lunes, 17 de agosto de 2020

Recuerdo Sanmartiniano. Museo de Cruz Alta . -Cba.- -17 - 08 - 2020.-

Envío de la Lic. María Paulina Ferroni. Museo la Estación de Cruz Alta. Cba. En 1812 San Martín regresó al país donde había nacido y del que había partido cuando era un niño. Después de poco más de una década de vivir, formar su familia y realizar una de las proezas más notables de la historia militar de todos los tiempos, se marchó para siempre de estas tierras. En esos años intensos en que estuvo en territorio americano, San Martín reveló todo su talento para la estrategia militar, tanto es así, que en Francia lo llamaron “el Aníbal sudamericano” (haciendo alusión al destacado militar cartaginés). Realizó memorables acciones, la creación del cuerpo de Granaderos a Caballo, el combate de San Lorenzo, la formación del Ejército de los Andes , el cruce de la cordillera, las batallas de Chacabuco y Maipú, la campaña por mar hacia el Perú, su liberación e independencia. También realizó otras hazañas valorables, tal como el renunciamiento y el dejar la lucha en manos de Bolívar quien estaba en mejores condiciones para acabar definitivamente con el poder español en América. El talento estratégico que poseía, provenía de su formación en las más avanzadas técnicas de su época y en la experiencia que adquirió cuando estuvo al servicio de España luchando contra los moros primero y contra las tropas napoleónicas luego. Se entrenó en la lucha en alta montaña, experimentó las ventajas de combinar fuerzas navales con tropas de tierra, y se formó como instructor de tropas al estilo napoleónico. Como soldado poseyó dos grandes virtudes: podía proyectar en gran escala y era un notable organizador, a lo que se sumaba el espíritu disciplinado que aplicaba para sí y para su tropa. Nunca participó de luchas civiles y se negó a que su ejército se sume a las mismas. Al respecto expresaba: “Jamás derramaré la sangre de mis compatriotas y sólo desenvainaré mi espada contra los enemigos de la independencia” En 1824 regresó a Europa desalentado por la situación de nuestro país, donde las intrigas y la guerra civil se anteponían a los valores necesarios para llevar a cabo un proyecto de país viable. Instalado en Francia, pasó el resto de su vida con su hija Mercedes y la familia que ésta había formado al casarse con Mariano Balcarce y tener a sus dos hijas. Fueron años largos y monótonos para quien se considera el “Padre de la Patria”, quien nunca dejó de estar preocupado por los vaivenes de nuestro país. Hoy lo recordamos y le rendimos nuestro homenaje al cumplirse 170 años de su fallecimiento.

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