domingo, 10 de mayo de 2020

Victoria secreta de Manuel Belgrano.-10 - 05 - 2020.-

VICTORIA SECRETA DE BELGRANO.
Estamos en el Año Belgraniano de 2020, porque se cumplirán 250 años del natalicio del Gral. Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano el próximo 3 de junio y el día 20 de igual mes, recordaremos el 200 aniversario de su fallecimiento. El día del natalicio es además del Soldado Argentino, en su homenaje. Los inmigrantes italianos y sus descendientes en nuestro país, lograron que mediante Ley Nacional nro. 24.561, se designase esa misma fecha como día del Inmigrante Italiano. Soldado ejemplar e hijo de italiano que motiva el orgullo de dicha comunidad y de la Nación toda.
La posteridad lo elige una y otra vez como ejemplo, de decencia, de patriotismo, de coraje cívico, le reconoce cualidades extraordinarias, cívicas, morales e intelectuales. Todos de alguna manera se apropian de su recuerdo. Dicen, como una suerte de mantra que expresa un deseo común, indiscutido y sentido, que bueno sería existieran líderes tan completos, tan íntegros como él.
Murió una fría mañana del 20 de junio 1820, en un Buenos Aires convulsionado donde hubo simultáneamente tres gobernadores y una guerra civil que comenzaba a marcar el compás de aquella nación que se acababa de independizar, precisamente, por la gestión protagónica del Justo que ese día entregaba su alma al Creador.
En la vieja casona de la familia Belgrano, llegó el luto mientras el mundo se incendiaba en ambiciones menores e ínfimas en relación a la causa del Grande que se iba.
Y es que Manuel Belgrano triunfó en su vida frente al deseo de claudicar, tuvo el coraje de vivir de acuerdo a lo que pensaba, caminar por el mundo con la frente alta y su pensamiento concentrado en cosas trascendentes y fundamentales para el género humano. ¿Un soñador? No señor, un comprometido sincero y valiente hombre que comprendió que los días que Dios le había concedido de existencia, eran precisamente para mejorar la condiciones de sus hermanos, porque el pensaba en el Prójimo, porque fue un cristiano a carta cabal, respetuoso de la libertad y de la dignidad del Hombre, solidario con los que sufrían, de ideales nobles y desprendido de cuestiones menores. Fue sencillo, pero consciente, de la trascendente misión que se había impuesto.
Pocos son los que advirtieron la lucidez de aquella cabeza, rica en pensamientos constructivos al vez que portadora de valores cimentados en la justicia, la libertad y el progreso.
Cada episodio de su vida es una lección trascendente. En el Consulado, todavía en tiempos coloniales, al leer sus memorias describe la necesidad de sacar a la gente de la miseria por medio de la educación: “Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos mas de lo que desgraciadamente somos.”
Sabía que la educación era una llave al progreso y además vio en ella, la herramienta para integrar a la mujer, por la que tuvo un elevado concepto en medio de un mundo retrógrado y machista: “Se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñe la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres.”
Ejemplar de la Memoria leía en el Consulado Proteño en 1798
Belgrano vivió un cristianismo intenso, dinámico y de profundo compromiso, sincero y lejano a toda superficialidad. Rechazó la violencia y por ello cuando triunfó en Salta, liberó a los prisioneros y evitó fusilar a los comandantes derrotados, a cambio de que juren no tomar las armas contra la revolución.
Puso el honor y la no violencia por sobre la venganza y la represión. Muchos le criticaron, y el expresó: “Siempre se divierten los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los ayes de los infelices heridos, también son esos mismos los que critican las determinaciones de los jefes. Por fortuna dan conmigo que me río de todo, y que hago lo que me dicta la razón, la justicia y la prudencia, que no busco glorias sino la unión de los americanos y prosperidad de la patria.”(Carta a Feliciano Chiclana, gobernado de Salta, 1ro. De marzo de 1813, a menos de dos semanas de haber triunfado en dicha ciudad).
De lo expresado surge de forma clara y evidente el auténtico triunfo del Hombre. Su lealtad intelectual, vivir tal cual pensó lo hace sobresalir de la media de los mortales.Siempre fue consciente, que sus obras eran mas importantes que el mismo. Y es que sus acciones construían cosas verdaderamente trascendentes, grandes e importantes. La Bandera Nacional, mas allá del paño y sus colores, si no fue la declaración de la independencia de un estado - porque el solo no podía hacerlo - fue sin dudas, el certificado de nacimiento de nuestra nacionalidad. Así el 29 de mayo de 1813 le expresa al Triunvirato: “... el pueblo se complacía de la señal que ya nos distingue de las demás naciones ”.
Distinguirse de las demás naciones quiere decir en buen romance, constituir una nueva nación.Su persona siempre estuvo en segundo plano respecto de sus obras. El día de su muerte, en todo el país se rinde homenaje a la Bandera, el día es denominado “Día de la Bandera Nacional”, en tanto el 3 de junio día de su nacimiento, “Día del Inmigrante Italiano y del Soldado Argentino”, y además, cuando falleció, el mundo no tenía tiempo para reparar en la muerte de aquel héroe por entonces retirado de la primera escena de la política nacional, y distraído siguió enfrascado en sus luchas por ambiciones menores. Su funeral oficial se realizó el 29 de julio de 1821, mas de un año después organizado por el Gob. Martín Rodríguez a instancias de su ministro de gobierno, Bernardino Rivadavia.
Este año de 2020, los homenajes previstos no podrán ser seguramente con participación popular, por la pandemia que nos azota, y nuevamente el destino se propone opacar los justos homenajes debidos a la memoria del hijo de más grande y generoso espíritu que conoció la argentinidad.
La victoria de Manuel Belgrano, es que a pesar de las conjuras de un sino que se esfuerza por invisibilizarlo, incluso tapándolo con su propia obra, es que su personalidad surge de la oscuridad, se levanta poniéndose a la vista de todos, por el afecto, el respeto y la admiración que todos los argentinos por él, llevamos en nuestro corazón.
Triunfó sencillamente frente al olvido, al tiempo. A él no lo deterioran lo años, tampoco se esmerila su memoria de generación en generación y todas las mañanas, cuando se levanta la Bandera y por las tardes también, en todo el país, durante un instante ocupa nuestra atención para un justo homenaje interior, la figura señera de Manuel Belgrano. Y así, será por siempre. Porque jamás lo olvidaremos.
Pues bien, en el Instituto Belgraniano estamos elaborando una serie de propuestas, para que aún observando las medidas preventivas sanitarias, realicemos actos que a todos nos sumen a participar en el recuerdo y homenaje al padre de nuestra Nacionalidad. Les iré comentando. Cuídense, observen las instrucciones sanitarias y los saludo hasta la semana que viene.



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