miércoles, 23 de diciembre de 2020

Belgrano fundador de la Nación Argentina.-23-12-2020.-.

Belgrano, el hombre indicado para fundar la Nación. Diario LOS ANDES.-23 - 12 - 2020.- Por Juan Marcelo Calabria La Revolución comenzaba y Belgrano estaba llamado a ser una de las mentes brillantes que conducirían el proceso independentista. Nacido el 03/06/1770 en el seno de una destacada familia, su destino era convertirse en uno de los Padres Fundadores de la Nación bajo el nombre de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano; recordado como el creador de la bandera; hecho relevante, pero quizás menor y fortuito, entre muchos grandes servicios y funciones que prestó a su patria. Hombre clave de la Revolución de Mayo, conocida la noticia de los sucesos españoles, Manuel se convirtió prontamente en uno de los conductores de la lucha por la libertad. El mismo Manuel relata aquellos primeros momentos diciendo: “mandaron llamar mis amigos a Buenos Aires, diciéndome que era llegado el caso de trabajar por la patria para adquirir la libertad e independencia deseada; volé a presentarme y hacer cuanto estuviera a mis alcances: había llegado la noticia de la entrada de los franceses en Andalucía y la disolución de la Junta Central; éste era el caso que se había ofrecido a cooperar a nuestras miras el comandante Saavedra…”. En los agitados días que siguieron en la semana de Mayo, Manuel Belgrano actuó en su doble rol de oficial y también como jurista, mientras se sucedían las deliberaciones entre los patriotas, Saavedra y Belgrano fueron comisionados, como militares, ante el Cabildo para peticionar a los alcaldes Leiva y Juan José Lezica, la consulta a los vecinos. Sin embargo el Virrey Cisneros se negó a aceptar la convocatoria a un Cabildo Abierto y “propuso en cambio convocar a todas las provincias del Virreinato, pues confiaba que el interior, más conservador y en eterna rivalidad con Buenos Aires, lo sostendría en su cargo”; comenzaba así una incipiente revuelta popular que inquietaba al virrey y su gabinete, por lo que decidió de manera urgente reunir a los jefes militares para solicitar su apoyo ante la cumbre patriota que desafiaba su autoridad. A las 20:00 hs. del día 20 se convocó a los comandantes de los cuerpos militares de la ciudad, quienes negaron brindar apoyo alguno al virrey. El comandante del cuerpo de Patricios Cornelio Saavedra expresó: “que frente a la situación española, estas provincias reasumirían sus derechos de autogobierno, y que el virrey carecía ahora de autoridad”. Convocado finalmente el Cabildo del 22 de Mayo, los debates largos y la preeminencia del ala conservadora terminaron por elegir una Junta de Gobierno presidida por el mismo Cisneros que juraba en su nuevo cargo el 24; sin embargo la reacción patriota no se hizo esperar, los círculos revolucionarios más radicalizados rechazaron la continuidad de Cisneros en el Gobierno, y en casa de Nicolás Rodríguez Peña, Belgrano “juraba a fe de caballero, ante la Patria y sus compañeros, que si no era derrocado el Virrey a las tres del día siguiente, él lo derribaría”. Finalmente en la mañana del 25 se disolvía la junta presidida por Cisneros y se designaba la Primer Junta de Gobierno Patrio; el mismo Belgrano recordaba aquellos acontecimientos diciendo: “Se vencieron al fin todas las dificultades, que más presentaba el estado de mis paisanos que otra cosa, y aunque no siguió la cosa por el rumbo que me había propuesto, apareció una junta, de la que yo era vocal, sin saber cómo ni por dónde, en que no tuve poco sentimiento. Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y todo me contrajo al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase: el bien público estaba a todos instantes a mi vista”. Manuel nos dio la posibilidad de acceder a muchos pasajes de su vida al haber escrito, en diferentes etapas, sus memorias, entre las que se cuenta su autobiografía, que muy posiblemente empezó a escribir en 1814, y en cuyos primeros párrafos decía: “Nada importa saber ó no, la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído a sí mismos, y ni un solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se emite, ó dé una lección que retraiga de incidir en sus defectos. Se ha dicho, y dicho muy bien - que el estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y porvenir; porque, desengañémonos, la base de nuestras operaciones, siempre es la misma, aunque las circunstancias alguna vez la desfiguren”. Como otros líderes de su tiempo (ej. José Francisco de San Martín), tenía plena conciencia de su actuación pública y la implicancia de sus actos en las Repúblicas que comenzaban a fundarse y para la posteridad. La época de las “grandes revoluciones”, en que le tocó actuar, algunas contemporáneas a su existencia; más las circunstancias que rodearon su vida como observador y protagonista de acontecimientos centrales tanto políticos, económicos y sociales que cambiaron el mundo en aquellos años, impulsaron a Belgrano a tomar un rol central en la historia convirtiéndose en un actor de cambio para su lugar de origen. La gran capacidad para percibir la realidad y su sólida formación intelectual le permitieron convertirse en uno de los personajes cruciales de aquel momento. El mismo Manuel describe esta poderosa influencia al afirmar: “Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de la Francia hiciese también la variación de ideas y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían á que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aun las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa ó indirectamente”. Su formación, el sentido de la responsabilidad cívica y el cabal conocimiento del compromiso público de los cargos y funciones que le tocaba desempeñar, en el marco de la revolución y temprana formación de los estados americanos, dieron a Manuel Belgrano la oportunidad de manifestar el cumplimiento de un estricto sentido moral y ético en cada una de sus decisiones y acciones convirtiéndose en un verdadero ejemplo de hombre público, para sus contemporáneos y también para quienes lo siguieron en la conducción del país. Pero, como sabemos, algunos siguieron su ejemplo, en tanto otros decidieron ignorarlo porque claramente les incomodaba semejante legado. (*) Miembro de la Academia Nacional Sanmartiniana. Miembro Adherente del Instituto Nacional Belgraniano.

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