martes, 29 de septiembre de 2020

¿Qué significa Sarasear?. Es un término del lunfardo.- 29- 09 - 2020.-

Sanatear. Tomado de TN. 23 - 09 - 2020.- Silvana Stabielli. De sanatear, chamuyar y sarasear: Las cosas y las palabras argentinas Pertenecen a la misma familia y entendemos las tres aunque solo una esté en el diccionario. La escena: en el estrado, el ministro de Economía y el presidente de la Cámara de Diputados, listos para dar un mensaje. Se acerca una asistente y le hace un comentario a Sergio Massa. Primero él, y después Martín Guzmán, ambos reconocen su capacidad para “sarasear”. Un micrófono abierto le juega una mala pasada a Guzmán: “Yo también puedo sarasear hasta que tenga..." . La frase queda inconclusa. Un rato después, el comentario se ubicó entre los primeros TT de Twitter y provocó interpretaciones y comentarios para defender o defenestrar al protagonista. Para los fines de esta columna, resultó un buen disparador para repasar estos términos que tienen una “tradición argentina”. Cómo se escribe Estaba concentrada en una nota sobre Trump cuando recibí el primer mensaje de una de las editoras. No entendía por dónde venía: “Saraza /zaraza/ sarasa y saracear, decime cómo lo escribirías”. Mi primera reacción fue pensar que quería poner en papel “esas cosas que uno dice, pero que nunca escribe” y que, en ese momento, le surgió la duda. Hay algunas expresiones del oral que se dan en conversaciones privadas que no llegan a la comunicación formal o al discurso público. Algo de esto es lo que le pasó al ministro que estaba participando de una charla informal que, por un descuido, se hizo pública. Al momento de escribirlos, estos términos coloquiales presentan dos obstáculos: 1- muchas veces no aparecen en el diccionario con el significado que les damos, 2- como la escritura no está fijada, hay variaciones. ¿Cómo se resuelve el tema? Va ganando popularidad la que nos parece más “amigable” a la vista. Como todos sabemos, hay mucho de visual en la ortografía, el rechazo que producen los errores ortográficos tiene que ver con lo difícil que resulta entender que *ago es “hago”. Pero no quiero correr el peligro de “saracear o sarasear” que también es un poco “irse por las ramas”. Volvamos a la anécdota. ¿Qué le respondí a la editora? “Cuando es verbo podés ir con ‘saracear o sarasear’, el sustantivo lo veo más seguido con ‘z’, 'zarasa”. Sobre la ortografía , hubo muchas propuestas ayer en Twitter. Como muestreo vale: zaracear, saracear, sarasear. La respuesta tiene que ver con lo explicado más arriba y con el sonido. Si suena igual, las variantes son posibles porque refieren al mismo fonema: “-cear” y “sear” se pronuncian igual en la Argentina. Respondí intuitivamente y creyendo que se trataba de algo privado. Al minuto, entendí de dónde venía y pasé a verificar mi teoría. Ya imaginaba que podía ser tema para esta columna. “Es un americanismo para nombrar el habla incoherente de los borrachos. Por extensión, toda palabrería de alguien que no sabe de qué habla”. Más allá de los borrachos, es lo que más se acerca, sobre todo porque ubica el término en el universo de las palabras. Sin embargo, cuando leí que zarasa era “fruta” pensé en la proximidad entre “saracear” y “mandar fruta”. De ahí partí para imaginar los ejemplos: “Al final, yo saraceé un poco”. Noten la conjugación, el modelo es “pelear” y hay que evitar el error frecuente *pelié y optar por las dos “e” y la tilde. La anécdota ministerial nos permite reconocer que todos saraceamos alguna vez: “Esa pregunta no la sabía, pero le saraceé”, decíamos ante algunas dificultades en los exámenes. “Vos saraceas un poco mientras la gente se va sumando y después, arrancamos con las preguntas”, un consejo típico para cuando estás impaciente y hay que preparar el auditorio. En un uso más técnico, “saracear” es estirar y los argentinos somos buenos en eso desde siempre. Pic, chamuyo Hoy “sarasear”, ayer “sanatear” y “chamuyar” Las palabras tienen tradición y van mutando. Los más grandes no podemos evitar relacionar lo que hoy llamamos “sarasear/saracear” con la “sanata” del humorista Fidel Pintos que, allá por los ’70 y sentado a la mesa del café de popular programa Polémica en el bar, desarrollaba una hilarante alocución sobre un tema en particular por el que era consultado. No importaba qué se le preguntara, era especialista en todo. Para darle una pátina de seriedad, recurría a términos específicos, propios de la disciplina a la que se estaba refiriendo, pero los encadenaba sin sentido y los pronunciaba entre dientes para desconcertar al oyente. Para definirlo de otro modo, tenemos el término bien argentino que sí registra RAE. “Chamuyo”: 1. m. coloq. Arg. y Ur. Palabrería que tiene el propósito de impresionar o convencer. La abreviatura (coloq.) de “coloquial” reafirma lo que decíamos al comienzo. Como “saraza”, “chamuyo” pertenece al ámbito de lo informal. Da cuenta de un intercambio cómplice, entre pares, con alto grado de argentinidad. Un dato para cerrar que demuestra la fluctuación: en estas líneas, a veces puse el verbo con “c” y otras con “s”. Pura sensación visual.

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