MITOS EN TORNO A LA REPATRIACIÓN DE LOS RESTOS DEL GRAL. SAN MARTÍN:
Segunda entrega: “RESTOS O CENIZAS”
Segunda entrega: “RESTOS O CENIZAS”
Se afirma en varias publicaciones que se desconocía que el cuerpo del general San Martín se encontraba embalsamado y que se pensaba que se repatriaría una urna funeraria con sus cenizas. En la investigación para nuestro libro demostramos lo errado de esa afirmación.
El cuerpo del General fue embalsamado entre el 18 y 19 de agosto de 1850, fecha en que se emite el certificado municipal constando que se confeccionó “triple ataúd, de los cuales el intermedio es de plomo soldado”. Al respecto Adolphe Gerard en su necrológica del 22 de agosto escribía “cuádruple ataúd, dos de plomo, uno de abeto, uno de roble”.
En 1857 en Buenos Aires D. F. Sarmiento publicaba en su “Galería de Hombres Célebres” que el cadáver de San Martín “... yace depositado en una de las capillas subterráneas de Notre Dame en Boulogne sur Mer, embalsamado y encerrado en cuádruple sarcófago, compuesto de dos cajas de plomo, una de madera de pino y otra de encina…”
Quien se encargó de los trámites en Francia fue Mariano Balcarce, yerno de San Martín; que por supuesto conocía el estado del cadáver de su suegro que descansaba en la bóveda familiar de Brunoi desde 1861.
José Prudencio Guerrico, amigo de la familia Balcarce abogó por la repatriación desde las comisiones que integró (municipales y nacionales) y quien fuera el que gestionó el permiso de la Catedral Metropolitana había estado presente en Boulogne sur Mer el 17 de agosto de 1850 en la casa del General, asistió al funeral y fue secretario de Balcarce durante casi 20 años, no podía desconocerlo.
Ernesto Quesada, quien viajó en el Villarino junto con los restos y parte del mausoleo desde el puerto del Havre en 1880, dejó este tajante testimonio, que da por tierra toda especulación: “Es el mismo féretro con que fue enterrado en Boulogne sur Mer, y que fue trasladado después a la propiedad de la familia, en Brunoy, cerca de París. La familia se decidió a enviar el féretro mismo, contentándose con forrarlo de nuevo en paño negro con cintas de plata. El féretro del general San Martín mide dos metros de largo por 60 centímetros de anchura máxima”.
Los preparativos para el desembarco y el posterior cortejo fúnebre se prepararon para un sarcófago (parihuelas, carro, etc.) no para urna.
El mausoleo fue encargado por el propio Balcarce a un escultor francés, tema que tocaremos en próxima entrega.
El cuerpo del General fue embalsamado entre el 18 y 19 de agosto de 1850, fecha en que se emite el certificado municipal constando que se confeccionó “triple ataúd, de los cuales el intermedio es de plomo soldado”. Al respecto Adolphe Gerard en su necrológica del 22 de agosto escribía “cuádruple ataúd, dos de plomo, uno de abeto, uno de roble”.
En 1857 en Buenos Aires D. F. Sarmiento publicaba en su “Galería de Hombres Célebres” que el cadáver de San Martín “... yace depositado en una de las capillas subterráneas de Notre Dame en Boulogne sur Mer, embalsamado y encerrado en cuádruple sarcófago, compuesto de dos cajas de plomo, una de madera de pino y otra de encina…”
Quien se encargó de los trámites en Francia fue Mariano Balcarce, yerno de San Martín; que por supuesto conocía el estado del cadáver de su suegro que descansaba en la bóveda familiar de Brunoi desde 1861.
José Prudencio Guerrico, amigo de la familia Balcarce abogó por la repatriación desde las comisiones que integró (municipales y nacionales) y quien fuera el que gestionó el permiso de la Catedral Metropolitana había estado presente en Boulogne sur Mer el 17 de agosto de 1850 en la casa del General, asistió al funeral y fue secretario de Balcarce durante casi 20 años, no podía desconocerlo.
Ernesto Quesada, quien viajó en el Villarino junto con los restos y parte del mausoleo desde el puerto del Havre en 1880, dejó este tajante testimonio, que da por tierra toda especulación: “Es el mismo féretro con que fue enterrado en Boulogne sur Mer, y que fue trasladado después a la propiedad de la familia, en Brunoy, cerca de París. La familia se decidió a enviar el féretro mismo, contentándose con forrarlo de nuevo en paño negro con cintas de plata. El féretro del general San Martín mide dos metros de largo por 60 centímetros de anchura máxima”.
Los preparativos para el desembarco y el posterior cortejo fúnebre se prepararon para un sarcófago (parihuelas, carro, etc.) no para urna.
El mausoleo fue encargado por el propio Balcarce a un escultor francés, tema que tocaremos en próxima entrega.
Esta mención de Quesada sobre las medidas en el único testimonio que se conoce al respecto.
Todos los actores encargados del traslado conocían el estado de los restos del general San Martín por lo que consideramos que la teoría del desconocimiento no se sostiene pues no puede aseverarse que con la participación de Balcarce, Guerrico, Sarmiento, etc. y el uso del telégrafo esa duda (si existía) no se hubiera subsanado. No hay testimonios de época que lo mencione.
Todos los actores encargados del traslado conocían el estado de los restos del general San Martín por lo que consideramos que la teoría del desconocimiento no se sostiene pues no puede aseverarse que con la participación de Balcarce, Guerrico, Sarmiento, etc. y el uso del telégrafo esa duda (si existía) no se hubiera subsanado. No hay testimonios de época que lo mencione.
Para saber más: "Repatriación de los Restos del General San Martín. Una largo viaje de 30 años" de Martín F. Blanco y Roberto Colimodio Galloso.
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