sábado, 24 de agosto de 2019

Bealgrano y la Educación. - 24 - 08 - 2019 -.

El Lic. Manuel Belgrano, Lastra, envió el 24 - 08 - 2019 -.

Cultura Argentina
Belgrano se imaginaba un país con escuelas, no solo de primeras letras, sino de matemáticas, de náutica, de oficios, en un vasto programa de educación pública. “No hay objeto más digno de la atención del hombre que la felicidad de sus semejantes”, señaló.
.Asociación Cultural Sanmartiniana de San Salvador

BELGRANO Y LA EDUCACIÓN
Fue uno de nuestros primeros hombres públicos que se ocupó de la educación en nuestro país, un visionario.
Desde las páginas del Correo de Comercio de Buenos Aires, en marzo de 1810, Belgrano advertía sobre la necesidad e importancia de crear, con fondos públicos, escuelas primarias en las ciudades, villas y parroquias, y solicitaba a los jueces que "obliguen a los padres a que manden a sus hijos a la escuela, por todos los medios que la prudencia es capaz de dictar". sus escritos en el Correo y sus Memorias de 1796, por sus reiteradas referencias a la educación, lo convierten en el primer hombre de Estado que habla como educador, bastante tiempo antes que otros.
Las escuelas debían ser gratuitas para todos, pues las concebía como herramientas para luchar contra el ocio y la miseria. De igual manera en la actualidad, la sociedad entera reconoce el derecho que tienen sus hijas e hijos de recibir una educación obligatoria con los mejores aprendizajes, como condición necesaria para construir una democracia real.
Belgrano fue, además, propulsor de la educación de las mujeres.
En 1813, a causa de sus victorias militares el Cabildo le otorgó 40 mil pesos, que donó para construir cuatro escuelas en Tarija, Salta, Tucumán y Santiago del Estero, y para financiar útiles, becas y libros para los más necesitados.
Una verdadera originalidad de su pensamiento fue ampliar la educación a nuevos sujetos pedagógicos, impensados para su época: los desposeídos, los indios, los huérfanos y los pobres. Ese desvelo por incorporar a los siempre olvidados, representa, en cierto sentido, el inicio de la educación de adultos en nuestra patria. Así lo entendió, hace muchos años, la Dirección Nacional de Educación de Adultos, al consagrar a Belgrano como patrono de esa modalidad.
Salvador Ferla, historiador del pensamiento nacional, afirmaba con algo de humor que "a Belgrano lo tapó la bandera", porque el día de su muerte se recuerda la bandera nacional, y quizá esa conmemoración distraiga e impida conocer que tuvo la de ser un apasionado propulsor de la educación pública en nuestra patria.......................................................................................
Haciendo historia. MANUEL BELGRANO:
 09/06/2019 -Clarín.com - Revista Viva Felipe Pigna

El proyecto de Belgrano por la educación gratuita y obligatoria.

En 1798 redactó el primer proyecto de enseñanza estatal. Decía que era imposible mejorar las costumbres sin educación.

Las ideas innovadoras de Manuel Belgrano quedaron reflejadas en sus informes anuales del Consulado, a través de los cuales trataba de fomentar la industria y modificar el modelo de producción vigente..

Como señala en su Autobiografía, eran el recurso que le quedaba para difundir los cambios que entendía necesarios. Con esa finalidad, en su pedido al rey de España de agosto de 1796, Belgrano propuso que la lectura de esas Memorias, que abrían las sesiones anuales del Consulado, fuese pública, con el carácter de una conferencia abierta.

Belgrano venía asombrando y escandalizando, cuando cada año leía sus memorias, que marchaban en sentido contrario a las ideas de su auditorio, compuesto por el virrey de turno, burócratas coloniales y comerciantes.
En 1796, Belgrano señaló: “Nadie duda de que un Estado que posea con la mayor perfección el verdadero cultivo de su terreno; en el que las artes se hallan en manos de hombres industriosos con principios, y en el que el comercio se haga con frutos y géneros suyos es el verdadero país de la felicidad, pues en él se encontrará la verdadera riqueza, será bien poblado y tendrá los medios de subsistencia y aun otros que le servirán de pura comodidad […]. Qué más digno objeto de la atención del hombre que la felicidad de sus semejantes; que esta se adquiere en un país cuando se atiende a sus circunstancias y se examinan bien los medios de hacerlo prosperar, poniendo en ejecución las ideas más bien especuladas, nadie duda”. (1)
Dos años después, en 1798, redactó lo que podemos considerar el primer proyecto de enseñanza estatal, gratuita y obligatoria presentado en lo que hoy es la Argentina. En él planteaba que era imposible mejorar las costumbres y “ahuyentar los vicios” sin educación, y proponía que los cabildos creasen y mantuviesen con sus fondos escuelas “en todas las parroquias de sus respectivas jurisdicciones, y muy particularmente en la campaña”. Y al hacerlo sostenía que era “de justicia” retribuir de este modo la contribución que, con sus impuestos, hacía la población para el sostenimiento del Estado.
Años después, dos meses antes del inicio de la Revolución de Mayolo expresaba en estos términos: “¿Cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el Gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanzay si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos?
Hubo un tiempo de desgracia para la humanidad en que se creía que debía mantenerse al Pueblo en la ignorancia, y por consiguiente en la pobreza, para conservarlo en el mayor grado de sujeción; pero esa máxima injuriosa al género humano se proscribió como una producción de la barbarie más cruel, y nuestra sabia legislación jamás, jamás la conoció [...].
Pónganse escuelas de primeras letras costeadas de los propios y arbitrios de las Ciudades y Villas, en todas las Parroquias de sus jurisdicciones, y particularmente en la Campaña, donde residen los principales contribuyentes a aquellos ramos y a quienes de justicia se les debe una retribución tan necesaria. Obliguen los Jueces a los Padres a que manden sus hijos a la escuela, por todos los medios que la prudencia es capaz de dictar”. (2)
Haríamos justicia recordándolo no solo como “el padre de la Bandera”, sino como un entusiasta precursor de la educación popular e impulsor de la industria y la economía nacional.
Citas: 1. En Manuel Belgrano, Escritos económicos, Hyspamérica, Bs.As., 1988, pág. 7 y 8. 2. En Correo de comercio, números 3 y 4, tomo I, 17 de marzo de 1810 y 24 de marzo de 1810.



(Cfr, Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).

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