domingo, 12 de octubre de 2025

12 de Octubre. Fusión de dos culturas.-12 -10 -2025-

12 de octubre Día de la Raza: En 1492, un acontecimiento marcó un cambio rotundo en la vida de los habitantes de todo el planeta, el descubrimiento de América. Todo empezó gracias a la inquietud de un marino genovés llamado Cristóbal Colón, quien a mediados del siglo XV, elaboró un proyecto para buscar nuevas rutas comerciales que los llevaran de forma más rápida a China y Japón, o sea a las Indias, sin tener que rodear por todo el Continente Africano o atravesar por Asia y Oriente. Después de 72 días de navegación, el 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra. Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó algo que ni siquiera Colón había imaginado: la unión de dos mundos. Cristóbal Colón tenía la idea de que la tierra era redonda y no plana como hasta este momento se creía, también pensaba que sólo había un gran continente en el que en uno de sus extremos estaban España y Portugal y en el otro China y Japón, con quienes tenían grandes intercambios comerciales. Como las rutas de comercio estaban muy complicadas, ya que por mar tenían que rodear Africa y por tierra, sufrían muchos asaltos y problemas, se le ocurrió, que navegando por el Océano llegarían de forma más rápida y segura. Además Colón pensaba que solamente había un Océano y que la tierra era mucho más pequeña de lo que en realidad es y nunca se imaginó que del otro lado había un enorme continente, el Americano y otro gran océano, el Pacífico que los separaba muchísimo de su destino: las Indias. Ofreció su proyecto sin éxito a Portugal y como necesitaba financiamiento, lo presentó a los Reyes Católicos de España, Isabel y Fernando, pero fue rechazado porque la iglesia no aceptaba la idea de que la tierra fuera redonda. Sin embargo, la reina Isabel, confió en el proyecto porque pensaba que si Colón tenía la razón, España sería más poderosa, así que empeñó sus joyas personales y presionó para que fueron firmadas las capitulaciones que establecían cómo sería el reparto de las ganancias obtenidas. Todo se preparó y el 3 de agosto de 1492, zarparon tres carabelas desde el Puerto de Palos, en España: la Santa María, donde viajó Colón, La Pinta, cuyo capitán era Martín Alonso Pinzón y La Niña, capitaneada por Vicente Yañez Pinzón. Después de navegar durante 72 días, el 12 de octubre de 1492, un marinero que navegaba con Cristóbal Colón llamado Rodrigo de Triana, gritó con todas sus fuerzas ¡Tierra a la vista!... y la cansada y ya desesperada tripulación festejó con júbilo su llegada. Cristóbal Colón desembarcó en una pequeña isla del mar Caribe a la que puso por nombre San Salvador y empezó a conocer y a maravillarse de la cultura, forma de vida de los habitantes y los recursos que tenían en la región. Durante los tres meses siguientes, Colón recorrió los alrededores y descubrió varias islas, entre ellas Cuba, la Española, Puerto Rico, Jamaica y Trinidad y aunque recorrió las costas de Venezuela y América Central, no se dio cuenta que este territorio pertenecía a un gran y nuevo continente y no a tierras inexploradas de las Indias como él pesaba. Este acontecimiento permitió que Europa, América y Asia empezaran a compartir sus culturas, adelantos e inventos, expresiones artísticas y recursos. La idea de conmemorar el “Día del descubrimiento de América”, también conocido como “Día de la Raza” o “Día de la hispanidad”, surgió en el siglo XIX, cuando al celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento, fue firmado un decreto real, en el monasterio de la Rábida, el 12 de octubre de 1892 por María Cristina de Habsburgo y aunque en este momento no se establecería como día oficial, años más tarde sería instituido como "fiesta nacional", por todas las naciones americanas, incluyendo a los Estados Unidos de Norteamérica..

sábado, 11 de octubre de 2025

Carta de Belgrano a Güemes. 1817. -11-10 - 2025.-

Publicó Asociación Belgraniana de Morón · 1O de octubre de 1817: Belgrano escribe a Güemes. “Compañero y amigo muy querido: Por aquello de poeta, médico y loco, todos tenemos un poco, vaya mi receta para el cólico bilioso; lo padecí un verano entero desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde y no tomaba más alimentos que agua de agraz helada y helados de agraz. U. felizmente no necesitará de tanto pues que ya se ha aliviado; pero a precaución, un vasito de helado de ese ácido o de naranja o limón, todas las noches, después de hecha la cocción y verá U. qué tono toma su estómago y cómo se robustece. Ya dije a U. el correo anterior el número de presas entradas; estoy creído que nuestros corsarios van a ultimar el comercio marítimo Español si no se hace pronto la paz; pero los Españoles son muy bárbaros. Ayer llegó la sal; encontré a Moyano que me dio noticia de que la traían sus carretas; avisaré de oficio el recibo. He visto los estados y espero que vengan los de la campaña según se pueda para formar el general como deseo. No entiendo a estos demonios de Pasados y Prisioneros; unos y otros se contentaban con servir con nosotros y no cesan de desertase; vea U. los que se pasan ahora en Tarija y mañana harán otro tanto. Yo creo que sería mejor echarlos a todos a Chascomús para que viéndose distantes no pensaran en eso. Lo mismo que U. me dice con respecto a los cañones, habíamos hablado con el compañero Cruz; aquí se le dio cierto aire a la noticia porque salió de casa de Aráoz con el color de mucho cuidado, etc.; pero Yo tranquilicé a todos los buenos que me vinieron a ver y dije públicamente que volaría a los autores de revoluciones y que tratasen de quitar a U. y trastornar el orden. Hasta ahora ha venido contestación de Artigas; me parece que he dicho a U. que buscó al Comodoro Inglés para mediador y que se le contestó que no había necesidad de extranjeros y que ocurriese al Congreso; dicen que está muy desconceptuado entre los suyos y es verosímil, porque no han tenido más pérdidas. Yo estoy persuadido de que el tiempo o los mismos suyos lo han de curar. Es una patraña lo de retirarse nuestras fuerzas de Talcahuano; precisamente he tenido cartas de Chile en este correo y no hay más que empeño en concluir con los enemigos. Quintana ha renunciado la dirección delegada reiteradas veces; al fin O’Higgins la admitió y ha nombrado a tres que la sirvan hasta su regreso. San Martín aunque está enfermo, no es de cuidado. Mi deseo de acertar y de corresponder al mérito de los hombres que se han distinguido y distinguen por nuestra santa causa, como igualmente que el premio lleve el más y el menos para que no lo lleve de igual modo el que trabajó menos que el que se distinguió más; pues como U. conoce, es ya tiempo de desviar toda confusión; aseguro a U. que me tiene desconfiado de mi parecer con respecto a los bravos Oficiales que han servido a las órdenes de U.; en fin, dígame . algo acerca de la figura de la decoración que remito, en la inteligencia que de oro ha de ser sólo para U., de plata los brazos y el centro de oro para los Comandantes hasta Sargentos mayores, y de plata para los oficiales desde Capitán inclusive; para los demás un escudo en el brazo izquierdo de paño con letras de oro a los sargentos, de plata para los cabos y de seda celeste para los soldados, todos con la misma inscripción sobre paño blanco; y, para que los despachos vengan igualmente bien, será muy bueno que me diga U., de qué cuerpos y compañías son y a los sueltos les da U. una agregación; esto me parece lo más acertado; U. me contestará lo que juzgue más a propósito con la franqueza de la amistad y que deseo quedemos ambos bien. No tiene duda de que Rojas se ha portado y porta muy bien; es muy regular premiarlo y distinguirlo, y lo propondré como U. me indica; me dicen que todo lo tiene muy en orden y que los Pueblos por donde anda están muy contentos con él; si los Granaderos le imitan serán un cuerpo que haga temblar a nuestros enemigos. Mota Botello se recibió de Gobernador Intendente de esta Provincia el Lunes, al parecer, con gusto del público por el buen concepto que se ha grangeado durante su Gobierno en Catamarca, donde ha sido llorado; espero que hará un buen gobernante. Celebro mucho que Madama Carmencita siga bien con su niñito; procure U. también cuidarse y ponerse enteramente bueno como lo desea su invariable MANUEL BELGRANO Tucumán, 10 de Octubre de 1817. Sr. Dn. Martín Güemes. Salta.

miércoles, 8 de octubre de 2025

Hipólito Vieytes. Rev. de Mayo de 1810.-Vida y obra.-08-10-2025-

HIPÓLITO VIEYTES Juan Hipólito Vieytes murió el 5 de octubre de 1815. Fue destacado protagonista de la primera hora patria, uno de los principales promotores de la Revolución de Mayo. Nacido en San Antonio de Areco, en 1762, estudió en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires, donde se trasladó su familia. Años más tarde fundó el “Semanario de Agricultura Industria y Comercio” y participó como vecino de la defensa de la metrópoli durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807. Poco después instaló una jabonería en sociedad con Nicolás Rodríguez Peña, un tanto alejada de la Plaza de la Victoria, para que no llegaran hasta allí los malos olores y los efluvios contaminantes. Se plegó a la causa revolucionaria a hora temprana. En la jabonería, por las noches, entre calderas apagadas y panes de jabón recién elaborados, se reunía un conciliábulo de connotados personajes a conspirar contra el virrey Cisneros. Además de los dueños de casa, lo integraban Juan José Paso, Domingo French, Antonio Beruti, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, entre otros. Los mismos que en 1810 impulsaron el reemplazo del virrey por una Junta de Gobierno que algunos de ellos integraron. Vieytes militaba en el ala dura de la revolución y le tocó marchar hacia el Alto Perú, la actual Bolivia, como comisionado político de la primera expedición auxiliadora a ese territorio dominado por los realistas. La fuerza se detuvo en Córdoba, donde Santiago de Liniers —radicado por esos días en la estancia de Alta Gracia— y los mandos locales se levantaron contra la junta porteña. Apenas pisó la capital cordobesa, desplegó las instrucciones secretas que traía y los mandó a prender. Le tocó atender las súplicas del deán Gregorio Funes —el único alto referente local que adhirió a la revolución— para que se les perdonara la vida a los prisioneros, en tanto que Francisco Ortiz de Ocampo, el comandante militar, decidió enviarlos a Buenos Aires. La junta despachó a Castelli con órdenes precisas: fusilarlos donde los encontrara, como se hizo en Cabeza de Tigre. Liquidado el asunto, siguió camino al Alto Perú junto a Castelli y Rodríguez Peña, donde se replicaron los fusilamientos. Regresó a Buenos Aires antes de que finalizara aquel año de 1810 y, tras la partida de Moreno, se sumó a la llamada Junta Grande, ocupando la Secretaria de Gobierno y Guerra dejada vacante por aquel. No duró mucho: tras la movida saavedrista de abril de 1811 corrió la misma suerte que los morenistas más connotados, expulsados de sus cargos y desterrados lejos de la metrópoli. Su ostracismo duró hasta el ocaso de Cornelio Saavedra tras la derrota de Huaqui en el Alto Perú, cuando la instauración del Primer Triunvirato permitió que los desterrados regresaran a sus casas y a la política. Instalada la Asamblea General del año 1813, de la que fue secretario, el proceso pareció reencausarse por el sendero revolucionario En ese tiempo fue, además, Intendente de Policía y se ocupó de reglamentar el funcionamiento de una ciudad desordenada como lo era Buenos Aires. Pero tampoco aquello duró demasiado: la caída prematura de Carlos de Alvear y la crisis política que le siguió arrastró lo poco que quedaba del morenismo residual que, tácticamente, había apoyado al voluble Director Supremo. Para entonces, Vieytes estaba enfermo, recluido en su hogar. Acusado de sedición y otros cargos, fue sometido a juicio, se le confiscaron sus bienes, y, tras un proceso agraviante, debió escuchar, engrillado a su cama, la sentencia condenatoria. Nuevamente desterrado, recaló en San Fernando de la Buena Vista, donde pasó sus últimos días al cuidado de su esposa, Josefa Torres. Por las noches, desvelado, consumido por la fiebre inclemente, se preguntaría una y otra vez por qué la adversidad se había ensañado con quienes como él lo dieron todo para que la revolución triunfara cuando lucía como una quimera. Si la causa independentista, asediada como estaba, podría salir adelante o acaso las cosas volverían a ser como al principio, cuando mandaban los reyes de España. Desde afuera sólo llegaban malas noticias, como los desastres militares en el Alto Perú o la invasión que proyectaba la renacida Corte borbónica para recuperar las colonias americanas. Allí murió el 5 de octubre de 1815, a los 53 años de edad. Alcanzó a recibir los sacramentos y fue sepultado, como se acostumbraba, en la vieja parroquia de San Fernando. Después que la misma fue demolida, no fue posible dar con sus restos. Su viuda lo sobrevivió en medio de grandes penurias hasta el año 1827. Sus hijos adoptivos, José Benjamín y Carlota Joaquina, mantuvieron en pie su estirpe. Nicolás Rodríguez Peña, su socio y amigo, falleció en Chile, en 1853. La jabonería fue demolida y en el solar se levantó un edificio que también fue derribado cuando se construyó la avenida 9 de Julio en la ciudad de Buenos Aires. Se lo recuerda apenas por haber sido uno de los propietarios de la legendaria jabonería donde se urdió la Revolución de Mayo. Sin embargo, fue mucho más que un fabricante de jabones y velas de sebo… (Prof.Esteban Domina).

jueves, 2 de octubre de 2025

ARGENTINA, ¿por qué nos llamamos Argentinos?- 02 -10 -2025 -

¿Por qué nos llamamos Argentinos? La poética historia detrás del nombre La historia del nombre de Argentina revela un proceso fascinante entre la poesía, la geografía y los conflictos nacionales. De un poema al decreto de 186O, el nombre Argentina ha atravesado siglos de historia y debate político. Foto: Gentileza De un poema al decreto de 186O, el nombre "Argentina" ha atravesado siglos de historia y debate político. Diario Los Andes |Por Luciana Sabina El nombre "Argentina" tiene una historia profundamente ligada a la poesía, la geografía, y las luchas internas por construir una identidad nacional única. Desde su aparición como adjetivo poético en el siglo XVI hasta convertirse en denominación oficial del país en el siglo XIX, el término ha acompañado el proceso de creación y consolidación del Estado argentino. Por Cristian Ortega Pero, ¿de dónde proviene este nombre tan cargado de simbolismo? De "Argentina" a "República Argentina" A lo largo de los siglos, el territorio que hoy conocemos como Argentina ha tenido diversos nombres. Desde el "Virreinato del Río de la Plata", pasando por las "Provincias Unidas del Río de la Plata", hasta la "Confederación Argentina", cada nombre refleja los conflictos y tensiones de un país que aún estaba por definirse. El nombre "Argentina", sin embargo, no surgió de forma inmediata como denominación oficial, sino que fue el resultado de un largo proceso histórico. Entre 16O2, cuando el clérigo español Martín del Barco Centenera usó por primera vez la palabra "argentina" en su poema La Argentina y Conquista del Río de la Plata, y 186O, cuando un decreto de Derqui estableció que el nombre legal del país sería "República Argentina", transcurrieron casi tres siglos de historia. Durante este tiempo, el nombre "Argentina" tuvo que superar los obstáculos de la geografía y los disensos internos antes de convertirse en el gentilicio oficial de los habitantes de la región del Río de la Plata y sus territorios. El Poema de Martín del Barco Centenera y la Primera Mención. La primera mención de la palabra "Argentina" se encuentra en el poema de Centenera, publicado en 16O2. Este clérigo español, quien formó parte de la expedición de Juan Ortiz de Zárate, utilizó el adjetivo "argentino" para referirse tanto a la región como a sus habitantes. En su obra, el poema describe las aventuras en la región del Río de la Plata, y el adjetivo "argentino" se emplea para designar todo lo relacionado con la cuenca del río y sus pueblos. El Significado del Nombre: De "Plata" a "Argentina" El origen del término "Argentina" proviene de "argentum", que es la palabra latina para "plata". Inicialmente, el término se usaba de forma poética para referirse a la región del Río de la Plata y a sus habitantes, pero con el paso de los siglos, el adjetivo pasó a ser más que una simple figura literaria. En 1531, los portugueses ya habían bautizado al río como "Río de la Plata", inspirado en los rumores sobre las minas de plata que existían en la región. Estos mitos, sumados a la exploración y la colonización, hicieron que la "plata" se convirtiera en un símbolo de la región. La Evolución del Nombre: De la Poesía a la Realidad A lo largo de los siglos, el nombre "Argentina" fue ganando terreno en el discurso público y político. En el siglo XVIII, la palabra ya se usaba comúnmente para referirse al territorio del Río de la Plata, y en 1816, con la independencia del país, el nombre de "República Argentina" comenzó a ser utilizado con mayor frecuencia, aunque aún coexistía con otros términos como "Provincias Unidas del Río de la Plata". A partir de 183O, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, el término "Confederación Argentina" comenzó a ganar popularidad, y fue durante la sanción de la Constitución en 1853 que el nombre de "República Argentina" quedó establecido de forma definitiva. Por otra parte, un decreto del presidente Derqui, de 186O, fue un paso clave en la consolidación del nombre "República Argentina" como denominación oficial del país. Durante la presidencia de Santiago Derqui, se formalizó el uso del nombre "Argentina" en el marco de la organización del Estado, poniendo fin a décadas de debates y disputas sobre la identidad nacional. Un Viaje a través del Tiempo La historia del nombre de Argentina está llena de leyendas, exploraciones y disputas. Desde las primeras expediciones que buscaron la riqueza prometida de la Sierra de la Plata, hasta la literatura de la época colonial que comenzó a darle forma a una identidad común, el nombre "Argentina" ha sido testigo del crecimiento y la consolidación de una nación. En su origen, "Argentina" era un adjetivo vinculado al "plata", y fue con el tiempo, a través de la historia y la literatura, que se transformó en el símbolo de un país, un pueblo y una identidad que hoy nos une. Este proceso de construcción de nuestra identidad refleja los conflictos y las tensiones que marcaron la formación de nuestro territorio, los límites que fuimos trazando y las historias que compartimos. Desde la leyenda de la sierra de la plata hasta la República Argentina de hoy, el nombre de nuestro país sigue siendo un reflejo de lo que hemos sido y lo que somos. ..................