miércoles, 30 de septiembre de 2020

Juan Manuel de Rosas. Defensor del territorio argentino. - 30 -09 - 2020.-

José Manuel Estrada, Agrupación de estudios históricos, envió este mensaje. 30- 09 - 2020.- · El "30 DE SEPTIEMBRE 1989 - 2020 , 31 AÑOS DE LA REPATRIACIÓN DE JUAN MANUEL DE ROSAS. - Derrocado por una coalición de Federales y Unitarios que no dudaron en unirse al Brasil contra su propia Patria. - Evitó la segregación de las provincias del NOA a manos de la Confederación Peruano - Boliviana, así como de la Mesopotamia por F. Rivera y Francia. Fue el vencedor de la primera y segunda potencia del mundo (Francia y Gran Bretaña) en La Vuelta de Obligado y en Punta Quebracho, que trataron de recolonizar el continente. Rosas los obligó a desagraviar el pabellón argentino antes de retirarse humilladas-. Fue el conquistador del desierto,fue heredero del sable de San Martín. Que la Argentina vuelva a ser una tierra de señores que obligue a un trato de señores a los poderosos de la tierra. BRIGADIER GENERAL DON JUAN MANUEL DE ROSAS ¡¡¡PRESENTE!!!".- Sebastián Miranda, -dixit-. ........................................................... Jorge Alberto Ripani, envió esa recuerdo histórico. -02- 10 - 2020.- Esta semana se recuerda el aniversario de la repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas. Transcribo unos párrafos de Muñoz Azpiri padre sobre la guerra del Paraná que me emocionan mucho. Para mi estos héroes no están en el pasado sino que nos esperan en el destino. “Al sonar el primer cañonazo atacante (…) las tropas entonaron el Himno. Toda la barranca comenzó a arder con las voces. Cantaban los artilleros, los infantes, los marineros, los jefes, los oficiales, los milicianos y cantineras, los veteranos de cien encuentros y los novicios (…). Se repetía la historia de Trafalgar, donde las naves españolas eran cazadas y hundidas a distancia por bocas de fuego de mayor alcance. Después de ocho horas de rudo cañoneo, cuando las granadas aliadas habían producido una horrorosa mortandad y no quedaban ya proyectiles a la defensa, ésta última cedió y la marinería inglesa desembarcó (…). Los atacados, con su jefe a la cabeza cumplieron entonces “un último y desesperado esfuerzo”, según el corresponsal de guerra de “El Nacional” de Montevideo que fue testigo del encuentro. El general Mansilla, resuelto evidentemente a no sobrevivir al desastre, encabezó un ataque a la bayoneta y cayó herido en el vientre, por una granada, antes de poder superar la barrera de proyectiles. Prácticamente todos los defensores de las baterías murieron en sus puestos, inclusive varias mujeres cantineras que se negaron a abandonar a sus esposos, hijos o hermanos al iniciarse el bombardeo (…). Al caer la noche brilló sobre cuatrocientos cadáveres de patriotas la condecoración de las estrellas gauchas. El parte del almirante aliado rindió involuntariamente testimonio del heroísmo de los defensores al declarar: “Siento vivamente que esta gallarda proeza se haya logrado a costa de tal pérdida de vidas – se refería a las bajas del atacante -; pero, considerada la fuerte posición del enemigo y la obstinación con que fue defendida, debemos agradecer a la Providencia que no haya sido mayor”. La escuadra (…) prosiguió su avance. (…) en el paso del Tonelero, fue cañoneada nuevamente, esta vez con éxito, y el bombardeo se repitió en san Lorenzo, frente al campo de batalla de San Martín. Toda la ribera, hasta el río Paraguay, se mostró hostil a los invasores, resonando día a día la metralla entre el juncal y los talas, y produciendo bajas y confusión en el convoy. La operación comercial resultó un “fiasco” clamoroso en Corrientes y Asunción, donde Hotham y sus intérpretes se esforzaron en demostrar inútilmente que los ríos quedaban abiertos (…). Al fracaso comercial se unió también el militar. Al pasar de vuelta, la armada, por Quebracho, la artillería de Mansilla le disparó mil cuatrocientos cañonazos y más de veinte mil tiros de fusil, consiguiendo desorganizar el convoy e incendiar siete barcos (…). Tres de los vapores de guerra de Obligado que intentaron auxiliar a un buque mercante incendiado fueron dispersados y debieron huir (…). A partir de entonces ni una sola barca se atrevió a remontar los ríos. La consecuencia más importante de la batalla de Obligado y demás encuentros, (…) fue exaltar el patriotismo del pueblo argentino hasta un grado sin precedentes. “Todas las facciones se unieron para oponerse a los extranjeros que trataban de desmembrar el país”. MUÑOZ AZPIRI, José Luis, “Rosas frente al imperio británico. Historia íntima de un triunfo argentino”, Theoría, 1974, p. 31 a 35.

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