CARTA DEL GRAL. SAN MARTÍN A SU AMIGO TOMÁS GUIDO, FECHADA EN PARÍS EL 1º. DE FEBRERO DE 1834.
Algunos de sus párrafos (*)
“… en mi pobre opinión lo que prolonga esta serie de revoluciones es la falta de garantías que tienen muchos gobiernos…”
“…dependen del capricho de tres o cuatro jefes, a los que con degradación tienen que contemplar y adular.”
“… o a la masa del bajo pueblo de la capital, veleidosa por carácter y fácil de extraviar por un corto número de demagogos.”
“… el foco de las revoluciones han salido de esa capital: en ella se encuentra la crema de la anarquía, de los hombres inquietos y viciosos, de los que no viven más que de trastornos, porque no teniendo nada que perder todo lo esperan ganar en el desorden.; porque el lujo excesivo multiplicando las necesidades se procuran satisfacer sin reparar en los medios; ahí es donde un gran número de individuos quiere vivir a costa del Estado y no trabaja:”
“Los hombres no viven de ilusiones, sino de hechos…”
“¿Qué mi importa que se me repita hasta la saciedad que vivo en un país de Liberad, si por el contrario se me oprime.”
“¡Libertad! para que un hombre de honor sea atacado por una prensa licenciosa, sin que haya leyes que lo protejan y si existen se hagan ilusorias.”
“¡Libertad! Para que si me dedico a cualquier género de industria, venga una revolución que me destruya el trabajo de muchos años y la esperanza de dejar un bocado de pan a mis hijos.”
“¡Libertad! Para que se me cargue de contribuciones a fin de pagar los inmensos gastos originados porque a cuatro ambiciosos se les antoja por vía de especulación hacer una revolución y quedar impunes.”
“¡Libertad! para que el dolo y la mala fe encuentren una completa impunidad…”
(*) Texto completo en Patricia Pasquali, SAN MARTÍN CONFIDENCIAL, editorial Planeta, Buenos Aires, 2000, págs. 273-277.
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