sábado, 24 de agosto de 2019

Belgrano Jefe de la Expedición al Paraguay. -24-08-2019-.

El 19 de agosto de 1810: la Junta nombra a Belgrano jefe de la expedición al Paraguay.

El 27 y 29 de mayo, la nueva Junta y el Cabildo de Buenos Aires dirigieron comunicaciones a "los pueblos", es decir, las ciudades y villas del virreinato, en las que expusieron los motivos de la deposición del virrey y solicitaron el reconocimiento de su autoridad provisional y el envío de diputados para integrar posteriormente un gobierno con representación de todas las provincias. Por esa razón "por si acaso, un ejército partiría para asegurar la "libertad de los pueblos" en la selección de tales diputados.
La junta de Buenos Aires designó a José Espínola y Peña para que llevara las notas mencionadas a Asunción. Llevaba además su nombramiento secreto como comandante general de armas del Paraguay, a efectivizarse luego de la destitución del gobernador Bernardo de Velasco. A juicio de Pedro Alcántara de Somellera, asesor letrado del gobernador, "no había un viviente más odiado por los paraguayos". Espínola había sido destituido dos veces por Velasco, y meses antes el Cabildo de Asunción había pedido al virrey Cisneros que no volviera a darle cargos en la provincia.
Espínola llegó a Asunción el 21 de junio. Velasco se sintió molesto por la elección del emisario, con la cual la Junta manifestaba su poder como heredera del tradicional estilo virreinal. La primera prueba de esto ocurrió en Villa del Pilar, donde Espínola, pasando por sobre la autoridad del gobernador, reunió al Cabildo, pidió el sometimiento a la Junta de Buenos Aires e intentó reclutar hombres. Cuando Velasco se enteró además del nombramiento secreto que traía, quiso sacarlo de Asunción rumbo a Villa Real de la Concepción. Espínola, sospechando que lo querían confinar, logró escapar hacia Buenos Aires. Allí manifestó que la mayoría de los paraguayos estaban a favor de la Junta de Buenos Aires y que bastaría una pequeña fuerza de 200 hombres para remover a las autoridades y opositores provinciales. Según Belgrano el gobierno creyó lo que decía Espínola porque era "fácil persuadirse de lo que halaga".
El 17 de julio, Velasco y el Cabildo de Asunción respondieron el oficio de la Junta que había traído Espínola. Manifestaron que dada la "gravedad del asunto" se había acordado celebrar "un Consejo general" el 24 de julio de cuyo resultado se daría "oportuno aviso" a la Junta. La nota manifestó, además, el "disgusto" por la venida de Espínola, a quien se calificó como "conductor de los pliegos", es decir, un mensajero sin representación alguna. Hizo referencia a su "vergonzosa fuga", sin motivo alguno, lo que lo descalificó aún más. Como un anticipo de la posición política de la provincia del Paraguay, la nota resaltó, en primer lugar, el "sosiego inalterable" que reinaba ahora en la provincia, en referencia a las inquietudes que había provocado en la población el intento de Espínola de reclutar hombres para llevarlos a Buenos Aires. En segundo lugar, la "acendrada" fidelidad de la provincia a Fernando VII y, finalmente, su "respetuosa sumisión a las autoridades legítimas". Esta condición de "legitimidad" era el punto más débil de la junta de Buenos Aires, hecho que ya había anticipado el fiscal Villota en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. De hecho el gobernador Velasco había sido nombrado directamente por el rey Carlos IV, mientras que la Junta fue nombrada por el cabildo de Buenos Aires que solo asumió el "ejercicio" de la soberanía pero no "en propiedad" según la expresión legal de la época.
El 24 de julio de 1810, luego de casi 100 años, los representantes del "pueblo"11 de la provincia del Paraguay (funcionarios, eclesiásticos, militares, comerciantes, vecinos, delegados de villas del interior, etc.) se reunieron en Asunción en un congreso para tratar el "asunto tan nuevo y tan interesante" que proponía la circular de la "Junta provisional gubernativa de la capital de Buenos Aires" [sic]. Con la convocatoria a este congreso se inició en el Paraguay un proceso de transformación política en la que el pueblo, depositario ahora de la soberanía del monarca, será convocado a sucesivos congresos para elegir representantes, juntas gubernativas, etc.
Basándose en el principio del consentimiento, como parte esencial del derecho natural o de gentes, y en el de la retroversión del poder a los pueblos, la asamblea compuesta por más de 200 o más 332 personas, determinó:
- Reconocer al Consejo de Regencia por haberse constatado su legitima instalación.
- Suspender todo reconocimiento de superioridad de la junta de Buenos Aires hasta que el Rey, que por ahora no estaba en condiciones de hacerlo, "resuelva lo que es de su soberano agrado".
- Mantener, mientras tanto, buenas relaciones con Buenos Aires.
La respuesta de la Junta fue dirigida a Velasco, al Cabildo y al obispo de Asunción obviando mencionar que la decisión provenía de un congreso. La misma decía:
"La Junta requiere a Vuestra Señoría, por última vez, que se una a la Capital, que deje obrar al pueblo libremente, que reconozca la dependencia [...]. Si Vuestra Merced persiste en su pertinacia será responsable ante Dios y el Rey de los males que se preparan". 
Habiendo fracasado la misión de Espínola, la Junta decidió "poner en orden" al Paraguay, nombrando a Belgrano jefe de la expedición al Paraguay.
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi.)

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