domingo, 12 de julio de 2020

Expulsión de los Jesuitas de Las Misiones.( 1767).-12-07-2020.-

Esteban Dómina- Córdoba.-

#Hace253Años. EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS de LAS COLONIAS.

En 1767, Carlos III expidió la Real Pragmática ordenando el extrañamiento de la Compañía de Jesús de todos los dominios del reino de España. Fue el colofón de una mala relación entre la Corona y la Orden religiosa. Aunque el monarca mantuvo “in pectore” sus razones, era obvio que la vasta presencia e influencia de la Compañía en las colonias le fastidiaba.
La operación estuvo rodeada de sigilo. La idea era que los jesuitas se enteraran cuando el ejecutor se presentara en sus sedes. En todos lados se usó la misma metodología: allanamiento, arresto y toma de posesión de los bienes, en tanto que los padres eran enviados a Buenos Aires, desde donde se los deportaría.
Córdoba pertenecía a la Provincia Jesuítica del Paraguay. La Compañía concentraba sus esfuerzos en educar y evangelizar; a cuyo fin fundó el Noviciado y el Colegio Máximo. En 1613, el obispo Fernando Trejo y Sanabria legó una suma de dinero para la fundación de una universidad, de cuyo cometido se ocupó la Compañía en los años siguientes. La obra quedó consumada en 1621, cuando el Papa le otorgó la facultad de conferir grados. Una donación posterior del benefactor Ignacio Duarte y Quirós permitió la fundación del Real Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat.

Para el sostén de la orden los jesuitas generaron importantes emprendimientos productivos. Las seis estancias eran establecimientos autosuficientes, de producción diversificada, que financiaban las casas de estudio y formación espiritual. Las actividades incluían la cría de mulas, molienda de granos, viñedos y una incipiente industria textil.

A la par, los ignacianos dieron fuerte impulso a diversas manifestaciones de las ciencias y de las artes e impartieron el conocimiento de oficios y artesanías. Introdujeron la primera imprenta, que funcionó durante años hasta que fue trasladada a Buenos Aires, lo mismo que la biblioteca de la orden.

En Córdoba, el 12 de julio de 1767, la orden real fue cumplida con celo extremo, rayano en la crueldad, por el sargento mayor Fernando Fabro. Tras la confiscación, expulsión y destierro de los jesuitas sus propiedades quedaron a merced de una Junta de Temporalidades hasta pasar muchas de ellas a manos de familias tradicionales de Córdoba, en tanto que la universidad quedaba a cargo de los franciscanos.

Los edificios y templos que forman parte de la Manzana Jesuítica de la capital cordobesa y las estancias que subsisten hasta nuestros días en el año 2000 fueron declarados por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad. Son el testimonio de una cultura fundacional que forma parte del gen cordobés y cuyo legado sigue presente.

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