lunes, 5 de octubre de 2020

Bucaneros. Filibusteros, Corsarios, Piratas..- 05 - 10 - 2020.-

Los Bucaneros del Caribe. Un bucanero era originariamente un habitante de la parte occidental de la isla de La Española, actual Haití, que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para ahumar la carne y venderla a los navíos que navegaban por las aguas del mar Caribe. El término proviene de boucan, que era como se llamaba el sitio donde ahumaba la carne. Cuando fueron expulsados de la isla por los españoles a mediados del siglo XVII se dedicaron más intensamente a la piratería y adquirió fama el nombre de bucanero. Durante el siglo XVI se establecieron en la parte occidental de la isla, que había sido abandonada por los españoles, aventureros europeos, particularmente franceses, en su mayoría procedentes de Normandía, que copiaron de los amerindios (arawaks) la técnica de conservación de la carne y se dedicaron a preparar la piel de los animales cazados para venderla a los europeos de paso. Cuando las autoridades españolas invadieron la isla por no pagar impuestos a España, exterminaron a los animales en que se basaba el comercio de los bucaneros, y las autoridades francesas, que gobernaban la isla de la Tortuga, dictaron leyes en su contra. Muchos de ellos se establecieron en la Tortuga sumándose a los filibusteros, para dedicarse a la piratería, sobre todo contra los españoles. A lo largo de los siglos XVII y XVIII el término, alternado con el de filibustero,2​ pasó a ser sinónimo de pirata. Sin embargo, mientras los piratas solían limitar sus actividades al mar, los bucaneros no desdeñaban las actividades en tierra firme ni dedicarse al pillaje. Bucaneros,filibusteros, corsarios, piratas del Caribe. La historia del Caribe no puede ser entendida sin la presencia de los piratas, aventureros y sanguinarios, que en unas ocasiones eran apoyados por los reyes y en otras simples ladrones a la espera de conseguir un botín, fuese cual fuese su bandera. Al menos así es como se nos han descrito, pero existían tres grupos bien diferenciados en función de sus costumbres y lealtades: los Bucaneros, los Corsarios y los Filibusteros. Trataremos de aclarar las distintas características de cada grupo para romper un poco la tan extendida y errónea costumbre de denominar como «Piratas del Caribe» al conjunto. Los Bucaneros. Los Bucaneros eran colonos procedentes de diferentes países de la vieja Europa, en su mayor parte de Francia e Inglaterra, y que a principios del siglo XVII decidieron asentarse en la parte noroeste de la isla de La Española. Su principal actividad y sustento era la caza y el ahumado de la carne en una parrilla en la que quemaban maderas húmedas o verdes y conocida como «bucán» y de la que proviene su apodo de «bucaneros». Los bucaneros vendían esta carne ahumada y más apta para la conservación a los navegantes de las costas caribeñas. Aunque en un principio no tuvieron mayores conflictos con sus vecinos, los bucaneros fueron expulsados por los españoles, viéndose obligados a huir a Isla Tortuga, donde cambiaron su actividad comercial directamente por la piratería. Los bucaneros pasaron con el tiempo a formar parte de otro grupo, los «filibusteros». Los Filibusteros. Los Filibusteros provenían principalmente de Inglaterra, Francia y Holanda, siendo su lugar de actuación el Mar de las Antillas y su cuartel general estaba situado en Isla Tortuga, lugar donde crearon la Cofradía de Hermanos de la Costa. Su principal actividad era el saqueo, aunque no utilizaban grandes naves sino veleros de carga conocidos como flyboot o filibotes, de donde deriva el nombre de este colectivo. Una vez que los ingleses se hicieron con el control de Jamaica, los filibusteros de origen británico les ayudaron a ocupar la isla. Durante algunos años tanto Isla Tortuga como Jamaica fueron los grandes refugios de los filibusteros, que actuaban en contra de España y a favor de franceses e ingleses. Con el paso del tiempo y la menguante influencia española, la actividad de este grupo se hizo cada vez menos necesaria, y los filibusteros pasaron a convertirse en colonos. Los Corsarios. Los corsarios son los que más se asemejan a nuestra visión romántica de los piratas, siendo Francis Drake un ejemplo perfecto de su conducta leal a su corona y despiadada con el enemigo. Mientras que Isabel I le trataba como a un héroe de guerra (aun sin categoría ni carrera militar), para los españoles no pasó de ser un miserable pirata. Los corsarios eran llamados así por poseer la «patente de corso«, una licencia otorgada por el rey o el gobernador de turno para poder atacar o asaltar barcos y ciudades enemigas, y luego quedarse con una parte del botín. El resto era entregado a quien le otorgase dicha patente. Si quieres profundizar en la historia de estos mares, puedes acceder al siguiente enlace: Historia del Caribe. .................................................................. LOS PIRATAS. Breve Historia de la piratería del mar Caribe. La piratería del mar Caribe fue un episodio insólito en la Historia de la humanidad. Sus aventuras han levantado a partes iguales fascinación y horror en los siglos posteriores, hasta el punto de crearse mitos y leyendas muchas veces alejados de la realidad histórica. Cuando estos mitos pasaron a las novelas de aventuras y posteriormente al cine, se creó un nuevo género que, con altibajos, ha fascinado al publico hasta nuestros días. Espero que este artículo ayude a conocer un poco mejor la realidad histórica que se esconde tras la leyenda sobre la piratería y el corso del Caribe. BUCANEROS, FILIBUSTEROS y CORSARIOS. Uno de los errores más comunes es el mal uso de los términos empleados para referirse a los piratas del Caribe. Pirata, bucanero, filibustero y corsario muchas veces se utilizan como sinónimos cuando en realidad cada uno tiene un origen y un significado distintos. Pirata es un término genérico dedicado a cualquiera que ejercía el pillaje en el mar en cualquier época y lugar; corsario es una versión legalizada del pirata y bucanero y filibustero son términos relacionados exclusivamente con la piratería en América. CORSARIOS. A estos marinos se les concedía lo que se denominaba «patente de corso» que les autorizaba en nombre de sus gobernadores o monarcas a asaltar embarcaciones de naciones enemigas (principalmente España, en aquella época) a favor de la nación a la que representaban. En la práctica, es difícil determinar dónde empieza la piratería y dónde termina el corso, puesto que el mismo individuo podía ser considerado corsario por sus compatriotas y pirata por los enemigos. Este es el caso de Francis Drake, el más famoso de los corsarios ingleses, quien llegó a recibir el título de sir en 1581 por parte de la reina Isabel I de Inglaterra. Para los españoles, sin embargo, no pasó de ser un vulgar pirata. Así se llamó a los colonos, de diversas nacionalidades pero mayoritariamente franceses y en menor número ingleses, que a partir de 1605 se asentaron en la región nor-occidental de la Española y se dedicaban a la caza en la isla y a la venta de contrabando de la carne ahumada en el bucan, una parrilla de troncos verdes. Esta carne era muy apreciada como provisión para los barcos del Caribe por su buena conservación. LOS BUCANEROS. Los Bucaneros fueron expulsados por los españoles de la isla lo que provocó que se unieran y se replegaran en Isla Tortuga, al norte de la Española. Al darse cuenta de que los españoles no estaban dispuestos a dejarles ejercer el contrabando, decidieron buscar un negocio más lucrativo: la piratería. Lentamente durante veinte años los bucaneros fueron siendo asimilados por sus herederos más organizados, los filibusteros. FILIBUSTEROS. El origen de la palabra es dudoso pudiendo ser francés (flibustier), inglés (free booter) u holandés (vrij buiter, el que captura el botín; o vrie boat por las embarcaciones ligeras que utilizaban, filibotes en español y fly boot en inglés). Los filibusteros actuaron en el mar de las Antillas durante buena parte del siglo XVII. Por norma general provenían de Inglaterra, Francia y Holanda. Su principal base de operaciones fue la isla de la Tortuga, al norte de la Española, lugar donde se formó la conocida Cofradía de los Hermanos de la Costa: una organización libertaria de filibusteros. Sus aventuras fueron contadas por el holandés Alexandre Esquelemin en su obra «Bucaneros de América» cuya portada inglesa del año 1684 se puede ver en la imagen. ISLA DE JAMAICA Y TORTUGA. Más tarde, tras la conquista de Jamaica por los ingleses, los filibusteros de esa nacionalidad empezaron a ocupar la isla bajo la tutela de las autoridades inglesas, lo que convirtió a Jamaica junto a Isla Tortuga en una base filibustera. En los siguientes años, los filibusteros ejercieron de corsarios en numerosas ocasiones en beneficio de Francia e Inglaterra, y poco a poco Tortuga y Jamaica se fueron convirtiendo en colonias de estos países respectivamente. A las naciones europeas, una vez que consiguieron romper el monopolio español sobre América, ya no les interesaba propiciar el incontrolable fenómeno de la piratería, por lo que finalmente, y tras varias estrategias, consiguieron acabar con los filibusteros, convirtiendolos en honorables colonos. Uno de los filibusteros más famosos fue el galés Henry Morgan cuya hazaña más exitosa fue el asalto a Panamá en 1671. ................................................. PIRATERIA DEL CARIBE. La gran era de la piratería en el Caribe comenzó alrededor de 1520 y se prolongó hasta la década de 1720. El período más próspero para los piratas fue entre 1640 y 1680. El filibusterismo se desarrolló a expensas del imperio colonial español desde los puertos de Port Royal a Jamaica, Isla de la Tortuga (Haití) y Nassau en Bahamas. Contextos económicos y políticos El Tratado de Tordesillas (1494) compartió el Nuevo Mundo entre los españoles y los portugueses a lo largo de una línea norte-sur 370 leguas (1.770 km) al oeste de las islas de Cabo Verde. Esto le dio a España el control de Las Américas, una posición que reforzó con la obtención de una bula papal. El continente alrededor del Caribe se llamaba entonces Nueva España. Los primeros puertos fueron Cartagena, Panamá, Santiago, Portobelo, Maracaibo y Santo Domingo. Los envíos de plata atraían a los piratas y, en tiempo de guerra, los corsarios franceses, tanto en el Caribe como a través del Atlántico, llegaban a Sevilla. Para evitar esto, desde 1560, los españoles adoptaron el sistema de convoy: "la flota". Este convoy reunió un gran número de buques mercantes y buques de guerra en gran número para contrarrestar cualquier ataque pirata. La flotilla, cada año, partía de Sevilla (y más tarde de Cádiz) y se ocupaba de los pasajeros, las tropas y los bienes del Viejo Mundo para las colonias del Nuevo Mundo. En cierto modo, estos envíos de ida solo sirvieron como lastre porque el objetivo principal era recuperar la producción de plata y monedas de un año en Europa. Este viaje de regreso fue el objetivo principal para los piratas, discretamente seguían a la flotilla y atacaban barcos que se estaban quedando atrás. La ruta clásica del Caribe comenzaba en las Antillas Menores cerca de Nueva España, y luego hacia el norte a través del canal de Yucatán (entre México y Cuba) para tomar ventaja de los fuertes vientos del oeste para regresar a Europa. Durante los reinados de los hijos de Francisco I, especialmente Carlos IX, los intentos de colonización fueron hechos principalmente por hugonotes (protestantes) como Nicolas Durand de Villegaignon en Brasil, y al sur de los actuales Estados Unidos, de donde quizá el nombre de "Carolina". Los franceses, apoyados por la flotte du Ponant, fueron los primeros no españoles en poseer una colonia en el Caribe, en este caso San Agustín (Florida), aunque su existencia fue efímera. Asistidos por sus respectivos gobiernos, los comerciantes y colonos ingleses, franceses y holandeses ignoraron el tratado de invadir el territorio español: «No hay paz más allá del meridiano». Los españoles no tenían medios para una presencia militar suficiente para controlar el área o imponer sus leyes comerciales. Esto llevó al contrabando permanente a la colonización española en tiempos de paz y guerra, a la guerra racial en todo el Caribe. Algunos vieron los extremos de las hostilidades con arrepentimiento y continuaron sus ataques, se convirtieron en piratas. La carrera pontiense y la carrera antillana comenzaron con las guerras entre Francia y España en la primera mitad del siglo XVI. Desde finales del siglo XVI hasta los años sesenta, el aumento del movimiento se debió esencialmente a empresas inglesas y holandesas.3​ Inglaterra, fría con España desde la década de 1560, las Provincias Unidas, en rebelión contra España desde 1566, estaban decididas a cuestionar la exclusividad ibérica en el Nuevo Mundo. En la década de 1620, después del comienzo de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), la presencia española en el Caribe disminuyó rápidamente. Los españoles se volvieron cada vez más dependientes del trabajo de los esclavos africanos y solo mantuvieron una débil presencia militar. Mientras tanto, otros países comenzaron a establecer asentamientos en los territorios liberados por España. En 1609, el jurista Hugo Grotius cuestionó el tratado de Tordesillas. En su libro Mare Liberum (De la libertad de los mares),4​ formuló el nuevo principio de que el mar era un territorio internacional y que todas las naciones eran libres de usarlo para el comercio marítimo. La ley condujo en consecuencia a la Primera Guerra Anglo-Holandesa (1652 - 1654), nuevamente ofreciendo oportunidades para los piratas. Una colonia establecida en la isla de Nueva Providencia se convirtió en un refugio para piratas. Barbados fue la primera colonia inglesa verdaderamente viable para el cultivo de tabaco. La cultura azucarera se estableció en 1643, luego llegó a Martinica en 1654 y Jamaica en 1672. Si bien muchos pequeños productores de tabaco a menudo eranpiratas aliados, las grandes plantaciones de azúcar requierieron deforestación, inversión e importación de esclavos. Charles Francois d'Angennes, marqués de Maintenon, para los bucaneros franceses, y Henry Morgan para los bucaneros ingleses fueron luego "comprados" por las potencias reales para perseguir a los bucaneros y alentarlos a cultivar azúcar. Piratas de Jamaica en 1671. Henry Morgan en un grabado del libro de Exquemelin, Piratas de América, del siglo XVII.5​ A medida que la guerra continuaba en Europa a fines del siglo XVII, la situación en el Caribe se había estabilizado. Las colonias eran más grandes y los efectos económicos adversos de la piratería eran más evidentes. Por el Tratado de Madrid de 1670, España e Inglaterra legitimaron sus respectivas posesiones en el Caribe y decidieron de mutuo acuerdo poner fin a la piratería en sus respectivos territorios. Inglaterra cuya presencia se había vuelto mucho más grande, tenía estacionada una escuadra naval en Port Royal (Jamaica) ya en 1680 y aplicó inmediatamente este tratado: los bucaneros ingleses eligieron entonces ir y cortar madera mde palo de tinte en el Golfo de Campeche, se pusieron al servicio de Francia, de dedicaron a la piratería en los mares del Sur (dondes se reunieron los franceses para piratear cuando Luis XIV dejó de darles patentes de corso durante la Tregua de Ratisbona en 1684) con la alternativa de retirarse. La piratería se hizo más rara y la caza de piratas fue más intensa, aunque España tenía un guardia costera (Costa Guarda) corsaria. Dos hombres desempeñaron un papel importante en este proceso desde los años 1676 a 1678: Charles Francois Angennes, marqués de Maintenon, para los bucaneros franceses, y Henry Morgan para los bucaneros ingleses. Morgan fue arrestado en 1672. Compró su libertad y un retiro de oro del gobernador de Jamaica a cambio de la renuncia a su condición de filibustero. A partir de ese momento, los bucaneros perdieron su base principal, que era Jamaica. Cuatro años más tarde, los franceses hicieron lo mismo con Charles François d'Angennes, que desarmó a varios bucaneros en nombre del Rey y se convirtió en el plantador de azúcar más rico de Martinica. El filibusterismo declinó, se aburguesó pero resucita durante la Guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697) y la Guerra de Sucesión de España (1701-1714 marcando la «edad de oro de la piratería»), los poderes marítimos de Inglaterra y las Provincias Unidas que deseaban evitar tanto la hegemonía francesa como la reconstitución del imperio de Carlos V. Contexto sociológico En los siglos XVII y XVIII, la condición del marinero fue la más dura. El trabajo era físicamente muy exigente, el espacio de vida muy pequeño y nauseabundo y la comida muy inadecuada. Los jóvenes que habían sido reclutados por la fuerza (lo que se llamó «la prensa», una especialidad británica) no habían elegido subir a bordo y soportar todas las dificultades que eso conllevaba. Se les aplicaba una disciplina de hierro, que incluía el castigo corporal y hasta la pena de muerte. La mayoría de las tripulaciones de piratas tenían una carrera de menos de un año, eran hombres que no tenían nada que perder, sabiendo que serían condenados a muerte en caso de captura, lo que los hacía particularmente formidables en el combate. Estrategia Bucaneros atacando un galeón español mucho más grande. En general, preferían embarcaciones pequeñas, ligeras, rápidas y maniobrables a galeones mercenarios pesados ​​o naves militares fuertemente equipadas con cañones. El objetivo no era dañar el barco codiciado, los piratas enviaron pocas armas para el beneficio de un máximo de hombres con el fin de llevar a cabo ataques relámpago y desaparecer lo más rápido con el botín. Una estrategia famosa iba a tener un objetivo desprevenido: los piratas se acercaban a sus presas, haciéndose pasar por el mercaderes en peligro lo que mitigaba la desconfianza de la tripulación que se refiere capaz de acercarse sin miedo al fuego de los cañones. Una vez lo suficientemente cerca de la nave objetivo, izaban la bandera negra, amarraban a la presa para evitar que escapara y la sometían al abordaje. Arriesgando la vida en caso de captura, los piratas demostraron ser combatientes formidables. Por lo tanto, la sorpresa, el número y la capacidad formidable para luchar cerca de los piratas les permitió convertirse rápidamente en dueños de la nave abordada. Además, los piratas pudieron armar verdaderos ejércitos y flotas para atacar ciudades poderosas como Cartagena (Cartagena de Indias en Colombia) donde los españoles almacenaban el oro del Nuevo Mundo durante un año. Así, L'Olonnais saqueó las ciudades de Maracaibo y Gibraltar. Filibusteros Artículo principal: Filibusteros En las tripulaciones piratas, el capitán era elegido y la tripulación podía votar su sustitución. El capitán debía ser un líder y un luchador: en un ataque, todos esperaban que luchara junto a sus hombres y que no diera órdenes a distancia. Las ganancias se dividían por igual, y si los oficiales recibían una parte más elevada de los botines, era porque eran más arriesgados o tenían habilidades especiales. Las tripulaciones a menudo navegaban sin paga, con capturas que se acumulaban durante los meses previos a la distribución. Durante algún tiempo habían desarrollado un sistema que garantizaba la compensación en dinero, oro o esclavos por las heridas recibidas durante una batalla. A veces sucedía que los piratas liberaban a los esclavos cuando capturaban un barco de esclavos porque, como forajidos, no podían ir a un puerto para revenderlos. Una parte no despreciable de las tripulaciones piratas consistía en esclavos liberados, huidos o más o menos alistados por la fuerza. Los piratas a veces forzaban a especialistas, como carpinteros, a navegar con ellos. Para los europeos de finales del siglo XVII, los filibusteros representaban la imagen de la aventura misma. Desesperados de todo tipo, aventureros sin fe o sin ley, pero que obedecían un código de honor propio, «los filibusteros eran los cazadores de los mares». Llevaban nombres evocadores y épicos, que aludían a su coraje y su valor y su ferocidad: Alexander, apodado el Brazo de Hierro; Pedro el Grande; Roche Brasileiro, apodado «el Brasileño» o «la Roca»; Daniel Monbars, llamado el exterminador, Henry Morgan, apodado «Morgan el Galés»; Capitán Mautauban; François l'Olonnais conocido como «el Cruel» o «el Olonés».6​ Bucaneros. "Buccaneer of the Caribbean" del Book of Pirates , ilustrado por Howard Pyle. Los primeros bucaneros fueron a menudo evadidos de las colonias. Originalmente coureurs des bois en la isla de La Española (actualmente Santo Domingo y Haití), cazaban bueyes salvajes. La carne se preparaba de forma nativa, es decir, secada y ahumada sobre una especie de parrilla de madera: la barbacoa (barbacoa en español, derivado de barbicoa en lengua indígena arawak,). De ahí los términos bucanero y bucanera. Esta carne conservada permitió el comercio con barcos de pasaje o en colonias aisladas. Después de ser expulsados de La Española por los españoles, los bucaneros encontraron refugio en la Isla de la Tortuga, en aquel momento posesión francesa, ubicada al noroeste de La Española, desde 1663. Operaban con el apoyo parcial de las colonias no españolas y su actividad permaneció legal o parcialmente legal hasta los años 1700. Obligados a sobrevivir con pocos recursos, eran expertos en construcción naval, navegación y caza. Se los consideraba combatientes feroces y se sabía que eran expertos en el uso de fusiles de chispa (inventados en 1615). Sin embargo, el funcionamiento de estas armas era tan incierto que su uso en combate no era muy común antes de 1670. Se dedicaban a expediciones terrestres organizadas por piratas como Henry Morgan. Reinaba una gran solidaridad entre ellos y las decisiones se tomaban conjuntamente para el beneficio de la comunidad. Esto es en parte el origen de las reglas democráticas vigentes a bordo de los barcos piratas. A la manera de los bucaneros, las comunidades madereras se habían establecido en Honduras para serar y vender maderas preciosas en las narices de los españoles. Con los filibusteros, constituían la comunidad de «Hermanos de la Costa» y no Cofradía de los Hermanos de la Costa, como siempre se lee, no en los textos, sino en las novelas.7​ Fue fácil cambiar de una profesión a otra, lo que explica por qué el término bucanero es a menudo sinónimo de piratería. Nota: La confusión también proviene del inglés, donde el término utilizado para referirse a los piratas del Caribe es bucaneer o posiblemente freebooter, mientras que el término filibustero se refiere a mercenarios aventureros angloamericanos del siglo XIX involucrados en acciones de colonización salvaje con intención de derrocar el gobierno en el lugar (la colonización de Texas, por ejemplo). El final de la edad de oro de la piratería Artículo principal: Edad de oro de la piratería Cuanto más se extendía el poder de los estados, más los gobiernos estuvieron codificafos y controlados los ejércitos por parte del gobierno central. Las armadas nacionales se ampliaron, su nueva misión incluía la lucha contra la piratería. El final de la Guerra de Sucesión española significó que el personal de la Royal Navy pasó de 40 000 a 10 000 hombres. Muchos de ellos, ociosos, se dedicaron al filibusterismo, lo que condujo a la edad de oro de la gran piratería (1713-1722). Un nuevo y más firme gobernador de las Bahamas, Woodes Rogers, erradica la piratería en el Caribe mediante el uso combinado de indultos reales y fuerzas militares, lo que ocasionó en el desplazamiento de la piratería hacia el Océano Índico.3​ La eliminación de la piratería en aguas europeas se extendió a África occidental y América del Norte antes de 1710, y en 1720, incluso el Océano Índico se había convertido en un lugar inhóspito para los piratas. Sin embargo, la piratería sufrió un gran golpe final en las Antillas entre 1793 y 1830, especialmente con grandes figuras como Jean Laffite, considerado el último bucanero,8​ Dominique You o Roberto Cofresi después de la Revolución Francesa de 1789 y las Guerras napoleónicas. Se estima que la piratería en el siglo XIX en el Caribe movilizó una fuerza de entre 3000 y 5000 combatientes clandestinos en las islas del Caribe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario