En los primeros días de febrero de 1820, luego de la Batalla de Cepeda, donde los caudillos federales de Santa Fe, Estanislao Lopez y de Entre Ríos, Francisco Ramirez, ambos identificados con el oriental Gervasio Artigas, derrocaron al Director Supremo de las Provincias Unidas Gral. José Rondeau. Entre los apoyos de los caudillos se encontraba el chileno José Miguel Carrera, enemigo acérrimo de San Martín y O´Higgins. Concretamente, había desaparecido el gobierno central de las Provincias Unidas del Río de la Plata y a partir de allí, estas eran soberanas. A la vez que nacían las autonomías provinciales, ingresábamos en una larga y sangrienta etapa de anarquía.
Batalla de Cepeda 1 de febrero de 1820, caída del Directorio, desparición de un gobierno central y nacimiento de las autonomías provinciales.
En estos momentos, el Gral José de San Martín, se encontraba en Santiago de Chile, al cual ya había liberado y acto seguido, logró establecer a su aliado Bernardo O´Higgins como presidente. Desde allí se encuentra organizando una fuerza para, mediante una operación anfibia, desembarcar en Perú liberándolo del yugo español mediante la declaración de la independencia.
Abrazo después del triunfo de Maipú entre Bernardo O´Higgins y José de San Martín, 05 de Abril de 1818.-
Luego del triunfo en los campos de Maipú, esto el 5 de abril de 1819, en las afueras de Santiago de Chile, San Martín había recibido instrucciones desde Buenos Aires que desobedeció, primero de Pueyrredón quien renunció a su cargo en junio de 1819 y luego, reiterada que fue la orden por el sucesor de este José Rondeau, de repasar la cordillera y enviar la tropa a combatir el levantamiento de los caudillos. Esta desobediencia a los gobiernos de Buenos Aires, es lo que se conoce como la “Desobediencia de Rancangua”. Y siendo designado General chileno, San Martín y el Ejército de los Andes se encontraban en una posición de franca ilegalidad, pues había cesado la autoridad legal que los respaldaba en el Río de la Plata. Se trataba de un ejército nacional que carecía de un gobierno al cual obedecer y que además dependía de un general que había desobedecido al gobierno que acababa de ser depuesto, “subordinándose” al gobierno de un estado distinto al propio. Esta situación fue “legalizada” el 6 de mayo de 1820, al ser San Martín designado generalísimo de la expedición al Perú por el Pueblo y el Senado de Chile.
Bandera del Ejército Libertador del Perú, que partió de Valparaíso al mando de José de San Martín en desobediencia a las órdness impartidas de Buenos Aires. Las tres estrellas de la Bandera, represemntan la comunidad y los pueblos de Argentina,. Chile y Perú. Este pabellos, se encuentra en el Museo naval de Chile en la ciudad de Valparíso.
Así las cosas, en el norte argentino, como en todas las provincias restantes, tanto las del litoral, las de la mesopotamia, como las de la pampa y cuyo, las élites gobernantes de cada provincia comienzan a reacomodar su territorio. Güemes, en el medio de la oligarquía salteña que conspiraba contra él y los realistas que amenazaban bajar desde el Alto Perú, intentó recrear la vieja Salta del Tucumán con capital en Salta, a los efectos de ejercer el control político en la región y asimismo, hacerse de recursos que con la caída del Gobierno Central, si antes llegaban poco y mal, ahora ya no existían. Intentó suplir el financiamiento con los recursos que pudiese generar Tucumán. Y en esa cuestión no solo se peleó con Bernabé Araoz quien puso límites a los requerimientos del salteño, sino también quien lo había sucedido en la gobernación, puesto a instancias de Belgrano, el catamarqueño De la Mota Botelo. Cuando Belgrano se hizo cargo del Ejército del Norte en el año 1816, el cual tenía asiento en la ciudad de San Miguel de Tucumán, , gobernaba la provincia de Tucumán, Don Bernabé Araoz, un patriota decidido, que ya para entonces había sido héroe de las batallas de Tucumán y Salta y protagonista de la reunión del Congreso que declararía la Independencia el 9 de Julio de 1816. Aráoz, nunca se consideró subordinado del Gral. Belgrano, ni tan siquiera de Buenos Aires, porque en Tucumán, desde los mismos albores del proceso independentista en 1810, ya se pensaba en república, federalismo, tal cual lo evidencian los trabajos y acciones de Nicolás Laguna.
D. Bernabé Araoz, gobernador de Tucumán.
Es así que Belgrano le reclamaba no ayudarlo lo suficiente con los fondos provinciales. En 1817, en el mes de septiembre, el creador de la bandera logró del Director Supremo el reemplazo de Araoz como gobernador del Tucumán, designándose en su reemplazo, a Mota Botello, a quien conocía desde antes de 1810. A poco andar el nuevo gobierno, Belgrano y
y este, advirtieron que en realidad Aráoz no había mezquinado ni desatendido nada, porque en Tucumán lisa y llanamente no había fondos para ayudar al Ejército del Norte, y que éste no podía ser mantenido sólo por esa provincia ya a estas alturas agotada. Gral. Manuel Belgrano.-
y este, advirtieron que en realidad Aráoz no había mezquinado ni desatendido nada, porque en Tucumán lisa y llanamente no había fondos para ayudar al Ejército del Norte, y que éste no podía ser mantenido sólo por esa provincia ya a estas alturas agotada. Gral. Manuel Belgrano.-
Los revolucionarios, en estos momentos, parecían actores de una suerte de trágica comedia de enredos.
Finalmente, la anarquía y la crisis se los tragó, Güemes asesinado en Salta, Bernabé Araoz fusilado por los rivadavianos, Belgrano muerto en la soledad y el olvido y San Martín al exilio. La política del puerto bajo la batuta de Bernardino Rivadavia, se apoderaba de los recursos de la aduana, abandonaba el Alto Perú desmembrando el territorio de un país que había luchado por su independencia llegando a convertirse en dos, persiguiendo a San Martín como un bandido, para culminar su desatino a toda orquesta con la entrega de la Banda Oriental a la voluntad británica al aceptar su separación de la actual Argentina. Cuenta aparte merece señalarse la toma del ruinoso empréstito con la Baring Brothers. Bernardino Rivadavia, enemigo y perseguidor del Gral. José de San Martín.
Así las cosas. Es esta la mirada panóptica y en la correspondiente línea de tiempo de aquellos desencuentros, bien distinta por cierto, de una mirada vecinal con frustradas aspiraciones de
comarcas que terminan jugando a un elemental juego maniqueo para ensalzar o corroer hombres
que fueron, protagonistas de la política de su tiempo.
Estimados Amigos, no hubo un Padre de la Patria, hubo muchos padres fundadores. No hubo un
creador de la Bandera Nacional, sino un pueblo que abrazó el paño transformándolo en símbolo de una nacionalidad. Hubo hombres y mujeres que fueron capaces de asumir con todas las limitaciones que uno se pueda imaginar, el desafío de construir un país soberano y libre.
San Martín, Belgrano, Güemes, Araoz, Artigas, Gorriti, Warnes, Necochea, entre otros, fueron Padres Fundadores de la Patria y no fueron ellos los mas importantes. En aquellos ejércitos los esenciales, fueron los soldados desconocidos, esos hijos del pueblo cuyos nombres jamás serán nombres de calles,
plazas o escuelas, ellos ya no son nombrados... Ellos hay viven cuando gritamos Argentina, en una expresión colectiva, viven en nosotros su posteridad. La discusión de quien fue mas grande, es frívola y baladí, un bochorno pueblerino que solo merece ser soslayado, cuando se habla de gente tan importante en la fundación de la nación.
En el día en que recordamos la memoria del Gral. José de San Martín, hombre que dio lo mejor de su vida por la causa de la libertad de los pueblos Americanos, les recuerdo su modestia y sencillez. Grande por la gesta que encabezó, pero mucho mas grande por el ejemplo de humildad y austeridad que nos dejó.
Hasta la semana que viene...................................................................................................................
El 29 de agosto de 1819: Belgrano le escribe al Director Supremo Rondeau, desde Pilar, Córdoba pidiendo licencia para atender su quebrantada salud: " ... se que estoy en peligro de muerte, pero la conservación del ejército pende de mi presencia. Aquí hay una capilla dónde entierran a los soldados; también puede enterrarse en ella al General ...".
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos Prof. Luis Angel Maggi).
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