ASOCIACION SANMARTINIANA DE LA BANDA.
El 12 de Septiembre de 1812, el sacerdote Dr. Luis José Chorroarín,unía en verdadero y legítimo matrimo
nio según el orden de la Iglesia Católica Apostólica Romana, al entonces al coronel de caballería
José de San Martín, comandante del escuadrón de Granaderos a Caballo, natural del pueblo de Yapeyú,
en las Misiones, e hijo legítimo de don Juan de San Martín y de doña Gregoria Matorras, con María de
los Remedios de Escalada, natural de Buenos Aires e hija legítima de don Antonio José de Escalada y
de doña Tomasa de la Quintana.
ASOCIACION SANMARTINIANA DE LA BANDA.
El 12 de Septiembre de 1812, el sacerdote Dr. Luis José Chorroarín,unía en verdadero y legítimo matrimo
nio según el orden de la Iglesia Católica Apostólica Romana, al entonces al coronel de caballería
José de San Martín, comandante del escuadrón de Granaderos a Caballo, natural del pueblo de Yapeyú,
en las Misiones, e hijo legítimo de don Juan de San Martín y de doña Gregoria Matorras, con María de
los Remedios de Escalada, natural de Buenos Aires e hija legítima de don Antonio José de Escalada y
de doña Tomasa de la Quintana.
Cómo fueron los funerales del Libertador en Boulogne-sur-Mer
Por Martín Blanco y Roberto Colimodio.- Infobae- 17 de agosto de 2019.
En la cláusula cuarta de su testamento, San Martín prohibió expresamente que se
le hiciera ningún género de funeral, y ordenó que desde el lugar de su fallecimien-
to se lo condujera directamente al cementerio sin ningún acompañamiento.
En la cláusula cuarta de su testamento, San Martín prohibió expresamente que
se le hiciera ningún género de funeral, y ordenó que desde el lugar de su falleci-
miento se lo condujera directamente al cementerio sin
ningún acompañamiento.Esta disposición fue respetada a medias dado que, una
vez concluido el procedimiento tendiente a embalsamar los restos del prócer, el 20
de agosto se dio inicio a un discreto funeral.
Al respecto, Félix Frías, testigo privilegiado, nos dejó en su necrológica –publica-
da en varios periódicos- los pormenores de la histórica ceremonia: "El 20 a las 6 de
la mañana, el carro fúnebre recibió el féretro, y fue acompañado en su tránsito
silencioso por un modesto cortejo. Cuatro faroles cubiertos de crespón negro
adornaban encendidos los ángulos superiores del carro. Seis hombres vestidos
con capotes del mismo color marchaban de ambos lados. Detrás iban el señor
Balcarce, llevando a su derecha al señor Darthez, antiguo amigo de general,
} y a la izquierda al señor Rosales, Encargado de Negocios de Chile. Marcha-
ban enseguida don José Guerrico, un joven de Buenos Aires, el hijo de su
hermano don Manuel, el doctor Gerard y el señor Saguier, vecinos ambos de
Boulogne. El acompañamiento era humilde y propio de la alta modestia, tan digna
compañera de las calidades morales y de los títulos gloriosos de aquel hombre eminente. El carro
fúnebre se detuvo en la iglesia de San Nicolás. Allí rezaron algunos sacerdotes las oraciones religio
sas en favor del alma del difunto. En aquel momento noté en una de las naves del templo la tumba dedicada a la memoria del almirante Bruix, padre de dos bizarros oficiales – Alejo y Eustaquio
Bruix- , que murieron en América, sirviendo la causa de su independencia a las órdenes del
mismo jefe que hoy venía a confundir sus restos con los del célebre almirante. Sobre la piedra
de esa tumba se leen estas palabras, que pudieran bien grabarse en la del vencedor de Maipú, con
la diferencia de que la patria del general es grande como el vasto teatro de sus hazañas: "Tan buen
padre como gran general. Su familia y su patria le lloran".18-08-2019
.El periodista y político Félix Frías integró el pequeño cortejo fúnebre de San Martín y dejó
escrito su recuerdo de ese día
Luego de la breve ceremonia efectuada en la iglesia de San Nicolás, que fuera consignada en los
registros parroquiales por el padre Lacomte, a la sazón sacerdote y gran Prior, el convoy fúnebre
continuó hasta la Catedral de Notre Dame de Boulogne-sur-Mer, en donde el ataúd que contenía los restos del Libertador fue depositado en la cripta de la Catedral, tal como estaba previsto, sin más
ceremonias
.La cripta de la Iglesia Notre-Dame de Boulogne-sur-Mer, lugar del primer descanso de los restos de
San Martín
De esta manera, llegó el momento del descanso final para quien exactamente treinta años antes, el
20 de agosto de 1820, encaraba la etapa final de su plan libertador. Según Ricardo Rojas en El
Santo de la Espada: "El 20 era aniversario de la fecha en que San Martín partió de Valparaíso al
Perú, con la expedición libertadora que fue la misión de justicia de su vida. En un día igual, su
cuerpo yerto fue inhumado en tierra extranjera, más hospitalaria que la propia patria. Su espí-
ritu inmortal, ya libertado él mismo, había partido para otra expedición, por el océano de sombra,
rumbo al puerto de la eterna justicia de que él hablara a su hija en vísperas de morir".
Félix Frías escribió: "Allí descansará hasta que sea conducido más tarde a Buenos Aires,
donde según sus últimos deseos, deben reposar los restos del general San Martín. Fiel siem
pre a sus hábitos modestos, había él mismo manifestado la voluntad de que su entierro se hiciera
sin pompa ni ostentación alguna, y así se ha hecho".
El yerno del Libertador, Mariano Balcarce, en carta fechada el 7 de septiembre de
1850, dirigida a su amigo Manuel Guerrico, dedicó un párrafo a la Catedral de
Boulogne como destino provisorio de los restos de su suegro: "Hasta el digno y
respetable abate Haffreingue, que sin otros recursos que su trabajo personal y las
limosnas que recoge de los fieles, empezó hace cerca de 18 años, la colosal empre-
sa de reedificar la Catedral de Boulogne, que está ya muy adelantada, nos ha manifestado el
mayor interés y permitido que sean depositados en las bóvedas de dicha Catedral, los restos
mortales de Padre, hasta que sea posible trasadarlos según sus deseos a Buenos Aires".
Por su parte, Adolphe Gérard, el último amigo de San Martín, en lo que a diligencias se trata, no
dejó detalle librado al azar; este noble ciudadano el mismo día del funeral envió al cobrador de la
Oficina de Beneficencia una donación de 400 francos para los pobres de la ciudad de parte de la
familia del Gran Capitán.
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