miércoles, 2 de octubre de 2019

El legado de Belgrano sigue vigente. -02-10-2019-



Por qué sigue vigente el legado de Belgrano. (La Nación. Cultura  -20-06-2001)

Después del general San Martín es el prócer preferido por la gente Según un sondeo, el 84% tiene una imagen positiva Rescatan su honestidad, su ética y su patriotismo.Manuel Belgrano, el hombre que creó la bandera celeste y blanca en febrero de 1812, es hoy -a 181 años de su muerte- el prócer con mejor imagen de la Argentina luego del general José de San Martín.

Algo permanece intacto en la memoria sobre Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano -tal su nombre completo- para que el 84% de la gente tenga una imagen positiva apenas tres puntos por debajo de la del Libertador, que alcanza el 87 por ciento.
Así lo revela una encuesta del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría sobre la imagen de los próceres de la historia argentina; el trabajo se hizo entre 915 personas mayores de 18 años de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano. En el sondeo, bastante más lejos figuran Domingo Faustino Sarmiento (64%), Bernardino Rivadavia (56%) y Juan Bautista Alberdi (53%), entre otros.
Pero, ¿qué vigencia tienen hoy los pensamientos de Belgrano, los valores que promovió a lo largo de sus 50 años de vida? ¿Qué sentido tiene, en el siglo XXI, rescatar esta figura de la historia de nuestro país?
Belgrano vivió honradamente porque no concebía ser de otra forma. La libertad era -para él- cumplir con su deber, al frente de un ejército victorioso o derrotado, en una misión diplomática, al fundar pueblos y escuelas -se preocupó por la educación pública y de las mujeres-, al redactar reglamentos como abogado, periodista, estadista o político.
Pero, ¿qué vigencia tienen hoy los pensamientos de Belgrano, los valores que promovió a lo largo de sus 50 años de vida? ¿Qué sentido tiene, en el siglo XXI, rescatar esta figura de la historia de nuestro país?
Belgrano vivió honradamente porque no concebía ser de otra forma. La libertad era -para él- cumplir con su deber, al frente de un ejército victorioso o derrotado, en una misión diplomática, al fundar pueblos y escuelas -se preocupó por la educación pública y de las mujeres-, al redactar reglamentos como abogado, periodista, estadista o político.
"Si hoy hubiera una personalidad como la de Belgrano sería un ejemplo de ética política, de responsabilidad, de honradez a toda prueba -opinó el historiador César García Belsunce, miembro de la Academia Nacional de la Historia-. Si hubiera un hombre así, estaríamos mucho mejor." Y agregó: "Belgrano fue un civilizador, un hombre de una personalidad riquísima, de un patriotismo fuera de la escala normal".Para Félix Luna, "lo más importante de la figura de Belgrano es el sentido del deber, su pureza, su desinterés. Siempre fue adonde lo mandaron; siempre tuvo que bailar con la más fea, le encomendaron las misiones más difíciles".
Sin embargo, este buen recuerdo de Belgrano en la percepción de la gente se contrapone con el escaso reconocimiento que su trayectoria tuvo a lo largo de los distintos gobiernos. Al punto de que hoy el Estado nacional no terminó de cumplir con el llamado "legado belgraniano".
¿De qué se trata? Cuando Belgrano ganó la batalla de Salta, en 1813, dispuso donar el premio que le otorgaron (40.000 pesos fuertes de su época, cifra que no ha sido actualizada oficialmente) para construir escuelas en Tarija, Jujuy, Tucumán y Salta.
Más de 173 años después, en agosto de 1986, con un proyecto del por entonces senador Fernando de la Rúa, se aprobó la ley 23.346, que establecía la creación de las llamadas Escuelas de la Patria, de instrucción primaria y jornada completa, en Jujuy y Santiago del Estero y otorgaba fondos para concluir otra en Tucumán.
Según confirmó a La Nación el Ministerio de Educación, un decreto provincial de Jujuy suspendió la obra de una de dichas escuelas. Las escuelas restantes se construyeron en Tucumán (se concluyó en octubre de 1999) y en Santiago del Estero (en agosto último), a más de 186 y 187 años de su donación. En total, se invirtieron hasta ahora más de $ 3,5 millones.

La revolución

Pero a pesar de la falta de reconocimiento que Belgrano recibió de las autoridades en distintas épocas -por ejemplo, el Triunvirato lo desautorizó cuando izó la bandera por primera vez y, en 1819, hubo quienes pretendieron arrestarlo cuando regresó a Tucumán, enfermo- hoy su figura tiene un valor irreemplazable.
"De Belgrano rescato su energía patriótica, su ética fenomenal, la enorme fuerza que puso en la educación pública", dijo a La Nación Horacio Sanguinetti, rector del Colegio Nacional de Buenos Aires.
"En Salta, cuando estaba enfermo, su gran comodidad era que lo llevaran en la cureña de un cañón. Hoy no aguantamos el traqueteo de un auto con suspensión floja -continuó Sanguinetti-. Tenía un proyecto a futuro y se jugaba la vida. Hoy nadie se juega la vida por nada".
Eliana de Arrascaeta, investigadora de la revista Todo es Historia y profesora de la Universidad de Palermo, destacó de Belgrano su "amor por la patria y su honestidad brutal. Murió pobrísimo, al punto de no poder pagar a su médico, pudiendo haber sido un exitosísimo abogado".
Belgrano sabía que se estaba gestando un movimiento político nuevo -dijo De Arrascaeta- y "se prestó con alma y cuerpo. Era un intelectual de formación religiosa, pero cuando se lo pidieron no lo dudó y estudió para formarse como militar".
María Esther de Miguel destacó de Belgrano "esa generosidad, ese espíritu para fundar la patria. Era un hombre rico y se quedó pobre. Era un hombre de paz y, por la Revolución se convirtió en un hombre de espada".
"San Martín dio el paso objetivo más trascendente del proceso de emancipación: el cruce de los Andes que aseguró la libertad de la Argentina y promovió la de Chile y Perú", afirmó el filósofo y ensayista Santiago Kovadloff. Y continuó: "Manuel Belgrano encarnó la transformación subjetiva más emblemática de ese mismo proceso histórico, al hacer del hombre que él era, es decir, un ser llamado al ejercicio civil de la ley, un hombre llamado al ejercicio armado del derecho, o sea un militar.
Para Kovadloff, "la Revolución de Mayo, sus ideales, no hubiesen triunfado bajo la conducción de militares como Belgrano. Pero sin la cultura cívica que Belgrano encarnó, representó y nos legó, la idoneidad militar no hubiera bastado nunca para hacer de la Argentina una nación como la que en algún momento llegó a ser".
María Cristina Minutolo de Orsi, académica del Instituto Nacional Manuel Belgrano, señaló que el creador de la Bandera "fue un visionario, un panamericanista. Su conocimiento del territorio le permitió tener una visión realista y práctica. Fue el hombre del equilibrio".
Minutolo de Orsi recordó los múltiples intereses de Belgrano, un hombre de profunda formación cristiana: impulsó la educación pública de los niños y de la mujer; luchó por la integración de la cultura indígena; estimuló la industria textil; creó las escuelas de Náutica y de Dibujo y fue el ideólogo de la Revolución.
Más allá del reconocimiento al Padre de la Bandera, García Belsunce advirtió otro aspecto: "Creo que nos estamos olvidando de la historia y eso es muy grave en un país de inmigrantes. Nadie se acuerda de la gente que, como Belgrano, la pasó mucho peor que nosotros. Pero ellos tenían ilusiones, tenían agallas".

Qué se puede leer

Novelas históricas: "Las batallas secretas de Belgrano", de María Esther de Miguel (Seix Barral, $ 19); "María Josefa Ezcurra", de Carmen Verlichak (Editorial Sudamericana, $ 14); "Dolores Helguero & Manuel Belgrano", de Hernán Nemi (Grupo Planeta, $ 12); "Historias de amor de la historia argentina", de Lucía Gálvez (Norma, $ 18).
Investigación: "Vida, época y obra de Manuel Belgrano", de Ovidio Giménez (El Ateneo, $ 38); "Belgrano y la educación", de Raúl Aragón (Leviatán, $ 14).
Documentos: "Epistolario Belgraniano", de la colección "Nueva dimensión argentina", dirigida por Gregorio Weinberg. (Taurus, $ 18)

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