domingo, 5 de junio de 2016

CINCUENTENARIO DEL MONUMENTO NACIONAL A LA BANDERA. 1957 - 2007. Entrevista.

CINCUENTENARIO DEL MONUMENTO NACIONAL A LA BANDERA
   Entrevista realizada por el Prof. Lic. Luis Ángel Maggi, al Proyectista  Hugo Manavella,  el 10 de Junio del año 2007, publicada en el Boletín de Educación “Protagonistas del Cambio”, de Rosario, dirigido por la Profesora Emilia Gentili. (Homenaje a la Bandera Nacional Argentina).
   La Historia viviente.
   El encuentro con el señor Hugo Manavella ,82, junto a su esposa Araceli, 80, en el Barrio La Tablada de Rosario con un diálogo lucido, amable y sereno, reconstruyó la historia viviente de algunos aspectos de la construcción del Monumento Nacional a la Bandera Argentina.
Manavella egresó de la Escuela Industrial, hoy Politécnico de Rosario, de Calle Pellegrini donde aprendió a forjar las planchuelas de hierro y construir utensilios  con madera como los ¨banquitos de cuatro patas y asiento cuadrado¨. Contrajo matrimonio con Araceli, tuvo dos hijos, Lidia y Fernando quienes los rodearon de seis nietos. Ocupó varios puestos de trabajos en centros metalúrgicos, entró como proyectista en la Herrería de Obra y Trabajos Artísticos de Talleres Tierz e Hijo. De  esa fábrica salieron el Mástil Mayor de Hierro galvanizado y pintado el motor de izamiento, las 25 farolas del mismo material con un mástil cada una que bordean la escalinata, las 12, que están detrás del Propileo y la Urna de bronce para la llama votiva colocada en el Propileo con letras grabadas que dicen, A LOS CADIOS POR LA PATRIA.
   ­¿Quién era la cara visible de la conducción de esta majestuosa obra?
   Todos sabíamos que la idea genial era del arquitecto Ángel Guido, hermano del pintor Alfredo Guido y padre de la escritora Beatriz Guido quien se casó con Leopoldo Torres Nilson. El trabajaba en horario matutino en su estudio de Barrio Alberdi, tenía obras y proyectos en todo el país, era un profesional prestigioso a nivel internacional, muy consultado, publicó varios libros de su especialidad y por la tarde supervisaba la obra. Hubo muchos contratiempos laborales y económicos, pero en los últimos tiempos de la construcción, la parte de presupuesto, costos y pagos de material y sueldos, estuvieron a cargo de un Coronel, cuyo nombre no recuerdo.
   Araceli, esposa de Manavella quien egresó del Normal 2 con el título de Maestra, recuerda que “Don Ángel era docente en el Profesorado de Música y Dibujo en el actual Normal 2, donde su hermano fue el Rector. Su fisonomía era seria, su estatura alta y peinaba su canosa cabellera para atrás. Siempre vestía con traje. Había escrito varios libros referidos a la arquitectura”.
   ¿La Torre central con sus andamios qué recuerdos le trae?
   “¡Ah, la torre principal! Yo tenía admiración y envidia a los albañiles quienes eran valientes y arriesgados los que llegaron al final, puesto que subían los andamios cada vez más alto. Cuando colocaron la “puerta trampa”, donde está la baliza, llegué con ellos que caminaban por ese pequeño lugar, era la altura máxima de Rosario, se veía todo era como volar; pero no pude pararme por el fuerte viento y por el vértigo fue mi sueño incumplido”
   ¿Ese color de mármol  gris,  quién lo decidió?.
    El Arquitecto Ángel Guido y su equipo decidieron que fuera el  mármol  travertino del mismo color, para ello, contrataron a la marmolería Capella y Cía., quien para cumplir con su  contrato  recuerdo que compró una cantera completa en las inmediaciones de las provincias de San Luis y San Juan y de allí se extrajo todo el material para las estatuas, los bajorrelieves, y el revestimiento total del Monumento Nacional a la Bandera”.
   ¿Cómo idearon la construcción y colocación del mástil?
   “La oba fue contratada a la firma Spirandelli  y un capataz dirigía la obra. Un grupo de obreros construyó la sólida base de hormigón, dos cabrias de madera, similares a los andamios, pues no había grúas en esos años, las cuales sostenían dos aparejos. Con ese material levantaron el  mástil de 35 metros compuesto por caños galvanizados superpuestos, soldados de mayor a menor, con una roldana en la punta”
“El mástil metálico fue encargado a la Empresa Tierz e Hijo, dedicada a la herrería de obras, en las instalaciones de Virasoro y Sarmiento que fue demolido para dar lugar a un moderno depósito de galletitas. En esa empresa yo trabajaba como proyectista, tres soldadores lo armaron y finalmente terminaron de soldar la segunda parte en el mismo lugar del emplazamiento puesto que era muy largo para trasladarlo entero. El personal especializado contribuyó a colocar el  mástil “a plomo”, es decir perfectamente vertical”.
“Los obreros iniciaban las tareas a las 8.00 y concluían a las 18.00 durante un mes. Cuando concluyeron las tareas, el encargado de avisar a la firma contratista Spirandelli y Cía., fui yo”.
   ¿Qué dispositivo pensaron para izar la bandera?
   “Para facilitar el izamiento y el arrío del pabellón  en el Mástil Mayor del Monumento Nacional a la Bandera en la Ciudad de Rosario ideado por el “Grupo Invicta”, presidido el Ingeniero y Arquitecto Ángel Guido, (1896-1960), pensamos en un motorcito de un caballo de fuerza con un reducidor de velocidad. También tenía una manija para casos de emergencia que el día de la inauguración no se usó. El trabajo de proyectarlo, armarlo y colocarlo estuvo a cargo de los Obreros de  los Talleres Tierz e Hijo, donde yo era proyectista, incluido un tambor para que enrollara el cable. Todo estaba embutido dentro de la base con una botonera, cuya llave tenía en mi poder y fui el encargado de indicarle al Sr. Presidente Eugenio Aramburu el modo de ponerlo en marcha al momento solemne del primer izamiento oficial”.
   ¿Cuál es su recuerdo de la urna donde está la llama votiva?
   Fue construida en bronce con un diámetro de 2,50 por 1,50 de alto en los Talleres de Tirz e Hijo al mando de un capataz quien fabricó los moldes para que resaltaran las letras a pedido de Ángel Guido quien visitaba el taller por las tardes. El capataz también diagramó un pabilo especial entregado el día de la inauguración al Presidente de la Nación  para que encendiera la llama  votiva alimentada con gas a baja presión”.
“Luego las autoridades descendieron por la Escalinata se dirigieron a un palco especialmente   adornado con banderas y escarapelas para continuar con los discursos alusivos”.
   ¿Cuánto trabajo les demandó construir las farolas?
   “Don Ángel Guido era muy detallista y minucioso. El boceto de las farolas estaba diagramado en un plano con los datos explicativos. Nosotros los obreros las construimos con cartón en una altura de seis meros, luego de aceptado el trabajo, las volvimos a construir en yeso. El día que  las probamos en el lugar Don Ángel Guido las miró en perspectiva y dijo: ¡No, deberán construirlas más chicas!  Con el mismo proceso las rehicimos en el segundo intento, cuando  las probamos las observó un  buen rato y exclamó: ¡No me gustan, no van! Tuvimos que rehacerlas todas de una medida intermedia. Luego de un tiempo de trabajo, las colocamos con mucho cuidado esperando su veredicto,  entonces escuchamos: ¡Estas sí, me gustan, están bien proporcionadas,  adelante muchachos!  Todos pensamos “la tercera es la  vencida”.
“En la fábrica nos llevó bastante tiempo moldearlas,  luego pintarlas y finalmente colocarlas “a plomo” a distancia milimétrica cada una de las farolas, no solo las del costado, sino también las que están por detrás del Propileo”.
   ¿Qué otro detalle recuerda?
   Recuerdo que debajo de la base de las farolas hay un corredor para ingresar, o salir por los costados que se podría utilizar, más una sala para depósito”.
“Los obreros de Tierz e Hijo, también habíamos instalado un motor eléctrico que alimentaba la iluminación y la bomba de la fuente de agua”.
   ¿Cómo sucedieron los hechos esa mañana del 20 de Junio de 1957?
    “La convocatoria y el entusiasmo ciudadano fueron extraordinarios. El Presidente Eugenio Aramburu con su comitiva llegaron aproximadamente  a las 10.30 y  fueron recibidos por las autoridades locales con mucha custodia”.
“Un grupo de damas rosarinas  portando en brazos la Bandera Celeste y Blanca con el sol que bordaron y donaron fueron quienes ataron la Enseña Patria, de 8 metros por cinco, al cable del mástil”.
“El público y los periodistas estaban a una distancia de 30 metros fuera de la plazoleta custodiada  por militares y gendarmes”
   ¿Ud. posee algún programa o  alguna medalla recordatorios  de aquel día?
   “Lamentablemente no.  Las medallas recordatorias de   aquel Acto, las vi, pero a mí, no me entregaron ninguna. Con el tiempo nos homenajearon con un “Diploma de Honor” a quienes habíamos trabajado en la construcción del Monumento Nacional a la Bandera y puesta a punto del mismo para la inauguración, el día 20 de Junio del año 1957”.
“Los mejores recuerdos de mi vida son los años cursados en la Escuela Industrial Politécnica, los miembros de mi familia, el haber tenido siempre trabajo, haber participado en la construcción del Monumento Nacional a la Bandera y las cortas vistas que realicé, enviado por una empresa rosarina de electrodomésticos a las Ferias Internacionales de Nueva York, California, Toronto, Londres, París, Méjico, Turín, roma Hamburgo en calidad de proyectista y diagramador para tener ideas e intercambiar proyectos. En algunos viajes fui acompañado por esposa, pero ella atendía la casa,  enviaba los chicos a la escuela y no siempre disponía de tiempo para acompañarme”.
“Queremos con mi señora que este Monumento Nacional a la Bandera, erigido en la ciudad de Rosario, donde Manuel Belgrano enarboló la primera Bandera Celeste y Blanca, el 27 de febrero de 1812, sea móvil, es decir que lo lleven  en el corazón todos los argentinos”.

“Creo que también ese era el deseo del Ingeniero y Arquitecto Ángel Guido y todo su equipo del Proyecto Invicta”. 

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