SAN JOSÉ DE LA ESQUINA
Localidad ubicada sobre el
antiguo Camino Real hacia el Alto Perú.
Introducción.
La Localidad
de San José de la Esquina.
Esta
población está, ubicada en el Departamento Caseros de la Provincia de Santa Fe,
sobre el lado Sur de la Ruta Provincial Nº 92 y a un kilómetro de la margen
derecha del Río Carcarañá. Posee en la actualidad 8.200 habitantes, está
ubicada a 1.000 metros al Sur del Río Carcarañá y a 110 kilómetros al Oeste de
Rosario, sobre la ruta 92. La comunidad que hoy reside en San José de la
Esquina, está dedicada a las actividades agrícolas, con un creciente perfil
comercial e industrial; el atractivo del naturalmente hermoso del Río
Carcarañá, más la presencia del remozado “Fuerte La Guardia de La Esquina”,
ofrecen la propuesta del miniturismo y
realizaciones de encuentros culturales.
En
1573 Don Jerónimo Luis de Cabrera, después de fundar la Ciudad de
Córdoba, exploró el camino hacia el sur con el fin de conseguir el paso
hacia el “Mar del Sur”, como le llamaban al Océano Atlántico. Tal vez recorrió
esta región, bordeando el Río Carcarañá, como buen explorador sabía que “el curso
de agua es el mejor guía para llegar al Océano, además de tener agua abundante
para la comitiva y la caballada”, fundando en la desembocadura de este
Río, el “Puerto de San Luis de Córdoba”; pero se encontró con Don Juan de
Garay que venía desde Asunción del Paraguay con análoga finalidad, para fundar
“Santa Fe de la Vera Cruz”, fecha consignada el 15 de noviembre de 1573. Garay
fundó oficialmente la ciudad de Santa Fe, siguiendo los ritos habituales
para estos casos: el rollo y el escribano. Entonces Don Jerónimo Luis de
Cabrera abandonó definitivamente el lugar, “para no llegar a un enfrentamiento
armado”; pero “los conflictos económicos y políticos, con la ciudad
mediterránea, Córdoba, siguieron por largo tiempo”.
Al inicio
del Siglo XVII, 1600, se originó, como una “Posta” un “descanso” en
el camino al Alto Perú, un recambio de bueyes y caballos, para las
caravanas de carretas hacia Córdoba y Tucumán. Estas “Postas” más bien “eran
corrales, cuidados por españoles valientes y mestizos intrépidos que compartían
esta porción del territorio santafesino, con algunos nativos amigos, quienes se
integraron con sus familias en la inmensidad de la pampa, vivían en humildes
ranchos, poblaron con el tiempo estos “pagos”, que se convertirían en
pueblos y ciudades de la futura Provincia de Santa Fe”. (Leoncio Gianello. Historia de Santa
Fe. Pág. 84. Edit. Plus Ultra. 1973).
3.- La
Guardia Peligrosa.
El “Fuerte Guardia de la Esquina” era conocido como un “Puesto de avanzada” para
frenar el intento expansionista desde el Oeste, sobre nuestra Santa Fe al Este
y como “La Guardia Peligrosa”, donde “numerosas personas perdieron la vida”. La
comunidad tenía una “fuerte vocación religiosa desde los inicios, por la
acción misionera de los Padres de la Orden Mercedaria en 1650”.
(Datos obtenidos en Museo Regional de la Comuna local. Año 2005)
Documentos de la época y sucesivos testimonios del S. XVII, año
1650, permiten la obtención de numerosos datos de esta “Posta de la
Esquina”, su primera localización la cual tuvo una historia similar
a todos las Postas y Fortines, alejados de las ciudades,
ubicados en zonas inhóspitas, con su pobre y rudimentaria
construcción. Esos documentos describen los primeros asentamientos
que en algunos casos fueron una docena de humildes ranchos,
encerrados por un perímetro de empalizadas, significaron un paso obligado hacia
Chile y el Alto Perú. “El Fuerte Guardia de la Esquina” , una de las más
antigua en el territorio provincial, recibió específicamente
denominaciones diversas dado que cumplió diferentes roles: “Posta” lugar
de “descanso” para las caravanas y los viajeros, recambio de cabalgaduras y
bueyes; “Guardia” punto clave de “vigilancia” nacional y provincial para
asegurar la comunicación entre Buenos Aires, Charcas, Santa Fe, Asunción
y mantener las fronteras interiores; “Aduana Seca”: “último eslabón político
administrativo, de una compleja estructura en la vida colonial, cuyo vértice
era la persona del Rey”. (idem.
Floria y Belsunce. Pág.114).
4.- Los Aborígenes consideraban "intrusos "
a los Colonizadores Europeos.
En las zonas cercanas a Córdoba, al
Río Carcarañá y a Santa Fe, los pobladores fueron atacados por los Calchaquíes,
los Tobas y los Guaycurúes, quienes veían a los españoles como “intrusos”
en sus territorios, por lo tanto los viajes terrestres no eran seguros aunque
formaron caravanas de 10 a 12 carretas y fueran custodiadas por jinetes.
Tampoco estaban seguros los intrépidos pobladores de aquellas lejanías quienes
vivían encerrados por un perímetro de empalizadas junto a sus utensillos,
enseres y animales domésticos “ puesto que los aborígenes, por el Norte los
Calchaquíes; por el Oeste los Huarpes; por el Este los Tobas, los
Mocovíes y Guaycurés; por el Sur los Querandíes y otras tribus como los
Comechingones al Sur de las Sierras Chicas de Córdoba, vecinos a Cruz Alta,
consideraban a los europeos “intrusos” en sus tierras, sumados a
éstos los asaltantes de turno.
5.- Puesto de la Horqueta
En 1689 se llamó “Puesto de la
Orqueta”, antigua Posta en el Camino al Alto Perú, era el paso
obligado de las caravanas desde Buenos Aires hasta Córdoba y Tucumán; quien
realizó la primera referencia, con localización y nombre, fue el Teniente de Su
Majestad mayor Don Juan Saucedo y Do Campo, en 1689. (Informe de Juan Saucedo y
Do Campo).
El informe que envió Don Juan Saucedo y Do Campo a los Reinos de España para
noticia a su Majestad, del estado del camino Real a Córdoba del Tucumán decía:“
hice la medida de Buenos Aires a Luján y son 14 leguas a Arrecifes 20 leguas,
en regular estado. Desde aquí el camino es muy peligroso por la amenaza de los
de bárbaros y ladrones. Se llega al “Puesto de la Orqueta” a las 46 leguas,
donde el camino se divide con un vado en el Río del Carcarañá, la gente vive
con falta de todo, en miseria y pobreza. Llegamos a la Posta del Espinillo y
dicen que todo esta zona es propiedad de la Orden Jesuita, pero hay gente que
reune caballos, reses, sigo por el camino rumbo al Oeste...Teniente Mayor Don
Juan Saucedo y Do Campo, año del señor 1689”. (Fragmento recopilado del Archivo del Cabildo de
Buenos Aires. Tomo 4., número de páginas ilegible).
6.- Fuerte Guardia de la Esquina del Carcarañá.
Las autoridades del Virreynato del Río de la Plata, establecieron los
"Fortines" para defenderse de los malones y proteger las vías de
comunicación, fue llamado “el arco de los Fortines”, el cual se iniciaba desde
Carmen de Patagones, pasaba por el Sur Santafesino y concluía en Mendoza.
En 1730 el Gobierno de Buenos
Aires, le asignó categoría de “Fuerte para la Seguridad Regional” con el
fin de frenar el intento expansionista de Córdoba del Tucumán por la costa del
Carcarañá, registrándose en Actas y Mapas del Departamento Topográfico:
“Guardia del Carcarañá”, “Esquina de la Guardia”, “Guardia de la Esquina del
Carcarañá” y “Guardia de la Esquina”, nombres que probablemente, hacían
referencia a la curva existente en el río, en el sitio de su asentamiento.(Idem.
Tesoros en el Tiempo).
8.- Los Misioneros.
9.- Descanso de los Viajeros.
El “Fuerte Guardia de la Esquina”, que en
tiempo del Teniente Gobernador Joaquín Maciel, consta en mapas de 1771, según
historiadores como Busaniche 1941 y Gianello 1951, “ofrecía a los viajeros
resguardo de los malones, cobijo, servicios, a quienes pasaran, tomaran
alimentos, descansaran con carretas, mulas y chasquis”, los cuales
constataron la hospitalidad que les deparaban “aquellos hombres y mujeres,
sufrientes moradores, en casas de adobe, con cercas de postes y tunas”.
Los viajeros sabían que estaban alejados del robo y el asalto, porque siempre
un vigía se encontraba en el Mangrullo.
9- A. El Museo.
En las instalaciones de este “Fuerte
Guardia de la Esquina” pernoctaron personalidades que forjaron la Historia Argentina, según informes obrantes
en el “Museo del actual Municipio de San José de la Esquina”.
- José Ignacio de Garmendia, numerosos personajes de Jujuy, Salta,
Catamarca, La Rioja y Tucumán.
Esta fue la primera provincia de la República que acudió en defensa de Buenos
Aires cuando fue invadida por los
ingleses en el año 1806 y lo hizo al mando del comandante José Ignacio
Garmendia, nacido en Vizcaya, al frente de la Compañía de voluntarios
tucumanos, los gastos corrieron por su cuenta personal. (Datos tomados en: Avellaneda de Ibarreche,
Celia - Autoridades del Cabildo,
Justicia y Regimiento – Épocas Colonial e Independiente: años 1680-1824 -
Boletín Nº 3 de Tucumán – 2003).
- Juan Antonio Lessica, quien Combatió en Pavón, 17 de septiembre de 1861
y participó de las "Campaña de pacificación del interior, (1861 y 1867) y de
la Guerra del Paraguay.
- José
García de Huidobro en 1744 proveniente de Chile, pernoctó en el lugar.
-
Cornelio Saavedra, el primer Presidente de la Junta de Mayo de 1810.
-
Vicente Anastasio Echevarría, 1768-1857, el primer abogado rosarino
que estudió en Charcas, trabajó con Belgrano en el Consulado de Buenos Aires y
Primera Junta de Mayo..
- Mariano Moreno, 1778-1811, quien
viajó a Charcas, para estudiar leyes.
- Juan José Castelli, nació en Buenos Aires 1764, y falleció allí mismo en 1812. Patriota argentino, Miembro fundador de la
Sociedad Patriótica Literaria y Económica, estudió jurisprudencia, fue integrante de la Primera Junta, enviado para frenar la insurrección de Santiago de
Liniers, a quien fusiló junto a sus
acompañantes en Cabeza de Tigre, Cruz Alta.
-
El General José de San Martín-nació en Yapeyú Corrientes 1778- y falleció en Boulogne Sur Mer, Francia, 1850, pasó rumbo
a Mendoza y con la mente en el Cruce de los Andes, 1817.
- Bernardo
Monteagudo, nació el 20 de agosto de 1789 en Tucumán, murió en Lima, 28
de enero de 1825. Fue un abogado, político, periodista, militar y
revolucionario, patriota, pensador y periodista argentino que vivió en Jujuy. Y luchó en el Alto Perú
Era un alto en el camino al Alto Perú, para
Comerciantes, acarreadores, arrieros y tantos jóvenes que viajaban a
Córdoba, Charcas y a Cuzco para estudiar. – Era el paso de numerosos y
preocupados soldados, en épocas de la Independencia, 1810.
9-B. El Cartel.
Un amplio cartel de un metro por un metro
cincuenta, con letras de molde, colocado
a la entrada del reconstruido “Fuerte”, podemos leer en la actualidad el nombre y apellido de algunas personas que
pasaron por este lugar:
- Rafael de
Sobremonte, en su viaje a Córdoba.-1809.
- Santiago de Liniers. -1809- rumbo a la
localidad serrana de Alta Gracia, Córdoba.
- General Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. En
1819 al mando de su Ejército proveniente desde Tucumán hasta Santa Fe, para
solucionar el conflicto surgido entre la Provincia de Santa Fe y Córdoba. Ordenó que se proteja con una guardia especial de 24 hombres y dos carretas más confortables para conducir a la esposa de San Martín, Remedios de Escalada y su hijita Merceditas, hasta Buenos Aires, quienes provenían de Mendoza, ella enferma de tuberculosis. También estaba el Sargento Mayor Escalada, hermano de Remedios. Este fue un gesto de sincera amistad con el General San Martín quien estaba al mando del Ejército Libertador del Perú. Belgrano estaba muy enfermo y entregó el mando en el pueblo del
Pilar cerca del Río Segundo en Córdoba, al General Francisco Fernández e la Cruz y se volvió a Tucumán.
- El Brigadier
Estanislao López, en campaña defensiva, en el Sur de Santa Fe. Estanislao López nació en Santa Fe, 1786 y falleció allí mismo en 1838, Militar y
político argentino. Caudillo arquetípico y tenaz defensor de la causa federal,
fue gobernador de Santa Fe.
- El General Francisco Fernández de la Cruz, 1779-1835, interviniente
en la guerra de la independencia. Actuó en el Norte como Jefe de Estado Mayor, es decir, segundo del General José de San Martín.
- El General
Ramírez, 1821 y algunos oficiales, descansaron
varis noches en La Guardia San José de la Esquina..
- El General José
María Paz, proveniente de Córdoba, 1829, proveniente de Córdoba.
- Fray Mamerto Esquiú, O. F. M. 1826–1883, franciscano, el
Orador de la Constitución,
- El Chasqui Manuel de Escalada, hermano de Remedios de Escalada,
desde Mendoza, recorrido 310 leguas, 2329 kilómetros
desde el lugar de la batalla de Chacabuco, hasta Buenos Aires en 11 días. con las cartas de San Martín.
- General Juan
Lavalle, 1829, también pasaron Juan José
Castelli y tantos otros en épocas de la
Anarquía, 1826-1852, Benavidez de San Juan, Facundo Quiroga y el Chacho
Peñaloza, de La Rioja,
- Monseñor Mastai Ferretti , 1824. El
padre Beltrán explicó que “en épocas en que las relaciones con la Iglesia
estaban deterioradas por la negativa a mantenerlas con el Vaticano por parte
del presidente Bernardino Rivadavia, Mastei Ferreti vino a la Argentina a
investigar qué pasaba con las autoridades locales. El Prelado, bautizó en Buenos Aires y Rosario. Desde
esta población, en su viaje rumbo a Chile pernoctó allí en el Fuerte Guardia
de la Esquina”. Años después, Mastai Ferreti fue elegido Papa, (Pontífice en Roma),
con el nombre de Pío IX. En este lugar histórico pernoctaron religiosos destacados, canónigos y los Obispos de Catamarca, de Córdoba y estudiantes que se dirigían a la
Universidad de Charcas.
10.- Los Conflictos.
Los conflictos territoriales y las
tensiones comerciales, subsistieron durante el coloniaje agravándose,
doscientos años después, por motivaciones comerciales cuando en 1791 el
Consejo de Indias, autorizó el tráfico portugués con el puerto de Buenos
Aires. Las flotas lusitanas eran portadores de millares de esclavos, telas y
bebidas holandesas destinadas a ser vendidas en el Alto Perú y pagados con al
codiciada plata de Potosí.
Entonces pagaban los impuestos en la aduana seca en la ciudad de Córdoba, desde
el año 1622, “tiempo en que cobraba impuestos del 50 % a toda
mercadería importada”.
Al mismo tiempo los comerciantes provenientes del Norte y del interior,
debían pagar en Buenos Aires el impuesto a las tropas de carretas. Los
comerciantes que viajaban al Norte, o hacia Chile, a su vez pagaban, 1622, en
la aduana seca: “El Fuerte la Guardia de la Esquina” el impuesto de las
mercaderías importadas rumbo al Alto Perú y a Chile. Siempre llevaban
“comprobante escrito” para no pagar dos veces.
Estos datos los acreditan “las frecuentes anotaciones de las Actas Capitulares,
de Santa Fe y Buenos Aires, con respecto a las reclamaciones del
interior por cobros indebido de ese gravamen”. El cobro de impuestos se
efectuaba también en el “Fuerte y Aduana, La Guardia del Carcarañá”,
para frenar el expansionismo de Córdoba del Tucumán sobre la costa del
Río Carcarañá”. Por este impuesto, cobrado a los continuos contingentes,
provenientes del Norte, del Sur argentino y de paso ida y vuelta a Chile
al Oeste, contribuían a mejorar los alojamientos y la calidad de vida”. Algunos
pícaros que siempre hubo, usaban subterfugios para no pagar, por lo cual
“se producían corridas a caballos de los custodios y también
enfrentamientos” con esta incipiente milicia fronteriza. (Álvarez, Juan. Hist. De Santa Fe. -Pág. 97 a 99-
1941- Reimpr. 2009).
El
Procurador en Santa Fe, De Larramendi, José Teodoro, elevaba el 6 de Julio de
1796 al muy Ilustre Cabildo, el Informe, que requería Buenos Aires, sobre
la decadencia del comercio. Larramendi indicaba que fue la abolición del
“Puerto Preciso” desde donde se producía el almacenamiento y distribución de
los Productos del Interior, de Paraguay, de Misiones, transportados luego a
distintos puntos del Virreinato: Tucumán, Cuyo, Córdoba, también más allá
de las fronteras, Paraguay, Perú y Chile, en caravanas de 12 a 15 carretas”. (Gianello, Leoncio. Hist. De Santa
Fe. Pág. 84 – 85. 1978).
Según datos aportados por el Dr. Juan Álvarez “el
empadronamiento realizado en 1759, registró más de 900 carretas viandantes,
contando solo las de Santa Fe y Coronda”. (Álvarez Juan. Hist. de Santa Fe. -Pág.107-. 1941.
–Reimpr. año 2009).
13.- Vida Social.
Es notable la observación que hacen Carlos Floria y García Belsunce en la
“Historia de los Argentinos”, página 88 y 89, explicando la vida social: “la
población criolla estuvo constituida por mestizos, puesto que los
conquistadores se unieron con las hijas de los jefes aborígenes que pasaron a
ser sus aliados y sus parientes. En esos primeros años
coloniales, 1500 al 1600, rigió un “sistema de concubinato, casi
poligámico, que facilitó la rápida propagación del mestizaje formando los
primeros hogares, estabilizándose la vida familiar”. Al principio vivían “varias
personas en un mismo rancho dentro del Fuerte”, los hijos tenían una “vida
libre, un espíritu audaz”.
Cuando la población femenina española aumentó en la región, los blancos se
casaban preferentemente entre sí, especialmente en el S. XVIII, 1700,
cuando llegaron los misioneros e impartieron “enseñanza y educación cristiana”,
los cuales señalaban como fruto del pecado a los ilegítimos y
extramatrimoniales”. En las Reducciones organizadas por los Padres Jesuitas, S.
XVII, 1600, los aborígenes se fueron asimilando a la “vida
cristianizada y europeizada”, cuyo fruto fueron “numerosos aborígenes,
constructores, carpinteros, músicos, maestros y religiosos. (Ídem. Floria y Belsunce. Pág. 139 -
141).
“Durante la
Colonia, “la Merced Real era el adjudicamiento de tierras, rentas o títulos
nobiliarios por parte del rey a algún súbdito en Nueva España, como premio, a
sus servicios o como favor real”.
La Merced de tierras hechas a Don Antonio de Vera y Mujica, 1682, por el
Gobernador y Capitán General del Río de la Plata, Don Pedro Baigorri, permite
inferir la ocupación física de toda la superficie que le otorgó sobre la base
de una Cédula Real del 19 de Junio de 1660, para que se remitan los
“Autos” obrado en la encomienda que le fuera otorgada a Don Antonio de Vera y
Mujica, según había solicitado al Rey el predio sobre ambas márgenes del
Carcarañá, hasta el lugar del “Desmochado”.
Esta Merced, le permitió formar una hacienda- estancia- juntando el ganado
cimarrón existente, con la posterior formación de tres rodeos, con sus
puesteros, que luego en 1719 los Misioneros Jesuitas compraron, al hijo
homónimo de Vera Mujica, según la documentación manuscrita existente en los
archivos de Santa Fe, a la que los religiosos bautizaron “San Miguel”, junto al
Río Carcarañá”. (Catastro de
Sana Fe).
“El año 1719 los Jesuitas, 1720 los jesuitas tomaron posesión de la Estancia
San Miguel creando en este lugar un puesto fijo denominadla Esquina del
Carcarañal, que en idioma Quichua significa Canacho del Diablo (cárcara-añal)
Desde esa fecha se venera la Virgen Ntra. Sra. de la Merced., según algunos
escritos no muy legibles”. (Informe de Juan Saucedo y Do Campo).
“En la época colonial constituyó La Merced
otorgada a don Antonio Vera Mujica quien en 1720 la vendió a la Compañía de
Jesús. A consecuencia de la expulsión de los jesuitas en 1767 estas tierras son
rematadas en 1775 por la Junta de Temporalidades de Santa Fe, siendo adquiridas
por la familia Galloso-Gallego propietarios de la posta de “Los Desmochados”, a
un Km. al Oeste se originó la población criolla del Desmochado”. (Nota: Texto tomado
a Investigación de la U.N.L P.)
15.- Los Jesuitas.
La Compañía de Jesús se estableció
en Santa Fe en 1610, luego de las gestiones realizadas por el gobernador Hernandarias
de Saavedra a instancia de los vecinos de la ciudad. Los padres jesuitas se
dedicaban a la enseñanza primaria, secundaria y universitaria, además de la
predicación, todos los ministerios los ofrecían gratuitamente, para lo cual
debían contar con medios, de allí que necesitaran poseer bienes, adquirirlos y
administrarlos.
Santa Fe no poseía las riquezas de otras ciudades, o personas acaudaladas que
pudieran ofrendar sus fortunas; entonces fueron numerosos los vecinos que
pusieron sus propiedades al servicio del Colegio; estas donaciones y
posteriores compras convirtieron a los jesuitas en propietarios de importantes
estancias, modelo de explotación agropecuaria. Pero lo más importante es que
estas estancias fueron fortines opuestos al avance de las tribus rebeldes, o
sea, puestos de avanzada en la frontera.
En nuestra provincia fueron dueños de las Estancias: “San Antonio”, “Jesús del
Salado” o estancia Grande, “Las tierras de Cululú”, “la Estanzuela Santo Tomé”,
“La estancia de San Miguel”, “Las tierras y acción de vacas entre el Salado y
el Paraná”, además de chacarillas.
“Las excepciones de pago de impuestos que tenían los jesuitas en las
mercaderías que traían del Paraguay, los bienes reales y otros privilegios,
disminuían considerablemente las entradas de la ciudad”. (Cervera – Capítulo XI – Tomo II –
Edición de 1907)
“Desde la “India Muerta” hasta “La Esquina de la
Guardia” no hay agua en tiempo de seca; pero en el de lluvia se hacen unos
pozos o lagunillas, a donde bajan a beber los ganados cimarrones y acontece
algunas veces que se llevan las caballerías de los pasajeros, dejándolos a pie,
con riesgo de sus vidas…”
El emplazamiento de “India Muerta”, según algunas investigaciones, siguiendo el
Camino Real, habría estado cercano a las actuales localidades de Alcorta,
Bigand y Maizales. (Tesoros en el Tiempo. Colocación del hito en Máximo
Paz.- E. Doroni y Luis Maggi.- 2006)
“Los militares según he observado, inducían al servicio del Rey, causándome impresión
ver a un hombre de honor reducido a vivir en la estrechez de un carretón; en él
tenía, con bastante aseo, su cama; le servía de mesa un corto baúl, en donde
tenía un papel, tintero y algunos libritos y su asiento correspondiente.”
Las primitivas guarniciones de los fuertes se hacían por reclutamiento entre
los vecinos, que menguaba por ese entonces el peligro de las invasiones de los
indios. Vivían atrincheradas tras unos tunales y fosas de agua. Las escasas
viviendas de la posta estaban situadas cerca del actual emplazamiento del
pueblo. Sólo desde ese punto el río podía divisarse.
Las primeras tropas que tuvieron a su cargo la custodia de los fuertes fueron
los blandengues, cuerpo creado por primera vez en Santa Fe.
Su denominación les viene de la gallardía natural de los soldados con sus
vistosos uniformes y el blandir de las largas lanzas del Cacique Calihué.
Las compañías fundadas en Buenos Aires posteriormente recorrían hasta
Pergamino, cuando los fuertes comenzaron a servir como lugar de concentración
de prisioneros portugueses. Los blandengues de Santa Fe llegaron a sumar 1524
hombres en 1771. Cada soldado tenía que costearse su propio uniforme.
El Comandante del Fuerte ejercía funciones en una amplia jurisdicción, con
autonomía para decidir cuestiones judiciales y militares. Podía designar
misiones especiales con Jefaturas a cargo del Sargento o Cabo a fin de
controlar “las pampas”, reconocer tropas de carretas, arrías, pasajeros,
licencias, represión de contrabando, prisión de delincuentes, decomiso de
género, oro, plata, embargo de ganado, etc.
Así mismo, estaban a cargo de los cobros de licencia por tráfico de hacienda,
bienes o bultos, en el sector limítrofe, cumpliendo con sus funciones de Aduana
Seca y la confección de sumarios a presos militares y civiles, aún por causas
atinentes a la moral”.
En 1786 el comandante de fronteras don José Francisco
de Amigorena, realizó un viaje desde Buenos Aires hasta Mendoza. Del fuerte
consignaba lo siguiente:“... el fuerte se halla en un estado bien fatal, sin
puente levadizo ni puertas, el foso cegado o casi sin aparejo con lo demás; la
muralla es de tapia y ya se viene al suelo, como también las paredes (que es lo
que queda) de un edificio interior destinado para cuartel de la guarnición;
ésta se compone de seis infantes veteranos mandados de Buenos Aires, cuyo cabo
hace de comandante y están con tal incomodidad, por el mal estado del cuartel
que cuando llueve apenas hay sitio dentro de él donde poder colocarse los
fusiles de modo que no se mojen: nos parece que un solo cañonazo, disparado
dentro del fuerte será bastante para que parte de él venga a dar en tierra,
sólo un Pedrero había montado cuando pasamos. Al amparo de éste fuerte viven
treinta o cuarenta personas muy pobres repartidas en siete ranchitos, los
cuales se mantienen de la cría de algunos animales, pero ahora que los indios
se los han llevado se verán en situación apurada.”
Cuando
en 1804 se nombra “Maestro de posta” a Don Francisco Gallegos, antiguo poblador
del lugar, las condiciones parecen mejorar. Así lo refiere el informe del
Visitador de Postas Don Eugenio Balbastro en donde menciona que se disponía de
mayores comodidades para los viajeros: un cuarto de cuarenta y cinco varas
cuadradas, con un catre y un estrado; ciento cincuenta caballos realengos,
ovejas, aves, ganado, huerta y leña, además de agua permanente”. (Concolorcorvo,
s. 18, tomado en mcn.biografías.com), a su
paso por estos parajes en 1770 escribió estas observaciones en su libro “El
lazarillo de Ciegos Caminantes”, seudónimo del autor de una obra titulada El
lazarillo de ciegos caminantes, con fecha de 1773 como puede leerse en el
pie de imprenta de la primera edición: "En Gijón, en la imprenta de La
Rovada. Año de 1773". La obra aparece firmada por quien dice ser un
indiano peruano, Calixto Bustamante Carlos de nombre. Esta autoría no está
plenamente confirmada, pues también se le concede el hecho a Alonso Carrió de
la Vandera; esta segunda teoría se fundamenta en que, según afirma el indiano,
el libro se basa en las memorias de los viajes del tal Carrió,
(viajero), personaje que sí se
encuentra documentado como jefe de la expedición que condujo fuera de Perú a
los jesuitas expulsos en 1767 y como inspector de las postas entre Buenos Aires
y Lima).
“En el año 1807 se trazó un nuevo camino de carretas
al Alto Perú que pasaba por la Posta de Ramallo, la Villa del Rosario, el
Desmochado, la Posta de Arequito, para acortar camino a la “Guardia de la
Esquina”. Esta nueva traza pensada por el Gobierno de Buenos Aires, “para
evitar las constantes acometidas de los aborígenes y gauchos ladrones, que
asaltaban constantemente a las caravanas, en busca de mercaderías” -como señala en la fundamentación de la obra-, el Visitador
de Postas, Eugenio Balbastro-.
17.- Villa de San José de la Esquina.
El año 1824 se crea la primera Colonia con el Nombre San José de la Esquina, de
los cuales se conoce uno de los primeros habitantes a Fray Marcelo Benanzatti.
Los solares o predios fueron entregados en los inicios a: Eusebio Ferreyra,
Eduardo Pérez, Sinforosa Ledesama de Rodríguez, José María Madera, Plácido Peralta,
Juan LAvallén, Inés Gorosito, Cayetano Ramos, Víctor Lescano y otros. Pocos
datos se conocen de la vida de estos pobladores.
La Guardia de la Esquina se mantuvo fortificada hasta 1864, año en que se
designó como Villa Regular. Este sitio, es uno de los más antiguos de la
Provincia y allí pernoctaron personalidades de la historia nacional, como
Manuel Belgrano, Rafael Sobremonte, Estanislao López, el General Lavalle, Juan
Antonio Lessica, José García de Huidobro, Ignacio de Garmendia y hasta monseñor
Mastai Ferreti, quien luego fuera elegido Papa bajo el nombre de Pío IX.
18.- Comisión de Hacendados.
En el año 1850, una “Comisión de Hacendados” vecinos,
creada por el Gobierno Provincial, “propuso al Gobierno de Buenos Aires, la
creación de un pueblo en la Guardia de la Esquina”; esperaron más de diez años,
sin resultado positivo. En 1862 “pidieron formalmente al Presidente Bartolomé
Mitre, la fundación de una Villa en el Fuerte de la Esquina, la que fue
denegada y transferida al Gobierno de la Provincia de Santa Fe”.
Cuando llegó al pueblo de Guardia de La Esquina, Fray Marcelo Venanzetti a
mediado de 1861, comenzó su labor apostólica y se unió a la lucha por la
identidad del lugar, hasta que consiguió que el día 31 de marzo 1864, el
Gobernador de la Provincia Nicasio Oroño, dictara el Decreto ordenando “la
traza de un pueblo en el lugar llamado Guardia de San José de la Esquina”, la
que según escritos del propio Gobernador “se constituiría en la Posta más
antigua de la Provincia”. San José de la Esquina, “estuvo entre las primeras
Colonias de la Provincia y la única creada por de Nicasio Oroño”; El
historiador Marcos P. Rivas comenta: “El 31 de marzo de 1864 fueron
Sanjosesinos por el Decreto fundacional del Gobernador Nicasio Oroño. Desde
entonces esta comunidad se fue consolidando, construyendo la identidad
entremezclados los nativos, los mestizos, los paisanos, los inmigrantes
europeos, hasta nuestros días”; pero sus orígenes se remontan a principios del
siglo XVIII cuando “se estableció como Posta para luego ser un Fuerte en el
Camino Real hacia el Alto Perú”. (Datos obtenidos
en el Museo de San José de la Esquina, cuya Directora es la Prof. Mariana
Lussa).
19.- La Comandancia.
En 1864 se creó “La Comandancia” del poblado, en el solar que actualmente ocupa
la iglesia parroquial. Esta guardia remozada y con nuevo personal fortificada
venía trasladada del antiguo “Fuerte Guardia de la Esquina”, dejada como
recuerdo, a la nueva Villa origen del actual emplazamiento con el nombre de
“San José de la Esquina”.
En el año 1865 empezó a utilizarse como primera
Capilla de la Villa un salón que estaba ubicado, aproximadamente donde está el
actual depósito de las Hermanas de la Misericordia. En 1870 se trasladó al
solar donde actualmente se encuentra la policía y el Juzgado de Paz.
“Durante el año 1866, el agrimensor Julián Bustinza
delineó el pueblo. El 23 de Septiembre de 1886 quedó constituida la Comuna y se
concluyó la construcción de la Estación del Ferrocarril Mitre, Ferrocarril del
Oeste Santafesino perteneciente a la línea Casilda Río – Tercero, librada al
servicio público a fines del año 1887”. (Análisis
Integral de la Provincia de Santa Fe. 1985).
20.- La Primera
Escuela.
En 1861 comenzó a funcionar la primera Escuela Primaria en esta comunidad, bajo
la dirección de la señora Mariana Dufy de Ferreyra,
A pesar de su rudimentaria construcción y la humildad de su rancherío, sirvió
de Posta para todos los que se dirigían al interior del país. Además era el
paso obligado para ir al Alto Perú y a Chile, razón por la cual en unos de esos
viajes lo visitó Pío IX. (Museo de S. J. de la Esquina).
22.- Iglesia Nuestra Señora de la Merced.
Según la entrevista con el Párroco, comenzó a
levantarse en 1890 en un terreno donado por Miguel Castellanos, se habilitó
parcialmente en 1892 y se inauguró en 1911. De estilo neoclásico italiano, su
cúpula alcanza una altura de 47 m y, como se encuentra en una loma, es visible
desde una gran distancia, destacándose sobre el pueblo a la manera de los
villorrios medievales europeos. Su interior, en forma de cruz latina, está
ricamente decorado con estucos.
23.- Fiesta de la Virgen de la Merced.
Cada año el 24 de Septiembre, celebra la población de
San José de la Esquina, la fiesta más importante de la región, con motivo del
Día de la Virgen de la Merced. Algunos años, recuerdan los vecinos más antiguos
del lugar, “que la imagen de la Virgen la
trasportan desde la Capilla del
Fuerte a la iglesia del pueblo en una procesión. La imagen viaja en una carreta
arrastrada por dos bueyes, precedida en una oportunidad por la fanfarria de los
Granaderos a Caballo, en otras ocasiones con alguna banda de música vecina y la
banda del pueblo. Otros años la Virgen en andas, es llevada a una embarcación
preparada para tal fin que espera en el Carcarañá y remonta el Río, acompañada
de numerosas embarcaciones, hasta el inicio del pueblo. Desde allí retoma el
camino en carreta y se dirige a la iglesia parroquial dando inicio a los
festejos religiosos y populares”.
“A la noche se encienden fogones criollos y se hacen guitarreadas, en el pueblo
y en el Fuerte”.
La reconstrucción del “Fuerte San José de la Esquina”
y su puesta en valor, según planos de
1726, distante un kilómetro de la planta urbana, cuyo acceso desde la Ruta Provincial 92, está
asfaltado, fue una iniciativa de la Comuna local, y fuerzas vivas de esta
localidad. En torno al Fortín creció un poblado, desde antaño que fue oficializado en 1824, por el
Gobernador Nicasio Oroño, a un kilómetro de la antigua Guardia de San José de la
Esquina.
Hace 27 años, la iglesia local decidió reconstruir la
vieja estructura. El párroco Felipe Macia solicitó autorización a la comuna
para llevar adelante una réplica del fuerte para tener una aproximación
histórica de lo que había sido el origen de San José de la Esquina. Logró su
objetivo y fue decretado por el gobierno santafesino como Monumento Histórico.
El cura Iván explicó que “el fuerte se utiliza para
realizar actos patrios. En la semana de los festejos patronales la iglesia es
la encargada de llevar la imagen de la Virgen María de las Mercedes hasta ese
lugar. La peregrinación es multitudinaria y se pasa la noche allí en vela, para
luego volver con las carretas hacia el pueblo tal cual como lo hacían los
anteriores pobladores”.
La
reinauguración del Fuerte, se produjo el 23 de Septiembre de año 1979,
consistió en construcción de la réplica del Fortín, la plantación de árboles de
sombra, con parquización autóctona, el complejo deportivo un verdadero camping,
con pileta de natación, vestuarios, sanitarios, la instalación de un bufet
permanente, ideal para pasar el día junto al Río Carcarañá. Actualmente varios
grupos de Scout, y grupos juveniles, acampan bajo los árboles con carpas,
utilizan las instalaciones, practican reflexiones y supervivencias, con sus guías.
El programa impreso en aquella oportunidad, de la
reinauguración, muestra en la tapa una foto del Fuerte y dice: “Fuerte Guardia
de la Esquina, año 1726. Aquellos heroicos Fuertes se transformaron en raíces
fecundas de pujantes pueblos”, San José de la Esquina, 1979.
En la contratapa añade: “Aquellas valientes familias
que hicieron posible nuestra patria de hoy, tuvieron la fe en Dios, su guía
espiritual, junto a su indomable valor y espíritu de sacrificio. A todas ellas
gracias, que el Sumo Hacedor las conserve por siempre en su eterna gloria”.
El actual Fuerte, es una réplica, pues el original y
sus reconstrucciones fueron destruidos por los malones aborígenes; posee todos
los elementos característicos de la época: el mangrullo, el cerco de palo a
pique, el foso, el patio de armas, ranchos y una capilla donde se halla la
Virgen de La Merced. Posiblemente le falte un cerco de cactus, como era común
en estas fortificaciones, muy temido por los indígenas pues no podían lanzar
sus caballos sobre él o saltarlo como lo hacían con los fosos o los palos a
pique. Hay unas 20 plantas de tales cactus para conocer como son las pencas
erizadas de fuertes y largas espinas.
El Fuerte establecido en 1726 y su denominación de
Esquina surge porque en este sitio el Río Carcarañá describe un giro al Norte
de 90°. Ello lo convertía en el lugar ideal para defenderse de los ataques
desde el interior de la pampa y de los que provenían desde Córdoba. Además, se
encontraba sobre el antiguo camino Real, desde Buenos Aires hasta el Perú. (Tomado en “Museo Municipal” San José de la Esquina. 2006).
El fortín fue un espacio de relaciones sociales, un
punto de contacto obligado con el viajero. En el Fuerte, la vida privada asumió
formas relativamente precarias y frágiles que rara vez dejaban margen para la
intimidad.
Si algo representaba lo público, en los confines del poblamiento, era el
Ejército y el Fortín: dos instituciones estatales, que respondían al Estado y
eran financiadas por él. Pero en la frontera militar lo público se privatizaba
rápidamente, porque el Estado tardaba en llegar y se implantaba mal. La
sociedad que vivía en el Fortín tenía sus propios códigos y estrategias de
supervivencia.
Era una sociedad cuyas lealtades estaban divididas y que vivía una relación
ambigua con sus vecinos, los aborígenes.
El relato de diferentes viajeros nos ubica en la vida
del Fuerte que, con seguridad, además del cuidado de la frontera, se
desarrollaban un conjunto de relaciones que le dieron existencia propia al
mismo y lo convirtieron en un lugar de innumerables anécdotas, en un escenario
de vidas marcadas por las privaciones. El Fuerte significó un hito en la ruta
de todo viajero que pasara por allí, una parada obligatoria por las noches,
para continuar su rumbo hacia los largos horizontes del “desierto”.
Entrevistados numerosos vecinos, mencionan que desde 1978 los fieles llevan la imagen de Nuestra Señora
de la Merced hasta el Fuerte como parte de los Festejos Patronales.
El Plan
regulador de la comuna señala que, el éjido urbano consta de unas 272 hectáreas,
distribuidas en algo más de 310 manzanas, y un área suburbana de 72 hectáreas,
con 7.000 habitantes. Su próspera jurisdicción rural es de 23.223 hectáreas de
una de las mejores tierras del departamento Caseros. Sus campos son aptos para
la agricultura en general y su valor es muy importante. Esta localidad cuenta
con un buen perfil industrial y posee un atractivo balneario que convoca a
multitudes los fines de semanas.
Su principal particularidad es el apego de su gente
por el pueblo y prueba de ello es el testimonio del sacerdote Iván Beltrán,
quien destacó la participación de los vecinos en las instituciones. "La
gente colabora mucho y hace que este pueblo vaya para adelante. Hace dos años
que estoy, y la verdad es que no me quiero ir más de acá", dijo el padre
Iván Beltrán.
24.- El Sacerdote,
oriundo de Bigand, ensalza las cualidades del lugar
“De acuerdo al censo de 2001, San José tiene unos
7.000 habitantes, pero para la mayoría cree que son no menos de 8.000”. El
secretario comunal Lucio Portés explicó con tono risueño que “la gente descree
del censo porque muchos están apurados por ser ciudad”.
25.- Otro
motivo de orgullo para los habitantes es la iglesia y los clubes deportivos.
El pueblo cuenta con tres clubes: Racing Club,
Atlético Belgrano y Centenario. El fútbol es el deporte predilecto, varios
jugadores fueron contratados por grandes clubes de otras ciudades, aunque se
practican también otras disciplinas.
26.- El Balneario, un
lugar increíble.
El Parque y el Balneario, son vecinos del Fuerte y a
orillas del mismo río. Ambos son un
oasis de tranquilidad que la naturaleza brinda a los visitantes. Cuenta con una
excelente infraestructura y se organizan festivales artísticos y deportivos. La
práctica de la pesca distingue a este lugar”. (Ver el portal sanjosevirtual. )
El balneario está
abierto todo el año y está dotado con variados servicios tales como restorán,
sanitarios y duchas con agua caliente, tobogán acuático, asadores y una
abundante arboleda que permite mitigar el calor del verano. Es un lugar apto
para acampar y prueba de ello es la cantidad de grupos juveniles, boy scouts y
visitantes que llegan de diversos lugares de la provincia.
27.- PROYECTO INSTITUCIONAL: “LEALTAD A LA BANDERA”.
A.- PROMESA DE LEALTAD A LA BANDERA ARGENTINA EL 20 DE JUNIO DEL AÑO 2005.
Escuela Particular Nº 1110 “Nuestra Señora de los Ángeles”. San José de la
Esquina.
Comuna de San José de la Esquina, Rivadavia 434 – Provincia de Santa Fe.-
Decreto Nº 002/05.
Visto:
El Proyecto Institucional: “Promesa de
Lealtad a la Bandera de Junio del año 2005”, presentado por al Escuela
Particular Nº 1110 de esta localidad y
Considerando:
Que habiéndose evaluado el citado documento, resulta sumamente interesante ya
que tiende claramente a revalorizar el espíritu patrio de nuestros niños.
Que a través de escrito se percibe una actitud de integración y confraternidad
entre los alumnos, no solo de la localidad, sino también con los pueblos
vecinos; que se hace mención a una labor mancomunada con la Secretaría de
Cultura de esta Comuna;
Por ello:
LA COMISIÓN COMUNAL DE SAN JOSÉ DE LA ESQUINA DECRETA:
Artículo 1º - Declárase de “Interés Comunal” el
Proyecto Institucional PROMESA DE LEALTD A LA BANDERA, 20 DE JUNIO DEL 2005-
propuesto por la Escuela Particular Nº 1110 – Nuestra Señora de los Ángeles de
esta localidad que por segundo año consecutivo se llevará a cabo en la Réplica
del “Fuerte Guardia de la Esquina”, el día 17 de Junio del 2005, a las 10.00
hs.
Artículo 2º - Registrar, comunicar y archivar el
presente Decreto.
San José de la Esquina, 14 de Junio del año 2005. Sello y firmas.
Oscar H. Coppari, Presidente. Miguel Coppari, Secretario.
Este Proyecto surge como iniciativa de la Comunidad
Educativa de la Escuela Particular Incorporada Nº 111 “Nuestra Señora de los
Ángeles, con el fin que los alumnos de 4º Año de la EGB. Comprendan el
verdadero sentido de la Promesa de Lealtad a la Bandera, haciéndolo extensivo a
todos los Establecimiento Educativos de la Localidad y de Localidades vecinas.
El propósito de la Institución es trabajar junto a la Secretaría de Cultura de
la misma manera los años venideros.
Los destinatarios de este Proyecto son os alumnos de
4º Año de la EGB. De San José de la Esquina, Los Nogales y Arteaga
Se llevará a cabo en la réplica del Fuerte de la
Guardia de la Esquina ubicado a orillas del Río Carcarañá lugar histórico que
nos recuerda el paso de célebres personajes que por amor a la patria forjaron
ideales de libertad, defendiéndola con honor y patriotismo, izando la bandera con
el orgullo de sentirnos argentinos.
Para un argentino no debe existir nada más importante
que su Patria y compatriotas, el autor de estos versos, Ezequiel Martínez
Estrada, nació en San José de la Esquina en 1895 y falleció en Bahía Blanca, en
1964.
Apenas te distingo, fragmentario
de tan lejano y tan pequeño.
Un poco de memoria y un poco de sueño,
se ven reconstruyendo en u n plano arbitrario.
de tan lejano y tan pequeño.
Un poco de memoria y un poco de sueño,
se ven reconstruyendo en u n plano arbitrario.
La casa amplia tenía
Rejas en la ventana y la luna tras ellas,
Después la galería,
y un tapial erizado con vidrios de botellas.
Rejas en la ventana y la luna tras ellas,
Después la galería,
y un tapial erizado con vidrios de botellas.
Una tarde llovió con sol. Qué vieja y nueva
esa lluvia de oro y con cuanta alegría
cantaba yo:¡ “Que llueva, la vieja está en la cueva”!
Así sigue lloviendo en mi alma todavía.
esa lluvia de oro y con cuanta alegría
cantaba yo:¡ “Que llueva, la vieja está en la cueva”!
Así sigue lloviendo en mi alma todavía.
Fuera del pueblo, en casa de una vieja. Una pala
de sacar pan. Un horno. Otro chico. Algún juego
La vieja que pitaba un cigarro de chala.
Recuerdo bien la mano, el cigarro y el fuego.
de sacar pan. Un horno. Otro chico. Algún juego
La vieja que pitaba un cigarro de chala.
Recuerdo bien la mano, el cigarro y el fuego.
¡Y algo más? Una fiesta junto un río. La gente
alegre, el viento a toda orquesta.
Debió ser una fiesta muy triste aquella fiesta,
pues mi madre se puso a llorar de repente.
alegre, el viento a toda orquesta.
Debió ser una fiesta muy triste aquella fiesta,
pues mi madre se puso a llorar de repente.
(Un pañuelo de seda cuadriculado, el río,
mucha tierra en el aire y un sol amarillento.
Coches, gente cantando, y nada más. Dios mío.
Y nada más que el sol, las lágrimas y el viento).
mucha tierra en el aire y un sol amarillento.
Coches, gente cantando, y nada más. Dios mío.
Y nada más que el sol, las lágrimas y el viento).
¡Ah, para siempre inmóviles recuerdos tan remotos,
que no sé si son míos, si ciertos o de fiebre!
Tengo miedo al tocarlos, porque casi están rotos,
que éste se me deforme y el otro se me quiebre.
Ezequiel Martínez Estrada.
que no sé si son míos, si ciertos o de fiebre!
Tengo miedo al tocarlos, porque casi están rotos,
que éste se me deforme y el otro se me quiebre.
Ezequiel Martínez Estrada.
29.- BIBLIOGRAFÍA:
- Análisis integral de la Provincia de Santa Fe.
Cámara de Senadores de Santa Fe. Noviembre de 1985
- Archivos de la Provincia de Santa Fe.
- Archivos de la Nación. Temas referidos a: “Comandancias de Frontera”.
- Cervera, Manuel, Historia de la Ciudad y Provincia de Santa Fe. Tomo I. Segunda Edición. Imprenta de la Universidad del Litoral. Santa Fe. 1979.
- Crónicas Santafesinas. Un paseo por la historia, presente y futuro de las localidades del interior provincial. Carlos Walter Barbarich. La Capital. 21-02-06
- Diego de Santillán, (Seudónimo de Baudilio García Fernández)
- Museo Regional de San José de la Esquina. Comuna de S. J. de la E. 1º Piso. 2005.
- Rivas Marcos Pedro. Historiador. Historia de Guardia de la Esquina. Edit. Colmegna Santa Fe.1985.
- Sendra, Jorge Rafael. Raíces olvidadas. Edit. Dunken. Buenos Aires. Mayo de 2000.
- Archivos de la Provincia de Santa Fe.
- Archivos de la Nación. Temas referidos a: “Comandancias de Frontera”.
- Cervera, Manuel, Historia de la Ciudad y Provincia de Santa Fe. Tomo I. Segunda Edición. Imprenta de la Universidad del Litoral. Santa Fe. 1979.
- Crónicas Santafesinas. Un paseo por la historia, presente y futuro de las localidades del interior provincial. Carlos Walter Barbarich. La Capital. 21-02-06
- Diego de Santillán, (Seudónimo de Baudilio García Fernández)
- Museo Regional de San José de la Esquina. Comuna de S. J. de la E. 1º Piso. 2005.
- Rivas Marcos Pedro. Historiador. Historia de Guardia de la Esquina. Edit. Colmegna Santa Fe.1985.
- Sendra, Jorge Rafael. Raíces olvidadas. Edit. Dunken. Buenos Aires. Mayo de 2000.
- Autor del escrito: Prof. Lic. Luis Angel Maggi.
Supervisor de Escuelas. 2005. Rosario.
Estoy en un trabajo de investigación histórica sobre la Guardia de Esquina del Carcarañá en documentos del AGN y otros que hasta ahora en once manuscritos registrados voy transcribiendo los que encuentro ordenándolos cronológicamente integrado a la historia del Río de la Plata, América y Europa que hacen a la parte política con respecto a la Gobernación del Río de la Plata primero y del Virreinato después habiendo llegado al año 1780. Entre 1734 a 1770 hay una falta de documentos con referencia a nuestra Guardia, que posiblemente estén en el Archivo histórico de la provincia de Santa Fe. Solo publiqué el Raíces Olvidadas I, quedan por editar hasta el 11 donde he documentado esos diez otros ejemplares. Estoy finalizando el XII, pero el Virus 19 paralizó todo cuando la densidad de documentos se hace más densa y completa, veremos si se puede continuar para dejarla como herencia.
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