martes, 23 de febrero de 2021

Batalla de Salta. Por el Gral. Carlos María Marturet. - 23 - 02- 2021.-

Se cumple un nuevo aniversario de la Batalla de Salta - 20 de febrero de 1813 El bautismo de fuego y sangre de la bandera blanca y celeste. - 19.02.2021 Por Carlos María Marturet * Después de la batalla de Tucumán (24 de septiembre de 1812), y como consecuencia del decidido apoyo del nuevo ejecutivo porteño, el segundo Triunvirato, el ejército patriota, luego de cuatro intensos meses de reorganización y adiestramiento, a mediados de enero de 1813, escalonadamente, inicia su marcha hacia Salta, ciudad donde se encontraba acantonado y fortificado el resto de la poderosa fuerza realista. La última actividad que las distintas unidades del motivado ejército realizaban antes de partir para Salta, y fiel al ideario belgraniano, consistía en un acto religioso. Se trataba de la entrega, a los oficiales, suboficiales y soldados, de los escapularios de Nuestra Señora de la Merced, que en número de cuatro mil fueron confeccionadas y enviadas desde Buenos Aires por las religiosas del primer monasterio porteño, el de Santa Catalina de Siena, y por el de las Hermanas Clarisas del Monasterio de San Juan. Juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente El 13 de febrero, luego que el Ejército Auxiliador del Perú completo el vadeo y reunión en la margen norte del rio Pasaje, ya en la provincia de Salta, Belgrano, apreciando el estado disciplinario, de instrucción y motivación de su fuerza, considero oportuno, como símbolo de renovación patriótica, dar cumplimiento a la orden recibida de prestar juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente - conocida históricamente como Asamblea del Año XIII -, que desde el 31 de enero de 1813había comenzado a sesionar en Buenos Aires. La marcha hacia Salta Al tener conocimiento del avance patriota, el brigadier Juan Pio Tristán resolvió librar batalla, a cuyo efecto posicionó sus fuerzas en proximidad de los Portezuelos, principal acceso natural a la ciudad desde el sudeste, cerrando el desfiladero por donde pasaba el camino que traía su adversario. Belgrano, tenía dos posibilidades: presentar batalla en condiciones desfavorables, o retroceder. Un oficial salteño, el capitán Apolinario Saravia, le reveló la existencia de la quebrada de Chachapoyas, un dificultoso paso que rodeaba la ciudad a través de los cerros, cuya penosa practicabilidad desconocían los realistas: “(…) Solo que fueran pájaros (…)”, según comentará el brigadier Pio Tristán cuando fue anoticiado del logro de la maniobra patriota. Al amanecer del día 19 de febrero, el ejército patriota, luego de haber marchado bajo lluvia torrencial y de haber arrastrado más de cincuenta carretas y toda la artillería, había llegado a la hacienda de Castañares, distante unos siete kilómetros al norte de la ciudad de Salta, allí se prepararon para la batalla. Belgrano al posesionar su fuerza a retaguardia del ejército realista obtenía la sorpresa táctica. Había logrado lo que Pio Tristán intento hacer en Tucumán. Los realistas al divisar el movimiento fueron a situarse, precipitadamente, al norte de la ciudad, de espaldas a la misma. Allí, organizados en dos líneas defensivas, esperaron el ataque. Las fuerzas en presencia y el desarrollo de la batalla Aproximadamente a las once de la mañana del 20 febrero, tuvo lugar el “bautismo de fuego y sangre de la bandera blanca y celeste”; la estratégica batalla de Salta (1). 3.700 patriotas apoyados con 12 piezas de artillería enfrentaron a 3.400 realistas y 10 piezas de artillería. El mayor general Eustoquio Díaz Vélez, el coronel Martin Rodríguez, los Tenientes coroneles: Manuel Dorrego, Cornelio Zelaya, Benito Álvarez, José Superí, Gregorio Perdriel, Francisco Pico, los sargentos mayor: Carlos Forest y Diego González Balcarce, el teniente José María Paz; conduciendo las 6 columnas formadas por: el Batallón de Cazadores, el Batallón de Pardos y Morenos, los Regimientos Nro. 6, y Nro. 1 (Patricios), el Batallón Nro.2, el Regimiento de Dragones, el cuerpo de Artillería, y la caballería gaucha compuesta por las milicias salto – jujeña, tucumana y santiagueña, formaban el “orden de batalla” de la fuerza patriota. Pero también, detrás de las líneas realistas, en la ciudad de Salta y en la campaña, realizando guerra de zapa, y acciones de velo y engaño, los campesinos y las patricias salteñas: Juana Gabriela Mora “la emparedada”; María Loreto Sánchez Peón, Gertrudis Medeiros, Martina Silva de Gurruchaga; María Magdalena “Macacha” Güemes, entre muchas otras, completaron la victoria patriota. Como parte del componente militar realista, los experimentados batallones: Cuzco, Abancay, Paruro, Paucartambo y Real de Lima, este último, era la única unidad militar formada exclusivamente por soldados peninsulares. Inicialmente el combate fue favorable al bando realista. Pasado el mediodía y al observar que la batalla no progresaba, Belgrano resolvió el empleo de la mayor parte de su fuerza sobre el sector defensivo más importante realista, su flanco izquierdo. La frenética carga quebró la resistencia enemiga, obligándolos a retirarse hacia la ciudad, donde continuaron los combates. Los batallones que formaban la segunda línea del dispositivo de Pio Tristán ocuparon el lugar dejado por los que se habían replegado. Belgrano, aun en el campo de combate condujo el centro y su ala izquierda sobre el flaco derecho y las fuerzas emplazadas en el cerro aferrándolos. Quebrada la posibilidad de contraataque, los realistas vencidos retrocedieron desordenadamente, arrastrando en su fuga a la reserva. El tramo final de la lucha se concentró alrededor de la plaza mayor, mientras el desbande y la persecución eran confusos y cruentos. La calma llegó alrededor de las dos de la tarde, luego de tres horas de combate, cuando desde la iglesia de la Merced doblaron campanas anunciando la victoria y la rendición del invasor. Una cruz de madera a los “vencedores y vencidos caídos en la batalla de Salta” Los patriotas sufrieron 103 muertos y 433 heridos, y los realistas contabilizaron 481 muertos, 114 heridos, 2776 prisioneros, toda la artillería, 2118 fusiles, 200 espadas, pistolas, carabinas, todo su parque, maestranza y pertrechos, y 3 banderas. Un cofre de hierro con vista de cristal, que se atesora en la iglesia de la Merced de la ciudad de Salta, conserva como reliquia histórica, la humilde cruz de madera que señalizara la tumba común donde fueron sepultados, con único epitafio cristiano: “A los vencedores y vencidos en Salta, 20 de febrero de 1813”. Todo el resto del ejército, “(…) sin salvarse uno solo (…)”, fue hecho prisionero). Fue “(…) la primera y única rendición de un cuerpo de ejército enemigo en batalla campal, que registra la guerra de la independencia (…)” (2). “(…) Excelentísimo Señor, el Todo Poderoso ha coronado con una completa victoria nuestros trabajos (…)” (3) encabezará Belgrano, con gratitud cristiana, la redacción del parte oficial de la batalla. Después de casi siete meses de exilio, el pueblo jujeño emprende el regreso a su amada ciudad. Con la victoria llegarán los justos premios y recompensas, pero también las críticas por las medidas de paz y concordia que Belgrano había ofrendado a los vencidos al concederles la libertad obligándolos, bajo juramento, desde el general hasta el último soldado, a no tomar las armas contra las Provincias Unidas, hasta el rio Desaguadero (límite natural con el virreinato del Perú). Con resiliencia Belgrano sentenciará: “(…) Siempre se divierten los que están lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los ayes de los infelices heridos; también son esos mismos los a propósito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna dan conmigo que me río de todo, y que hago lo que me dicta la razón, la justicia y la prudencia, que no busco glorias sino la unión de los Americanos y la prosperidad de la Patria (…)” (4). La batalla de Salta había salvado la revolución. Se empezaba a delinear la soberanía territorial de los futuros argentinos. * General de Brigada (retirado) Veterano de la Guerra de Malvinas. Miembro del Instituto Argentino de Historia Militar. NOTAS 1) INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO, Oficio del General Manuel Belgrano que contiene el parte detallado de la batalla de Salta, en Documentos para la Historia del General Manuel Belgrano, Tomo V, Acción de Belgrano en el Norte, Enero 1811 – Marzo 1813, Editorial Edivérn, Buenos Aires, 2008, documento número 210, pp. 432 - 442. 2) CARLOS FLORIA Y CÉSAR GARCÍA BELSUNCE. La gloriosa victoria del 20 de febrero, Citados por Carlos Páez de la Torre H., La Gaceta, miércoles 20 de febrero de 2013. 3) INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO, Oficio del General Manuel Belgrano conteniendo el parte de la batalla de Salta, enDocumentos para la Historia del General Manuel Belgrano, Tomo V: Acción de Belgrano en el Norte, Enero 1811 – Marzo 1813, Editorial Edivérn, Buenos Aires, 2008, documento número 187, p. 399. 4) INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO, Carta deBelgrano a Feliciano Chiclana, enDocumentos para la Historia del General Manuel Belgrano, Tomo V: Acción de Belgrano en el Norte, Enero 1811 – Marzo 1813, Editorial Edivérn, Buenos Aires, 2008, documento número 221, p. 496. .....................................................

No hay comentarios:

Publicar un comentario