lunes, 20 de agosto de 2012

El Exodo Jujeño.1812 - 2012. Gesta de Heroismo popular.


                                                    El Exodo Jujeño.

        1. Antecedentes. 
      El mes de mayo de 1812, el general Manuel Belgrano, al mando del Ejército del Norte, estableció su cuartel general en la ciudad de Jujuy, ubicada en la desembocadura de la Quebrada de Humahuaca. Enterado del avance del numeroso ejército realista, Belgrano reclamó al gobierno de Buenos Aires refuerzos para la resistencia; no obtuvo auxilio,  debido a que las autoridades del Primer Triunvirato estaban abocadas principalmente a vencer a los realistas fortificados en Montevideo.
     
      Los sobrevivientes de las fuerzas patriotas derrotadas en la batalla de Huaqui, estaban de regreso. Eran 800 soldados, sin armas, afectados por el paludismo y completamente desmoralizados.  Belgrano los reorganizó, rearmó, restableció la disciplina,  dio  ánimos a la población, fue riguroso e inflexible con sus subordinados.
       Para aumentar el fervor patriótico del pueblo hizo bendecir la bandera Argentina en la Catedral,por el Padre Ignacio Gorriti, ignoró que la misma había sido rechazada por el Primer Triunvirato (ya que el uso de una bandera propia era un claro signo de independencia para los triunviros, que aún no deseaban abandonar la máscara de Fernando VII.
         2. Belgrano pidió efuerzos a Buenos Aires.
     Desde Buenos Aires, no enviaron  refuerzos para atender el Frente Norte, el Triunvirato, a través de su ministro Bernardino Rivadavia, ordenó la retirada del Ejército del Norte hasta la ciudad de Córdoba.
El gobierno de Buenos Aires, consideraba imposible resistir al ejército del Brigadier  Pío Tristán, que avanzaba desde el Alto Perú, con una dotación de 4.000 hombres. La intención del Triunvirato era que retrocedieran  hasta Córdoba, donde  se unirían fuerzas procedentes de la región rioplatense. 

        3. El éxodo Jujeño.
       El ejército español avanzaba  con  4.000 soldados, comandados por Pío Tristán; el enfrentamiento se produciría en pocos días. Como respuesta, el 29 de julio Belgrano dictó un “Bando” que disponía la retirada:
      “Pueblo jujeño ... La patria les reclama un gran sacrificio: abandonar la ciudad y las fincas, quemar los campos sembrados, arrear los animales. A los ojos del español invasor, sólo debe quedar tierra arrasada”...
Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de Goyeneche se acercan; y lo peor es que algunos desnaturalizados que viven entre nosotros, no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud. Llegó, pues, la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres”
        La orden especificaba que “la retirada debía dejar sólo campo raso frente al enemigo, de modo de no facilitarle casa, alimento, ganado, mercancías ni cosa alguna que le fuera utilizable. Los cultivos fueron cosechados o quemados, las casas destruidas, y los productos comerciales enviados a Tucumán. El rigor de la medida debió respaldarse con la amenaza de fusilar a quienes no cumplieran la orden”.
        La población acató sin mayores actos la medida a partir de los primeros días de agosto, demorándose algo más los vecinos pudientes, que requirieron de Belgrano carretas para transportar sus bienes.
        Obedecieron las órdenes de Belgrano, “los habitantes de Jujuy, abandonaron sus hogares y arrasaron con todo lo que dejaban atrás, para que las fuerzas realistas no pudiesen aprovechar ninguno de sus bienes y dejándolos sin víveres para sus tropas”.
        El ejército comenzó también su retirada el 23 de agosto en horas de la tarde;  arrearon el ganado y se prendieron fuego a las cosechas para desguarnecer al enemigo. Belgrano fue el último en dejar la ciudad deshabitada.
      Un grupo de soldados al mando de Díaz Vélez, fueron encargados de cuidar  los movimientos de Tristán, quedarían a la retaguardia. La marcha cubriría 50 km diarios, el quíntuple de lo recomendable, para buscar cobijo hacia el oeste.
       El Brigadier  realista Pío Tristán, envió sus avanzadas a hostilizar a los que se retiraban, dirigidos por el coronel Huici. Éste alcanzó a la columna sobre el río de las Piedras, entablándose el Combate de Las Piedras el día 3 de septiembre de 1812. La rápida reacción de Díaz Vélez logró allí una victoria, cayendo en poder de los independentistas el mismo Coronel realista Huici.
       “La Gesta del Éxodo Jujeño la evocan los habitantes de Jujuy, cada 23 de agosto, y se  conmemora la efemérides del mismo, en todo el territorio nacional. La acción del pueblo jujeño en  1812 constituyó “un acto de heroísmo popular que permitió la defensa de la integridad territorial en el Norte Argentino, con las batallas de Tucumán y Salta”.  
          Es bueno preguntarse: ¿Estaban cansados, qué comían, dónde dormían?
      
        4. Bicentenario. 
      El 23 de Agosto de este  año 2012,  celebramos el Bicentenario del Éxodo Jujeño.    
        5. Bibliografía.
             Cfr. Mitre Bartolomé. El General Manuel Belgrano y la Independencia Argentina. Bs. As. 1896..                     
                     Rojas, Ricardo. El Exodo. Una Gesta popular heroica del pueblo Jujeño. Bs. As. 1923.  
                     Pérez Amuchástegui. Crónicas Argentinas. Bs. As. Tomo 2. 1970 
                     Bruno Cayetano y Guillermo Furlong.  La religiosidad de los próceres y la Virgen de la Merced. Bs. AS. 1981.
………………………

No hay comentarios:

Publicar un comentario