sábado, 30 de julio de 2022

Pedro Pablo Rosas Belgrano. Biografía.

PEDRO PABLO ROSAS BELGRANO. BIOGRAFÍA. (Resumen enviado por la Asociación Belgraniana de Morón). El 29 de julio de 1813: Nació Pedro Pablo Rosas y Belgrano, primer hijo del Prócer. Llegado Manuel Belgrano a Buenos Aires,1794, desde España, nombrado Secretario del Consulado por el rey Carlos IV. Desde enctonces comenzó vida nueva y a frecuentar reuniones con familias conocidas de la sociedad porteña. En 18O2 conoció a María Josefa Ezcurra, perteneciente a una distinguida familia de la ciudad. Los padres de María Josefa tomaron conocimiento de la incipiente relación afectiva que involucraba a su hija con Manuel Belgrano -cuyas pretensiones no aceptaban-. Dispusieron, según costumbres de la época, que se celebrara su matrimonio con un primo de origen navarro, recién llegado del reino de España. Se llamaba Juan Esteban Ezcurra, y efectivamente se concretó, prolongándose la relación durante nueve largos años. Con posterioridad, por razones de índole política vinculadas con la Revolución de Mayo, 181O, Juan Esteban abandonó a María Josefa y volvió a España. El vínculo del matrimonio se mantuvo hasta el fallecimiento del esposo, acaecido en Pamplona. En esos años se reanudó la relación en secreto, entre Belgrano y Ezcurra, quien no había tenido hijos en el matrimonio con su primo. En Febrero de 1812 Belgrano, acantonado en Rosario, donde creó la Escarapela y la Bandera Nacional recibió la orden dispuesta por la Junta de Gobierno para marchar con urgencia a San Salvador de Jujuy para hacerse cargo de la conducción del Ejército del Norte, mientras María Josefa permanecía en Buenos Aires con su familia paterna. En una actitud inusual para esa época de rigurosos principios sociales, poco después, María Josefa, viajó en carruaje a San Salvador de Jujuy para encontrarse con su amado General; asumió los riesgos e inconvenientes de un periplo de esa naturaleza, dado lo inhóspito del trayecto y la ausencia mínima de comodidades y ámbitos propicios para descansar con alguna seguridad. Luego de 45 días de un fatigoso viaje María Josefa encontró a Belgrano en la ciudad del noroeste en Mayo de 1812; pronto debieron trasladarse a San Miguel de Tucumán, por el Éxodo Jujeño ocurrido el 23 de agosto por determinación táctica del General. Allí vivieron sus momentos de máxima felicidad, quedó María Josefa embarazada en octubre de ese mismo año. En razón de las circunstancias personales de la futura madre y la vigencia del vínculo conyugal que la unía a Juan Esteban Ezcurra, ambos decidieron que lo mejor sería que el parto se produjera en un lugar alejado de Buenos Aires con el fin de evitar un previsible y fuerte reproche social. Así fue que eligieron la estancia de unos amigos, muy cercana a la ciudad de Santa Fe; probablemente una propiedad de Francisco Antonio Candioti o de Gregoria Pérez de Denis, aunque algunos historiadores sostienen que podría tratarse de un establecimiento rural de Juan Manuel de Rosas ubicado en cercanías de la Villa del Rosario. El 29 de julio de 1813 nació el niño que fue anotado y bautizado en la iglesia Matriz (Catedral) de Santa Fe como huérfano o expósito, partida en la que su madre figura como madrina de bautismo. El niño vivió en Santa Fe algunos meses con su madre y luego fue adoptado por una hermana de ésta, Encarnación, quien recientemente había contraído nupcias con Juan Manuel de Rosas. Por eso, el futuro Gobernador de Buenos Aires aparecerá en el futuro como padre de la criatura, por tanto el niño se llamará Pedro Pablo Rosas, hasta la edad de veinte años. En ese momento, Rosas le revelará que su verdadero padre había sido el General Manuel Belgrano y que su madre era María Josefa Ezcurra, a quien Pedro Pablo llamaba tía. Conforme a los datos históricos más aceptables, fue criado por los Ortiz de Rozas. Desde 1837 se desempeñó como juez de paz y comandante militar interino de Azul, ciudad donde tenía sus intereses privados. En ese mismo año fue informado por Juan Manuel de Rosas de su verdadera condición familiar; a partir de entonces comenzó a firmar como Pedro Belgrano. Tres años después figura como Capitán del 5º Escuadrón de Milicias de Caballería, y desde 1841 hasta 1848 como juez de paz de Azul. En 1846, siguió instrucciones de Rosas, conferenció con el cacique Quechuden, hijo de Painé, a quien pidió la entrega del Coronel Manuel Baigorria, asilado en Trenel; pero el cacique esquivó el reclamo, argumentó que no tenía instrucciones para dicho objeto. Tres años después, en 1849, dirigió una expedición a Tapalqué, contra la indiada. Rosas y Belgrano fue un firme factor de progreso para Azul, cuya población protegió de las incursiones indígenas. Durante el sitio de Montevideo cumplió una misión secreta ante Oribe, confiada por don Juan Manuel. Después de la Batalla de Caseros, 3 de Febrero de 1852, estuvo bajo la orden del ganador Urquiza. Desde el 1º de junio de 1852 revistó en Azul, como Coronel del Regimiento 11º de Guardias Nacionales de Caballería. Con motivo de la revolución liberal del 11 de Setiembre de ese mismo año, quedó segregado de la Confederación y entró a servir al Estado de Buenos Aires. Por eso, al sublevarse el coronel Hilario Lagos –de quien era compadre-, Rosas y Belgrano desembarcó con efectivos leales en Ajó, en compañía del Coronel Matías Ramos Mejía, y se unió a las fuerzas del coronel Agustín Costa, fuerte estanciero del sur bonaerense. Formó entonces en Azul un ejército integrado en su mayor parte por indios y marchó al norte del Salado. El 22 de enero de 1853 libró combate en el Rincón de San Gregorio con el Ejército Federal de Operaciones del Sud, que comandaba el general Gregorio Paz, partidario de Lagos. La indiada de Rosas fue neutralizada por un oportuno movimiento del coronel Juan Francisco Olmos, del Estado Mayor federal. El coronel Rosas fue tomado prisionero y llevado a San José de Flores. José Hernández, estuvo bajo las órdenes del hijo de Belgrano, recordaba años después: “El último Rosas que conservaba en el Sud un resto de prestigio, penetró en la Provincia de Buenos Aires en 1852 trayendo en sus filas los indios que se encontraron en la batalla de San Gregorio. Se dispersaron como en Caseros, después de inútiles cargas dadas en medio de sus salvajes alaridos, y desde la costa del Salado hasta sus tolderías, distantes más de ochenta leguas, no hicieron sino saquear cuanto hallaron…”. Como nos informa la historiadora Cristina V. Minutolo, el coronel Rosas y Belgrano fue sometido a un tribunal militar, en la quinta de Ambrosio Lezica en Flores. Dicho tribunal fue compuesto por los jefes Juan Isidro Quesada, Manuel Alejandro Pueyrredón, Matías Rivero, Baldomero Lamela, Pedro José Agüero, León Benítez, Juan María Pita y Bernardo González. Lo defendió el coronel Antonio Reyes. Fue sancionado con una condena leve y conducido a Luján hasta el fin del sitio de Lagos. El prisionero se dirigió por carta a Lagos, acompañando la suya con otra de su hermana Manuela Mónica Belgrano; y entre otras cosas le decía: “si su nombre vale algo para Ud., me intereso por ella para que me quite una prisión que me mortifica tanto”. El 18 de julio de 1853 el Gobernador Pastor Obligado otorgó a Rosas y Belgrano los despachos de Coronel efectivo, grado con que volvió a Azul, donde permaneció durante los años 1854 y 1855, en que pidió la baja para dedicarse a sus intereses particulares. Pero nuevamente ofreció sus servicios a Urquiza y la Confederación. En efecto, a principios de 1859 fue despachado de Paraná, junto con el indio Cristo, de la gente de Callvucurá, y el teniente coronel Federico Olivencia, con la misión de levantar las indiadas del sur a favor de la Confederación y contra Buenos Aires. Poco después, el coronel Rosas y Belgrano marchó sobre Azul con fuerzas cristianas e indios aliados, pero esta empresa bélica tuvo fin al formalizar la paz de San José de Flores, en noviembre de 1859. Después de Pavón, el coronel Rosas pasó al cuerpo de inválidos, y el 26 de setiembre de 1863 murió en su casa de la calle Belgrano 2O8. Se había casado en 1851 con Juana Rodríguez en la Iglesia de Azul, Provincia de Buenos Aires, unión de la que nacieron nada menos que dieciséis hijos. Llegaron a la mayoría de edad Pedro, Dolores, Juana Manuela, Braulia, Melitona, María Josefa, Manuel, Juan Manuel, Francisco y Emiliano. ................................ .

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