domingo, 24 de mayo de 2020

Dr. Ramon Carrillo, sanitarista. Te cuento las cuarenta.-24-05-2020.-

Dr. Ramón Carillo.
Relato de su hijo. 24 de Mayo 2020.

Ramón Carrillo (H): “Es Increíble Que Ahora Traten …


Abriga en la memoria un sólo recuerdo de su padre vivo, porque murió cuando él tenía cinco primaveras. “Un día me abrazó y me dijo: ‘Tenemos que estar más juntos que nunca’. Mi hermano supone que en ese momento se había enterado de que tenía poco tiempo de vida”, dice Ramón Carrillo, hijo del ministro de Salud de Juan Domingo Perón, que aunque vivió al punto que 50 primaveras revolucionó el sanitarismo en la Argentina.
En esta entrevista monopolio con Página12, este geólogo de 69 primaveras que ama la naturaleza desmiente las falsas acusaciones de nazismo que sufrió su padre, monedas acuñadas en las redes sociales y echadas a rodar por algunos periodistas que ayer Ramón respetaba. No entiende por qué el ataque, que nació al calor del rumor de que la cara del sanitarista iba a estar estampada en un billete de 5 mil pesos. Tampoco sabe quiénes fueron. Pero tiene claro que su padre “era un ser extraño” y no un fascista. 
Ramón Carrillo es el tercero de los cuatro hijos que componían su clan. Los dos primeros fueron adoptados.
Carrillo padre fue uno de uno de los tres neurocirujanos más importantes del mundo en la decenio del 40 dejó su actividad privada, que podría haberlo hecho rico, para dedicarse a los pobres. A más de 70 primaveras de su asesinato, hay clan que sigue sin perdonárselo.
–¿Cómo recuerda a su padre?
—Tengo pocos memorias directos de él porque falleció cuando yo tenía un poco más de 5 primaveras. Sólo dos de aquella época. Uno es de un día que me abrazó y me dijo: “Tenemos que estar más juntos que nunca”. En ese momento no lo entendí, con los primaveras y hablando con mi hermano, suponemos que fue porque en ese momento se había enterado de que le quedaba poco tiempo de vida. Otro memoria, además triste, es de cuando estaban sellando con ladrillos y cemento el hornacina donde colocaron el  cajón. Sus restos recién pudieron ser repatriados en 1972.
–Pero su clan le debe poseer contado cómo era…
–Sí. Era una persona muy simpática, muy entradora. Todo el mundo lo quería y le tenía confianza porque siempre se preocupó por los demás. La “Oda de los servidores humildes” la hizo a los 17 primaveras y ya reclamaba que se hiciera poco para la protección de las personas cuando llegan a la vejez. Era un humanista de primera.
–¿Cómo fue la apadrinamiento de los dos primeros hijos?
Cuando mis dos hermanos mayores fueron adoptados, uno estaba desnutrido y el otro tenía una discapacidad. Este final vivió con mi raíz hasta los 60 primaveras y el otro tuvo un azar en Frías, Santiago del Estero, en el que murió. Era chofer de ambulancias de PAMI.
— Con estos referencias de la vida personal y la obra de su padre, ¿cuál fue su primera reacción cuando lo acusaron de fascista?
— Sentí desconcierto. Primero, pensé que era una cosa aislada. Hasta que mi hijo Ramón, que anda mucho con las redes, me dijo: “Papá, hay más de 20 mil tuits y son todos parecidos. Estos son trolls“. Evidentemente, se montó una campañaNo sé quiénes ni por qué. Y posteriormente, empezaron a susurrar periodistas conocidos del tema, de forma sesgada. Citando como presunta prueba de su nazismo la contratación por parte de la Secretaría (de Salud Pública) del danés Carl Vaernet.
— Su padre lo contrató cuando se fugó a la Argentina. ¿Por qué?
— No sé por qué. Lo que hay que destacar es la publicación “Los científicos nazis en la Argentina”, de Carlos De Nápoli. Menciona que Peter Tatchell en 1990, militante de la ordenamiento Outragel (ultraje), manifiesta que “el gobierno danés intentó proteger por todos los medios las actuaciones de Vaernet, imponiendo secreto total sobre sus archivos por un plazo de 80 primaveras que deben contarse desde 1945”. Si admisiblemente fue contratado por la Secretaría, hay que tener en cuenta que dicha persona ayer se había cambiado el nombre y según expresa Steinber, uno de los autores del film El Triángulo Rosa, ese acuerdo habría sido una forma de introducirlo en la sociedad argentina, como lo hicieron con tantos otros alemanes en todo el mundo, ya que a los pocos meses renunció al ocupación y abrió su propio consultorio. Eso no convierte en fascista a mi padre. Tengo mucho dolor porque he gastado a periodistas serios repitiendo como loros cosas que decían otros sin realizar la información.
–También apelan al alucinación que su padre hizo a Alemania, sin aclarar que fue un alucinación de perfeccionamiento ayer de que Hitler asumiera el poder.
–En los documentos se pueden ver las certificaciones que le hicieron a él los  responsables de los distintos institutos de Holanda y Francia donde estuvo. En Alemania estuvo sólo un mes, en octubre de 1932, cuando Hitler todavía no había llegado al poder. Recorrió varios institutos y posteriormente se fue a París y a Madrid. Raanan Rein, un escritor israelí, que es vicedecano de la Universidad de Tel Aviv, además niega el nazismo de mi padre y hace narración a su fugaz paso por Alemania.
El texto en cuestión se fogata Dr. Ramón Carrillo, de las neurociencias al sanitarismo y lo escribió Francisco Karsties.
— ¿Qué piensa hacer respecto de la recriminación?
 Yo me tomé el trabajo de mandar dos mails al centro Simón Wiesenthal. Hace ya una semana. Y no me contestaron. Pero encontré el teléfono de un delegado en la Argentina, lo llamé y le dije quién era. Le pregunté de dónde habían sacado la información para proponer lo que decían de mi padre. Me contestaron que era “información pública”. Le dije que lo aclarara porque eso era muy sutil, insistí y entonces me citó la película El triángulo Rosa y encima mencionó libros de los autores Mariano García y Karina Ramaccioti. A ella la conozco de nombre y no puedo creer lo que escribió porque apareció en un documental hablando sobre la ordenamiento de la salubridad pública durante la época de mi padre. Si tanto lo criticaba, no sé por qué se prestó a participar en la película. Estamos diciendo la verdad, no una verdad.
— ¿Cómo se tomó esto su clan?
— Con bronca e impotencia. Porque no nos dan derecho a réplica con nadie. Mi hijo y mi sobrino Facundo, que está en el Gobierno de la Ciudad, tuvieron más acercamiento a funcionarios. Ellos pudieron explicar muchas cosas, pero el ataque es muy desigual… Son tantos contra unos pocos de la clan para defenderlo…
— Claudio Avruj, presidente honorario del Museo Holocausto, se reunió con su sobrino posteriormente de afirmar el nazismo de su padre y luego de ese acercamiento se disculpó. ¿De qué otras entidades retraso una retractación?
— Por suerte, Avruj sí se disculpó. Y la DAIA mandó un comunicado en el que dice que la investigación está cerrada y que tiene que agrupar pruebas del supuesto nazismo. Pero posteriormente salen periodistas a proponer que la DAIA es un sello de caucho y que adentro hay clan que cree que mi padre es fascista. Vos pensá el filtro que pasó mi papá con la Revolución Libertadora. Es increíble que lo traten de fascista ahora cuando la Libertadora escarbó por todos lados y no lo pudo demostrar de carencia porque carencia había para acusarlo. Un amigo hizo una deliberación y me dijo: “¿vos pensás que el Mossad (la agencia de inteligencia israelí considerada entre las mejores del mundo) no sabía entonces quién era fascista y quién no era fascista?
— Le cambio de tema. ¿Cómo se lleva con el hecho de que le hayan puesto el mismo nombre de su padre?
— Mi padre nos dejó el enviado de la honestidad, de trabajo y de preocupación por el otro. Trabajar para el admisiblemente y no hacer las cosas por la porción. Estoy orgulloso. Obviamente, a veces el nombre me benefició y a veces me perjudicó. En caudillo tuve la suerte de que los que lo reconocen me dicen “tenés que estar orgulloso de tu padre”, sobre todo posteriormente del homenaje que le hizo Néstor Kirchner en el 2006. No digo que me abrió puertas, pero siquiera tuve problemas. No me puedo quejar.
– ¿Qué le contaba su raíz de él?
— Me contaba que era una persona buena, que tenía la desgracia de que le gustaba mucho yantar y fumar. Dormía sólo cuatro horas por día y a veces ella se despertaba de orto y lo encontraba con tres o cuatro personas trabajando rodeando de la cama. Vos pensá que mi padre hizo botellín y sexto categoría de primaria libres. Igual que el primer año del secundaria. A los 23 primaveras se recibió de médico con medalla de oro. Era un ser extraño. Yo creo que tenía algún aviso, por así decirlo, de que su vida iba a ser corta. Es increíble que una persona que vivió sólo 50 primaveras haya hecho todo lo que hizo.

Todo lo que hizo

Ramón Carrillo fue el decano de merienda hermanos santiagueños. Nació en 1906.
En 1946, Juan Domingo Perón lo designó al frente de la Secretaría de Salud Pública, más tarde elevada al rango de ocupación. Durante los ocho primaveras de mandato, en combinación con la Fundación Eva Perón, realizó una tarea titánica. Entre 1946 y 1951 se construyeron 21 hospitales con una capacidad de 22 mil camas. La fundación construyó policlínicos en Avellaneda, Lanús, San Martín, Ezeiza, Catamarca, Salta, Mendoza, Jujuy, Santiago del Estero, San Juan, Corrientes, Entre Ríos y Rosario. Se estableció la gratuidad de la atención de los pacientes, los estudios, los tratamientos y la provisión de medicamentos. Un novedoso tren inodoro recorría el país durante cuatro meses al año, haciendo estudio clínicos y radiografías y ofreciendo concurrencia médica y odontológica hasta en los lugares más remotos, a muchos de los cuales nunca había llegado un médico.
Se lanzaron planes masivos de educación sanitaria y campañas intensivas de inoculación, con lo que en pocos primaveras se logró la erradicación del paludismo, de las epidemias de tifus y brucelosis, se logró combatir casi por completo la sífilis y disminuir la incidencia de la enfermedad de chagas. Además, el índice de mortalidad por tuberculosis se redujo en un 75 por ciento y la mortalidad pueril descendió a la porción. Se crearon más de 200 centros de atención sanitaria en todo el país y más de medio centenar de institutos de especialización.
Carrillo impulsó la creación de Emesta, primera factoría doméstico de medicamentos, ideada para el acopio de remedios a bajo precio. También apoyó a laboratorios nacionales, a través de incentivos económicos, procurando que la población tuviera acercamiento a los remedios.
— Como hijo de un sanitarista, ¿cómo le parece que está manejando el Gobierno la pandemia?
–Me parece que admisiblemente. Ojalá siga así. Mi padre además hubiera privilegiado la vida.

El costo político

Ramón Carrillo hijo eligió como profesión la mineralografía. Dice que tiene “corazón peronista“, pero que no le interesa la política. “Debe ser por lo que decía mi padre, que en política, el 80 por ciento del tiempo lo tenés que entregarse a que no te muevan el pavimento y el resto del tiempo a trabajar. Y lo cierto es que posteriormente de la denominada Revolución Libertadora, los Carrillo no la pasaron carencia admisiblemente. “Viendo todo lo que pasó, lo que le hicieron a él… Mi raíz estuvo ocho primaveras interdicta (quiere proponer que no podía disponer de sus ingresos) y no pudimos retornar a la Argentina hasta el año 58 porque la Libertadora la consideraba prófuga.

Nos alejamos de la política. Cuando volvimos, nos fuimos a radicar a Adrogué. De las dos casas que tenía mi padre, las dos compradas con hipoteca, una la tuvo que entregar. Nos fuimos a la de Adrogué, que ella terminó de retribuir en 1978 posteriormente de 30 primaveras de hipoteca. La encontramos destrozada por los militares. Todos los sillones estaban tajeados porque se ve que buscaban plata. Toda la clan sufrió. Pero, a la larga, la verdad sale a la luz a pesar de los detractores. Yo creo que va a estar todo lo bueno que hizo. Empezó de “provinciano” (por eso le decían el “Negro” Carrillo). Pero empezaron a respetarlo cuando se dieron cuenta de su inteligencia.
 “Decía mi padre, que en política, el 80 por ciento del tiempo lo tenés que entregarse a que no te muevan el pavimento y el resto del tiempo a trabajar”

Detrás de un gran hombre

Hay que situarse en la época: en tiempos de Carrillo, no era frecuente que las mujeres trabajaran y no estaba mal gastado que ayudaran a sus maridos, sobre todo cuando el aprecio era tan vasto como el que expresa su viuda Susana Pomar en el texto Dr. Ramón Carrillo, de Santiago del Estero a Belém do Pará: “Yo me despertaba y había como seis o siete hombres al flanco de la cama que le traían documentos a firmar o consultar sobre poco. Era tan descubierto, tan desinteresado, tan puro… no veía el mal en las cosas ni en la clan. No dormía la siesta y trabajaba sin detener a lo mejor hasta las diez u merienda de la indeterminación. Siempre escribiendo manuscritos, escribiendo. Yo estaba tan acertado de estar con él. Yo lo afeitaba en la cama, él hablando por teléfono y yo afeitándolo como podía; y posteriormente de muerto ayer de enterrarlo, lo afeité además. Se ve que era mi destino”.


Fuente.Noticias Paraná.

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