miércoles, 6 de mayo de 2020

De Dr. Buñuelo a Padre de la Patria.Te cuento las cuarenta.-06-05-2020.-

(El sobrenombre o apodo, puede ser cariñoso, despectivo o burlón. Este artículo aclara algo respecto a Belgrano).

Roberto Colimodio Galloso 
A 248 años del nacimiento de Manuel Belgrano
DE “DOCTOR BUÑUELOS” A PADRE DE LA PATRIA. 
Por Roberto Colimodio#
Un apodo es, según el Diccionario de la lengua española, un «nombre que suele darse a una persona (o cosa), tomado de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia»; o bien, un nombre similar en origen o pronunciación al del nombre original.
Desde comienzos de la Historia Universal los apodos siempre existieron (los halagüeños y los despectivos), basta recordar a Pipino, el Breve (por su baja estatura); Juana, la Loca (reina de Castilla), Felipe, el Hermoso; Pepe Botella (José Bonaparte, hermano de Napoleón y afecto a la bebida); il Duce (por Mussolini). De apodos o motes surgieron apellidos en la antigüedad, y en la modernidad hasta nombres propios; o bien reemplazaron nombres de pila.
¿Quién puede desconocer al personaje cuando hablamos de “La Pulga”, “El Peludo”, “La Morsa”, “Manu”, “Delpo” o “La Chiqui”?… precisamente sobre este último personaje y a raíz de una pregunta desafortunada en su mesa de almuerzos, quedó uno de nuestros Padres Fundadores en medio de una mediática e innecesaria exposición respecto de los apodos que recibió durante su vida, casi todos despectivos y burlones.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació el 3 de Junio de 1770 en Buenos Aires, hijo de Domingo Belgrano y Peri (italiano) y de María Josefa González Casero (criolla de varias generaciones), estudió en Salamanca y Valladolid, recibiéndose de Bachiller en Leyes, a los 24 años fue designado como Secretario Perpetuo del Consulado de Comercio de Buenos Aires, ejerciendo ese cargo hasta Mayo de 1810. En su gestión tuvo la oposición de algunos comerciantes porteños contrarios a sus ideas innovadoras quienes lo combatieron de diversas formas, incluyendo la burla o sátira, como la publicada por “El Telégrafo Mercantil” en 1801, allí nace su primer sobrenombre conocido: “Doctor Buñuelos” - de buena pinta y nada tiene por dentro -.
Luego de la Revolución de Mayo, vocal de la Primera Junta, y años después General de los Ejércitos Revolucionarios, los apodos que fue recibiendo Belgrano fueron variados, pero todos con algo en común, la intención de desprestigiarlo. Recibió los motes de “El Alemán” cuando fue Jefe de Patricios (por su alta figura, sus modales refinados, sus cabellos rubios y ojos azules). Más tarde en el Norte los apodos recibidos parecen sacados de alguna revista satírica política: “Bombero de la Patria”, “Cotorrita”, “Chupa verde” y “Rabo de Loro”, apelando al ingenio popular con el fin de perjudicar su autoridad militar burlándose de su forma de vestir, de su voz y de sus disposiciones.
Manuel Dorrego fue el adalid del “bullying” en esa época, imitando socarronamente su tono de voz en reunión de oficiales ante el mismísimo General San Martín ( que dicho sea de paso también recibió lo suyo – recordemos los sobrenombres de “El Cholo”, “El tape”, “Rey José”, “Indio”, “Soldadote”, etc - ) o el mismo Dorrego burlándose del Creador de la Bandera a su paso por Santiago del Estero recibiéndolo con un loco vestido “a lo Belgrano” montando un burro de espaldas.
Si bien puede resultar simpático, el apodo de “Cotorrita” y sus derivados debido a su forma de caminar y vestir una chaqueta verde (que aún se conserva), debemos recalcar que fueron puestos por sus enemigos y adversarios o por los soldados bajo su mando, “salvajemente rudos y varoniles” como antítesis de los modales refinados y pulcros de su General en Jefe; quien a pesar de su “voz finita” fue un LÍDER extraordinario, capaz de imponer su voz de mando hasta el extremo de lograr que un pueblo todo abandonara sus tierras como durante el Éxodo Jujeño; disciplinar los ejércitos tendientes a las deserciones, la inconducta y la rebeldía, quitando los juegos de naipes, las peleas, las visitas a mujeres y hacerles rezar en misas.
A 248 años de conmemorar su natalicio, recordémoslo por ser “Creador de la Bandera”, “Padre de la Patria” y por sobre todo, uno de los Padres Fundadores de nuestra Nación, por la que se brindó por entero más allá de su propio interés, sin pedir nada a cambio.
“En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón”. Manuel Belgrano.
# Historiador. Miembro de la Academia Argentina de la Historia y de la Academia Nacional Sanmartiniana. Autor de varios libros sobre historia argentina.

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