lunes, 12 de agosto de 2019

Robo del sable de San Martín. - 12 - 08 - 2019 -

dsticco@infobae.com   - Texto publicado en Infobae el día 11 de Agosto del 2013.

Un 'thriller peronista' recuerda los 50 años del robo del sable de San Martín.

El 12 de agosto de 1963 miembros de la Juventud Peronista robaron la mítica espada del Libertador para exigir el regreso de su líder. Rodolfo Piovera, autor de El Sable, dialogó con Infobae sobre su reciente libro.

Corría el año 1963, el país era gobernado por José María Guido, quien quedó al frente del Gobierno luego del golpe militar que depuso a Arturo Frondizi. El clima del país era caótico, Juan Domingo Perón seguía exiliado en España y el peronismo continuaba proscripto.

En ese contexto, cuatro integrantes de la embrionaria y clandestina Juventud Peronista decidieron robar la mítica espada corva de José de San Martín para escandalizar a las Fuerzas Armadas, reclamar por el regreso de Perón a la Argentina, por la devolución del cadáver de Eva Perón, la ruptura con el FMI, el fin de la proscripción y el castigo a los responsables de los fusilamientos de 1956.

Al cumplirse 50 años del episodio, el escritor y periodista Rodolfo Piovera recrea los acontecimientos en un "thriller peronista" titulado El Sable (Atlántida). El autor reconstruye en forma minuciosa el robo en un relato repleto de giros y encrucijadas. A continuación, el diálogo de Infobae con Piovera.

¿Qué lo llevó a escribir sobre el robo del sable de San Martín?
El tema llegó por azar, como pasa casi siempre, pero en cuanto me fui interiorizando, las ganas de escribir fueron en aumento. Me atrapó la idea de describir cómo se llevaba a cabo un robo en un museo, la pesquisa que le siguió, la repercusión pública. Además, estaba esa continuidad de San Martín-Rosas-Perón que tanto enunciaron muchos revisionistas en los setenta, y el sable como muestra material de esa ligazón. Era una historia que valía la pena ser contada además, porque fue una de las acciones de la resistencia peronista de los sesenta que tuvo mayor repercusión.

¿Cómo fue el proceso para recrear el ambiente de la época? ¿Cómo era ese Buenos Aires?
Ese ambiente lo recreé con dos elementos fundamentales: los recuerdos de niño, las conversaciones en casa, en la familia, y lo que aporta la historia a través de la documentación, sea tanto en libros como en diarios y revistas. No me costó mucho esa parte; por el contrario, fue lo que más disfrute del libro. Aquel Buenos Aires era un Buenos Aires sin libertad, muy acartonado, muy provinciano. Las expresiones artísticas de vanguardia (el Di Tella, la Nueva Figuración, el rock nacional) eran vistas como sucesos exóticos, puro esnobismo. Lo correcto para esa sociedad era trabajar en una oficina, tener el pelo corto y ser antiperonista. Así lo viví yo.

En el texto destaca el clima represivo que se vivía. ¿Qué riesgos asumieron los ejecutores del robo?
Todos los riesgos, lo que no puede sino despertar admiración por tanto valor. El sentido común de entonces recomendaba el "no te metás". Y esos muchachos "se metieron". Y no la pasaron bien. Fueron torturados, y algunos sufrieron cárcel por años. Hay que pensar que no los movieron intereses económicos, sino ideales políticos, que se pueden compartir o no. Tenían como antecedente inmediato el asesinato de Felipe Vallese y fueron a robar el sable de todos modos.

¿Por qué cree que este episodio, y otros de los '60, fueron olvidados? ¿Se puede hacer una contraposición con los '70?
Creo que fueron olvidados porque lo que vino fue infinitamente más doloroso y sangriento, al punto que el robo del sable de San Martín quedó hasta como una anécdota simpática. Pensemos que nadie murió, nadie fue herido, todo fue de guante blanco. Otro fue el saldo de las acciones llevadas a cabo en los setenta, con su secuela de represión indiscriminada. Pero, de alguna manera, aquellas acciones de los sesenta fueron un anticipo de lo que sucedería en la década siguiente.

¿Cómo reaccionó Perón al enterarse del episodio?
No lo sé. Solo me consta que cuando uno de los participantes del robo viajó a Madrid años después para entrevistarlo en Puerta de Hierro, Perón le hizo una broma acerca del robo del sable. No sé si en su momento estaba al tanto del plan y ni siquiera si lo aprobaba, aunque él era el destinatario final de la famosa espada.

¿Por qué decidió homenajear a Cortázar en los nombres de los capítulos del libro?
Cuando terminé el libro el editor me sugirió que los capítulos llevaran título, lo que me pareció correcto. El tema era qué poner…Pensé y pensé, hasta que se me vino a la cabeza la idea de que el robo del sable era una maniobra pequeña que buscaba irritar a un sistema todopoderoso. Inmediatamente asocié eso con las pequeñas acciones que llevaban adelante los protagonistas del Libro de Manuel. Lo demás vino por añadidura. Luego me enteré que Cortázar publicó Rayuela en 1963, el año del primer robo. No lo podía creer…
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).

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