 08 - 2025.-
HALLAN UNA CARTA DE JOSE DE SAN MARTIN.
Un hallazgo histórico de enorme valor para Argentina y toda América Latina salió a la luz en Escocia. Un equipo internacional de investigadores descubrió una carta inédita de José de San Martín, fechada en Bruselas el 19 de marzo de 1827, que permaneció oculta por casi dos siglos. El documento fue encontrado en los archivos de la Universidad de Aberdeen, entre los papeles privados de James Duff, IV Conde de Fife, un noble escocés de prestigio y amigo cercano del Libertador.
En el manuscrito, San Martín presenta al general William Miller ante el Conde de Fife, resaltando su papel fundamental en las gestas emancipadoras. Lo describe como un “compatriota” que le debe a América “no poca parte de su independencia” y recuerda los servicios que prestó “a costa de su sangre en repetidas veces derramada”. Esta carta se ha convertido en pieza central de una investigación que aporta nuevos datos sobre las redes políticas y personales que sostuvieron la independencia sudamericana.
El hallazgo fue posible gracias a un equipo multidisciplinario de Argentina y Escocia, con apoyo de los fideicomisarios de Mar Estate, el Duque de Fife y las Colecciones Universitarias de Aberdeen. Para los especialistas, el documento ofrece una mirada inédita sobre las conexiones transatlánticas y confirma la influencia británica en los movimientos independentistas, revelando alianzas poco conocidas entre Europa y América del Sur en el siglo XIX.
#SanMartín #Historia Argentina #RadioLaRed
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lunes, 21 de julio de 2025
San Martín y Belgrano una amistad histórica.-21-07-2025 -
👉 La amistad histórica de San Martín y Belgrano.
En alusión al “Día del Amigo”, la “Asociación Cultural Sanmartiniana Goya" y la "Asociación Belgraniana de Goya" quieren rememorar una amistad tan significativa para los argentinos, la de José de San Martin y Manuel Belgrano.
Resulta interesante que dos grandes prohombres hayan coincidido en un mismo tiempo. Nuestra historia fue escrita con sublimes páginas gracias a ellos. Por lo tanto, es necesario resaltar esta gran amistad, que nació espontáneamente y duró toda la vida.
Los primeros contactos entre ellos fueron a través de la correspondencia. San Martín le escribió para felicitarle por sus importantes triunfos en Tucumán y Salta. Belgrano, de personalidad humilde, le respondió “crea usted que jamás me quitará el tiempo y me complaceré con su correspondencia, si gusta honrarme con ella y darme algunos de sus conocimientos para que pueda ser útil a la patria, que es todo mi conato, retribuyéndole la paz y tranquilidad que tanto necesitamos”. El intercambio epistolar fue constante al punto que llegaron a formar una inquebrantable amistad.
En una oportunidad, precisamente tras las derrotas de Vilcapugio y Ayohúma, el “Santo de la Espada” recibió la orden de remplazar en el mando del Ejército Auxiliar del Alto Perú al “Creador de la Bandera” y detenerlo para que sea enjuiciado en Buenos Aires. Entonces, en ese contexto, se encontraron personalmente, el 29 de enero de 1814 en la Posta de Algarrobos, cerca de Yatasto. Al verse se abrazaron fraternalmente y, luego, comenzaron largas conversaciones “silla a silla” sobre la Patria e intercambiaron ideas, conocimientos y consejos. Asimismo, como muestra de sus coincidencias y de su confianza, el Libertador le confió su plan de cruzar la imponente Cordillera de los Andes.
Esas intensas charlas se repitieron por más de un mes hasta que Belgrano se marchó para afrontar el enjuiciamiento por las derrotas en el Alto Perú. Lamentablemente, por diversas vicisitudes, ambos próceres no se volvieron a ver. Sin embargo, su amistad se siguió afianzando a través de la correspondencia. Fue así como se alentaban y aconsejaban en momentos decisivos, intercambiaban opiniones e incluso se regalaron libros.
En definitiva, ambos Padres Fundadores fueron amigos. Su lazo fue el amor a la Patria y el objetivo magnánimo de conseguir libertad e independencia. Ellos entendieron que la unión era la clave indispensable para la construcción del país. Sin dudas, otra enseñanza que nos legaron.
¡Gloria y honor a San Martín y a Belgrano! ¡Viva la amistad!
✳ Profesor Darío A. Núñez, vicepresidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana Goya e integrante de la Asociación Belgraniana de Goya.
sábado, 19 de julio de 2025
Belgrano y la prohibición de la B andera.-19 - 07 - 25-
18 de julio de 1812: Belgrano expresa al Triunvirato desde Jujuy, no haber recibido la orden del 3 de marzo (que le ordenaba esconder la bandera creada el 27 de febrero), asegurando que reservará la Bandera para el día de una gran victoria y se compromete a deshacerla «para que no haya ni memoria de ella».
"Excelentísimo señor:
Debo hablar a vuestra excelencia con la ingenuidad propia de mi carácter y decirle con todo respeto que me ha sido sensible la reprensión que me da en su oficio de 27 del pasado y el asomo que hace de poner en ejecución su autoridad contra mi, si no cumplo con lo que se me manda relativo a bandera nacional, acusándome de haber faltado a la prevención de 3 de marzo por otro tanto que hice en el Rosario.
Para hacer ver mi inocencia nada tengo que traer más a la consideración de vuestra excelencia que en 3 de marzo referido no me hallaba en el Rosario, pues, conforme a sus órdenes del 27 de febrero, me puse en marcha el 1 ó 2 del insinuado marzo y nunca llegó a mis manos la contestación de vuestra excelencia que ahora recibo inserta; que a haberla recibido, no habría sido yo el que hubiese vuelto a enarbolar tal bandera, como interesado siempre en dar ejemplo de respeto y obediencia a vuestra excelencia conociendo que de otro modo no existiría el orden y toda nuestra causa iría por tierra.
Vuestra excelencia mismo sabe que, sin embargo, de que había en el ejército de la Patria cuerpos que llevaban la escarapela celeste y blanca, jamás la permití en el que se me puso a mandar, hasta que viendo las consecuencias de una diversidad tan grande, exigí de vuestra excelencia la declaración respectiva.
En seguida se circuló la orden, llegó a mis manos; la batería se iba a guarnecer, no había bandera y juzgué que sería blanca y celeste la que nos distinguiese como la escarapela y esto, con mi deseo de que estas provincias se cuenten como una de las naciones del globo, me estimuló a ponerla.
Vengo a estos puntos; ignoro, como he dicho, aquella determinación, los encuentros fríos, indiferentes y tal vez, enemigos; tengo la ocasión del 25 de mayo y dispongo la bandera para acalorarlos y entusiasmarlos, ¿y habré, por esto, cometido un delito? Lo sería, señor excelentísimo, si a pesar de aquella orden, hubiese yo querido hacer frente a las disposiciones de vuestra excelencia; no así estando enteramente ignorante de ella; la que se remitiría al Comandante del Rosario y la obedecería como yo lo hubiera hecho si la hubiese recibido.
La bandera la he recogido y la desharé para que no haya ni memoria de ella y se harán las banderas del Regimiento número 6, sin necesidad de que aquélla se note por persona alguna; pues si acaso me preguntasen por ella, responderé que se reserva para el día de una gran victoria por el ejército y como ésta está lejos, todos la habrán olvidado y se contentarán con lo que se les presente.
En esta parte, vuestra excelencia tendrá su sistema al que me sujeto, pero diré también, con verdad, que como hasta los indios sufren por el rey Femando 7° y les hacen padecer con los mismos aparatos que nosotros proclamamos la libertad, ni gustan oír nombre de rey, ni se complacen con las mismas insignias con que los tiranizan.
Puede vuestra excelencia hacer de mí lo que quiera, en el firme supuesto de que hallándose mi conciencia tranquila y no conduciéndome a esas ni otras demostraciones de mis deseos por la felicidad y glorias de la Patria, otro interés que el de esta misma, recibiré con resignación cualquier padecimiento; pues no será el primero que he tenido por proceder con honradez y entusiasmo patriótico.
Mi corazón está lleno de sensibilidad y quiera vuestra excelencia no extrañar mis expresiones, cuando veo mi inocencia y mi patriotismo apercibido en el supuesto de haber querido afrontar sus superiores órdenes, cuando no se hallará una sola de que se me puede acusar, ni en el antiguo sistema de gobierno y mucho menos en el que estamos y que a vuestra excelencia no se le oculta cuanta especie de sacrificios he hecho por él.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. Jujuy, 18 de julio de 1812.
Excelentísimo señor.
Manuel Belgrano.
Excelentísimo Gobierno de las Provincias del Río de la Plata."
miércoles, 16 de julio de 2025
Belgrano. Fomentar Agricultura, industria y comercio.-16-07-2025-
"Medios generales de fomentar la Agricultura, animar la Industria, y proteger el Comercio, en un país Agricultor", por Manuel Belgrano. Buenos Aires, 15 de junio de 1796.
Archivo General de la Nación.
Documentos Escritos. Sala VII. Fondo Lamas. Legajo 2620.
Transcripción (Fragmento):
Memoria que leyó el Licenciado Don Manuel Belgrano, Abogado de los Reales Consejos, y Secretario del Real Consulado de esta Capital, en la Sesión que celebró la Junta de Gobierno en 15 de Junio del presente año 1796.
Señores
Fomentar la Agricultura, animar la Industria, y proteger el Comercio, son los tres objetos que deben ocupar la atención y cuidado de VSS.
Nadie duda que un Estado que posea con la mayor perfección el verdadero cultivo de su terreno, en el que las artes se hallan en manos de hombres industriosos como principios; y en el que el comercio por consiguiente se haga con frutos y géneros suyos, sea el verdadero país de la felicidad; pues en él se encontrará la verdadera riqueza, será bien poblado, y tendrá los medios de subsistencia y aun otros que le servirán de pura comodidad.
lunes, 14 de julio de 2025
Belgrano autorizado por Pio VI a leer libros prohibidos.14-07-25-
El 11 de julio de 179O: El Papa Pío VI le concede a Belgrano la autorización para leer y retener toda clase de libros prohibidos:
"Por nuestro santísimo beatísimo pontífice Pío VI.
De la audiencia del santísimo.
Julio 11 de 179O
El santísimo concedió bondadosamente al postulante la licencia y facultad pedida de leer y retener, durante su vida, todos y cualesquiera libros de autores condenados y aun de herejes, de cualquier manera que estuvieren prohibidos, custodiando, sin embargo, los dichos libros para que no pasen a manos de otros. Exceptúanse los pronósticos astrológicos que constienen supersticiones y los que ex profeso tratan asuntos obscenos."
La autorización es repuesta a la que el propio Belgrano la enviara antes a Su Santidad:
"Beatísimo padre:
Manuel Belgrano, humilde postulante, a vuestra Santidad expone que él mismo, después de haber estudiado la carrera de letras, se dedicó al derecho civil, en el que obtuvo el grado de bachiller, y a otras facultades, siendo al presente presidente de la Academia de
Derecho Domano, Práctica Forense y Economía Política en la Real Universidad de Salamanca. Por lo cual, para tranquilidad de su conciencia y aumento de la erudición, a V.S suplica le conceda permiso para leer y retener libros prohibidos en la regla más amplia. Y Dios, etc."
domingo, 22 de junio de 2025
Perón y Eva y sus recuerdos. -22-06-2025-
Perón y Eva.
HOY ENCONTRE UN COMENTARIO EN FACEBOOK QUE ME LLAMÓ LA ATENCION PORQUE ERA DE ALGUIEN QUE REALMENTE VIVIO EN EPOCAS DE PERONISMO. HOY HAY GENTE QUE DEFIENDE A PERON Y EVA PERO NO TIENEN IDEA DE QUIENES FUERON...
¡No somos boludos¡ Los que lo vivimos no lo vamos a olvidar y esperemos que nuestros hijos y nietos no lo tengan que vivir jamas... fue una " DICTADURA ", terrible... Niños adoctrinados desde primer grado en el colegio el libro decía " Evita me ama "... " Peron me quiere "..." Mi mama me mima "...siempre la madre menos que ellos...En la colonia en el almuerzo y la cena, nos hacían quedar paraditos igual que soldados al lado de la mesa para cantar la " Marchita ", como si fuese el " HIMNO NACIONAL "...En las empresas del estado ponían los camiones en la puerta para que todos subieran para ir a " Plaza de Mayo " a hacerle " Tortitas al Gral....y el que no subía al otro día se quedaba sin trabajo y era perseguido... Cuando fallece la Sra. todos los relojes y campanarios de la " Ciudad ", quedaron parados por meses a las 20.25 hs. y todas las radios tenían que decir todos los días " 20,25 hora en que la Sra....entro en la inmortalidad "... los empleados y obreros de las empresas publicas, tenían obligación de llevar luto era un brazalete negro o una cinta en el ojal de la solapa, cuando muchos no habían llevado luto por su madre. Y en el colegio era la fecha y sobre el margen la bandita negra y abajo " 2do. Plan Quinquenal ", cuando la mayoría de los chicos no tenían la mas mínima idea de lo que era eso y luego ya mas grandes el libro de lectura la famosa " Razón de mi vida ", con sus trajes fastuosos...Comíamos azúcar negra... colas interminables para conseguir un kg. de papas... colas interminables para conseguir kerosene, en esa época se cocinaba con el o con carbón... no se conseguía harina y salían los barcos cargados de trigo para europa por la guerra...y el muy " CRÁPULA ", castigaba al pueblo sin dejar nada para el consumo interno...Luego vino la época de control de precios lo llamo... " AGIO Y ESPECULACIÓN ", y vi como llevaba la policía a un joven vecino, que tenia una pequeña verduleria en un local de 4X3 esposado a como un delincuente 6 meses a " Sierra Chica por 5 cvs. "... pero a los grandes no los tocaba pero se hacia ver en los diarios la payasada que hacia... y el puntero de la cuadra que era el que nos denunciaba, no le permitió a su esposa, que estaba embarazada sacar la verdura que se le iba pudriendo...Muertos que aparecían tirados en zanjas... desaparecidos llevados a " Sierra Chica ", mientras sus familiares los buscaban desesperados...fotografías de la Sra. colocados en el patio de nuestra casa porque mi pobre " Viejo era radical " y era perseguido, el tenia miedo por sus hijas adolescentes.... Uno podía perderse en su propio barrio, ya que todas las calles...avenidas...bibliotecas...hospitales... plazas...colegios... todo llevaban sus nombres...Y los discursos cada vez eran mas...y mas agresivos... vivíamos aterrorizados...Los que piensan que en esos tiempos todo era color de rosa ... se tienen que preguntar : ¿ si ese gobierno fue tan bueno ? ¿ porque mas del 50 % de los ciudadanos ? salio a las calles al solo grito de " LIBERTAD... LIBERTAD ", festejando que había caído un gobierno dictatorial... estábamos asfixiados necesitábamos oxigeno para respirar por nuestra cuenta...Ya era imposible vivir así ... lo peor que le puede pasar a un hombre es perder la ¡¡ LIBERTAD DE PENSAMIENTO !! Eso es lo que fue el peronismo el que era feliz era el que recibía las " DÁDIVAS ", sacadas a los talleres y panaderías de los barrios obligados a las donaciones que los punteros llevaban a la famosa " Fundación "...y les ponían el sello y los humildes no se daban cuenta que lo que le estaban regalando era el esfuerzo que hacia un " TRABAJADOR "... que eso que ellos recibían, a esa gente le costaba una semana de trabajo...y le tenia que pagar a los cuatro obreros que tenían, lo mismo que las panaderías cuando tenían que donar 50 pan dulces... era el panadero del barrio... que se levantaba a las cuatro de la mañana para prender el horno a leña...
#Dictadura #NSB
Facebook envío de Adrian Garcia.
sábado, 21 de junio de 2025
Gûemes Macacha, hermana, de Martín.-21-06-2025-
La mujer silenciada de la historia nacional que espiaba a comandantes españoles y contribuyó a la lucha por la independencia
Macacha Güemes, hermana del Martín Miguel Güemes, tejió alianzas que permitieron la continuidad de la “Guerra Gaucha” y consolidó su lugar como pieza clave detrás de la gesta emancipadora, rompiendo con las normas de su época. Su rol complementario al del gobernador de Salta y también cómo la Iglesia católica constituía un pilar social y espiritual en aquella época
Gerardo Di Fazio
Por
Gerardo Di Fazio
21 Jun, 2025 02:06 a.m. AR
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Macacha Güemes, pionera en la
Macacha Güemes, pionera en la política y el espionaje, fue clave en la Revolución de las Mujeres y la consolidación de la independencia
El noroeste argentino se erige como un bastión de historia, fe y resistencia. Y aquí, Martín Miguel de Güemes, héroe de la independencia, y su hermana Macacha Güemes, dejaron una huella imborrable en la lucha por la emancipación y en la construcción de la identidad nacional. La Catedral Basílica de Salta, hogar del Señor y la Virgen del Milagro, no solo fue un centro espiritual, sino también un símbolo de la resistencia patriótica.
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Martín Miguel de Güemes (1785-1821), nacido en Salta en una familia acomodada se convirtió en un pilar de la independencia argentina como líder de la “Guerra Gaucha”. Gobernador de Salta entre 1815 y 1821, organizó a los gauchos montonera de “Los Infernales” por sus ponchos rojos y tácticas de guerrilla. Su estrategia protegió el norte argentino de las invasiones realistas, permitiendo a José de San Martín avanzar en su campaña libertadora hacia Chile y Perú. Güemes, un militar de formación, combinó su liderazgo con un profundo arraigo en la cultura salteña, donde la Iglesia católica era un pilar social y espiritual.
La Catedral Basílica de Salta, construida en 1858 pero con raíces en una iglesia jesuítica del siglo XVI, es el epicentro de la devoción al Señor y la Virgen del Milagro. Estas imágenes -un crucifijo de Cristo y una Virgen del Rosario- llegaron al Perú en 1592 en cajones flotantes, un evento considerado milagroso. Destinadas a Salta y Córdoba, respectivamente, las imágenes se consagraron como patronos tras los terremotos de 1692, cuando una procesión liderada por el sacerdote José Carrión se atribuyó a la detención de los sismos. Desde entonces, la procesión anual del 15 de septiembre reúne a cientos de miles de fieles, un evento que trasciende lo religioso para convertirse en una expresión de identidad salteña.
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Martín Miguel de Güemes lideró
Martín Miguel de Güemes lideró la 'Guerra Gaucha', defendiendo el norte argentino y fusionando fe católica y causa patriótica
La relación de la familia de los Güemes con el Señor y la Virgen del Milagro es arraigada: el General en su vida pública sugiere una conexión con estas figuras. En 1816, el héroe de la independencia emitió una proclama tras una victoria contra los realistas, instando a los salteños a dar gracias al “Dios de los Ejércitos y a Nuestra Generala (la Virgen)”. Este lenguaje refleja la retórica de la época, donde la fe católica se entrelazaba con la causa patriótica. Además, la procesión del Milagro incluye representaciones de “Los Infernales”, evocando a las tropas de Güemes, lo que sugiere una fusión entre su legado militar y la memoria religiosa de Salta
La Catedral también alberga el “Panteón de las Glorias del Norte”, donde descansan los restos de Güemes desde 1822, trasladados desde la capilla de El Chamical tras su muerte. Este mausoleo, junto a los de otros héroes como Juan Antonio Álvarez de Arenales, refuerza la conexión entre la Iglesia y la lucha independentista. Durante la guerra, la Catedral sirvió como refugio y espacio de coordinación, y aunque algunos clérigos apoyaban a los realistas, la devoción al milagro unió a patriotas y fieles en un objetivo común. La presencia de Güemes en actos públicos, como la jura de la independencia en 1816 en un cabildo abierto en Salta, también celebrada con ceremonias religiosas, indica que la Iglesia fue un escenario clave para su liderazgo. Si duda que la figura de Güemes es uno de los pilares de la creación de lo que luego sería la República Argentina. Pero no debemos olvidar en esta gesta Doña María Magdalena Dámasa Güemes, conocida como Macacha (1787-1866), fue mucho más que la hermana de Martín Miguel; recibió una educación avanzada para su tiempo, aprendiendo a leer a los cinco años estudiando música. A los 16 años se casó con Román Tejada, un militar patriota, y desde 1810 se convirtió en una figura clave en la revolución, transformando su hogar en un taller de uniformes para los soldados y sobre todo liderando redes de espionaje.
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Macacha destacó por su capacidad política y logística. En 1816, medió en el “Pacto de los Cerrillos”, un acuerdo entre Güemes y el general José Rondeau, quien desconfiaba del liderazgo gaucho de Salta. Este pacto, firmado el 22 de marzo en la quinta de los Tejada, aseguró la continuidad de la “Guerra Gaucha” y permitió a Salta enviar representantes al Congreso de Tucumán, allanando el camino para la Declaración de Independencia. Su intervención fue tan significativa que, en 2016, el gobierno de Salta la reconoció como la “Primera Mediadora Salteña”.
La 'Revolución de las Mujeres'
La 'Revolución de las Mujeres' de 1821 visibilizó el poder colectivo femenino en la lucha independentista salteña
Durante la gobernación de Güemes, Macacha asumió roles de liderazgo, actuando como “ministro sin cartera” y desbaratando conspiraciones de la élite salteña, agrupada en el partido “Patria Nueva”, que se oponía al gobierno gaucho. Ella fundó el partido “Patria Vieja” junto a José Ignacio Gorriti, consolidando el apoyo popular a su hermano. Su casa, ubicada en las actuales calles Balcarce y España, fue un centro de operaciones, y en 1821, fue allí donde Güemes fue herido mortalmente por realistas liderados por José María Valdés. Macacha, según la tradición, lo acompañó en sus últimos momentos en la Cañada de la Horqueta, donde murió el 17 de junio. También participó en tareas de espionaje, ocultando mensajes en sus polleras y coordinando con mujeres de clases bajas para transmitir información sobre los movimientos realistas. El comandante español Joaquín de la Pezuela lamentó en una carta al virrey que las mujeres salteñas, lideradas por figuras como Macacha, eran “espías vigilantes” que complicaban sus planes. Su valentía se manifestó en actos públicos, como arengar a las tropas a caballo, incluso estando embarazada, y en su rol como gobernadora interina cuando Güemes estaba en campaña.
En toda la epopeya del Gral. Martin Miguel de Güemes y su impronta en el tiempo, vale la pena recordar un hecho un poco olvidado, lo que se denominó la “Revolución de las Mujeres” de 1821 es un episodio emblemático de la historia salteña, que resalta el poder colectivo de las mujeres en la lucha independentista. Tras la muerte de Güemes, el gobernador José Antonio Fernández Cornejo, opositor a los gauchos, encarceló a Macacha, su madre Magdalena Goyechea, y otros simpatizantes del partido “Patria Vieja” en septiembre de 1821. Esta acción desató una revuelta popular liderada por mujeres, muchas de ellas esposas, hermanas y madres de los gauchos de Güemes, que exigieron su liberación.
El levantamiento de las mujeres forzó la renuncia de Fernández Cornejo, quien fue reemplazado por Gorriti, un aliado de Güemes. La “Revolución de las Mujeres” no solo liberó a Macacha, sino que consolidó el legado de Güemes, asegurando que las fuerzas patriotas retomaran Salta el 22 de julio de 1821, expulsando definitivamente a los realistas. Este evento, aunque poco documentado en fuentes oficiales debido a la invisibilización de las mujeres en la historiografía, es un testimonio del rol activo de las salteñas en la independencia.
La “Revolución de las Mujeres” también refleja el concepto moderno que busca reivindicar la participación femenina en la gesta emancipadora. Historiadoras como Sara Mata han señalado que mujeres como Macacha, Juana Azurduy y María Remedios del Valle desempeñaron roles militares, logísticos y políticos, desafiando las normas de una sociedad patriarcal donde sus opciones se limitaban al matrimonio o el convento.
“Muerte del General Güemes", de
“Muerte del General Güemes", de Arístene Papi
Tras la muerte de Güemes, Macacha continuó su activismo, adhiriéndose al Partido Federal y participando en levantamientos contra gobernadores unitarios en 1824 y 1834. En 1825, viajó a Buenos Aires para solicitar ayuda militar y financiera para el norte, impresionando a todos con su determinación. En 1856, fundó una de las primeras escuelas para niñas en Salta, promoviendo la educación femenina en una época donde era escasa. Su apodo, “Madre del Pobrerío”, refleja su compromiso con los sectores populares, que constituían la base del ejército gaucho. Macacha falleció el 7 de junio de 1866, exactamente 45 años después de la herida mortal de su hermano. Sus restos descansan en el cementerio de la Santa Cruz, aunque hubo intentos infructuosos de trasladarlos al Panteón de las Glorias del Norte. Su legado ha sido rescatado en las últimas décadas, con calles, monumentos y reconocimientos que la celebran como un símbolo de empoderamiento femenino. En Buenos Aires, el Bulevar Macacha Güemes en Puerto Madero honra su nombre desde 1995, y en Salta, un monumento ecuestre la representa portando un estandarte patrio.
La contribución de Macacha a la identidad nacional radica en su desafío a los roles de género tradicionales. Su historia, junto a la de otras mujeres de la independencia, ha inspirado una reescritura de la historiografía argentina, promoviendo una narrativa inclusiva que valora la diversidad regional y el aporte femenino. Como señala la escritora Ana María Cabrera, Macacha es una de las “mujeres silenciadas” que merecen un lugar central en la historia nacional. Su rol revolucionario y su mediación en el “Pacto de los Cerrillos” son ejemplos de cómo las mujeres fueron agentes activos en la construcción de la nación.
Martín Miguel de Güemes, por su parte, es un símbolo del espíritu gaucho y la resistencia popular. Su reconocimiento como héroe nacional en 2016, con el 17 de junio declarado Día Nacional de la Libertad Latinoamericana, subraya su dimensión continental en el proyecto emancipador de San Martín y la devoción al Señor y la Virgen del Milagro, integrada en las conmemoraciones de Güemes, refuerza la idea de una lucha bendecida por la fe, uniendo lo espiritual con lo patriótico.
Martín Miguel de Güemes y Macacha Güemes son figuras complementarias en la historia de la Argentina. Él, con su liderazgo militar y su devoción al Señor y la Virgen del Milagro, representó la resistencia frente al colonialismo español. Ella, con su inteligencia política y su valentía, desafió las barreras de género, liderando desde la logística hasta la diplomacia. La “Revolución de las Mujeres” de 1821, impulsada por la encarcelación de Macacha, es un hito que visibiliza el poder colectivo de las salteñas en la independencia. Juntos, los Güemes contribuyeron a una identidad nacional que celebra la diversidad, la fe y la inclusión. En la Catedral Basílica de Salta, donde la devoción al Milagro y el Panteón de las Glorias del Norte convergen, su legado sigue vivo, inspirando a generaciones a valorar la libertad, la equidad y la memoria de quienes forjaron la patria.
sábado, 7 de junio de 2025
Día del Periodista. -1938 en Córdoba.- 07 -06 - 2025.-
MORENO, ¿PADRE DEL PERIODISMO ARGENTINO?
Por Dr. Víctor Nardiello.
El Día del Periodista se estableció en el año 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en la ciudad de Córdoba. En recuerdo al día 7 de junio de 1810, cuando se “funda” la “Gazeta de Buenos Ayres”, primer “periódico” argentino. Hecho atribuido a Mariano Moreno.
Respondiendo a una antigua postura ideológica se ponen en cabeza de Mariano Moreno una serie de logros personales de los que ni cerca estuvo. Uno de ellos es el de haber sido “el Padre del periodismo argentino” y el hecho en el que se lo fundamenta, es – precisamente – el de “haber fundado” la “Gazeta de Buenos Ayres”, en 1810; “el primer diario argentino” que no fue tal; fue un semanario. Veamos.
El primer periódico impreso en Buenos Aires, se lo publicó el día 1º de abril de 1801 y fue el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata”. Más conocido como el “Telégrafo Mercantil”. Su fundador fue el español, Francisco Antonio Cabello y Mesa, quién lo dirigió hasta 1802. Es el primer periódico argentino, si se permite el calificativo, ya que para entonces, todavía no éramos “argentinos”.
El segundo periódico. Poco más tarde, el 1º de abril de 1802, apareció el “Semanario de Agricultura, Industria y Comercio”, fundado por Juan Hipólito Vieytes, quién lo dirigió hasta el año 1807, cuando el 11 de febrero de ese año se publicó su último número. Con lo cual tenemos el segundo periódico editado en la ciudad de Buenos Aires y con Vieytes, el primer periodista argentino. Y como no hay dos sin tres…
El tercer periódico, el “Correo de Comercio”, lo fundó el virrey Baltasar Cisneros que apareció el 3 de marzo de 1810 y se publicó hasta el 6 de abril de 1811. Su director, Manuel Belgrano, quién junto a Vieytes fueron sus principales redactores.
Dicho lo cual no se entiende dónde, cómo y porqué apareció este asunto de Moreno y su paternidad del periodismo argentino, quizás por “su” fundación de la Gaceta de Buenos Aires. En realidad, sí se entiende.
Constituida la Primera Junta –nuestro primer gobierno patrio- decidió fundar un periódico oficial. (La Gazeta de Buenos Ayres). Cosa que realiza mediante un decreto de fecha 2 de junio de 1810. Y es interesante conocer sus argumentos. En los considerandos del decreto mencionado hará saber:
“El Pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus Representantes….”
“En él se manifestarán igualmente las discusiones oficiales dela Junta con los demás Jefes y Gobiernos y el estado de la Real Hacienda.”
“La Junta, a más de incitar a los sabios de estas Provincias para que escriban sobre tan importantes objetos, los estimulará por otros medios que les descubran la confianza que pone en sus luces y su celo.”
“Todos los escritos relativos a este recomendable fin, se dirigirán al señor Vocal Dr. D. Manuel Alberti, quién cuidará privativamente de este ramo, agregándose por la secretaría las noticias oficiales.”
Con esa finalidad ve la luz la Gaceta de Buenos Aires, un proto Boletín Oficial. Y agrega que lo hace sin tocar los objetos que tan dignamente se desempeñan en el Semanario de Comercio (el Correo de Comercio) y anuncie al público las noticias exteriores e interiores que deban mirarse con algún interés. De lo cual surge que:
1º) Quién funda la Gazeta de Buenos Ayres, es la Junta de Gobierno.
2º) Que se trata de un periódico oficial.
3º) Que estaba dirigido por Manuel Alberti, de manera exclusiva, “privativamente”
Vemos que hasta ese momento Moreno no aparece. Lo hará más adelante como redactor junto a Belgrano y a Castelli. Pero nada de fundador ni director. Con lo cual el mérito de la paternidad del periodismo nacional es mérito y le corresponde a Vieytes, fundador en 1802 del Semanario de Agricultura. Sin olvidar que Manuel Belgrano colaboró en el Telégrafo Mercantil en 1801. Cualquiera de los dos, para elegir.
Para sacarnos de una vez por todas a Moreno de la cabeza. ¿Se le reconoce alguna actividad en la Gaceta? Fue, apenas, un “ocasional” colaborador. Y el tema se complica porque los artículos no llevaban la firma de su autor. Pero algo se puede decir.
La Gaceta de Buenos Aires, se publicó desde el 7 de junio de 1810 hasta 12 de setiembre de 1821, cuando la suprimió Rivadavia. Publicó un total de 810 números. Moreno renunció a la Junta el 18 de diciembre de 1810. Es decir que, entre el 7 de junio, cuando apareció el primer número de la Gaceta y el 17 de diciembre, fecha de su renuncia, se publicaron 29 números, 23 números extraordinarios y 3 suplementos. Más allá de esa fecha es imposible adjudicarle nada, estaba preparando su viaje a Europa. Falleció en alta mar el 4 de marzo de 1811.
En esos 55 números se encuentran 209 artículos y de Moreno se reconocen solamente dos y tal reconocimiento – por el estilo de su redacción – les son atribuidos por su propio hermano Manuel quién los identifica. Sólo esos dos.
Conclusión: el padre del periodismo argentino es Vieytes. Belgrano es el primer cronista argentino, por todo lo que hizo en tal sentido en el Consulado. A Moreno no sabría dónde ubicarlo, sin faltar a la verdad histórica.
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