lunes, 27 de julio de 2020

Belgrano,Castelili, Moreno.Perfiles de coraje. - 27- 07 - 2020.-

PERFILES DE CORAJE .
Ideas patriotas y la visión del pueblo .

por Luis Horacio Yanicelli (*)

Manuel Belgrano nos lo cuenta en su “Autobiografía”, el grado de desconocimiento que los líderes de Mayo de 1810 tenían acerca del pensamiento de la gente común o del pueblo. A poco de andar, se tuvieron que enfrentar a una realidad bien distinta a la que imaginaron. Un pueblo esquivo que no comprendía la razón ni el objeto de aquella revolución que, habiendo depuesto un virrey, ahora se levantaba en armas contra quienes decían representar al rey, y otro problema era que el rey no estaba en su trono, sino prisionero del emperador francés Bonaparte. Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Mariano Moreno, entre los principales y seguramente los mejores, pensaron que la mayoría de los hombres y mujeres que poblaban el virreinato, saldrían al paso de los ejércitos revolucionarios a saludarlos, gritarles vivas y apoyarlos. La realidad con la que se encontraron fue bien distinta a la que imaginaban...

En este sentido Belgrano expresa: “A la salida del Dr. Castelli coincidió la mía, que referiré á continuación hablando de la expedición al Paraguay, expedición que sólo pudo caber en unas cabezas acaloradas que sólo veían su objeto y á quiénes nada era difícil, porque no reflexionaban ni tenían conocimientos.” Luego agrega que antes de iniciar a campaña al Paraguay: “Me hallaba de vocal de la Junta Provisoria cuando, en el mes de agosto de 1810, se determinó mandar una expedición al Paraguay en atención a que se creía que allí había un gran partido por la revolución, que estaba oprimido por el Gobernador Velazco y unos cuantos mandones; y como es fácil persuadirse de lo que halaga, se prestó crédito al coronel Espínola, de las milicias de aquella provincia, que al tiempo de la predicha junta, se hallaba en Buenos Aires. Fue con pliegos, y regresó diciendo que con doscientos hombres era suficiente para proteger el partido de la revolución, sin embargo, de que fue perseguido por sus paisanos, y tuvo que escaparse a uña de buen caballo, aun batiéndose, no sé en qué punto, para librarse.”

Escena de la Campaña al Paraguay
En carta del 19 de agosto de 1812, estando en la ciudad de San Salvador de Jujuy pronto a iniciar el Éxodo, le escribe a Rivadavia diciéndole: “Crea Ud. Que no me descuido de proceder por acá con toda la energía posible, y así he podido conseguir aumentar mi fuerza de reclutas, y si me diera tiempo el enemigo, lograría avivar a estas gentes que son la misma apatía, estoy convencido que han nacido para esclavos, y de que n3ecesitan sufrir más al vivo los rigores del despotismo para que despierten del letargo.” Los golpes que la realidad le propinó a nuestro Padre de la Nacionalidad, lo fueron haciendo madurar y comprender que la epopeya revolucionaria, era un duro repechaje en una pronunciada cuesta que, con esfuerzo sacrificio y tesón, debería repechar para lograr establecer el país independiente de sus sueños.
El Exodo jujeño.-
Exodo Jujeño
Y otro tanto le pasó a Juan José Castelli, cuando en su experiencia en el Alto Perú, en la Puerta del Sol, reunió al Pueblo para festejar la fiesta del 25 de Mayo de 1811, primer aniversario de la Revolución de Mayo, dio un discurso arengando a un auditorio de naturales, que muy poco entendieron los conceptos revolucionarios del orador. Castelli - “el orador de la revolución” - en tono de arenga y tratando de encender la llama de la libertad y el orgullo de pertenecer a un pueblo americano, remató su soflama preguntando al público oyente: ¡¡Decid que queréis!!! . Castelli esperaba que le contestasen: ¡¡libertad e independencia!!, pero no, la respuesta en quechua fue otra…: “¡¡¡abarrente tatay!!”,es decir: “¡¡¡aguardiente padrecito!!!”.
Puerta del Sol, Tiahuanaco, Alto Perú, escenario del discurso de Juan José Castelli el 25 de ,mayo de 1811.-
Difícil y muchas veces amargo fue el camino de aquellos hombres que fundaron la nación independiente. La incomprensión, la soledad, la falta de medios y apoyos, en fin, muchas carencias que a pesar de todo, remontaron para lograr la victoria.
La mayor inteligencia, fue precisamente la de pasar de un estado de ideólogos ingenuos, a asumir un liderazgo maduro y decidido. De audaces rebeldes, a revolucionarios irreductibles. Acusaron recibo de los golpes que la realidad en forma cruda y dura les propinó, pero en manera inteligente, desbrozaron el derrotismo montándose en un firme espíritu de perseverancia fundado en las convicciones.
No imaginaron, seguramente por la crudeza de la realidad que los rodeó, que un día sus nombres los eternizarían en plazas, escuelas, pueblos y ciudades. No fue la vanidad de la admiración póstuma la que los movió, sino que su motivación fue romper cadenas y tomar su propio destino en sus manos, mirar al horizonte con la frente alta y no tener que hacerlo hacia la España esperando las órdenes. Optaron por asumir su propio destino como nación, y contra vientos y mareas, rompieron cadenas con la metrópolis que los pretendía sometidos.
Manuel Belgrano no imaginó, que su posteridad, lo homenajearía nombrando plazas, escuelas, ciudades y calles con su nombre.
La inteligencia de estos hombres estuvo, sobre todo, en darse cuenta donde terminaba el mundo de las ideas y donde comenzaba la dura realidad y asumida esta, dirigieron sus conductas a transformarla. No pactar ni transaron con los hechos, sino que lucharon para cambiarlos, encaminando las cosas hacia el modelo que ellos deseaban. Aquí radica su ejemplaridad.
John Fitzgerald Kennedy, antes de ganar la presidencia de los EEUU, escribió un interesante libro titulado “Perfiles de Coraje”, en el cuál, rescata a una serie de políticos norteamericanos que tuvieron que enfrentar situaciones límites, donde sus respectivas carreras políticas dependían de las decisiones que tomen. Si conformaban a las mayorías, le producían un daño a la nación y si beneficiaban al país, perdían votos. El coraje de estos hombres estuvo en que hicieron lo que debían, ya que sin importar el costo o sacrifico personal, honraron los intereses de su país. Fueron leales a su Patria.
En el caso de los hombres que nos dieron la nacionalidad, de nuestros Padres Fundadores, bien podríamos incluirlos en los “Perfiles de Coraje”. Porque coraje, convicción y honestidad intelectual había que tener por parte de quienes se entregaron de tal modo a la construcción y lucha de un país independiente, a grado tal, que realmente conmueven. En esta sociedad del Siglo XXI, en la que parece que el mundo se volvió loco, donde no existen los hombres paradigmáticos, ejemplares, donde pareciera que los liderazgos se han degradado, se agrandan las figuras de Belgrano, Castelli, Moreno, Güemes, Araoz, San Martín y tantos que fueron capaces de sumarse al incierto proyecto de lograr en el concierto internacional de naciones, instalar un nuevo estado independiente.
Para reflexionar.
Hasta la próxima.

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