sábado, 11 de abril de 2020

Covir-19- Cuentas Separadas para médicos, empresas y políticos.-11-04-2020.-

Coronavirus: cuentas separadas para médicos, empresas y políticos. 

La Nación. Sábado. -11- 04 - 2020.- Néstor Scibona.

El eslogan de la nueva campaña de la Cruz Roja Argentina contra el Covid-19 (" Más paciencia. Menos pacientes ") sintetiza en cuatro palabras por qué Alberto Fernández extendió el aislamiento obligatorio aun cuando el pico de la curva de contagios se espere ahora para mediados de mayo.

Si bien nadie puede descartar otra prórroga posterior, pese a la angustia que provoca entre empresas y trabajadores en cuarentena forzosa, la decisión presidencial contó con el apoyo unánime de los gobernadores. Así no solo buscan prevenir que una espiralización de casos pueda colapsar el sistema sanitario, como ocurre en los países que reaccionaron tarde. También se aseguraron la asistencia del Tesoro nacional por $120.000 millones para el pago de salarios estatales, ante la abrupta caída de los ingresos coparticipados y la recaudación de impuestos provinciales y municipales debido a este freno de emergencia sobre la actividad económica.
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Para los médicos sanitaristas infectólogos no hay mucho que discutir: cuanta más gente se quede en sus casas, hay menos riesgo de que el virus circule y se dispare exponencialmente el número de infectados y de muertes. Esta cuenta tiene una progresión espeluznante. Cuando la OMS declaró la pandemia global hace apenas un mes (el 11 de marzo), en el mundo ya había 118.000 infectados y un total de 4300 muertos. Poco antes se había verificado el primer caso (importado) en la Argentina. Ahora las cifras escalaron a más de 1.600.000 casos (61% de los cuales se concentran en EE.UU., España, Italia, Alemania y Francia) y más de 100.000 muertes, mientras aquí se acercan a 2000 y 100, respectivamente.
A nivel local, los testeos (15.000 hasta ahora, equivalentes a poco más de 300 por millón de habitantes) no pueden compararse con una muestra estadística porque se realizan solo sobre casos sospechosos; o sea, gente con atención médica por síntomas de coronavirus. Aunque cada muerte es lamentable, los números absolutos siguen siendo bajos. Otro tanto ocurre con los pacientes internados en terapia intensiva, donde el sistema tiene disponibilidad de camas mientras no se produzca una viralización masiva en zonas de alta población y viviendas precarias como el conurbano bonaerense. Pero también se advirtió, en el aislamiento preventivo de argentinos repatriados, que 2 de cada 3 infectados son asintomáticos y pueden contagiar a personas vulnerables, en especial de mayor edad.
Con estos datos a la vista, era evidente que no iba a ser posible la flexibilización de la cuarentena obligatoria, como días atrás se dejó trascender desde despachos oficiales y sectores económicamente más afectados en estas tres semanas. Cuanto más se extienda, mayores serán los costos sobre la actividad, los ingresos laborales, el empleo y las cuentas fiscales.
Esta inédita combinación de pandemia y crisis económica obligará a una constante revisión de normas y prioridades, sin perder de vista el riesgo sanitario que implican las particularidades de cada sector o empresa.
No hay mucho margen para medidas generales. Por caso, las propuestas planteadas al Presidente por las cúpulas de la UIA, la CACS y la CGT para establecer un esquema de reanudación progresiva de numerosas actividades (con ciertos recaudos de horarios, higiene y distanciamiento) no remueven el mayor obstáculo: el transporte público masivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como principal fuente de contagio. Hay quienes hablaron de fijar un máximo de 6 pasajeros por colectivo, pero implicaría triplicar el número de unidades para un servicio altamente subsidiado y con fuerte caída de ingresos. También habría dificultades para mantener la distancia precautoria entre quienes deban viajar en subte o trenes suburbanos.
De ahí que la flexibilización probablemente comience por empresas y obras en construcción con baja intensidad de empleo, ubicadas en pequeñas localidades del interior adonde los trabajadores puedan llegar por sus propios medios. Para una etapa siguiente quedaría un protocolo de seguridad sanitaria que garanticen las compañías para reanudar actividades, si se resolviera la escasez de kits de diagnóstico rápido.
La cuenta de los empresarios en cuarentena está afectada por los crecientes problemas en la cadena de pagos; el cierre de la atención bancaria (que la semana entrante se reanudará con turnos asignados por home banking ); la burocracia inercial, con trámites que ahora entorpecen la rápida instrumentación de auxilios fiscales y/o financieros a las pymes (cubiertos mayormente por emisión de pesos) y la implícita renuencia de la AFIP a prorrogar vencimientos inmediatos de impuestos.
Además, las proyecciones macroeconómicas tampoco ayudan a levantar el ánimo. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que procesa el Banco Central, estima una caída del PBI de -4,3% para 2020. La consultora Abeceb prevé un retroceso de -3 a -7% y el Estudio Broda, de -4,5 a -7,5%, en ambos casos según cuánto tiempo se extienda la cuarentena. Todo en vísperas de semanas decisivas para determinar si avanza la propuesta de reestructuración de la deuda bajo legislación extranjera o la Argentina vuelve a caer en default, que complicará la recuperación económica pospandemia.
La tercera cuenta separada en plena cuarentena está en las fracciones políticas del oficialismo, que se llenan la boca con la idealización de un Estado activo y exaltan su tamaño más que su eficacia. También con legisladores que inventan impuestos "patrióticos" como alternativa a donar siquiera suplementos por viáticos que no pueden utilizar.
Ahora está por verse a quiénes realmente beneficiará el control de precios máximos delegado a los intendentes del conurbano, cuando los rubros con mayores aumentos son verduras, frutas y carnes que no integran el listado y muchos anticiparon que no clausurarán comercios de cercanía para no afectar el abastecimiento.
El escándalo por la compra de alimentos básicos con altos sobreprecios por parte del Ministerio de Desarrollo social derribó esos mitos. Máxime cuando el monto total involucrado equivale a ocho veces las donaciones a la Cruz Roja obtenidas en el teletón del último domingo y a tres veces los fondos que habrían terminado en los bolsillos de intermediarios y funcionarios corruptos, si la nota de Diego Cabot en LA NACION no hubiera destapado esa olla.


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