domingo, 26 de abril de 2020

Enfermera emocionada. Te cuento las cuarenta. 26 - 04 - 2020.-

Enfermera emocionada.-. 23 - 04 - 2020.-
Salí al estacionamiento del edificio en el cual vivo, quería fumarme un cigarrillo, estaba en ese menester cuando vi llegar a un automóvil, se estacionó en un lugar que parecía destinado para ese vehículo, se bajó una Dama de unos 35 años, se veía cansada, cerró la puerta y se apoyó en la carrocería del auto, miró hacia la pared que limitaba con la calle y se fijó que había pegado un cartel con algo escrito, se acercó y comenzó a leerlo, agachó su cabeza y comenzó a llorar, me acerqué, me puse detrás de ella y logré leer lo que tal cartel decía...
"Cristina, sabemos que eres enfermera de urgencias en el hospital, que día a día has estado en contacto con personas que llegan victimas del Coronavirus, entendemos que estás arriesgando tu vida en esa labor y que corres peligro de infectarte, lo conversamos con nuestros vecinos y llegamos al siguiente consenso... 
En la puerta de tu departamento, hay mercadería para que no tengas que salir a comprar, además dejamos comida china preparada, para que ahora cuando llegues no tengas que preparar nada, dejá un papel con todo lo que te hace falta, si quieres deja las llaves , para que podamos entrar y hacer el aseo y desinfectar, tú entiendes porqué, eres nuestra Heroína y te admiramos por lo que haces, no te preocupes por plata, te la debemos. Que Dios te proteja en tu labor, te queremos.... se dió vuelta, me miró y con lágrimas cubriendo sus mejillas, me dijo...Gracias...
¿Por qué? le respondí... si simplemente te lo mereces, salió caminando en dirección al edificio, de pronto como automáticamente, se abrieron las ventanas y los balcones y se asomaron todos los vecinos y comenzaron a aplaudir. Cristina trató de controlar su llanto pero no pudo, así, que levantando sus manos a manera de saludo, entró al edificio....me gusta en donde vivo, me parece que tengo buenos vecinos, encendí por fin el cigarrillo que había permanecido en mi boca, me senté en un escalón de la escalera, miré al cielo y dije... Todavía hay esperanzas jefe.
(del muro de Felipe Daniel Alterman).

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