lunes, 31 de agosto de 2020

Los pasatiempos de José de San Martín.- 31 - 08 - 2020.-

Jorge Fernández Díaz. La Nación,-13 - 09 - 2018 .-, "Algunos pasatiempos de San Martín" escribió Diego Sarcona, en un artículo que revela diversos matices desconocidos de la personalidad de José de San Martín.- ¿Pudo un puñado de pinceles, algunas partituras y una guitarra formar parte de las pertenencias que acompañaron al general San Martín en sus campañas y luego en su retiro de la vida pública? ¿O acaso su inclinación artística, como otros aspectos de los menos explorados de su vida, se eclipsó ante la estereotipada faceta de guerrero que casi con exclusividad tienen de su figura la inmensa mayoría de los argentinos? Un amigo me dijo una vez con exagerada ironía que lo peor que había hecho José Hernández había sido escribir el Martín Fierro, porque esa magnífica obra eclipsaba el resto de su gran labor literaria y parlamentaria. En el caso de San Martín, es incuestionable que existen sobradas razones para recordarlo como uno de los mayores estrategas de la historia militar reciente, a la altura del chino Sun Tzu,-"El Arte de la Guerra", o del general norteamericano Robert Lee,"Batalla de Saratoga", por sus logros y proezas militares que testimonian esta afirmación. La distancia y el tiempo que le llevó unir Buenos Aires y el convento San Lorenzo, previo al enfrentamiento con los realistas, es considerada por historiadores especializados como la marcha forzada de caballería más rápida en la historia militar mundial; estratégicamente, este combate aplicado en Maipú, emulando la -Batalla de Cannas 216 A.C. en Apulia, Sudeste de Italia en la Segunda Guerra Punica contra el Imperio Romano, en la que triunfó Aníbal destruyendo al ejercito romano- de Aníbal Barca o el avance obliquo del Tebano Epaminondas-militar griego quien formó un ejército liberador y logró la supremacía de Tebas, sobre Esparta- Estos temas son estudiados en academias militares como la de West Point, en los Estados Unidos, en la que además existe un gran retrato suyo en una de los salones principales, o la francesa de Saint-Cyr, sin olvidar, por supuesto, que su máxima obra táctica y estratégica, la Campaña de los Andes -que incluye el desembarco en las costas peruanas- no tiene comparación con ninguna otra en el globo, superando ampliamente a las campañas de Napoleón Bonaparte y Aníbal en los Alpes. El reconocimiento de estas aptitudes en Europa fue tal, que los "Revolucionarios Belgas" le ofrecieron infructuosamente el mando para dirigir "El Movimiento de Liberación", que los escindió de los Países Bajos. Su opinión fue determinante en el parlamento francés y en el Foreign Office británico cuando ordenó detener y replegar las fuerzas invasoras de esas potencias en ocasión del "Bloqueo" y violación de nuestra "Soberanía" durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Son éstas algunas de las razones por las cuales es considerado el militar más destacado de las revoluciones hispanoamericanas, por encima de George Washington o Simón Bolívar. En definitiva no cualquiera ha lucido su busto hasta en la oficina oval de la Casa blanca. Además de inteligente guerrero encontramos una personalidad interesante, con aspectos inescrutables; como su inclinación espiritual “expresiones del alma” como decía Marc Chagall,como un vehículo para la exteriorización de las emociones de su humanidad por naturaleza reservada. ¿Cómo comenzó a construirse este lazo que unió a nuestro Libertador con la sensibilidad que encierra la tarea artística y nos descubre esta faceta desconocida de su vida? Sus primeras nociones de música en Buenos Aires,en el dibujo y la pintura que adquirió seguramente en la península, en momentos de su educación temprana y es por esto que lo encontramos diseñando los escudos para la tropa en Arjonilla. En íntima confesión a su amigo Tomás Guido, sin complejo alguno, le escribía que, si le faltara empleo en el Ejército, bien podía ganarse la vida con acuarelas y paisajes de abanico; y esto es por demás significativo ya que en vida pintó la España de finales del siglo XVIII, tiempos en que no eran bien vistas las artes manuales. A su llegada a América en 1812, San Martín diseñó personalmente el uniforme completo del recién creado Escuadrón de Granaderos a Caballo, y en la función pública, siendo gobernador de Cuyo, la bandera de los Andes. Más tarde, como Protector del Perú, la bandera y el escudo de la Nación Independiente. Esa inquietud artística no se limitó a la pintura o el dibujo; sorprenderá seguramente imaginar a un San Martín punteando una guitarra, poco conocido que en el marco de su formación en la Península,según el historiador español Agustín Herrán Matorras, tomó lecciones de guitarra y canto del compositor Fernando Sors. El pasatiempo dde la música fue retomado en su retiro europeo. Es indudable que le gustaba la música y esto se explica, por el uso que hacía de ella entre los soldados de su Ejército,"para elevar la moral y el ánimo", hasta fundó una bande de música en Chile con O´Higgins. Asistía también con asiduidad a conciertos en Francia, desde 1830 -así lo testimonia William Miller en sus “Memorias”-; además entre sus libros que llevó consigo por América encontramos "Diccionario de la Música" que posteriormente donó a la Biblioteca de Lima, que él creó; años después sufrió un incendio y destruyó gran parte de ellos. Como gobernador de Cuyo exigió que en escuelas y actos públicos se entonaran las estrofas del Himno Nacional Argentino y, como jefe militar, hizo lo mismo con las tropas de su mando. Mitre, avalado en el relato por un testigo, nos cuenta que en vísperas de la batalla de Chacabuco y luego de desmontar y prepararse para descansar, encendió un cigarrillo y mandó a las charangas de los batallones que tocasen nuestra Canción Patria en el "Paraje Valle Hermoso" cuyos ecos habrían de resonar muy pronto en todos los ámbitos de las naciones liberadas. También nos cuenta Vicente Pérez Rosales que en todas las tertulias sociales se cantaba El Himno; mencionó en particular la que tuvo lugar en casa de la familia Solar y Rosales, que se clausuró con esas notas; pero con un intérprete de lujo. Nos dice: “todos se pusieron de pie, introdujo en el comedor dos negros con sus trompas, al son viril y majestuoso de estos instrumentos, hízo oír su voz de bajo, áspera, afinada y entera, del Héroe…”. San Martín en su función militar, puso especial atención en la formación de bandas de música en los regimientos. En Chile, bajo su auspicio e iniciativa se fundó la Academia de Música, escuela que generaría dos bandas musicales, superiores a la única que tenía el ejército realista en el "Batallón Chiloé". El musicólogo chileno José Zapiola consideró que en Chacabuco, además del campo de batalla, el triunfo patriota se extendió en el terreno musical, ya que “si bien un combate no se gana con corcheas y semifusas, sépase lo que ellas colaboran en levantar el ánimo de los que generan la victoria”. Su gusto por la música -y el baile- trajo otras consecuencias inimaginadas ya que no solamente llevó liberación en sus campañas,sino que en una de esas tertulias,-1812- conoció a su futura esposa Remedios de Escalada. Al cruzar los Andes introdujo en Chile el “Cielito”, el “Pericón”, la “Sajuriana” y el “Cuando” (especie de minué con un “allegro” al final); además de victorias y esperanzas de Libertad, nuestras tropas llevaron las costumbres y cultura en su camino por la Independencia. El “Cielito” proyectó la musica de nuestras raíces en Chile, Perú y Bolivia donde cantaban y bailaban, convirtiéndose en una bandera musical que animaba los fogones de campaña. También sabemos que era muy bueno en la danza de salón, donde armonizaba con elegancia su paso al ritmo de la música. Esta habilidad debió haberla adquirido en la Península ya que llegado a Buenos Aires en 1812 pronto fue motivo de comentarios en las tertulias que ofrecían las familias más importantes de la capital. En la casa de los Escalada, conoció a Remedios. En relación a esto nos dice en sus memorias Mary Graham, amiga del almirante Thomas Cochrane, que “en un salón de baile muy pocos que lo aventajaban”. En el Perú y con el título de Protector, convocó a concurso a compositores de música para una marcha nacional peruana, -Himno Nacional- ocupó el sitial de la presidencia y ordenó a la orquesta que iniciara la ejecución de las obras presentadas; cuando le tocó el turno a la del maestro José Bernardo Alcedo, el Libertador se incorporó, según nos cuenta el escritor peruano Ricardo Palma, exclamó: “He aquí el Himno Nacional del Perú”,que se entona hasta hoy; sostenía “que el entusiasmo patriótico se alimenta, entre otras cosas, con la adopción de una marcha nacional por el influjo que la música y la poesía ejercen sobre las almas sensibles”. A partir de 1830, en el exilio europeo, la música y el arte estarán continuamente presentes en su vida. Ya radicado en Francia, conoció al compositor italiano Gioacchino Rossini, que era muy cercano a Alejandro Aguado, benefactor de San Martín. Ambos fueron los primeros privilegiados en presenciar el estreno de la conocida obra “Guillermo Tell” que Rossini les obsequió en agradecimiento a su amistad. Mientras su vista se lo permitió, se dedicó profusamente al dibujo y a la producción de acuarelas, preferentemente marinas, en un taller que compartía con su amigo Aguado.De ese atelier, para sorpresa de muchos, salieron dos obras que ilustran "Paisajes del Paraná" y tienen el máximo prócer de la argentinidad como autor. Hoy, entre obras de Leonardo, Rembrandt o Delacroix, aunque no a la vista de las más de ocho millones de personas que lo visitan anualmente, descansan en el archivo del prestigioso Museo del Louvre. El autor de este artículo publicado en Infobae, es abogado e investigador histórico.

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